Está en la página 1de 2

¡¡ VENGAN ESOS 5 !!

(“Give me those five”)

¿Has visto un partido de básquetbol, con esos jugadores como de 3 mts de altura?
Cada vez que anotan un punto, dicen: “Vengan esos cinco”, y golpean una palma de sus
manos con la del otro compañero. En el fondo ese ademán, es un gesto alegre, es como
decir, sin palabras:
- ¡¡Bien!!, ¡Te felicito! (Celebrar una victoria)
- También se puede hacen para expresar un: “Estamos de acuerdo, en la misma onda”
- También es un saludo afectuoso, muy juvenil, con un amigo-compadre… ¿Entiendes?
Actualmente, (aunque no seamos jugadores), muchos jóvenes se saludan de esa forma.

Te pregunto ahora, ¿Cómo saludas, o cómo reaccionas cuando tus padres te


piden ayuda justo en el momento que te ibas a ir a acostar, o cuando un compañero de
colegio te pide un favor que no te agrada, o cuando tienes que “perder” o dar algo que
aprecias o valoras mucho? Si no me equivoco, nuestra cara sufre una transformación
inmediata, una mueca de: “Qué lata”, o “qué flojera”, o un “¡¡ay NO!!”, eso no…”, sale de
nuestra boca o se queda en nuestra mente…

Hay muchas cosas en la vida que recibimos con agrado, como grandes victorias,
nos alegramos con ellas y las celebramos con un par de palmaditas… Pero otras… la
verdad ¡¡son como un parto!!… No le vemos motivo alguno como para celebrar, y menos
aún para aplaudirlas…

Lee el siguiente pasaje:


“Hay gente desprendida que recibe más de lo que da, y gente tacaña que acaba en
la pobreza. El que es generoso, prospera; el que da también recibe” Prov. 11:24-25

Curiosamente sufrimos de un síndrome llamado “apretadurez-crónica”, también


conocido como “codísmoagudo”, Esta enfermedad no está relacionada necesariamente al
aspecto económico, específicamente a lo monetario. Esta patología abarca una amplia
gama de aspectos afectando básicamente la relación con el prójimo, nuestra propia
comodidad y seguridad. Los síntomas en ocasiones son visibles, evidentes.

Aunque un gran porcentaje de ellos son solapados… se encuentran alojados en el


corazón de la persona. Este pasaje, corto, pero contundente, presenta una paradoja. Nos
volvemos ricos al ser generosos. El mundo, las personas en general, te dicen que hay que
guardar todo lo posible, pero Dios, por el otro lado, bendice a los que son capaces de dar
con libertad sus posesiones, tiempo y energía.

Cuando damos, Dios suple cada vez más, para que a su vez podamos dar MÁS…
En una ocasión Felipe, integrante del equipo que acompañaba a un gran evangelista, se
encontraba en uno de los tantos cultos masivos a los cuales acompañaba a su pastor.
Miles de personas estaban reunidas ese día para escuchar al famosísimo predicador.

El mensaje se extendió por varias horas, muchas más de lo esperado. Llegó la


hora de la comida. Las personas no iban preparadas, no habían llevado un “lunch” para
“matar el hambre” y no había kioscos para comprar comida. ¿Qué vamos hacer ahora?, le
preguntó Felipe a sus otros colegas. La situación era complicada. (La gente con hambre,
es amenaza pública…) Finalmente, a lo lejos divisaron a Roberto, un muchacho que no se
perdía predica alguna de aquel fantástico evangelista. Andaba con su lonchera y se
disponía a comer su “lunch” (¡¡era precavido el chico!!).

Cuando Felipe se percató de esto fue donde nuestro amigo “Bob” y le preguntó
que era lo que había traído y el le contó que eran 5 sandwichitos de pan integral con 2
latitas de atún.

… Me parece que a estas alturas de la historia reconociste el pasaje, ¿verdad? Se


trata ni más ni menos que de uno de los espectaculares milagros de Jesús, cuando
alimentó a cinco mil personas, con tan solo 5 panes y dos peces (Juan 6:5-13)

¿Te puedes imaginar lo que hubiese pasado si aquel muchacho hubiese dicho que
no, cuando Felipe le pidió su lunch?

El no se puso a pensar: - “Caramba, ¿qué voy hacer ahora?, “Me dejaron sin
comida”, “Me voy a morir de hambre”, ¡¡ “Lo poco que tenía me lo pidieron”!!

Creo que la actitud de este desconocido muchacho al cual yo llamé “Bob”, nos
deja una tremenda lección. Cuando Felipe le dijo: - ¡¡“Hey Bob, VENGAN ESOS
CINCO”!! El no dudo ni un minuto en entregar lo único que tenía. Podemos ver como
Jesús se encargó de multiplicar sobreabundantemente, de sobra, lo poco o casi nada que
el tenía. Creo que Bob, hasta el día de hoy sueña con los sándwiches de atún… je, je, je.

Querido amigo, Dios desea que seamos generosos, “desprendidos”. Sueña con
ver que nuestra confianza está colocada en Él y no en nuestros recursos o capacidades
para obtener lo que deseamos. Reconozcamos de partida que lo mucho o poco que
tenemos ¡¡es todo de Él!! , y si nos lo ha dado, es justamente para ayudar y bendecir a los
demás.
¡¡ CONFIA EN SU PROVISION!! :
¡¡ VENGAN ESOS CINCO!!

También podría gustarte