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UNAS BUENAS BASES, SON LA ESTRUCTURA DEL FUTURO

Año dos mil cuatro, Tal vez uno de los años más difíciles para unos pocos, aunque para
muchos simple, para aquellos que siguen por el mismo sendero, ya que no obstante, es mucho
más fácil para los que pasan del grado quinto a sexto en la misma institución, ya que el
primer día, en la nueva institución será el inicio de nuevas experiencias, temores, angustias y
todos aquellos desaciertos e inigualables encuentros con aquellos seres que creen suyo todos
los espacios y con sus miradas inquietantes y burlonas tratando detrás de su picardía hacer
pagar el precio de la primiparada.

Así se enfrentan los antiguos integrantes de aquellas instituciones con los nuevos, tratando los
unos de hacer caer unos a los otros, jugando al gato y al ratón con el fin de lograr que cada
uno conserve lo poseído y otros conquistar lo perdido en un entonces.

No es fácil y no lo es durante todo el año, ya que si no lo es para los que simplemente van de
un salón a otro, mucho menos para aquellos novatos, trasladados de otra institución; sin
embargo, con el pasar del tiempo se puede adaptar a las costumbres de este nuevo espacio,
creando cada uno su grupo de trabajo, y marcando los compañeros e inigualables amigos, los
cuales con el trascurrir del tiempo se deshacen las dificultades y se dejan atrás un poco las
persecuciones, y entre cada nota, descansos, exposiciones y trabajos, se logra sobrevivir y
culminar un año más de lecciones y enseñanzas.

En medio de tanto disturbio, finalmente el día del grado llega, y en noviembre se estarán
realizando las inscripciones y matriculas para otro año, y sin querer luego de unas atractivas
vacaciones, en el año dos mil cinco, comienza otra vez los desaciertos que se pueden generar,
pero allí estarán de nuevo los amigos y se marcara un nuevo terreno que ya se ha obtenido por
ser estudiantes antiguos, y seguramente la guerra se repetirá, en búsqueda de la conservación
de lo que se ha construido durante todo un año.

Y así, entre exámenes, exposiciones, peleas, acuerdos y desacuerdos, el año dos mil seis y
hasta el año dos mil siete, muchos han pasado de los llantos y peleas infantiles de los grados
inferiores (sexto, séptimo, octavo), al año dos mil siete (grado noveno), en el cual para
muchos puede ser más interesante, porque se recibirá el primer diploma, el primer grado, el
cual indica que se es grande hay más responsabilidades, y más sueños por cumplir cada día,
un paso grande en la vida de cada ser de la institución; y en este recorrido se conocen más
amigos, confidentes, y se abren las expectativas más grandes para la vida, que se han de
luchar, todos comenzaron una etapa más madura, y se debe estudiar para lograr construir la

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UNAS BUENAS BASES, SON LA ESTRUCTURA DEL FUTURO

base para el inicio de una aventura que se formara con el pasar del tiempo en cada una de las
personas que comiencen a mirar hacia adelante.

No es fácil comenzar este nuevo paso dado (noveno), ya que consigo llegan más esfuerzos y
dedicaciones e incluso nostalgia porque es más poco el tiempo que falta para salir y dejar
atrás, todos los recuerdos e ilusiones vividas de la niñez, y poder asumir con madurez los
dones naturales, en donde otra etapa comienza no solo educativa sino personal, la juventud,
llega un nuevo escalón próximo a pisar, la universidad, pero se anhela que el tiempo
transcurra lentamente como en un lugar donde no existiera, un limbo, en donde se facilitaran
las cosas, pero esto ayuda a crecer como personas y formar las estructuras para nuestra
formación personal y de la vida que cada uno desea recorrer.

Ahora en el dos mil ocho, tocara saborear el amargo sabor de la despedida que se debe dar a
aquellas compinches, amigas, enemigas, que están en el grado superior, las cuales para el año
nuevo, no estarán más, no obstante marcaran el camino de la infelicidad, porque seguramente,
en el dos mil nueve, serán las que estarán a punto de ir rumbo a la universidad, ese gran paso
que definirá cada vida y futuro de los estudiantes.

Entonces el valor se verá reflejado en la severidad del tiempo, el cual vio crecer desde el
grado sexto al grado once a cada integrante de la institución, y que generara un sufrimiento
adicional, ya que es cierto que se compartieron tantas cosas juntas, entre ellas la alegría de
aprender, y obtener la fortaleza necesaria para emprender el nuevo recorrido, los amigos
cosechados y todos los valores cultivados en el camino de la vida.

Es por eso que la confianza es la vía que aún cuando con temor se entiende y con la que se
llega al final, en cada corazón se encuentra la paz y el descanso de un futuro mejor.

Jised Tatiana Acero Caicedo - 1101 - 1

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