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Universidad autónoma de Sinaloa

Métodos de las ciencias sociales.

Fuente; Mitos del Derrumbe del Socialismo Soviético en la Ideología Neoliberal


Autor; Camilo Valqui Cachi
Primera Edición: Noviembre, 2008
Editorial: Universidad Privada Antonio Guillermo Urrelo - Perú

CAPÍTULO I Una Aproximación Crítica al Fetichismo Neoliberal

El liberalismo clásico tiene su cimiento teórico en el liberalismo económico del siglo


XVIII y comienzos del XIX. Expresión del propio desarrollo capitalista, es el pensamiento
filosófico, económico, político y ético de la burguesía ascendente fundado en el
fetichismo universal de la mercancía (capital). Esta amalgama ideológica, se
sustenta a su vez en el valor de la libertad individual (para el capital) e identifica
una perspectiva de análisis de los mecanismos rectores del funcionamiento de la
economía capitalista, que se abre paso liquidando las tutelas y las trabas feudales.

La racionalidad liberal proviene en gran medida de la compleja filosofía moral de Adam Smith,
economista y filósofo escocés. Revela las claves teóricas fundamentales y la orientación idealista,
teológica, positivista y anti-socialista de uno de los pioneros del liberalismo.

De manera general la filosofía liberal sostiene las siguientes falacias: el afán de


lucro es el motor esencialy respetable de la actividad humana; existe un orden
natural de acuerdo con el cual todas las acciones del hombre coinciden en la
estructuración del bien social, y así la actividad individual siempre resulta colaborando
al bienestar general, consecuentemente, dado ese orden natural que rige la vida social,
el Estado es prácticamente innecesario y debe actuar lo menos posible, dejando al
libre juego de las fuerzas individuales el proceso social y económico.

Las ideas medulares de la filosofía liberal giran en torno al orden natural, al hombre
económico, al egoísmo humano, a la comunidad comercial y a la competencia
perfecta, sustento de los siguientes principios básicos del liberalismo económico:

1. El individuo es fuente de sus propios valores morales.


2. El intercambio entre los individuos sustenta la libertad y procura el bienestar
colectivo.
3. El intercambio entre las naciones acrecenta la riqueza a través de la división
internacional del trabajo y conjura los conflictos políticos y la guerra.
4. El mercado es un orden natural que asigna los recursos.
5. La desregulación estatal como doctrina del gobierno limitado y circunscrito a
asegurar libertad, seguridad, justicia, etc.; la privatización y el libre comercio.

El liberalismo clásico entró en decadencia hacia fines del siglo XIX, dando paso
Efectivamente el keynesianismo había desafiado y reemplazado al liberalismo
ortodoxo en el curso de la Gran Depresión de los años 30, como la mejor política para
los capitalistas.
Keynes postulaba que el pleno empleo era necesario para el crecimiento del
capitalismo, y que sólo podía lograrse con la intervención de los Estados y los bancos
centrales.

Sin embargo, después de la II Guerra Mundial entran en crisis las ideas de Keynes
entran y caen en bancarrota franqueando la entronización del neoliberalismo.

La génesis del neoliberalismo en el siglo XX, primero como movimiento intelectual y


posteriormente como ideología de mercado, que facilitó la implantación del
neoliberalismo como religión, casi por mandato de Dios.

Generando una profunda aversión por el colectivismo y su militancia radical contra el


socialismo al que caricaturiza y vulgariza despojándolo de sus fundamentos filosóficos,
científicos, histórico-concretos y de clase.

La filosofía neoliberal, como el añejo liberalismo, hace estribar la libertad de los


hombres en el derecho a la propiedad privada de los medios de producción (libertad
económica) y en la creación y recreación de la fuerza de trabajo como mercancía. De la
libertad de propiedad privada deriva todas las demás libertades humanas,
condensadas en el laissez faire.

Según el neoliberalismo el capitalismo es la condición natural de la existencia humana.


El capital bajo la forma de mercado dirige el destino de toda la humanidad.

De este modo, la valorización y acumulación de capital alcanzan por igual y con el


mismo rigor del cálculo frío de la plusvalía y la ganancia a hombres y mujeres.

El capital como relación social cosifica y enajena hombres, mujeres y naturaleza y en


correspondencia con su esencia esclaviza, expolia y excluye.

La cultura y enajenación de mercado neoliberal del siglo XXI tienden a naturalizar la


explotación y el dominio imperialista, apoyándose incluso en la “avanzada” socio-
biología, que remite en última instancia, la explicación de las causas del egoísmo
humano, de las desigualdades sociales, de la naturaleza capitalista y de los éxitos
financieros en los genes y en el mercado, unidad metafísica de la condición humana.

Por lo mismo hoy, el capital es un fetiche que exacerba su hambre de plusvalía


transnacional con tal voracidad propia de su estadio imperialista, que no sorprende en
esta época ni la trapacería de su filosofía de mercado ni la ley absoluta de la selva que
ha impuesto a la humanidad para lubricar el sórdido tráfico de material y espiritual del
que no escapan los propios seres humanos, las mercancías más baratas y más
rápidamente desechables.

Marx anticipó en el célebre Manifiesto del Partido Comunista:

"Ha hecho de la dignidad personal un simple valor de cambio. Ha sustituido las numerosas libertades
Escrituradas y adquiridas por la única y desalmada libertad de comercio. […]. La burguesía ha despojado de
su aureola a todas las profesiones que hasta entonces se tenían por venerables y dignas de piadoso respeto.
Al médico, al jurisconsulto, al sacerdote, al poeta, al hombre de ciencia, los ha convertido en sus servidores
asalariados. La burguesía ha desgarrado el velo de emocionante sentimentalismo que encubría las relaciones
familiares, y las ha reducido a simples relaciones de dinero."
En el ámbito económico, el racionalismo liberal descansa en la libertad de empresa, de
comercio y de propiedad; libertad que sólo es posible supuestamente en un mercado
libre, sin fronteras y sin regulación por parte del Estado o de cualquier otra fuerza
pública.

1) competencia como eje de la ganancia y la utilidad.


2) mistificación del mercado.
3) asunción del trabajo (capitalista) como fundamento de la propiedad privada.
4) sublimación del individuo hasta un absoluto, que niega cualquier tipo de regulación.

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