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Las mujeres y la filosofa

Soy filsofa, lo cual equivale a decir que soy bombera o corredora de autos: una mujer
dentro de una disciplina naturalizada culturalmente como masculina.
Machista, yo? Todo lo contrario, sin embargo, s que ms all de mis deseos, la
verdad es otra, y para esto me sobran las palabras de Pern (Juan Domingo, no Eva)
La nica verdad es la realidad. De hecho si se me ocurre darme una vuelta por los
anaqueles de filosofa de cualquier librera o biblioteca, y contar cuantos nombres de
mujeres filsofas de peso (creadoras de sus propios sistemas y conceptos, no simples
comentaristas), me alcanzan los dedos de ambas manos para contar hasta el siglo XXI,
los de una para el siglo XX, y el cuerpo entero para el resto de la historia, haciendo una
retrospectiva desde el existencialismo hasta que Tales de Mileto se cay un pozo y la
esclava (como toda mujer) se burl de su torpeza. Si, algunos puristas hablaran con
admiracin de la importancia de Aspasia de Mileto (amante de Pericles) de quien se
dice que era sumamente hbil en la retrica y que su casa, algunos dicen que era un
burdel, serva como punto de reunin de pensadores como Scrates, entre otros
hombres ilustres. El mismo es quien de hecho inmortaliza a otra pensadora, la
sacerdotisa Diotima de Mantinea, tras referir en El banquete su discurso sobre el
amor. De este periodo son tambin Hiparquia, de la escuela cnica, de la que solo
tenemos testimonio gracias al inefable chismoso de la antigedad, Digenes Laercio.
Por ultimo hay que mencionar a Hipata de AlejandraMe sobra el cuerpo escribo e
inmediatamente (con ese pequeo diccionario freudiano incorporado que tenemos los
argentinos) pienso que he cado en un acto fallido. O no tan fallido. De hecho, desde
que le la temtica que nos convoca a este coloquio y pens en hacer mi pequeo acto
de justicia de gnero, no pude dejar de pensar en Platn

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