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JOS EUSTASIO RIVERA

(1889 - 1928)

Jos Eustasio Rivera nace en Neiva, Colombia, en l889, y muere en Nueva York en diciembre de l928. Fue maestro normal en l909 y doctor en derecho por la Universidad Nacional de Bogot en l9l7. Despus de ser diputado al Congreso desempe el cargo de inspector del gobierno en las explotaciones petrolferas de la regin del Magdalena y, posteriormente, form parte de la comisin delimitadora de fronteras entre su pas y Venezuela. Estos encargos lo llevaron de nuevo a la misma selva que haba sido fronteriza con su ciudad natal, y es esta selva lo que inspira la creacin literaria del autor, recuperando en l las races de su infancia y la fantasa de su juventud. Su primera obra es un libro de poemas Tierra de promisin (l92l), con la que alcanza cierta notoriedad. Pero es su segunda y ltima obra, La Vorgine, la que hace de Rivera un clsico de la narrativa realista pre-mgica, hasta el punto de ser considerada por muchos como la gran novela de la selva latinoamericana. "...Los que un tiempo creyeron que mi inteligencia irradiara extraordinariamente, cual una aureola de mi juventud; los que se olvidaron de m apenas mi planta descendi al infortunio; los que al recordarme alguna vez piensen en mi fracaso y se pregunten por qu no fui lo que pude haber sido, sepan que el destino implacable me desarraig de la prosperidad incipiente y me lanz a las pampas, para que ambulara vagando, como los vientos, y me extinguiera, como ellos, sin dejar ms que ruido y desolacin".

ALAS DE SEDA De JOS EUSTASIO RIVERA

Persiguiendo el perfume de risueo retiro, la fugaz mariposa por el monte revuela, y en esos aires enciende sutilisima estela con sus ptalos tenues de cambiante zafiro. En la ronda verstil de su trmulo giro esclarece las grutas como azul lentejuela; y al flotar en la lumbre que en los mbitos riela, vibra el sol y en la brisa se difunde un suspiro. Al rumor de las lianas y al vaivn de las quinas, resplandece en la fronda de las altas colinas,

polvoreando de plata la florida arboleda; y la gloriosa en el brillo de sus luces triunfales, sobre el limpio remanso de sernos cristales pasa, sin hacer sombra, con sus alas de seda.

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