Galileo Galiley nació en Pisa el 15 de febrero de
1564. Lo poco que, a través de algunas cartas, se conoce de su madre, Giulia Ammannati di Pescia, no compone de ella una figura demasiado halagüeña. Su padre, Vincenzo Galiley, era florentino y procedía de una familia que tiempo atrás había sido ilustre; músico de vocación, las dificultades económicas lo habían obligado a dedicarse al comercio, profesión que lo llevó a instalarse en Pisa. Hombre de amplia cultura humanista, fue un intérprete consumado y un compositor y teórico de la música, cuyas obras sobre el tema gozaron de una cierta fama en la época. De él hubo de heredar Galileo no sólo el gusto por la música (tocaba el laúd), sino también el carácter independiente y el espíritu combativo, y hasta puede que el desprecio por la confianza ciega en la autoridad y el gusto por combinar la teoría con la práctica. Galileo fue el primogénito de siete hermanos de los que tres (Virginia, Michelangelo y Livia) hubieron de contribuir, con el tiempo, a incrementar sus problemas económicos. En 1574 la familia se trasladó a Florencia y Galileo fue enviado un tiempo al monasterio de Santa Maria di Vallombrosa, como alumno o quizá como novicio. Obras Cheraqui, Yves: Yo, Galileo, matemático y filósofo florentino que, frente a todos, tuvo la osadía de encararse con la verdad del firmamento (Jean- Michel Payet, il.; Luís Santos Gutiérrez, trad.). Madrid: Anaya, 1990. 84-207-3823-9 Finocchiaro, Maurice A. (1989). The galileo affair: a documentary. University of California Press.. Finocchiaro, Maurice A. (2008). essential galileo. Hackett Publishing. Geymonat, Ludovico. Galileo Galiley (Joan Ramón Capella, trad.). Barcelona: Península, 1986.. Miguel Rodríguez, José Luís de: En defensa de Galileo. Lección inaugural del curso 1988-1989 de la Universidad de Valladolid (14 páginas). Valladolid, 1988. Ortega y Gasset, José: En torno a Galileo (conferencias de 1933) en Obras completas, volumen V, 1951. Redondi, Pietro: Galileo herético. Madrid: Alianza, 1990. Reston, James: Galileo. Barcelona: Ediciones B, 1996,. pensamiento No se puede enseñar nada a un hombre; sólo se le puede ayudar a descubrirlo en su interior.
Digamos que existen dos tipos de mentes
poéticas: una apta para inventar fábulas y otra dispuesta a creerlas
Las matemáticas son el alfabeto con el cual Dios
ha escrito el Universo. Katherin Alejandra serna taborda