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El Mercantil Valenciano
Fundado en 
La soledad silenciosa ¿Qué me pasa
de las pymes doctor?
La crisis nos está cambiando. Las pequeñas empresas conviven
con la frustración, la angustia, la solidaridad y el miedo al futuro.
El reto es combatir el drama humano y recuperar la ilusión
Empresa y trabajadores
José Manuel Simarro García
Consultor de empresas
www.arsesconsultec.com
E D
s evidente que la situación de
crisis generalizada que esta-
mos viviendo está afectando
de manera determinante al
desarrollo normal de la sociedad en gene-
ral y a nuestra vida cotidiana en particular,
el tejido empresarial, verdadero motor de
la economía y el empleo, está seriamente
dañado y los expedientes de regulación de
empleo y las declaraciones concursales de
las grandes empresas se han convertido
en noticia habitual de los telediarios, con
el consiguiente impacto social que ello su-
pone y el sentimiento de frustración, an-
gustia, solidaridad y miedo al futuro que
provoca. Es muy duro quedarse sin em-
pleo, no poder cubrir las necesidades mí-
nimas, cortar de cuajo con las ilusiones
del día a día e intentar reubicarse en la
vida de la mejor manera posible.
 Drama social. Cada trabajador que
pierde su empleo se enfrenta a un verda-
dero drama personal y familiar, indepen-
dientemente del tamaño y características
de la empresa para la que trabajaba y del
impacto social que el cierre de la misma
haya supuesto a través de los medios de
comunicación.
Las pequeñas y medianas empresas,
comercios, industrias y talleres de toda la
vida están agonizando, muriendo en si-
lencio, a pesar de todos los esfuerzos y las
inversiones realizadas, muchas veces con
préstamos a los que no pueden hacer
frente, sin ser nunca cabecera de ningún
telediario, y formando parte de un gran
entramado de pequeños dramas cotidia-
nos, donde unos trabajadores se queda-
rán sin su empleo y otros trabajadores,
los autónomos, se quedarán sin su traba-
jo y sin su empresa en la que han inverti-
do su capital y su patrimonio. Cada pe-
queña empresa que cierra supone una
destrucción de empleo por partida doble,
porque tanto para los trabajadores por
cuenta ajena como para los trabajadores
autónomos, su trabajo representa en mu-
chas ocasiones su único medio de vida.
 Reflexión. Considero que se debería
hacer una profunda reflexión sobre el pa-
pel tan importante que representan las
pequeñas y medianas empresas en el des-
arrollo global de la economía y la creación
de empleo, potenciando los medios de
apoyo suficientes y necesarios, a nivel eco-
nómico, financiero y social que permitie-
ran su recuperación en momentos tan di-
fíciles como los actuales. A pesar de la cri-
sis, muchos pequeños empresarios se re-
sisten a cerrar y estarían dispuestos a in-
novar, a reconvertirse para salir adelante,
para luchar hasta el final por la viabilidad
de su empresa, codo con codo con sus tra-
Editorial Prensa Valenciana, S. A. DIRECTOR Ferran Belda
JEFE DE SECCIÓN Andrés Hernández de Sá
levante.economia@epi.es
El trabajador que pierde su empleo se
enfrenta a un drama personal y
familiar, con independiencia del tipo de
empresa para la que trabajaba
Cada pequeña empresa que cierra
supone una destrucción de empleo por
partida doble, porque su trabajo
representa su único medio de vida
bajadores con un objetivo común, no per-
der su trabajo. El pequeño empresario tie-
ne una capacidad inimaginable de supe-
ración y de reacción ante la adversidad,
pero es indiscutible que necesita un apoyo
externo, generalmente financiero y tem-
poral. Es muy lamentable que una peque-
ña empresa con un buen producto, vendi-
ble, competitivo y potencialmente renta-
ble, tenga finalmente que cerrar por una
falta de liquidez puntual, derivada directa-
mente de la coyuntura actual en la que se
encuentra la econo-
mía y de una finan-
ciación, a veces míni-
ma y absolutamente
necesaria que nunca
llega.
Muchas de las pequeñas empre-
sas que están desapareciendo po-
drían salir adelante si se adoptasen
las medidas económicas y sociales
necesarias por parte de los orga-
nismos competentes y las entida-
des financieras para evitar su cie-
rre y la consiguiente destrucción
de empleo derivado de una falta de
liquidez puntual y no de unas pér-
didas reales en la cuenta de resul-
tados, provocando un desajuste
económico, lo cual no quiere decir
que el negocio no sea rentable.
Las pymes y sus trabajadores
están por la labor, la conexión en-
tre las personas funciona, pero esto
por sí mismo, a pesar de ser muy im-
portante, desafortunadamente no es
suficiente, las pymes necesitan apre-
miantemente un apoyo externo que no
llega y un reconocimiento social que no
tienen, la realidad las arrastra y no se
puede perder más el tiempo en teóricos
apoyos a las empresas, que se deben
gestionar a través de las entidades finan-
cieras y que difícilmente se pueden lle-
var a la práctica.
Hay que prestar a las pymes la aten-
ción que se merecen, analizar cuál es su
verdadera situación, detectar dónde está
el problema y actuar en consecuencia
para solucionarlo; las pymes y sus traba-
jadores se lo han ganado a pulso.
Foro de opinión
Asociación Española
de Dirección y
Desarrollo de
Personas
TRABAJO Y FORMACIÓN
COORDINA Vicent Garcia
levante.publicidad@epi.es
Cuando la empresa tiene síntomas de enfermendad, hay que
acudir al médico para que realice un análisis de la situación y
proponga el tratamiento adecuado.
Medicina para empresas
Juan Luis Garrigós
Socio Garrigos&Llopis Consultores Asociados.
Director Stemper Consultores de Dirección
espués de negarse de forma
reiterada a acudir a un médico
y ante la insistencia de sus co-
laboradores que veían cómo
la empresa se estaba hundiendo, Sisebuto
Deogracias claudicó. Todavía recordaba
aquella reunión con un brillante consul-
tor cuando a la pregunta de «¿qué piensa
usted cuando alguien tiene una opinión
diferente a la suya?, la respuesta fue tajan-
te: «Eso es imposible». Y así, a golpe de
horas y esfuerzos, creó nuestro insigne
personaje la empresa. Y pensó cuando iba
a la cita con el médico: «A mí que no me
han hecho un análisis nunca en mi vida,
ahora vienen a decirme que tengo que ir a
un médico para sal-
var mi empre-
sa».
David Al-
bridge, brillan-
te formador y
consultor e ilustre
médico de empresas, recibió a
Sisebuto con respeto. Le de-
dicó la mejor de sus sonri-
sas y le escuchó de forma
activa. El final fue tajante: «Don Sisebuto,
tenemos que hacer una analítica comple-
ta de su estilo de dirigir para saber cómo
están sus colaboradores», le espetó el
doctor.
Sisebuto palideció, eso de que opinen
personas que no fueran él mismo no es-
taba en sus planes. Los resultados del
análisis, como era de esperar, dieron in-
«“Tenemos que hacer una analítica
completa de su estilo de dirigir para
saber cómo están sus colaboradores”,
le espetó el doctor»
«Comenzó a delegar. Se mostró
empático y cercano a sus
colaboradores. Se comprometió a
formar a sus trabajadores…»
formación contundente de cómo estaba
la empresa dirigida.
 Indicadores. Sus principales indicado-
res fueron: Significativa rotación. Inexis-
tencia de planes de desarrollo y forma-
ción. Estilo enfocado sólo a objetivos. Ru-
mores y mala comunicación. Ineficacias y
malos resultados. Falta de habilidades di-
rectivas en los mandos intermedios. In-
existencia de un departamento de recur-
sos humanos.
Al llegar a la consulta para conocer de
boca del médico los resultados, Sisebuto
se mostró nervioso y preocupado. ¿Qué
me pasa, doctor? ¿Es grave? ¿Tiene cura?
El doctor le tranquilizó. «Don Sisebuto
—le dijo—, hemos llegado a tiempo y creo
que aún podemos sacarle adelante». Sise-
buto, acostumbrado a decidir él sólo y de
manera rápida, le dijo: «Dígame ya lo que
hay que hacer. No quiero rodeos».
Lo primero que hizo David Albridge
fue felicitarle por querer asumir el trata-
miento. «Es lento, pero nos llevará al éxi-
to», dijo.
 Fin del tratamiento. Sisebuto Deogra-
cias estaba cerrando sus maletas. Por fin
le habían dado el alta y, aunque estaba en
una clínica muy agradable, necesitaba sa-
lir y contar lo que había experimentado.
Ya ha pasado un año, «qué rápi-
do», se dijo, y pensó en todo lo que
había sucedido. Contratación de
una persona profesional para di-
rigir el departamento de recur-
sos humanos. Evaluación de
las personas de la organiza-
ción para adecuar personas a
puestos, en base a las com-
petencias requeridas. Re-
definición de su estructura
organizativa. Creación de un
Plan de Comunicación. Políti-
cas de selección profesionales
alejadas de amiguismos.
Comenzó a delegar. Se
mostró empático y cercano a
sus colaboradores. Se compro-
metió a formar a sus trabajadores.
Creación de una política retributiva.
Pasada una semana acudió a la consul-
ta del doctor Albridge: «Gracias por todo,
sin usted no hubiera sido capaz». «Gracias
a usted, sin su determinación nada hubie-
ra cambiado», contestó.
Al salir pudo ver en la sala de espera a
un clásico de la no gestión, Manzanillo
Trespuit. «Ojalá le sirva como a mí»,
pensó.