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Jose Prieto
Muñecas
Atada y amordazada, Clara está sentada en una silla. Rebeca llega vestida de novia con
aspecto eufórico y radiante.
Rebeca- ¡No te lo vas a creer! Estoy segura de que no te lo vas a creer... es que no
te lo vas a creer, Clara, no te lo vas a creer... es que ya verás... tú
escúchame, Clara, tú escúchame que vas a alucinar... yo llego allí, ¿no?, a
la iglesia, bueno, a la catedral, eso, a la catedral, y llego a la catedral así,
claro, guapísima, en el carruaje, con los cuatro caballos blancos tirando
de la carroza, y toda la gente esperándome, y llego yo a la catedral en la
carroza y los caballos blancos y toda la gente me aplaude y me gritan:
“¡Guapa! ¡Princesa! ¡Que eres una princesa! ¡Que eres la novia más
guapa que vieron Dios y los ángeles en toda su vida!...” y cosas así me
gritaba la gente... y, escúchame, que estaba yo allí y dice una señora:
“¡Ahí viene el novio!”, y miro y lo veo... y veo que por allá viene
montado en un caballo negro guapísimo... guapísimo él y guapísimo el
caballo negro... y llega por el medio de la gente que se va apartando, y
llega hasta donde estaba yo, en la puerta de la catedral, y se baja del
caballo, y se acerca a mi, y me mira, y me dice: “Soy el hombre más feliz
de todos los tiempos porque voy a casarme con la mujer más guapa que
vieron Dios y los ángeles en toda su vida”...y la gente nos miraba en
silencio, sin decir nada, y algunos lloraban y otros hacían que se sonaban
con el pañuelo para que nadie notara que también estaban llorando... y lo
cogí del brazo y entramos en la catedral, que también estaba llena de
gente, porque la gente que estaba fuera ya no podía entrar... y.... Clara...
¡Qué catedral! ¡Y qué pasillo! ¡Y qué flores! ¡Y qué alfombra!... y fuimos
acercándonos al altar, eso sí, despacio, mientras todos nos miraban y nos
sacaban fotos... y en el altar estaba esperándonos el cura, bueno, el
monseñor... y allí estábamos... ¡Era tan bonito! ¡Qué lástima que no hayas
podido venir, Clara! ¡Qué lástima!... pero yo te cuento... todo el tiempo el
coro estaba cantando y los músicos tocando, porque había un coro
enorme y un montón de músicos... y... ¿dónde estaba? ¡Ah, sí...!
¡Llegamos al altar! Eso, y en el altar estaba el monseñor, y el monseñor
hizo un gesto así... y el coro y los músicos se callaron y todo quedó en
silencio... y el monseñor empezó a hablar pero yo no sé muy bien lo que
dijo porque yo estaba superalucinada con todo y no podía concentrarme
muy bien, y además los niños de las arras estaban tan monos... y la
catedral tan bonita, y los invitados tan elegantes y tan emocionados... y
tantas flores... y entonces el monseñor le hizo a él la pregunta esa de que
si quería tomarme por esposa en la salud y la enfermedad y todo eso... y
el me miró y me dijo... “Sí, quiero”, y yo creo que me puse un poco
colorada... y después el monseñor me hizo a mi la pregunta esa de que sí
quería tomarlo por esposo, y yo lo miré y le dije: “No, no quiero”, y
entonces me marché de la catedral... si vieras que alfombra tan bonita,
Clara... tan bonita... creo que es el día más feliz de mi vida... ¿A qué
estoy guapísima? ¿Qué no?... ¿y tú que tal...?
Clara- (Amordazada) Mmm...
Rebeca- ¿Qué?
Clara- Mmm...
Rebeca- ¿Quieres que te suelte?
Clara- Mmm...
Rebeca- (Soltándole las manos) Tú nunca vas a tener una boda así... ni siquiera la
mitad... ni siquiera la mitad de la mitad... ni siquiera la mitad de la mitad
de la mitad... tú no tienes gusto para esas cosas... las flores las elegí yo...
y los caballos... y la catedral... y los niños de las arras también...
Le quita la mordaza.
Rebeca- Oye...
Clara no contesta.
Rebeca- Oye...
Clara- Qué...
Rebeca- ¿Ya no quieres ser camarera?
Clara- No.
Rebeca- ¿Por qué?
Clara- ...porque es asqueroso...
Pausa
Rebeca- Oye...
Clara- ¿Qué...?
Rebeca- ¿Pongo música?
Clara- Bueno...
Rebeca- ¿Y bailamos?
Clara- Bueno...
Clara- ¿Has visto como esnifa la señora Ramos? ¡Parece una aspiradora!
Rebeca- Es que con esa nariz que tiene podría aspirar toda la casa de una sola vez.
Clara- Toda la casa y todas las escaleras
Rebeca- Y el portal
Clara- Y la calle enterita
Rebeca- Y el barrio enterito
Clara- Y toda la ciudad
Rebeca- Y el país entero
Clara- Y la tierra toda
Rebeca- Y la luna
Clara- Y todas las estrellas y todas las galaxias
Rebeca- Y el universo entero...
Clara- ¿Te imaginas? Entonces todo el universo entero estaría dentro de
la señora Ramos...
Rebeca- Es verdad... uf...
Clara- Pero entonces...
Rebeca- ¿Qué?
Clara- Si todo el universo estuviera dentro de la señora Ramos... entonces...
entonces...
Rebeca- ¿Entonces qué?
Clara- Entonces... ¿Dónde estaría la señora Ramos?
No responden. Beben.
Pausa.
Clara- ¿Sí?
Rebeca- No
Clara- Zorra.
Rebeca- Y tú más.
Beben
Ríen y beben sin parar... hasta que suena el teléfono. Clara corre hacia el
equipo de música y corta el sonido. Rebeca contesta al teléfono con
preocupación.
Rebeca- ¿Diga? ...hola... muy bien... sí... sí... sí... también... vale... vale... (cuelga)
Clara- (Mirando a Rebeca con expectación) ¿Qué?
Rebeca- Media hora
Clara- ¿Media hora justa?
Rebeca- No sé... media hora.
Clara- (En voz alta y moviéndose por toda la casa) ¡Se acabó la fiesta, se
acabó la fiesta, se acabó la fiesta, se acabó la fiesta, se acabó la fiesta, se
acabó la fiesta, se acabó la fiesta...!
Rebeca- ¡Cállate! ¿No ves que ya se han ido?
Clara- Es verdad... ¿y Roberto?
Rebeca- También, también se ha ido.
Clara- No me importa.
Rebeca- Sí que te importa.
Clara- Sí que me importa... me importa mucho... porque... además... ayer... yo....
y Roberto... y yo... y Roberto... ayer...
Rebeca- (Interesada) ¿Qué pasó?
Clara- Nada... que Roberto y yo... ayer... hicimos el amor.
Rebeca- ¡Ooh! Cuenta, cuenta, ¿cómo fue?
Clara- Pues... él y yo estábamos en su habitación... allí... en su habitación... y
nos acercamos así de pie uno frente al otro... y entonces él me besó... y
yo lo besé a el... y eso... que nos besamos... en los labios... primero
despacito y luego más fuerte... y nos seguimos besando, y él me metió su
lengua en mi boca... y tocó mi lengua... y yo con mi lengua también
toqué su lengua, no sé si me entiendes...
Rebeca- Te entiendo, te entiendo, ¿y qué más?
Clara- Pues que después de tocarnos con las lenguas un rato él empezó a
tocarme así por encima de la ropa...
Rebeca- ¿El qué? ¿Qué te tocaba?
Clara- Pues primero me tocaba una teta... esta... y después me tocaba la otra... y
después también me tocaba el culo... primero con una mano y después
con las dos...
Rebeca- ¿Y no te tocaba también...?
Clara- ¿El coño?
Rebeca- Eso
Clara- Sí, también... también me lo tocaba... me lo tocaba bastante...
Rebeca- ¿Y después?
Clara- Después empezó a quitarme la ropa... me quitó la camisa... me quitó los
zapatos... me quitó la falda... me quitó el sujetador... me quitó las
bragas... me quitó todo...
Rebeca- ¿Y...?
Clara- Y... y él se quitó todo también...
Rebeca- ¿Y estaba...? ¿Su polla estaba...?
Clara- Erecta. Su polla estaba erecta.
Rebeca- ¡Dios mío!
Clara- Y entonces... el me pidió que se la chupara...
Rebeca- ¡Oh!
Clara- Y yo... se la chupé
Rebeca- ¿Cómo?
Clara- Así... arriba y abajo... arriba y abajo... arriba y abajo...
Rebeca- ¡Arriba y abajo!
Clara- Arriba y abajo... arriba y abajo.
Rebeca- ¡Joder! ¿Y qué tal?
Clara- ¿Qué tal qué?
Rebeca- ¿Qué tal?
Clara- Él gemía... y después de un rato me tumbé en la cama boca arriba
Rebeca- ¿Boca arriba?
Clara- Boca arriba... y separé las piernas... y el se puso encima de mi y...
Rebeca- ¿Y...?
Clara- Y metió su polla dentro de mi.
Rebeca- ¿Y tú?
Clara- ¿Yo qué?
Rebeca- ¿Tú qué tal?
Clara- Yo bien
Rebeca- ¿Bien?
Clara- Muy bien
Rebeca- ¿Muy bien?
Clara- Y luego empezó a sacarla y a meterla, a sacarla y a meterla, a sacarla y a
meterla...
Rebeca- ¡Dios!
Clara- Pero no la sacaba del todo... siempre dejaba un poco dentro...
Rebeca- ¿Y meterla? ¿La metía del todo?
Clara- Creo que sí.
Rebeca- ¿Cómo que creo? ¿La metía del todo o no la metía del todo?
Clara- Sí, la metía del todo, la metía del todo...
Rebeca- Vale, ¿Y qué más?
Clara- Pues siguió así durante un rato...
Rebeca- ¿Cuánto?
Clara- No sé... un rato.
Rebeca- Pero, ¿cuánto?
Clara- No sé... una hora.
Rebeca- ¿Una hora?
Clara- No sé, o media
Rebeca- ¿Media hora?
Clara- Más o menos
Rebeca- ¿Y tú que tal?
Clara- Yo bien
Rebeca- ¿Pero como de bien?
Clara- Bien... muy bien... jadeando y eso... muy bien...
Rebeca- Vale... ¿Y después?
Clara- Después la sacó.
Rebeca- ¿Y después?
Clara- Después... después él eyaculó...
Rebeca- ¿Dónde?
Clara- Allí
Rebeca- ¿Allí? ¿Dónde?
Clara- Por allí
Rebeca- ¿Por allí por donde?
Clara- ¡Por allí!
Rebeca- Vale, ¿y qué tal?
Clara- ¿El qué?
Rebeca- La eyaculación
Clara- ¿La eyaculación?
Rebeca- ¡Sí!
Clara- Bah...
Rebeca- ¿Bah? ¿Qué quiere decir “bah”?
Clara- ¡Bah! “Bah” quiere decir “Bah” ¡Eso! ¡Bah!
Rebeca- ¿Bah?
Clara- Bah...
Rebeca- No te entiendo
Clara- No seas pesada... sólo bah!
Rebeca- Vale.... ¿Y después?
Clara- Después... nada... después nos vestimos...
Rebeca- ¡Guau...!
Rebeca- ¡Puta! ¡Eres una puta! ¡Eres una puta de mierda! ¡Una puta de mierda!
¡Te voy a matar, puta! ¡Te voy a matar! ¡Puta de mierda! ¡Te voy a dar
hasta que te mate! ¡Por puta! ¡Por puta de mierda! ¡Hasta que me canse!
¡Te voy a dar hasta que me canse! ¡Hasta que te mate! ¡Puta! ¡Puta de
mierda! ¡Puta! ¡Puta! ¡Puta!
Clara se queda en el suelo, dolida por los golpes. Rebeca se aleja de ella en
silencio. Pausa larga, hasta que Clara, aún desde el suelo, habla.
Rebeca no contesta
Pausa
Clara- ¿Y si me muero?
Rebeca- ¿Qué pasa?
Clara- Si me muero... ¿llorarías?
Rebeca- Claro.
Clara- ¿Cuánto? ¿Mucho?
Rebeca- No sé... bastante, supongo.
Clara- ¿Sólo bastante?
Rebeca- No
Clara- ¿No qué?
Rebeca- Mucho. Lloraría mucho.
Clara- Yo también lloraría mucho
Rebeca- ¿Si te mueres?
Clara- No. Si te mueres tú.
Rebeca- Yo no me voy a morir.
Clara- ¿Nunca?
Rebeca- Nunca
Clara- ¿Eres inmortal?
Rebeca- Sí
Clara- Que suerte...
Pausa
Clara- Yo creo que morirse debe ser como cuando estás muy cansada,
muy cansada, muy cansada, muy cansada... pero más... tan cansada, tan
cansada, tan cansada, que no puedes mover ni los brazos, ni las piernas,
ni la cabeza, ni los ojos, ni el corazón, ni la sangre, ni las células, ni los
átomos, ni los electrones, ni nada... tan cansada que no puedes mover
nada...
Rebeca- ¡Qué mal, ¿no?!
Clara- No... porque seguro que tampoco te duele nada... te pueden pegar todo lo
que quieran que no te duele nada... (se abofetea la cara) ¿ves? Así duele...
pero si estuviera muerta no... ¿me atas?
Rebeca- No
Clara- Pues amordázame
Rebeca- Yo no quiero que se muera nadie
Clara- Eso es imposible
Rebeca- Pero yo no quiero
Clara- Es imposible... si no se muriera nadie no cabríamos todos en el mundo.
Rebeca- ¡Pues yo no quiero!
Clara- Si quieres, puedes matarme... y después te matas tú, ¿vale?
Rebeca- ¿Para qué?
Clara- ¿Te imaginas que cara iban a poner cuando llegaran?
Rebeca- No, no me lo imagino.
Clara- ¿Tú crees que llorarían?
Rebeca- No sé...
Clara- Yo creo que sí... creo que llorarían... creo que llorarían mucho... los dos...
¡Túmbate! ¡Muérete un poco!
Intenta llorar y no cesa hasta que lo consigue. Luego termina el llanto de repente
y se tumba al lado de Rebeca, muriéndose también. Así transcurren unos
instantes hasta que es Rebeca la que se levanta y mira el cuerpo sin vida de
Clara. Intenta llorar pero no lo consigue. Lo intenta de nuevo y tampoco. Lo
hace una tercera vez y decide poner fin a la situación.
Clara no se inmuta
Rebeca- ¡Que dejes de hacer eso, te digo! ¿Es que no me oyes? ¡Deja de hacer
eso!
Rebeca- ¡Por favor! ¡Por favor, Clara! ¡Que no me gusta! ¡Que no me gusta este
juego! ¡Que no me gusta nada! ¡Por favor! ¡Por favor te lo pido! ¡Clara,
por favor! ¡Que no me gusta, Clara, por favor! ¡Por favor!
Rebeca implora hasta que por fin deja a Clara de nuevo tumbada mientras ella
solloza desconsoladamente sobre su cuerpo.ç
Clara- ¿Bailamos?
Rebeca se incorpora sin decir nada y las dos bailan muy juntas y muy lentamente
la canción. Antes de terminar el tema, algo alerta a Clara, que mira fijamente el
reloj.
Con rapidez, comienzan a desmaquillarse, a recoger las cosas que hay por el
suelo y a sustituir sus ropas por otras, concretamente dos pijamas. Mientras
realizan todo esto continúan hablando.
Pausa
Rebeca- Es bonita
Clara- ¿Te gusta?
Rebeca- ¿Y papá?
Pausa
Clara- ¿Qué?
Rebeca- ¿Y papá?
Clara- No sale
Rebeca- ¿No sale?
Clara- No sale en la redacción
Rebeca- ¿Por qué?
Clara- No estaba en el sueño que imaginé
Rebeca- ¿Dónde estaba?
Clara- ¿Quién?
Rebeca- Papá, ¿dónde estaba?
Clara- Vaya pregunta... yo que sé...
Rebeca- Déjame copiar la redacción. (Intenta coger el papel pero Clara lo aparta)
Clara- No puedes. Se va a notar.
Rebeca- La cambiaré... (Lo intenta de nuevo)
Clara- (Apartando el papel) Te digo que se va a notar.
Rebeca- Pero la cambiaré... en la mía saldrá papá (Lo intenta otra vez)
Clara- (Apartándolo contundentemente) ¡No!
Rebeca- ¿No qué?
Clara- ¡No quiero que salga él!
Rebeca- ¿Por qué?
Clara- Porque entonces ya no podríamos estar riéndonos ni tú, ni yo, ni mamá.
Pausa
Clara- Espera
Pausa
Pausa
Pausa
Pausa
Pausa
Rebeca- Sí.
Pausa. Se oyen pasos que llegan. Una llave en una cerradura y una puerta que se
abre y luego se cierra. Más pasos que se acercan. Otra puerta que se abre, y Rebeca y
Clara cierran los ojos y fingen que duermen. La puerta que se cierra y la luz que se va
apagando sobre las muñecas.