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Resumen
1. Introducción
En los últimos años se viene actuando en la restauración de ríos y comunidades fluviales, pero
aún carecemos de políticas suficientemente decididas a proteger los recursos naturales,
recuperando tramos fluviales hoy alterados y degradados por la contaminación, interposición de
presas, regulación, uso abusivo de las aguas, etc. La conservación de los espacios fluviales y la
biodiversidad asociada sigue apareciendo como un objetivo trivial en los planes hidrológicos, y
debe luchar contra intereses sectoriales regionales generalmente más influyentes que los
departamentos con competencias ambientales.
Numerosas experiencias en el ámbito internacional indican que los ríos vivos pueden suponer
recursos endógenos renovables que proporcionen riqueza para un desarrollo local y regional
integrado y armónico, lo cual pasa por restaurar y gestionar de forma sostenible los ecosistemas y
sus comunidades biológicas. Vista la importancia del efecto demostrativo, AEMS - Ríos con
Vida, a instancias del Grupo Saja - Nansa de desarrollo rural, ha realizado un estudio con vistas a
la restauración de una cuenca salmonera sometida a aprovechamiento hidroeléctrico, el río
Nansa, en Cantabria.
La construcción de las grandes presas del río Nansa a mediados del siglo XX, rompe el
ecosistema fluvial original en una serie de unidades aisladas. La riqueza viva que producía es
ignorada y el río pasa a convertirse en un mero agente de producción eléctrica, siendo explotado
de espaldas a sus comunidades bióticas naturales y a la población local. Peces migradores como
el salmón, el reo, el sábalo, la lamprea marina o la anguila perdieron la mayor parte de sus
hábitats de reproducción o crecimiento. También las especies sedentarias de peces se han visto
dañadas por el efecto barrera, el fraccionamiento del hábitat y los regímenes de caudales que
impone la regulación.
2. Sobre el Nansa y el estudio realizado
La cuenca del Nansa tiene una superficie de 389 Km2 y una longitud fluvial de 282 km, régimen
pluvionival que varía a pluvial atlántico en la desembocadura y una cerrada orografía que le da
un carácter marcadamente torrencial. Dada la escasa entidad de los núcleos de población y
actividad humana, el uso hidroeléctrico es el único que afecta significativamente al ecosistema
fluvial. Las concesiones de uso no consuntivo suman 64.106 l/s, suponiendo el 90 % de las
autorizadas. Saltos del Nansa, S.A., empresa propietaria de un sistema escalonado de explotación
que agrupa cuatro presas (La Cohilla, La Lastra, Rozadío y Palombera) y cuatro centrales (Peña
de Bejo, Rozadío, Celis y Herrerías), tiene concedidos el 85 % de esos caudales. Los segmentos
de toma, sometidos a una crónica escasez de caudales, suponen alrededor de un 50 % de la
longitud fluvial total del curso principal.
Las especies de peces con presencia constatada en la cuenca, según información facilitada por el
Centro Ictiológico de Arredondo (Cantabria), son: Lamprea marina (Petromyzon marinus),
Anguila (Anguilla anguilla ), Salmón atlántico (Salmo salar), Trucha común (Salmo trutta),
Piscardo (Phoxinus phoxinus), Sábalo (Alosa alosa), Gobio (Gobio gobio ), Corcón (Chelon
labrosus), Salvelino de fuente (Salvelinus fontinalis).
Entre la fauna asociada al medio acuático, lamprea y salmón figuran en los anexos II y V de la
Directiva 92/43/CEE de Hábitats; desmán y nutria están estrictamente protegidos, figurando en el
anexo IV, al igual que oso, lo bo, numerosos quirópteros, abundantes invertebrados, etc. Así, se
han declarado tres LICs en el territorio de la cuenca: Rías Occidentales y Duna de Oyambre;
Montaña Occidental; y Río Nansa (incluyendo el cauce y 25 m. a cada margen de ribera).
20
15
10
0
Oct Nov Dic Ene Feb Mar Abr May Jun Jul Ag Sep
Mes
La Cohilla La Lastra Palombera Desembocadura
3. Hasta un 63,32% del curso fluvial del río Nansa sufre regulación por embalses, quedando libre de ella sólo ciertas
cabeceras (16,59% del total).
Nº de Salmones
700
600
500
400
300
200
100
0
1920 1930 1940 1950 1960 1970 1980 1990 2000 2010
Año
300 16
14
250
12 Cond. (?S/cm)
200
10
t. agua (ºC)
150 8
pH
6
100
O2 (mg/l)
4
50
2
0 0
0 1 2 3 4 5 6 7 8
Estaciones
6. Puntuaciones obtenidas en los índices bióticos aplicados al muestreo del bentos. Sobre los resultados del BMWP'
se aplica el ASPT (Average Score Per Taxon). Valores altos de este índice reflejan la existencia de un alto número de
especies sensibles a la polución (Jeffries y Mills, 1990).
250 12
I
200 I I 10
I
I I
I I
150 8
I
100 6
50 4
0 III 2
N-0 N-1a N-1 N-2 N-3 N-4 N-5 N-6 N-7 N-8
Estación
BMWP' ASPT
De los datos de la Red I.C.A. y de las muestras tomadas en campo se desprende que la calidad de
las aguas del Nansa es en general buena, exceptuando en algunas estaciones (N-2, N-5 y N-7)
donde no deja de ser aceptable. Sin embargo, teniendo en cuenta la ausencia de contaminación
urbana e industrial apreciable, se puede decir que en los tramos regulados se encuentra bastante
por debajo de la potencialidad natural, pudiendo limitar la vida de los peces en épocas de estiaje o
reproduc ción.
Tanto para la medición de variables hidráulicas como para la caracterización geomorfológica del
cauce, se definen un mínimo de 10 transectos por estación (con excepción de N-2bis -La Lastra,
con 2).
N-4 Cossío
Cota (m s.n.m.) Velocidad (m/s)
Sección 2
200,5 0,2
0,18
200
0,16
0,14
199,5
0,12
199 0,1
0,08
198,5
0,06
0,04
198
0,02
197,5 0
-10 -5 0 5 10 15 20
Distancia (m)
8. La media de los caudales medidos (MQobs) resultan inferiores al 10 % del módulo interanual estimado en todos
los tramos regulados; salvo en N-3, que se beneficia del aporte de la Cuevona de Santotis; y en N-8, situado aguas
abajo del socaz de la última central (Herrerías).
Relación entre la media de los caudales medidos y el módulo interanual en todas las estaciones
100%
90%
80%
70%
60%
50%
40%
30%
20%
10%
0%
N-1 N-2bis N-2 N-3 N-4 N-5 N-6 N-7 N-8
c.m.i. 3,52 4,10 4,10 4,76 5,39 8,11 1,73 11,19 11,90
MQobs 1,02 0,22 0,04 1,23 0,37 0,67 0,99 0,46 6,38
Estaciones
N-4 Cossío
Caudal (m3/s)
12,00
10,00
8,00
6,00
4,00
2,00
0,00
O N D E F M A M J J A S
Meses
%
100
80
% 09/99
60
% 10/99
40
20
da
a
ío
s
nc
a
sa
ría
ss
rce
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o
da
Co
an
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rud
La
Sa
Tu
ten
He
Ar
4.
La
3.
N-
2.
en
el
8.
N-
N-
is.
N-
Pu
te
2b
en
5.
N-
Pu
N-
7.
3. Conclusiones N-
La ruptura y fragme ntación del continuo fluvial, junto a la escasez de caudal circulante en los
tramos regulados han provocado una drástica reducción del hábitat histórico de la comunidad
íctica potencial, aislamiento de las poblaciones existentes, empobrecimiento de la calidad y
diversidad del hábitat fluvial, así como merma estacional de la calidad de las aguas por la escasa
capacidad de dilución de contaminantes procedentes de vertidos urbanos, difusos de ganadería,
etc.
De acuerdo al actual marco jurídico, la moral social y el sentir de la población local, la situación
ambiental del Nansa constituye hoy un anacronismo inadmisible. Siendo todavía un espacio
natural privilegiado que atesora valiosos bienes naturales y culturales, se puede decir que a la
cuenca del Nansa sólo le falta el propio río. El futuro de sus pueblos y gentes y la permanencia de
sus modos de vida dependen hoy mucho más de su recuperación que de una explotación
industrial cuyos beneficios no revierten a la comunidad.
4. Propuestas
Dado el alto potencial natural del río Nansa, hay que prever que la restauración del continuo
fluvial y la aplicación de medidas correctoras del aprovechamiento hidroeléctrico, produciría
visibles mejoras del hábitat fluvial a corto o medio plazo, lo que fomentaría un desarrollo rural
que permitiese la permanencia de la población humana en el territorio. Cabe plantear distintos
horizontes, bien la adecuación ambiental de la industria y su coexistencia con los usos
tradicionales y el ecoturismo, o bien una reconversión que, a medio o largo plazo, podría llevar
al desmantelamiento total o parcial del aprovechamiento hidroeléctrico.
Se propone actuar en dos líneas complementarias. Por un lado, se debería avanzar hacia la
protección y planificación del territorio y los recursos naturales y, por otro, en la articulación de
un plan integral de restauración del río que permita su recuperación ambiental y uso sostenible,
generado con participación de los usuarios e interlocutores implicados.
En todo caso, el plan debería contemplar:
4.1. Régimen jurídico
* Protección del ecosistema fluvial del río Nansa de cara a su restauración y uso sostenible, en
el marco de un decreto o ley autonómicos, quizá mediante la figura de Reserva Fluvial,
prevista en la Ley de Aguas y en la nueva Directiva de Aguas de la U.E.
* Protección legal de la población de salmón atlántico mediante una figura de rango
autonómico y elaboración, en su caso, de un plan de mejora de la población.
* Instalación de dispositivos operativos de paso para peces en las presas de Palombera, Rozadío
y La Lastra, siguiendo una orden de prioridad ascendente en el curso fluvial. Franqueables
por todas las especies ícticas migratorias potencialmente presentes en cada uno de los tramos
correspondientes, tanto para el ascenso como el descenso de los obstáculos.
* Instalación de sistemas de protección para la ictiofauna (rejillas, barreras lumínicas o
eléctricas, etc.) en las tomas de caudales del aprovechamiento.
* Aplicación de regímenes de caudales mínimos de mantenimiento establecidos mediante
variables biológicas integrativas, en los tramos regulados.
* Programa de restauración o mejora de la accesibilidad, con adecuación o derribo de todos los
azudes y demás instalaciones hidráulicas en desuso que impidan o dificulten los normales
movimientos de la fauna íctica a lo largo del curso principal o los tributarios (Muñorrodero,
Camijanes, Rábago, Molino de Cosío -Vendul-, Llampu -Lamasón-, Santotis, etc.)
* Restauración o regeneración de riberas (revegetación de taludes, etc.), actuando
prioritariamente en zonas urbanas o afectadas por la construcción de infraestructuras
(Puentenansa, Rábago, Cosío, Puente El Arrudo, Luey).
* Actuaciones de mejora del hábitat para adecuarlo a los caudales disponibles, proporcionar
más y mejor refugio a los peces, etc. (revegetación de márgenes deflectores, refugios de
orilla, limpieza y construcción de frezaderos, etc.).
* Plan de reforestación con especies autóctonas.
* Infraestructuras de educación ambiental asociadas a los dispositivos de paso para peces que,
en su caso, se instalasen en las presas (estanques acristalados en pasos de escala, etc.)
* Recorridos ambientales en el sistema de explotación. Itinerarios ecoculturales a través de los
canales de derivación, muros de azudes, centrales eléctricas, etc., asociando su instauración y
promoción al cumplimiento de las medidas de restauración y corrección establecidas.
* Infraestructuras, programas y materiales educativos, para sensibilizar y educar a usuarios y
público en general sobre el río y sus comunidades bióticas (Aula del Río, Senda del Salmón
etc.)
* Escuela de ecología fluvial y pesca recreativa, para difundir, educar y formar a los pescadores
en un uso pesquero compatible con la conservación del ecosistema y sus recursos.
* Cursos de formación dirigidos a los usuarios del río y de los rec ursos naturales de la cuenca,
jóvenes, profesionales del medio ambiente, etc.
* Carta del Río, elaborada entre ayuntamientos, asociaciones de pescadores, ecologistas, etc.,
promocionando los comportamientos y actividades más adecuados para la recuperación y uso
sostenible del medio fluvial y sus biocenosis.
* Organización de debates para identificar, reconocer y debatir los problemas técnicos,
jurídicos, sociales, económicos y políticos de la restauración del río entre los distintos agentes
implicados, de cara a su integración en una comisión de estudio y trabajo.
* Red de parques fluviales naturalizados en zonas de ribera con algún grado de alteración,
urbanas o próximas a poblaciones, siendo recomendable que se doten de elementos
informativos o educativos (paneles informativos o temáticos), puntos de observación
señalizados, etc.
* Red de áreas recreativas en zonas fluviales bien conservadas (Sarceda, Puente Pumar,
Uznayo, río Vendul, río Lamasón, río Quivierda, etc.).
Por último, decir que el Nansa parece un escenario idóneo para la aplicación de un modelo de
restauración fluvial integral bien imbricado en el tejido socioeconómico. Ello pasa por lograr un
acuerdo político y social, un firme compromiso entre las instituciones, grupos y ciudadanos
implicados en el conflicto. Ya que la solución sólo puede llegar a través del diálogo, el debate y
la comprensión y conciliación de los intereses de las distintas partes, se propone articular
jurídicamente el proceso mediante un modelo de participación pública semejante al Contrato de
Río que viene aplicándose en Francia.
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