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Yo Soy Odiseo

A Penlope, desde el ocano.

Es bien sabido Que no naci el hombre para volar; Mas de esta mi alma, T, refugio y monasterio has sido, Y bien la has sabido drenar; Mis aos no son ya ms mi castigo; Mas al alba he de encontrar con tarda calma. Aqu, desde los muros De la indmita Babel vislumbro La prometida aurora Que a mis pies siempre encadeno, Presta est mi alma a pagar el precio; Y cantarn las sirenas, seduciendo victorias, Mas oirn en la noche mis bramidos con miedo. Alas se me dieron Con la ambrosa del sueo prohibido; Mas no hay vuelo eterno Si no aguarda al lado Ddalo herido. Si, el sol me mostr su altanero desprecio; Y si bien la cera en mis alas ha consumido, No ca sin que conociera mi grito fiero. Vieja es mi barca; Aunque nuevas mis manos Y mis das llegan a su verano; Mas veo ya llegando la grvida estela blanca. Si el mar ha puesto su sello en mi paso, Y dejado arrugas en mis ojos o marcas en mi cara, Abrazo bien su azote; pues no ha sido en vano. Alzando la vista al este, Claro veo que bien mi simiente he regado. Ya todos mis hijos me han dejado; Mas dieronme la espalda cuando fue prudente. No as aquellos que yacen a mi lado, Que unen con el mar y su helado viento penitente,

El yugo alegre de ser, conmigo, tristes soldados. Si la tierra prometida Al ver mi tez maltrecha me desdea, No deseo ni su estima ni su venia; Mas no la dejar sin haber plantado mi semilla. Y El Silencioso, con ansias abrir sus puertas Cuando a los cados encuentre, en mi hora de agona; Aun as, saldr del Aqueronte, llegar a mi isla serena. Y t que por mi esperas, Penlope, pon an mas hilo a tu rueca, Deshaz el manto por otra noche y no guardes vela; Que llegar a tu aposento cuando el da vuelva. Deja que el demente titn enfurezca, Deja que devore a sus hijos y gire su rueda; Igual llegar y tirar de esta torre cada piedra. Olimpio, Tu rayo no me hundi! Pasmaste a tu orculo y su blancor te confundi; Pues el brazo que me cuid y la mano que me cur Fueron ms fuertes que la boca que me burl. Y tu villana seguir, y quedar tu tirana; Mas no hay rey ni reino que me rija; No pertenezco a nadie, tan solo al alma ma. Ya veo acercarse mi puerto! Pisar mis tierras y me tendrn por un forastero, El prepotente batidor llorar con sus truenos, Y huirn de mi casa todos los que me creyeron muerto; Mas nada importar cuando reclame mi reino. Ni valiente ni guerrero Ni rey ni pordiosero Soy quien soy Yo soy Odiseo!

Noviembre 26, 2012.

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