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Testimonio de Noboa Garnes, José (Parte 1)


Lugar de entrevista AGN
Fecha de la entrevista 2007-02-02
Investigador: Pedro de León

• Retorno a San Isidro/ Pocos comentarios en era de Trujillo/


Muerte de Trujillo.

PDL. Y cuando retorna a San Isidro, esos compañeros que estuvieron y participaron en
San Isidro, en otras misiones, usted y otros compañeros que fueron reasignados a
algunas provincias, cuando se encuentran, ¿qué comentan, qué hablan?

JNG. En realidad, en la llamada “Era de Trujillo” uno comentaba poco y había un


sentimiento de desconfianza mutua, a pesar de que entre los compañero de promoción
uno se permitía ciertas libertades, pero esas libertades no significaban por ejemplo,
hacer una crítica contraria a la política que se implementaban en ese momento, a penas
cositas simples, pero no quiere decir que yo no recuerde excepciones, recuerdo que
estando de servicio en Valverde Mao, en la Fortaleza de Valverde Mao, yo era oficial
del día, llegó una señora llorando y no quería pronunciar palabra alguna, tenía mucho
temor, temblorosa, quejosa, y como era el oficial del día me correspondía hacerle
pregunta, ¿qué le pasa señora?, y ella no me quería hablar, hasta que llegó un momento
que le dije; bueno señora, pero si usted no me puede decir lo que está pasando entonces
a qué usted vino, entonces es ahí cuando ella me dice, ¡que, que, que me están diciendo
por ahí que dizque mataron al jefe!, y es ahí cuando yo me entero de lo que llamamos el
ajusticiamiento de Trujillo, esa señora había escuchado que a Trujillo lo habían matado
y ahí cuando ella llega a la Fortaleza y me comunica a mí en función de oficial del día
de que a Trujillo lo habían matado y ahí es cuando nosotros nos enteramos. Pero lo que
quiero resaltar en esa parte es que en la segunda planta del edificio de la Fortaleza,
donde se encuentran o se encontraban las habitaciones de los oficiales, nosotros
subimos y en la intimidad de otros oficiales y de un capitán cuyo nombre no recuerdo y
es una pena no recordarlo, cuando yo le dije lo que había escuchado, la versión de la
señora que me dijo que habían matado a Trujillo él se paró de la cama donde estaba,
dijo una mala palabra ¡Gracias a Dios!, y yo me quedé petrificado porque yo no
esperaba ese tipo de reacción en ese tiempo, porque como le dije anteriormente, uno no
era capaz de hacer ningún comentario, sin embargo, ese capitán dijo esas palabras, de
alegría porque se había enterado de que habían matado a Trujillo, eso ocurrió en la
Fortaleza de Valverde Mao.

• Guerra de Abril de 1965/ Acuerdo con la ONU y la OEA/ Exilio de


oficiales

JNG. Para concluir ese evento del 65 hubo un acuerdo patrocinado por la ONU y el
gobierno de García Godoy, la OEA, donde 4 oficiales del gobierno de Imbert Barreras,
el llamado Gobierno de Reconstrucción Nacional y el gobierno del Coronel Caamaño,
cuatro oficiales fueron señalados por el presidente García Godoy para salir de la
República Dominicana, quien le habla parece que estaba entre los jefecitos, entonces,
salimos cuatro de nosotros, el Coronel Álvarez Holguín, el Coronel Milito Fernández,
otro coronel de apellido Fernández y quien le habla que soy el oficial de menos
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graduación era mayor en ese entonces, salimos extrañados, yo fui designado en


República Oriental del Uruguay, ellos fueron a Europa, Álvarez Holguín fue a Francia,
Milito fue creo que Roma o Italia, y yo a Uruguay.

PDL. ¿Usted dice que había otro oficial de apellido Fernández también, con ese se
complementan los cuatro?

JNG. Sí, entonces por el lado de ellos hay unos cuatro oficiales que dicho sea de paso,
ninguno no salió, o sea, que ese acuerdo no se cumplió, en modo alguno, eso fue vamos
a decir, una buena excusa para sacar los cabecillas del movimiento constitucionalista,
pero del lado de ellos ninguno salió para afuera, para el extranjero, solo nosotros,
salimos cuatro, los oficiales que mencioné y yo que fui a parar en Uruguay.

• Wessin cancela sus compañeros

JNG. Yo acababa de regresar de Panamá, a donde había ido a ser un curso de Ingeniería
Militar y me encuentro con el evento de la cancelación de ellos (sus compañeros), y eso
me impactó enormemente porque son tus compañeros de promoción y usted no puede
ver un compañero, un hermano, que lo más grande que le pasa a un militar es que lo
echen, entonces ese grupo de oficiales fueron sacados y yo no fui, yo acababa de
regresar de Panamá y lo que hago es que me pongo, me designan suerte de la Cadena
Militar para la carrera y lo que hago es que me dedico a la enseñanza, a enseñar las
cosas que había aprendido en Estados Unidos, fui nombrado profesor y esos muchachos
fueron cancelados, y yo le atribuyo Elías Wessin no me echa porque acabo de regresar
de Panamá, pero no habían pasado muchos días cuando recuerdo que el hoy General
retirado Pumarol me invitó a dar una vuelta en su auto, en los alrededores del
campamento y hablábamos cosas intrascendentes y él nunca había hecho eso conmigo y
yo empecé a sospechar qué podía estar pasando conmigo, y e al final que me dice ¡mira,
recoge tu cosa y vete inmediatamente!, el general no quiere que tú pases 15 minuto más
aquí, o sea, no me canceló pero me sacó y me trasladó al ejército.

• Estallido de la Guerra

PDL. ¿Cuando estalla el movimiento, cómo encaja usted, cómo los oficiales se agrupan
al lado de la constitucionalidad?

JNG. Bueno, tengo que seguir hablando de mí. El 24 de Abril se inicia con el
apresamiento nuestro, el 24 de Abril a mí se me hace prisionero en la jefatura del
ejército, o sea, que lo nuestro estaba ya rebelado, y se hace preso a 5 oficiales, siendo yo
el de menor jerarquía, era capitán del ejército, ese día, el 24 de Abril estábamos
rutinarios, llegando como de costumbre a la hora reglamentaria, cuando llego a la casa
de guardia, el oficial del día me informa que tenía que reportarme a la jefatura del
ejército, que había instrucciones de que yo llegase a la jefatura, yo me devolví
inmediatamente de la Fuerza, ni siquiera entré, ni nada y llegué a la jefatura, me
hicieron pasar a un salón pequeño que constituía la Biblioteca del Ejército Nacional,
estaba contigua a la oficina del jefe de Estado Mayor, a pena separaba una puerta.
Encontré cuando llegué a cuatro oficiales del ejército sentados alrededor de esa mesa
vamos a decir, rectangular, en la biblioteca. ¿Qué pasa?, y ellos me dicen ¡quédese
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tranquilo, a nosotros también nos mandaron a venir!, estuvimos ahí, ahí vivimos
momentos dramáticos y hubo sincerisaciones y cosas a favor nuestro porque parecía
viendo así que el Coronel Lora Fernández, mi hermano, no confiaba mucho en mí en
ese tiempo, ¿por qué?, por lo que le conté anteriormente, yo venía de San Isidro y era
amigo de Wessin, no me tenían confianza en el sentido de que pienso que podía ser un
integrante, un enemigo de esos, un agente, no era nada de eso, pero en ese momento yo
recibí un apoyo que me animó mucho y me hizo sentir muy bien, que fue el Mayor
Eladio Ramírez Sánchez, que era de los que estaban preso ese día, que delante de mí le
dijo a Lora Fernández, era más o menos estas palabras ¡Te dije que te iba a poner la
mano por este muchachito!, esas fueron las palabras más o menos, entonces me hizo así
en la espalda, le dio una palmada en la espalda y le dijo a Lora ¡míralo donde está preso
con nosotros!

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