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UNA GRAN PROMESA

por Ángel Díaz de la Torre


Este cuento se lo dedicó a todos mis
amigos

Una gran promesa


El aprendiz. Capitulo 1
ace mucho tiempo, cuando existían los

H mundos de fantasía con dragones,


magos, orcos, trolls, hechiceras…
había un muchacho que se llamaba Nicolás,
solo creía en si mismo, por eso no veía a
nadie, se creía que solo estaba él en el mundo,
pero, un día, para divertirse creyó en magos y
dragones y que él era el más poderoso de los
magos y tenia al dragón más temible y fuerte
de todos.

De eso va esta historia, de este juego.

En Torremolinos estaba él, vigilando la ciudad


cuando de repente se le ocurrió robar, ya que
es el más poderoso del mundo. Pero lo que no
sabía era que hay más mundos, pero eso a él le
daba igual: porque de su mundo no se iba a
mover. Entró en el banco más importante de la
ciudad. (Todo el mundo lo conocía).

-Hola mister Nicolás, ¿qué te trae por aquí?-


preguntó el guardián.

-Nada, voy a sacar dinero que tengo cosas que


comprar.-No mintió en nada ya que él era muy
sincero.

Entró en el banco y de un hechizo paró el


tiempo, duró cuatro minutos con cincuenta
segundos en atracarlo pero al salir tuvo que
correr para irse con el dragón a otra ciudad ya
que el hechizo duraba cinco minutos y solo
funcionaba con los mortales, es decir, los
humanos, los orcos y los trolls. Nicolás
cometió un error, porque los guardianes eran
magos y le estuvieron siguiendo hasta que le
alcanzaron. No llegó a tiempo para acercarse
al dragón para que los aniquilara, tenía que
luchar él contra diez, por lo menos.

Le tenían rodeado, pero, Nicolás tenía un as en


la manga, es decir, lo tenía todo controlado.
Dijo una palabra en voz baja y de repente una
llama de fuego salió de su mano, tocó a un
guardia y cayó al suelo desmayado.

-Solo quedan nueve- pensó.

Gritó la misma palabra que antes y una llama


alcanzó a los nueve guardias. Fue una
llamarada de por lo menos diez metros.

Se fue al dragón y se montó en él. Se dirigían a


Nuevawerty, una ciudad repleta de ratas, olor a
cloacas y con muchos ladrones, pero también
tenía su lado bueno, tenia la mejor comida de
todo el planeta.

A los dos días, por fin llegaron a Nuevawerty.


Allí lo primero que hicieron fue ir a Riostran,
el mejor restaurante de la ciudad: era grande,
espacioso y no se notaba que había gente y te
servían la comida en muy poco tiempo. Pero
Nicolás no iba a comer, sino a destruir el local
y quedarse con el dinero, Pero una fuerza
relampagueante se lo impidió.

En ese mismo momento, se dio cuenta de que


ya era viejo y tenía que haber alguien que le
sucediera, pero no le quedaba ningún pariente
así que, tenía que elegir a alguien. Empezó a
buscar pensando que ese era el mejor sitio,
porque de un don nadie se saca lo mejor del
mundo, claro que esa persona quiera.

A la hora, más o menos, un niño, yo, Ángel,


estaba en un callejón oscuro, helado de frío
intentado ganarme el pan de cada día robando,
cuando vi, a Nicolás.

-Genial, esta noche ceno-dije al verle con esas


pintas de rico y con una bolsa gigante de
dinero colgándole del cinturón.

Me acerque despacio muy despacio y sigiloso.


Por fin, cogí la bolsa, corriendo me fui a un
rincón, y camuflado en la oscuridad abrí el
botín, estaba lleno de dinero y lo conté.
-¡Treinta monedas de oro, tengo suficiente
para toda la vida!-se me escapó.

Nicolás miró su cinturón, vio que no tenia la


bolsa, entonces se adentro en la callejuela.

Me di cuenta de que venía y me acurruqué en


una esquina, vi como se acercaba más y más
hasta que me encontró, me cogió de un
hombro y me llevó a Riostran.

- Por fin te encuentro, quédate con la bolsa


pero me ayudarás. Sino, te las verás conmigo,
¿entendido?- dijo Nicolás.

-Sí, pero dígame su nombre, si es tan amable


señor.- Dije con voz tímida.

-Me llamo Nicolás, mister Nicolás, ¿y tú?-


contestó.

- Mister Nicolás, perdón por no haberme


presentado. Me llamo Ángel, pero me llaman
Forgrof.-dije más confiado.

-Ya que nos conocemos, ¿Qué quieres cenar?-

-Unos canelones con bechamel, agua,


calamares y mejillones.-

-Ya le ha oído, yo tomare un té.-dijo tan


contento, no había visto a ninguna persona tan
generosa, pero eso no era tan difícil, solo
conocía a gente agarrada. -Verás Forgrof, no te
he traído aquí para que seas mi criado, sino
para que seas mi aprendiz.-

-Yo, ¿un aprendiz, de qué?-

-¿No me conoces? Soy el mayor de los


magos.-

-Vale me encantaría ser tu aprendiz- Dije


encantado.
El Puente de Werty
capitulo 2
espués de hablar con Nicolás nos

D dirigimos a Werty donde vivía él.

Es una
ciudad grande, que la rodeaba un río, famoso
por la pesca. Si no savias pescar allí, echas la
caña y ya has aprendido y además allí se
pescan los mejores peces. Hay de todas las
clases. También era la ciudad con menos
contaminación. Llegamos con su dragón que
ya estaba viejo y al dejarnos murió.

-¿Cómo nos moveremos por el mundo?-. Dije


sabiendo la respuesta.

-Con magia, muchacho. Por cierto ¿qué sabes


hacer aparte de robar y forzar cerraduras?-.
Dijo frunciendo el ceño
Se rascó la perilla mientras esperaba. Yo dije:

-Solo se leer y memorizar todo lo que me…-

No me dejó acabar.

-Con que leer ¿he? .Solo te falta el kiroku.-

-¿Cómo que un kiroku? ¿Qué es un Kiroku?-

-Un kiroku es una túnica del color de el que


pertenece tu ser-

-¿Cómo se consigue esa túnica?-

-Cada mago se encuentra su kiroku cuando


esté preparado para enfrentarse a los retos de
la magia.-

-¿Cuándo encontrare mi kiroku?-

-Cuando estés preparado y te enseñe todo lo


relacionado con la magia-

Mientras hablábamos yo iba corriendo y él iba


andando tranquilamente ¡menudas zancadas
pegaba! Al fin llegamos a un hostal. Era
bastante grande con un color marón, con vistas
al mar. Entramos: era moderno y espacioso.
Pedimos una habitación, pero…no quedaban,
era época de pescar y estaba todo lleno.
Fuimos caminando y buscamos otro lugar
donde pasar la noche, pero caminando y
caminando no encontramos nada; solo
pillamos frío. Ese hostal era la única parte
pública.

- ¿Por qué no usas la magia? -dije sin aliento


de tanto correr por seguirle.

-Porque en esta ciudad no creen que haya


magia-dijo bajando la voz. Yo casi no lo oía

-Pero no hay nadie.-

A mí me daba igual porque por una noche


más no pasaba nada, pero sería duro para
Nicolás.

-Tienes razón. Shijuy.-Dijo como si las


palabras se las llevara el viento.

Shijuy. ¿Que querría decir? Al poco tiempo


una tela y varios hierros aparecieron, de
repente volaron y formaron dos tiendas una
grande y otra un poco más pequeña. El dijo: tú
la pequeña, y descansa, mañana viajaremos al
puente de Werty. No podía pegar ojo, no
estaba acostumbrado a los colchones, me
levante, era media noche, estuve dando una
vuelta y fui a el puente de Werty. Era grande,
de metal excepto el suelo que era de madera,
tenía muchos salientes para pescar. Un trozo
de madera resaltaba…estaba mal puesto,
intente sacarlo pero era imposible, estaba
atrancado.

Después, cuando me entro sueño, volví a la


tienda de campaña. Hacia más frío que antes y
empezaba a hacer viento. Para cuando llegue a
la tienda estaba resfriado. Entré en la tienda, y
me dormí.

Al día siguiente Nicolás me despertó. Me


costaba levantarme, estaba muy cansado no
había pegado ojo en toda la noche, estaba
pensando en el tablón de madera. ¿Por qué
estaba mal puesto? Me preguntaba una y otra
vez.

Me levante de la cama y salí a tomar el aire


fresco, allí me esperaba Nicolás con dos
bollos.- ¿Son para mí?- dije-No, búscate tu
propio desayuno…-y puso 2 monedas de oro
en mi mano-esto es para todo el día.
¿Entendido?-dijo con voz grave. Yo asentí
corriendo fui a una repostería, compre una
palmera de chocolate y me la comí. Fui con
Nicolás al puente de Werty. Por el camino
unos guardias nos detuvieron.

-¿Qué hacéis vos aquí Mister Nicolás?- dijo un


tipo alto y gordo. Otro dijo-¿quien es ese
vagabundo Nicolás?
-Es un amigo y, por cierto he venido a mí casa,
me he enterado del asunto.- Nos dejaron pasar.

Por fin llegamos al puente. Nicolás miró hacia


todos los lados, vio que no había nadie.
Pronunció una palabra y el tablón que no
encajaba salió disparado. Una trampilla se
abrió, Nos metimos en ella. Era unos
pasadizos secretos que llevaban a muchas
partes. Nos dirigimos a un callejón donde
había una luz centelleante al final y una
escalera de madera (Parecía rígida).

Entramos en el callejón, cuanto más nos


acercábamos más brillaba la luz. Llegamos a la
escalera de madera, la subimos y estábamos en
una isla desconocida donde brillaba el sol
como en verano. En la isla había una mansión.
-¿Viviremos aquí Nicolás?- contesté
entusiasmado.

-En parte sí, viviremos en esa mansión pero…


solo en los dos pisos más altos.

-¿Porque?- dije muy sorprendido

-Por que esta muy sucio, eso me recuerda que,


necesito un ayudante-lo ultimo lo dijo
pensativo, no sé por que.

- Yo puedo ser tu ayudante, ¿no?- dije


emocionado
- No, tu tendrás que estar conmigo para
aprender los conjuros y conseguir tu kiroku-
baje la cabeza decepcionado, pero sin embargo
estaba contento. No quería estar de un lado a
otro todo el día.

Entramos en la mansión, era grande, con


muchas obras de arte y sucia, con mucho
moho, por lo menos las dos primeras plantas.
En el último piso estaba el despacho antes de
llegar a un pasillo largo y estrecho con dos
habitaciones: un cuarto de baño y una
habitación. En el tercer piso había otro pasillo,
un cuarto de baño y una habitación, pero no
había un despacho, sino un taller. Suponía que
el dormiría en el cuarto piso y yo en el tercero,
y así fue.

Entré en mi cuarto y vi lo que había en él:


había una cama grande y alta pegada a la pared
con una ventana detrás, una mesita al lado con
una lámpara, en otra pared había una mesa
muy grade con libros y libretas. Esa es mi
habitación.

Al salir Nicolás me dijo que maña estaríamos


de viaje todo el día para contratar al ayudante.
La librería

N
os dormimos. Al día siguiente
nos tele transportamos a una
ciudad que no conocía, era
grande con muchos edificios y la
mayor gente de la ciudad era
maga (eso creo, eso eran túnicas como la de
Nicolás) primero nos dirigimos a una calle
tenebrosa, oscura y parecía peligrosa, la
atravesamos y llegamos a un edificio muy alto
de color blanco, que ponía SABER Y
APRENDER así se llamaba.

Entramos estaba todo el mundo en silencio,


subimos unos cuantos piso, cada piso era más
grande y de distinto color, el primero rojo el
segundo verde el tercero amarillo el cuarto
azul…

Subimos hasta el último piso era tan grande


como una mansión y era de color negra (¿las
paredes significaban el estilo de magia?)

Pasamos por un pasillo lleno de estanterías con


libros gordos cuando de repente un hombre
con capucha nos envistió, a mi me tiró al
suelo, pero el tropezó conmigo y se cayó.
El hombre sacó una barita mágica y me iba a
lanzar un hechizo cuando Nicolás fue más
rápido y le inmovilizó. Corriendo cogí uno de
los libros de los que había en las estanterías y
recité un hechizo ¨adretim burtyerambustrateri
hsvicoratimawer ¨ leí el primero que vi, pero
funcionó, el hombre se quedo como pasmado,
como si tuviera un derrame cerebral que
durase 4 segundos y lo matase, Nicolás había
usando toda su maná con un hechizo que era
menos poderoso que el que yo había lanzado y
por eso quedo sorprendido.

Ese fue nuestro ayudante ya que al fin, no se


había muerto solo que hacia todo lo que se le
decía Nicolás me enseño más magia la puse en
práctica en la calle (cuando termine los
estudios me iré a my sitio) pensé.

Y tal y como lo pensé lo hice pero


despidiéndome, además con regalos a Nicolás
le domé a un dragón y al hombre misterioso le
di una cocina. Cuando le di la cocina al
hombre misterioso me dijo su nombre se
llamaba: José María.

Me fui a my tierra natal una calle, pero con lo


que había aprendido ya tenía una mansión y
así fue my vida, después escribí este libro y ya
te he contado todo lo que ha pasado en mi
vida, te contare más dentro de unos años, hasta
entonces.

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