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Episodio “hipomaniaco”
Se llama episodio “hipomaniaco” (literalmente, “menos que maníaco”) si lo
que hay es un episodio como el anterior, pero sin llegar a provocar un deterioro
laboral o social.
Episodios mixtos
Este trastorno aparece alrededor de los 25 años de edad, afecta por igual a
hombres y mujeres y rara vez se ve en niños. Se desconoce la causa, pero es
posible que factores hereditarios jueguen un papel en su desarrollo. La
incidencia es mayor en los parientes de las personas que padecen trastorno
bipolar y depresión.
Síntomas
• Pérdida de la autoestima
• Ensimismamiento
• Sentimientos de desesperanza o minusvalía
• Sentimientos de culpabilidad excesivos o inapropiados
• Fatiga (cansancio o aburrimiento) que dura semanas o meses
• Lentitud exagerada (inercia)
• Somnolencia diurna persistente
• Insomnio
• Problemas de concentración, fácil distracción por sucesos sin
trascendencia
• Dificultad para tomar decisiones
• Pérdida del apetito
• Pérdida involuntaria de peso
• Pensamientos anormales sobre la muerte
• Pensamientos sobre el suicidio, planificación de suicidio o intentos de
suicidio
• Disminución del interés en las actividades diarias
• Disminución del placer producido por las actividades cotidianas
Signos y exámenes
Tratamiento
Grupos de apoyo
El estrés causado por la enfermedad a menudo se puede aliviar al participar en
un grupo de apoyo, en el que los miembros comparten experiencias y
problemas en común.
Expectativas (pronóstico)
Complicaciones
Prevención
Hay otro tipo de alteración llamado ciclotimia, que consiste en una manera
de ser, una fluctuación crónica del estado de ánimo que oscila entre un
estado depresivo suave, con desgana, apatía, y estados de euforia o moderada
agitación de tipo hipomaniaco, aunque sin revestir la gravedad suficiente como
para que hablemos de un auténtico estado hipomaniaco.
Ciclotimia
Las características más importantes del trastorno afectivo bipolar son las
siguientes:
Normalmente en las fases depresivas, hay el mismo riesgo que vemos en las
personas con depresión mayor. La tasa de suicidio en nuestro país es de 10
casos por 100.000 habitantes. El 80% de estos casos viene dado por personas
con depresión grave, trastorno bipolar, alcoholismo o esquizofrenia.
Es muy frecuente que las personas con trastorno bipolar presenten otras
enfermedades psiquiátricas. Es reiterada la asociación con trastornos por
dependencia o por abuso de sustancias, o con trastornos inducidos por ellas.
Es factible que se asocien trastornos de la personalidad o dificultades para el
control de los impulsos. A veces es difícil discernir si los síntomas corresponden
a un trastorno de personalidad o a un episodio maníaco. Lo importante, en
estos casos, es tratarlos como si de síntomas maníacos se tratase.
Las dosis deben dividirse por dos si se emplea conjuntamente con ácido
valproico (Depakine®). Deben doblarse si se emplea junto con
carbamazepina (Tegretol®).
Pero los episodios depresivos ocupan más tiempo en lqa vida de una persona
con trastorno bipolar. En comparación los episodios depresivos ocupan de 1 a
3 veces más tiempo que los episodios de manía, en el caso de pacientes con
trastorno bipolar tipo I, y 37 veces superior en trastorno bipolar.
De ahí la importancia de tratar adecuadamente los episodios depresivos. La
recomendación de la Asociación Americana de Psiquiatría, desde 2002, es el
empleo de un estabilizador del ánimo, de preferencia el litio o la lamotrigina
en el tratamiento de la fase aguda depresiva.
Los antidepresivos más peligrosos, en cuanto a desatar un viraje, son los que
actúan de forma prioritaria sobre los neurotransmisores noradrenalina y
dopamina. Hay que tener en cuenta que uno de estos antidepresivos, el
bupropion, se emplea en la desintoxicación tabáquica (bajo los nombres de
Zyntac® o Zyntabac®). Tales fármacos llegan a provocar un 50% de virajes,
aún administrados conjuntamente con un estabilizador.
Sí. Los antidepresivos potentes pueden hacer que el paciente pase de estado
depresivo a estado maníaco. Es por ello que las subidas deben hacerse en
forma controlada, prefiriendo la suavidad a la rapidez. Los mejores
antidepresivos son los ISRS (Prozac, Seroxat, Besitran, Seropram, Prisdal),
aunque también puede usarse la venlafaxina (Vandral, Dobupal), los
antidepresivos antiguos (tricíclicos) o los IMAO (inhibidores de la
monoaminoxidasa). Siempre con precaución y administrando, conjuntamente,
un eutimizante.
Quiero decir con ello que el trastorno afectivo bipolar es muy variable,
cambiante incluso en un mismo paciente. Los médicos debemos seguir unas
pautas, pero sin encastillarnos. Debemos estar dispuestos a cambiar la táctica,
día a día si conviene, para amoldarnos a las variaciones y cambios que
experimenta la enfermedad.
El médico debe ser muy humilde y aceptar que todo cuanto sabe, o cuanto cree
saber, puede ser insuficiente en cualquier momento de la enfermedad. Siempre
debe estar dispuesto a aprender y a consultar con otros médicos.
El médico adecuado para pacientes con trastorno afectivo bipolar debe ser un
médico que disfrute con el tratamiento de este trastorno. Para bastantes
psiquiatras el paciente con trastorno afectivo bipolar es molesto, demasiado
difícil, o que requiere demasiados esfuerzos. El médico adecuado se crece
ante los pacientes difíciles, los cuales no le molestan en absoluto sino que le
dan ocasión para poner en marcha todos sus recursos, estrategias,
conocimientos y ganas de aprender.
Evolución histórica del concepto de Trastorno Afectivo Bipolar
Los trastornos afectivos han sido reconocidos y descritos desde los inicios de la
historia escrita. En el antiguo Egipto, durante más de 3.000 años, las
depresiones fueron tratadas por los sacerdotes, quienes reconocieron que
éstas iban frecuentemente asociadas con la experiencia de una pérdida
psicológica. Ejemplos de estas descripciones están en el Antiguo Testamento,
donde se describe al Rey Saúl como una persona afecta de episodios
depresivos recurrentes.
El siglo XVIII se interesa mucho por los fenómenos convulsivos. Ahora que los
anatomistas conocen mejor las estructuras nerviosas, se va a atribuir a los
nervios buena parte de los síntomas.