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Todo Depende De Un Cabello Fredric Brown

La esposa del seor Decker volvi de Hait. Haba ido sola. Haban decidido pasar un tiempo separados para arreglar luego amistosamente el divorcio. Pero eso nada haba cambiado. Se detestaban todava un poco ms que antes. - Divide en dos partes - Exigi firmemente la seora Decker -. La mitad de tu dinero y de tus bienes. - Es ridculo - Replic con aspereza el seor Decker. - Ridiculo, eh? Si quisiera lo tendra todo. En Hait, he estudiado vud. - Y qu? - Que si no fuera una mujer honrada moriras por paralizacin del corazn. El vud no deja huellas. - Tonterias! - Exclam con superioridad el seor Decker. - Bien, permteme hacer la prueba. Un trozo de ua o de cabello y vers! Patraas! - Afirm el buen seor Decker. - Te hago una proposicin, probamos. Si no da resultado, nos divorciamos y no pido nada. Si sale bien, heredo y me voy muy agradecida. - De acuerdo - Dijo el seor Decker - Trae cera y un alfiler. Se mir las uas. - Demasiado cortas. Te dar un cabello. Fue al cuarto de bao y volvi con un cabello en un tubo de aspirina. La seora Decker haba ablandado ya la cera. Hundi en ella el cabello y la model groseramente en forma de ser humano.

- Lo lamentars - Asegur, mientras hunda la aguja en el pecho de la estatuilla. El seor Decker se sorprendi, pero de manera agradable. No crea en el vud, pero era prudente. Adems, siempre le haba irritado que su mujer no limpiase nunca el peine.

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