26 LA VANGUARDIA VIERNES, 28 NOVIEMBRE 2008

Tendencias
Adaptación de la universidad española al espacio europeo de educación superior

M
MERCÈ BELTRAN
Barcelona

ás de
1.200.000
estudiantes
de 1.º y 2.º
ciclo están
matricula-
dos en el conjunto de las universi-
dades públicas españolas, de los
que unos 200.000 están en las
universidades catalanas. Si a es-
tos se les suman los que cursan
posgrados, másters y doctorados,
la cifra supera los 1.400.000. No
llegan a 1.000 los que desde hace
varias semanas participan en los
encierros que se están mante-
niendo en cinco universidades es-
pañolas –Barcelona, Autònoma
de Barcelona, Complutense de
Madrid y Valencia–. ¿A quién re-
presentan los que participan en
los encierros?
Esta es la pregunta que desde
hace días se plantean numerosos
universitarios que, aunque críti-
cos con el proceso de Bolonia, ávi-
dos de información y algo descon-
certados, están disconformes con
los encierros y con el cariz que es-
tá adquiriendo la protesta de una GEMMA MIRALDA
minoría. “No nos representan”, Encierro con colchones... En la facultad de Comunicación de la UAB, en la que están encerrados unos cincuenta estudiantes, se
explicaba un estudiante de la fa-
cultad de Matemáticas de la UB organizan talleres de debate y juegos durante el día, y algunos se preparaban para pasar la noche sin sacos de dormir

¿A quién
que ayer entraba tranquilamente
en clase. Algo similar decía, en que quiere la sociedad, y la retira-
un comunicado, un grupo de estu- da de los expedientes abiertos a
diantes de la facultad de Filosofía 31 estudiantes de la UAB por la
y Letras de la UAB. De los 4.300 ocupación del pasado mes de
matriculados en este centro, 165 abril.
votaron a favor de la ocupación, Los que siguen con la protesta

y unos 50 pernoctan en el centro.
“La gran mayoría no se siente re-
presentada por este colectivo mi-
noritario. Esta no es la imagen
que queremos dar de nuestra fa-
cultad y de nosotros mismos, y
por esta razón se están produ-
ciendo, desde tiempo atrás, en-
frentamientos verbales entre los
dos grupos”.
Para estos estudiantes “es ilógi-
co que si todos tenemos una opi-
nión similar sobre el plan de Bolo-
nia se cree este conflicto entre es-
tudiantes. El paro repentino y
prolongado innecesariamente de
las clases está afectando a nues-
tro curso académico... La reivin-
dicación se podría hacer con
otros métodos más lícitos y efecti-
vos”. Los estudiantes animan a
que a partir del 1 de diciembre se
representan?
Los estudiantes encerrados contra Bolonia
no llegan al 1% de la población universitaria
retomen las clases con normali-
dad y se continúe con otro tipo
de protesta, sin ocupación.
No piensan lo mismo los que
participan en los encierros, entre
los que son mayoritarios los que
se encuadran en movimientos
asamblearios, aunque también
los hay del Sindicat d'Estudiants
dels Països Catalans (SEPC). De
momento, no tienen intención de
abandonar sus encierros y reite-
ran que la última oferta de diálo-
go “es un engaño” si no se parali-
za la implantación de Bolonia.
Para terminar con sus encierros
exigen el cumplimiento de sus
tres peticiones: referendos vincu-
lantes entre los estudiantes sobre
la paralización de Bolonia; un de-
bate social sobre la universidad
celebran asambleas, organizan ta-
lleres, juegos y otras actividades.
Resulta curioso ver como en algu-
nos centros se perpetúan las dife-
rencias de sexo en el reparto de
tareas. Las chicas se encargan de
la cocina y la limpieza y los chi-
cos organizan las actividades.
La aplicación del proceso de
Bolonia, que tiene beneficios y di-
ficultades, también es cuestiona-
da por el alumnado que sigue las
clases con normalidad, pero sus
argumentos entran de lleno en la
aplicación de la metodología y,
sobre todo, en la incertidumbre
que causa tener una información
confusa, escasa y, en ocasiones,
contradictoria.
El nuevo método de enseñan-
za, que implica que el alumno sea
más autónomo en sus estudios y