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En la Soberbia, la Espina

Adis lvaro. Prncipe nunca laureado, strapa triste, rey advenedizo. Adis, emperador de cuarto piso antes de tiempo y sin cesar pagado. Administras las tumbas del pasado, y hechizado, aprovechas el hechizo en el agusanado paraso donde llega el soberbio derrotado. All eres dios sin luz ni primavera. All eres capitn de gusanera, y en la terrible noche del arcano el cetro de violencia que te espera caer podrido como polvo y cera bajo la jerarqua del gusano. Caballero del ltigo mezquino, excomulgado por el ser humano, iracunda piltrafa del camino, Oh pequeo anticristo, anticristiano. Como t, con el ltigo en la mano, tiembla en su tumba en Espaa Franco el asesino y en Alemania tu sangriento hermano lee sobre la nieve su destino. Es tarde para t, triste Alvarito. Quedars como cola de tirano en el museo de lo que no existe. En tu pequeo parque de veneno con tu pistola que dispara cieno.

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