Está en la página 1de 5

Popular 3x03: Planes de regreso.

-Todos pensábamos que nunca iba a morir, que siempre iba a estar ahí y ahora mira, nos
deja, ¿alguien se lo había imaginado? –dijo Sam consternada después del entierro de Bobby.
-No, y aún tengo la esperanza de que se despierte, como hizo la otra vez, que resucite,
aunque en el fondo sé que eso ya no va a suceder –dijo Harrison.
-Lo que no sé es por qué lloramos, si todos lo teníamos mucho odio –dijo Mary Cherry
pensando que ya quedaban dos semanas para empezar de nuevo el instituto y ahora
estaban sin la Zarpa.
-Creo que ella ya formaba parte de nosotros mismos. Nos educó, intentó que todos
diéramos lo mejor de nosotros mismos y aunque sus métodos eran fascistas, yo la echaré de
menos –dijo Lily.
-Yo pienso igual que tú, sí, era una mala persona, una persona que sólo pensaba en sí
misma, pero en realidad, ¿no es eso lo que todos hacemos? –dijo Josh abrazado a Lily
retirándose después porque lo estaban llamando al móvil.
-Lo único que quiero es que ella esté bien, allá donde esté, pero sobre todo siento que
se haya muerto sola, tiene que ser muy malo tener que morir sin poder decir adiós –dijo
Carmen.
-Algo sí es seguro, nuestra vida no va a volver a ser la misma a partir de ahora. Nos
quedan dos semanas de vacaciones y sin ella, todo será distinto, para bien o para mal –dijo
Sugar.

Carmen abrió la puerta de su casa y se dio prisa para llegar al comedor para contarle lo
sucedido a su madre.
-Mamá, ¿a qué no sabes…? ¿Qué? –pudo decir al ver la escena que estaba sucediendo
frente a sus narices-, mamá, ¿por qué has vuelto a beber?
-Carmen, vete –dijo su madre que estaba muy borracha.
-No me iré mamá, no hasta que me cuentes qué es lo que ha pasado, por Dios mamá,
¡estábamos bien!
-Déjame Carmen, estoy muy cabreada y no quiero pagarlo contigo.
-Pero mamá –dijo acercándose a ella. Pero no pudo seguir porque la madre le dio un
guantazo. Poco después vinieron las patadas, los puñetazos y Carmen no podía hacer nada
para evitarlo.
-Sí, Carmen, tu padre se va del país, se va a Miami y dice que ya no va a volver jamás.
Ni siquiera nos va a pasar la pensión, y todo por tu culpa… -dijo la madre pegándole otro
puñetazo.
-Déjame ya mamá, no fue mi culpa.
-Si le hubieras dejado darte cariño, ahora no estaríamos en esta situación.
-Mamá, él se metía en mi habitación por las noches y me violaba mamá, ¿crees que no
tenía derecho a defenderme? –dijo ella levantándose corriendo y saliendo por el comedor-,
no me vas a volver a ver el pelo… nunca más –dijo dando un portazo. Después salió a correr
en busca de una amiga, o de lo que ella creía que era una amiga.
-Carmen, ¿qué te ha pasado? –dijo ella al ver su cara.
-Mi madre me ha vuelto a pegar, no tengo donde ir, ¿me puedo quedar aquí? Mis
amigos me pedirían explicaciones.
-Tranquila, puedes quedarte y además podemos volver a hablar de eso que ya sabes.
-Sí, creo que ahora estoy dispuesta, todo para salir de la casa de mi madre.
-Eso está bien, esta noche lo harás y verás como ya no te sentirás mal.
-Eso espero.

-Nicole Julian –dijo el policía que custodiaba a los adolescentes problemáticos.


-Sí, soy yo.
-Puedes irte, se han retirado todos los cargos contra ti, eres libre de nuevo.
-Pero… eso es increíble –dijo ella sonriendo y saliendo de la celda.
-No olvides nuestro trato, yo te he ayudado a salir, haz tú lo mismo –dijo April.
-Claro, para eso somos amigas –dijo abrazándola y cuando estuvo lo bastante lejos-,
aunque la verdad es que creo que paso –dijo sonriendo dejando a April allí tirada, aunque en
realidad ella no lo sabía.
-¡Nicole, hija mía! –dijo su madre.
-Mamá –dijo ella abrazándola.
-No te preocupes por nada hija, ya eres libre de nuevo.
-¿Por qué?
-Brooke ha retirado la denuncia, ahora eres libre, ya no tienes que cumplir condena, he
tenido que pagar una fianza, pero no me importa, ahora estoy a tu lado. Gracias a Dios.
Así, por primera vez en muchos años ella se sentía al fin con suerte aunque había
algunas personas, como April Tuna, que nunca la tendrían.

-Lily, al final me tengo que quedar con mi padre, quiero estar contigo y es la única cosa
que puedo hacer para ello.
-Ya sabes que yo no voy a interferir en tu decisión, es una decisión que tienes que
tomar solo, porque es tu futuro.
-Nuestro futuro –dijo Josh cogiéndola de la mano.
-Sí, nuestro futuro. Por cierto, ¿quién te ha llamado en el entierro de la Zarpa?
-Pues no te lo vas a creer pero era su abogado, dice que Bobby cambió su testamento y
que nos ha dejado alguna cosa.
-¿Qué? ¿Y qué crees que nos ha dejado?
-No lo sé, seguro que alguna de sus bromas antes de irse al otro mundo, ella era así, la
echaré de menos.
-Sí, yo también, lo mismo que a George.
-¿Qué ha pasado con él? –dijo Josh.
-No te has enterado, ¿verdad? Se ha ido de casa, ahora está de gira con unos rebeldes.
Se ha vuelto un inconformista, la verdad es que desde que lo suyo con Sam se quedó en el
olvido ya no volvió a ser el mismo de antes.
-Vaya, lo que puede pasar con una sola acción.
-Una sola acción llevó al mundo a las dos guerras mundiales. Josh, las acciones forman
nuestro futuro, por eso tenemos que pensar todo muy bien antes de hacerlo, por eso quiero
que pienses si quieres estar con tu padre.
-Quiero estar contigo.
-Bueno, pues entonces vamos a ver lo que nos ha dejado la Glass, ojalá sea algo de
dinero, nos hace falta.

-Harrison, yo… lo siento mucho, no tenía que disgustarme por esa tontería, perdóname.
-No, perdóname tú a mí, soy estúpido y no vi que Brooke te necesitaba.
-Pero ahora ya no me necesita, anda mejor que una rosa.
-¿Habláis de mí? –dijo Brooke que bajaba por las escaleras de casa con cierta dificultad,
pero lo hacía.
-En cierto modo, sí –dijo Sam.
-Está bien, os dejaré solos tortolitos.
-No molestas –dijo Harrison.
-Lo sé, pero de verdad, no quiero ver como el amor de mi vida se ha ido para siempre.
No quiero que os sintáis mal, pero no esperéis una fiesta por mi parte, yo te sigo queriendo
Harrison y sería muy duro para mí tener que verte todos los días, besando a una mujer que
no soy yo.
-Lo siento –dijo Sam.
-No lo sientas, no eres tú la culpable, de hecho aquí no hay ningún culpable.
En ese momento llamaron a la puerta, era Nicole.
-¿Qué hace aquí esa zorra? –dijo Sam.
-Ha salido ya, es libre, ahora ha cambiado mucho Sam –dijo Brooke abriendo la puerta.
-Gracias Brooke –dijo ella llorando y abrazándose a ella con efusión.
-Guárdate tus alabanzas víbora, aquí no las necesitamos.
-Spam, he cambiado, ya no soy la de siempre.
-Puedes engañar al mismísimo Colombo, pero no podrás engañarme a mí, aunque veo
que a Brooke ya las has engañado.
-Ella ha cambiado Sam, ¿por qué no lo entiendes? –dijo Brooke.
-Porque las personas malas no se vuelven buenas de la noche a la mañana, porque ella
es la misma de siempre, ¿es que no te das cuenta? Te ha manipulado para que le quitaras la
denuncia.
-Tienes todo el derecho a pensar así, déjala Brooke, con el tiempo se dará cuenta de
que he cambiado.
-Sí, cuando tenga que recoger a mi hermana con una pala porque esta vez la atropelles
con un camión para no dejar rastro. O cuando tenga que secar sus lágrimas por una de tus
fechorías. No Nicole, las alabanzas se las gana uno con el tiempo, aunque tú no creo que las
consigas nunca. Vámonos Harrison.
-Me alegro mucho de que estéis juntos –dijo Nicole, mirando como Brooke hacía un
gesto de tristeza.
Sam y Harrison se fueron, entonces se quedaron solas Brooke y Nicole.
-Brooke, ¿qué te pasa? No estás contenta con la unión de esos dos, ¿verdad?
-Nicole, yo quiero a Harrison, le dimos la opción de elegir pero él eligió a Sam, ahora me
arrepiento de haber dejado que me enamorara. Cada vez que la besa, me siento… mal
Nicole. Siempre he pensado que Harrison sólo era eso… Harrison, pero ahora es el amor de
mi vida y no sé si voy a aguantar mucho más.
-Tranquila Brooke, si de verdad te quiere pronto se dará cuenta y vendrá contigo. Si no
lo hace entonces es mejor que te busques otra pareja, es hora de cambiar de aires. Vámonos
a tomar algo.
-Aunque me veas así de bien aún no puedo andar mucho, tengo que tomar calmantes y
la recuperación será lenta.
-Lo siento Brooke, fue sin querer, un accidente, aunque en ese momento lo deseaba.
Pero tengo que decir que cuando te privan de a libertad, ya no te queda nada, sólo tu cabeza
y entonces es cuando te das cuenta de lo que de verdad importa, y tú me importas Brooke.
-Gracias Nicole, siempre seremos amigas.
-Eso espero Brooke, de verdad que lo deseo.

-Este es el vídeo que la señorita Glass ha dejado para vosotros, cuando terminéis pasad
a mi despacho, allí hablaremos de las cuestiones legales –dijo el abogado antes de poner el
vídeo y marcharse.
-Vamos a ver lo que nos dice –dijo Lily abrazando a Josh que se encontraban en un sillón
frente a la televisión.
-Hola tortolitos, siempre he deseado decir esto, si estáis viendo este vídeo es que ya no
estoy con vosotros, aunque la verdad resulta más gratificante cuando es otro el que lo dice.
Fuera bromas me he dado cuenta de que no he hecho nada en esta vida. No tengo marido,
no tengo hijos y no tengo ni mi propia personalidad. Lily, tú me diste una identidad, aunque
yo no quise reconocerla, soy lesbiana sí, pero nunca me imaginé que lo iba a decir y mira…
ahora lo digo delante de dos alumnos a los cuales quiero mucho, con los que disfruté un
montón y a los que echaré de menos, si es que en el otro mundo se echa de menos. La
verdad es que el momento en el que os grabé fue supremo, pero luego me disteis una
lección que nunca había llegado a observar, los males que uno causa al final son devueltos.
Ese despotismo con el que os trataba y sobre todo esa arrogancia eran propios de la época
de la inquisición, pero ahora no eran buenos. Os he llamado a vosotros porque en realidad
sois lo único que me queda en este mundo, exceptuando a mi hermana que por razones
obvias no incluyo en el testamento. Sí, vosotros sois los únicos beneficiarios de mi
testamento, mis hijos… si me permitís la expresión. No tengo mucho, aunque me hubiera
gustado dejaros más cosas. Os dejo mi casa y mi cuenta corriente, espero que seáis felices.
Ahora tengo que despedirme, ya he cambiado el testamento y ahora acabaré con una vida
que en realidad empezó cuando vosotros llegasteis a casa. Siempre vuestra, y espero que
sin rencor, Zarpa –dijo levantando su dedo de metal.
Josh y Lily se quedaron atónitos, gracias a la generosa donación de la Glass, todos sus
problemas se habían ido. Ya no tenían que pagar hipoteca y lo demás lo podían conseguir
ahorrando un poco y trabajando por las tardes. Por eso los dos miraron al cielo y le dieron las
gracias a la Glass sin saber en realidad si ella podía escucharlos. Pronto pasaron al despacho
del abogado para coger sus bienes, aunque al ser menores Josh tuvo que llamar a su madre
que pronto se presentó allí.

-Estás guapísima Carmen, ¿estás preparada? –dijo Jenny.


-No lo sé –dijo Carmen que estaba vestida con un vestido de noche precioso.
-No puedo dejarte ir si no estás segura de hacerlo, no es un lugar muy agradable.
-Lo sé, pero no me queda alternativa, iré.
-Está bien, lo mejor es que no pienses, pronto te librarás de tu madre y de todo lo que
te rodea.
-Incluso mis amigos.
-Sí, pasa página, deja todo atrás Carmen, eres una nueva chica, una chica que va a
conseguir el éxito pase lo que pase.

-Hola cariño –dijo Sugar a Exquisite-, la verdad es que deseo verte, ¿cuándo vas a
volver? –dijo él por el teléfono.
-No me digas eso, no puede ser.
-Lo sé, ya sé que eres una estudiante de intercambio y has tenido que volver a tu país.
¿No puedes visitarme?
-Vaya… de acuerdo cariño, volveré a llamarte.
-¿No quieres que te llame? Cariño.
-¿Qué te pasa? –dijo Josh que entraba por la puerta de la habitación de Sugar.
-Ella, ha cortado conmigo –dijo él destrozado.
-¿Exquisite? Pero si te quería mucho.
-Dice que ella no está preparada para una relación a distancia y la verdad no la culpo,
pero ha sido la primera mujer que se ha fijado en mí como persona, no como un monstruo.
-Pero, ¿de qué hablas?
-Tio, no soy tonto. Ignoro lo que me dicen, pero eso no impide que me afecte. Cuando
voy por la calle la gente me mira preguntándose cómo he podido dejarme tanto. Y en el
instituto intimido a los nuevos. Josh, mi corazón no es tan fuerte como lo es mi cuerpo, odio
mi cuerpo.
-No digas eso, cada uno tenemos lo que tenemos.
-Para ti es fácil, tienes un cuerpo de modelo de calzoncillos, además tienes ojos azules,
rubio… tienes de todo tío. Pero yo, sólo soy gordo.
-Tú eres más que eso Sugar, eres mi amigo y no te veo como un gordo, ni un flaco. Las
personas sólo somos eso… personas, no tenemos que buscar un sitio en cada lugar,
simplemente tenemos que dejar a un lado los prejuicios y mirar a la persona interior, y tú,
Sugar, es muy bueno por dentro.
-Sí, pero la gente no mira el interior cuando me desprecia.
-En cierto modo todos somos inseguros, no hay ninguna persona que esté contenta con
todo su cuerpo y eso es lo que nos hace especiales Sugar, que nunca estamos contentos con
lo que nos toca porque nuestro modelo de perfección no existe. No pienses más en eso, no
merece la pena, ella te ha dejado por la lejanía, no por tu aspecto.
-Gracias brother, saber cómo animar a un amigo.
-Vengo a contarte lo que nos ha pasado a Lily y a mí, ha sido increíble…

-Harrison, ¿qué vamos a hacer con Brooke? –dijo Sam.


-No lo sé Sam, en cierto modo hemos jugado con fuego y todos hemos salido
quemados. Lo peor es que tomase la decisión que tomase, una de las dos iba a sufrir, por
eso elegí con el corazón.
-Sí, a mí me querías más que a Brooke.
-De pequeño quería más a Brooke, sólo vemos el exterior y la verdad es que Brooke era
una muñeca, pero con el paso de los años te das cuenta de que eso es lo más pasajero, lo
menos importante y te elegí a ti. Una persona guapa, sí, pero no sólo eso sino que además
eres lista, divertida y tienes una sonrisa que me invita a perderme en ella.
-Ojalá fuese distinto.
-Tenemos que conformarnos con lo que tenemos Sam o llegará un momento en el que
ya no podremos vivir más y entonces nos daremos cuenta de lo que mucho que hemos
dejado atrás. Cuando estuve a punto de morir con leucemia me di cuenta de que los buenos
momentos de nuestra vida son los que de verdad hacen que ésta merezca la pena. Si
dejamos perder esta oportunidad Sam, lo vamos a lamentar.
-¿Y qué pasa con Brooke? No puedo dejar que ella nos vea besándonos en casa.
-Pues no nos besamos en casa, nos besamos en un lugar en el que ella no esté. No
podemos dejar escapar nuestro amor simplemente porque a ella le haga daño, porque si lo
dejamos entonces nosotros también sufriremos.
-Dios, ¿por qué tiene que ser tan difícil el amor?
-Porque lo que es bueno siempre necesita algunos sacrificios. De pequeños sólo nos
basta con un simple beso, pero ahora ya queremos explorar nuevas cosas. Harrison, te
quiero mucho, quiero que seamos novios y la verdad… me gustaría que Brooke pensara
diferente pero como tú dices, ella no puede hacer que nosotros no nos queramos.
-Así es cariño, por eso te voy a llevar a un restaurante de lujo, vamos a comer la mejor
comida del mundo y nos vamos a besar hasta que los labios se nos sequen.
-Al burguer de la esquina de tu casa, ¿verdad?
-Sí, el dinero no es lo mío, nena –dijo Harrison riendo.

Lily vino al cementerio, traía una flor blanca entre sus manos, era una rosa y la depositó
en la lápida de Zarpa, como ellos llamaban cariñosamente a la señorita Glass. Dejándola allí
miró su foto, siempre con su bata blanca, parecía que estaba trabajando siempre. A la edad
de cuarenta y seis años Bobby Glass había fallecido y ahora Lily estaba muy agradecida, por
eso se sentó en la lápida y empezó a hablar con ella.
-No sé si me escuchas y esto me parece un poco raro, pero la verdad es que necesito
darte las gracias. Gracias a tu gesto Josh no ha tenido que elegir entre su bienestar o nuestro
amor y la verdad es que ahora tenemos un lugar donde estar juntos, gracias a ti. No puedo
explicar con palabras lo que siento ahora mismo pero sí que te puedo decir que siento
mucho que hayas acabado así. No sé lo que te ha llevado a pensar que tu vida no merece la
pena o qué se yo, quien te ha llevado a cometer esa locura. Te necesitamos Bobby –dijo ella
sin poder aguantar las lágrimas-, te vamos a echar de menos en tus clases y cada vez que
nos toque biología pensaremos en ti, por muy bueno que sea nuestro profesor o profesora
nunca tendrá el carisma y la creatividad que tú tenías. Siempre te vamos a recordad Bobby,
siempre estarás en nuestros recuerdos y en nuestros corazones –dijo besándose las manos y
llevándolas a la tumba. Pronto se levantó y se marchó.
La tumba de Bobby Glass se quedó allí inerte, como todas las demás, al morir todos nos
encontramos solos, en el mismo sitio. Por eso Bobby Glass nunca pensó que su tumba fuera
visitada por sus alumnos y mucho menos que todos ellos derramarían una lágrima por ella,
quizás si lo hubiera sabido ella no estaría muerta.

También podría gustarte