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Viernes 29 abril, profesor Gerardo.

LA DEPENDENCIA Y SU VALORACIÓN

Qué se considera dependencia

Dice la Ley que dependencia es:

El estado de carácter permanente en que se encuentran las personas que, por


razones derivadas de la edad, la enfermedad o la discapacidad y ligadas a la falta o pérdida de
autonomía física, mental, intelectual o sensorial, precisan de la atención de otra u otras personas
o ayudas importantes para realizar actividades básicas de la vida diaria (art. 2.2. de la Ley de
Dependencia).

Lo primero destacable es que, para que una persona pueda beneficiarse de esta Ley, su situación
de dependencia tiene que ser de «carácter permanente». No se va a reconocer a una persona la
situación de dependencia si padece una enfermedad pasajera o sufre un accidente que la deje
afectada incluso largos períodos, o si se encuentra convaleciente de una operación quirúrgica o
cualquier otra situación que previsiblemente pueda tener carácter reversible.

En situaciones en las que no exista previsión de que puedan ser reversibles, sino que, en todo
caso, puedan evolucionar hacia mayor dependencia, la Ley contempla todo el abanico de causas
posibles: desde la edad a la enfermedad o la discapacidad y, así mismo, todas las posibles
afectaciones físicas, mentales, intelectuales o sensoriales.
Por último, la falta o pérdida de autonomía se relaciona con la incapacidad de una persona para
realizar, por si sola, las «actividades básicas de la vida diaria».

Pero ¿qué son Actividades Básicas de la Vida Diaria? A efectos de la Ley de Dependencia son:

Las tareas más elementales de la persona, que le permiten desenvolverse con un mínimo de
autonomía e independencia, tales como: el cuidado personal, las actividades domésticas básicas,
la movilidad esencial, reconocer personas y objetos, orientarse, entender y ejecutar órdenes o
tareas sencillas (art. 2.3. de la Ley de Dependencia).

Estas son las actividades que se valorarán para determinar si una persona se encuentra en
situación de dependencia y en qué grado y nivel, según la mayor o menor afectación para
llevarlas a cabo.

Estos grados y Niveles van a determinar, a su vez, las prestaciones económicas o los servicios a
los que tenga derecho. Porque las situaciones de dependencia pueden variar de mayor a menor
intensidad, en función de la mayor o menor pérdida de autonomía y de la mayor o menor
necesidad de ayuda para realizar las actividades básicas de la vida diaria. Para calificar estas
situaciones, la Ley establece tres Grados:

GRADOS DE DEPENDENCIA
a) Grado I. Dependencia moderada: Cuando la persona necesita ayuda para realizar varias
actividades básicas de la vida diaria, al menos una vez al día.

b) Grado II. Dependencia severa: Cuando la persona necesita ayuda para realizar varias
actividades básicas de la vida diaria dos o tres veces al día, pero no requiere el apoyo
permanente de un cuidador.

c) Grado III. Gran dependencia: Cuando la persona necesita ayuda para realizar varias
actividades básicas de la vida diaria varias veces al día y, por su pérdida total de autonomía
mental o física, necesita el apoyo indispensable y continuo de otra persona.

Cada uno de estos grados, se clasifica en dos niveles en función de la autonomía de las personas
y de la intensidad del cuidado que requiere: el Nivel I, mayor autonomía, menor necesidad de
cuidados, y el Nivel II, menor autonomía y mayor necesidad de cuidados. Así, el Grado III,
Nivel II, representa el mayor nivel de dependencia, mientras que el menor nivel de dependencia
que contempla la Ley es el Grado I, Nivel I.

El instrumento de valoración contiene, como veremos a continuación, una escala para calificar a
cada persona que lo solicite en uno de estos grados y niveles. De dicha calificación dependerán
los servicios y prestaciones que la persona pueda recibir y su intensidad.

Cómo se valora la situación de dependencia

Para valorar la situación de dependencia de una persona, un profesional –o un equipo


de profesionales, según las Comunidades- tiene que pasar por su lugar de residencia
y verificar su capacidad para realizar las citadas Actividades Básicas de la Vida Diaria
según un listado recogido en un baremo. De la aplicaciónde ese baremo se deduce
una puntuación, que es la que permite determinar el Grado y el Nivel de dependencia
que tiene esa persona.

Tres cosas convienen destacar respecto a esta valoración:

1.º Cada Comunidad Autónoma determina, en su territorio, quiénes realizan esta


valoración. En la mayoría de los casos la realizan técnicos de la propia Comunidad.

2.º En todo caso, el baremo para realizar esta valoración es el mismo en toda España.
Eso es fundamental para que todas las personas tengan los mismos derechos, sea
cual sea su lugar de residencia.

3.º El baremo se aplica en el domicilio de la persona que tiene que ser valorada10. Es
decir, que es el técnico que debe realizar la valoración quien se tiene que desplazar al
domicilio de esa persona, y en ningún caso la persona que debe ser valorada tendrá
que acudir a ningún centro para realizar esa valoración.

Cuando el baremo se deba aplicar a alguna persona con discapacidad intelectual o


enfermedad mental, que tenga afectada su capacidad perceptivo-cognitiva, deberá
estar presente alguno de sus familiares o alguna persona que conozca su situación.

Además de este baremo, la valoración de la situación de dependencia requiere de dos


informes complementarios:

• Un informe de salud, que la mayor parte de las Comunidad Autónomas encomiendan


al correspondiente profesional del Sistema Autonómico de Salud. Muchas —entre ellas
en Aragón— exigen que quien solicite ser valorado aporteeste informe de su médico
de cabecera, para lo cual se facilita un modelo normalizado.

Este informe sirve, sobre todo, para saber si la situación de dependencia está
motivada por una situación que puede o no ser reversible.

• Un informe sobre el entorno, que cada Comunidad Autónoma organiza de la forma


que entiende más conveniente. Así hay Comunidades donde este informe lo realiza el
propio profesional que aplica el baremo, mientras que en otras se encomienda a otro
profesional distinto, particularmente al trabajador social del centro de servicios sociales
del barrio, pueblo o ciudad donde se ubica el domicilio de la persona que debe ser
valorada. En todo caso, se trata de un informe que se realiza a iniciativa de la
Administración, como parte del procedimiento de valoración, para constatar si se dan
condiciones adecuadas en la convivencia familiar y en la vivienda, para que la persona
que lo solicite pueda recibir alguna prestación manteniéndose en ella, o si no se
considera lo más adecuado para recibir los cuidados que precisa.
Pero veamos cómo es el baremo11 con el que se va a valorar la situación de
dependencia de una persona. Este baremo tiene una escala de cien puntos, para
definir en que Grado y Nivel de dependencia se encuentra el afectado, de lo que se
deriva, como ya hemos dicho, las prestaciones económicas y los servicios a los que
podrá tener derecho, su cuantía y su intensidad. De ahí su importancia. Estos son los
once aspectos que contempla el baremo:

COMER Y BEBER: Llevar a cabo las tareas y acciones coordinadas relacionadas con
comer los alimentos servidos, llevarlos a la boca y consumirlos de manera adecuada
para la cultura local, cortar o partir la comida en trozos, abrir botellas y latas, usar
cubierto. Sujetar el vaso, llevarlo a la boca y beber de manera adecuada a la cultura
local, mezclar, revolver y servir líquidos para beber o beber a través de una ayuda
instrumental.

REGULACIÓN DE LA MICCIÓN/DEFECACIÓN: Indicar la necesidad, adoptar la


postura adecuada, elegir y acudir al lugar adecuado para orinar /defecar, manipular la
ropa antes y después de orinar/defecar, y limpiarse después de orinar /defecar.

LAVARSE: Lavarse y secarse todo el cuerpo, o partes del cuerpo, utilizando agua y
materiales o métodos apropiados de lavado y secado, como bañarse, ducharse,
lavarse las manos y los pies, la cara y el pelo, y secarse con una toalla.

OTROS CUIDADOS CORPORALES: Cuidado de partes del cuerpo que requieren un


nivel de cuidado mayor que el mero hecho de lavarse y secarse.

VESTIRSE: Llevar a cabo las acciones y tareas coordinadas precisas para ponerse y
quitarse la ropa y el calzado en el orden correcto y de acuerdo con las condiciones
climáticas, y las condiciones sociales, tales como ponerse, abrocharse y quitarse
camisas, faldas, blusas, pantalones, ropa interior, (…), zapatos, botas, sandalias y
zapatillas.

MANTENIMIENTO DE LA SALUD: Cuidar de uno mismo siendo consciente de las


propias necesidades y haciendo lo necesario para cuidar de la propia salud, tanto para
reaccionar frente a los riesgos sobre la salud, como para prevenir enfermedades, tal
como buscar asistencia médica; seguir consejos médicos y de otros profesionales de
la salud; y evitar riesgos.

TRANSFERENCIAS CORPORALES Agrupa las actividades siguientes:

• Sentarse: Adoptar y abandonar la posición de sentado, cambiar la posición del


cuerpo de estar sentado a cualquier otra como levantarse o tumbarse.

• Tumbarse: Adoptar y abandonar una posición tumbada o cambiar la posición del


cuerpo de la horizontal a cualquier otra, como ponerse de pie o sentarse.

• Ponerse de pie: Adoptar y abandonar la posición de estar de pie o cambiar la


posición corporal de estar de pie a cualquier otra posición como tumbarse o sentarse.

• Transferir el propio cuerpo mientras se está sentado: moverse, estando sentado, de


un asiento a otro, en el mismo o diferente nivel o moverse desde una silla a una cama.

• Transferir el propio cuerpo mientras se está acostado: moverse estando tumbado de


un lugar a otro en el mismo o diferente nivel o pasar de una cama a otra.

DESPLAZARSE DENTRO DEL HOGAR: Andar y/o moverse dentro de la propia casa,
dentro de una habitación, entre diferentes habitaciones.
DESPLAZARSE FUERA DEL HOGAR: Caminar y/o moverse, cerca o lejos de la
propia vivienda, y/o utilización de medios de transporte, públicos o privados.

TAREAS DOMÉSTICAS: Agrupa las actividades siguientes:

– Preparar comidas: Idear, organizar, cocinar y servir comidas frías y calientes para
uno mismo.
– Hacer la compra: Conseguir a cambio de dinero bienes y servicios necesarios para
la vida diaria, como la selección de alimentos, bebidas, productos de limpieza,
artículos para la casa o ropa; comparar la calidad y precio de los productos
necesarios, negociar y pagar por los bienes o servicios seleccionados y transportar los
bienes.
– Limpiar y cuidar de la vivienda: Incluye actividades como ordenar y quitar el polvo,
barrer, fregar y pasar la fregona/trapeador a los suelos, limpiar ventanas y paredes,
limpiar cuartos de baño e inodoros/excusados, limpiar muebles; así como lavar los
platos, sartenes, cazuelas o los utensilios de cocina, y limpiar las mesas y suelos
alrededor del área donde se come y cocina.
– Lavar y cuidar la ropa: Lavar la ropa (a mano o a máquina), secarla (al aire
o a máquina), plancharla, y guardarla en el armario o similar.

TOMAR DECISIONES: Capacidad de controlar, afrontar y tomar por propia iniciativa


decisiones personales acerca de cómo vivir de acuerdo con las normas y preferencias
propias. Agrupa la toma de decisiones relativas a las actividades de autocuidado,
actividades de movilidad, tareas domésticas, interacciones personales básicas y
complejas, usar y gestionar dinero y uso de servicios a disposición del público.

QUIÉNES PUEDEN BENEFICIARSE DE ESTA LEY

La condición esencial es encontrarse en situación de dependencia en alguno de los


grados establecidos, que deberán ser valorados, en cada caso, por los órganos que se
determinen y con los instrumentos de valoración igualmente establecidos. Se exige
también ser español, además de residir en territorio español y haber residido en él al
menos cinco años, dos de ellos inmediatamente anteriores a la solicitud.

PROCEDIMIENTO PARA VALORAR A UNA PERSONA Y RECONOCER LOS


DERECHOS QUE ESTA LEY ESTABLECE

Cada Comunidad Autónoma puede establecer los detalles del procedimiento para la
valoración de la situación de dependencia y la prescripción de las prestaciones
económicas y servicios que correspondan. La mayor parte de las Comunidades
establecen acuerdos con los Ayuntamientos para que sus ciudadanos se puedan
informar en los servicios sociales más próximos a su lugar de residencia, e incluso
presentar a través de ellos su solicitud que, en todo caso, será tramitada y resuelta en
la propia Comunidad Autónoma. De la misma manera algunas Comunidades, entre
ellas Aragón, implican a los servicios sociales de los Ayuntamientos en la realización
de las propuestas de los Programas Individuales de Atención, en los cuales se
prescriben las prestaciones económicas y los servicios que la persona debe percibir.

A continuación se describe cómo es este procedimiento que, con ligeras variantes, es


similar en lamayor parte de las Comunidades.
Información

Para informarse sobre los detalles del procedimiento o sobre cualquier aspecto de la
Ley de la Dependencia, las personas interesadas pueden dirigirse indistintamente a
los Servicios Sociales de su barrio o pueblo17, o a las Direcciones Provinciales del
Departamento de Familia y Servicios Sociales , en las capitales de provincia.

Solicitud
De la misma manera, las personas interesadas pueden presentar la solicitud para que
se valore y reconozca su situación de dependencia a través de los Servicios Sociales
de su Ayuntamiento (en su barrio o pueblo) o en las Direcciones Provinciales del
Departamento de Familia y Servicios Sociales en las capitales de provincia. Ahora
bien, en el caso de que la solicitud se presente a través de los Servicios Sociales de
su Ayuntamiento (Centros Municipales o Servicios Sociales de Base) estos, a su vez,
tienen que registrarla en las antedichas Direcciones Provinciales, y los plazos
administrativos empiezan a contar desde ese momento, y no desde que se presentan
en los Servicios Sociales del Ayuntamiento.

Documentación que se debe presentar


• Fotocopia del DNI de la persona que solicita ser valorada.
• Fotocopia del DNI del representante legal o guardador de hecho de esta persona,
si no puede actuar por si misma. En estos casos se acompañará, además, documento
que acredite que es tutor legal de la persona que solicita ser valorada o impreso de
declaración de guardador de hecho rellenado.
• Certificado de Empadronamiento de la persona que solicita ser valorada.
• Informe de condiciones de salud, en un modelo que le facilitará y firmará su médico
del Sistema Público de Salud.
• Fotocopia del Libro de Familia, solo en el caso de que la persona que se solicita
valorar sea menor de tres años. En este caso no hay que presentar documento de
tutor legal o guardador de hecho.

Valoración de la solicitud de dependencia


Un técnico valorador de la Dirección General de Atención a la Dependencia concertará
una cita con el solicitante y se desplazará a su domicilio o lugar de residencia para
aplicar el baremo de valoración.

Resolución de Grado y Nivel


Con el resultado de la valoración y con los documentos aportados, la Dirección
Provincial del Departamento de Servicios Sociales y Familia remitirá una carta con la
Resolución que reconoce el grado y nivel de dependencia del solicitante.

El plazo máximo para esta resolución es de tres meses, a contar desde que se registra
la solicitud en las Direcciones Provinciales del Departamento de Familia y Servicios
Sociales.
Propuesta de prestaciones económicas y servicios que corresponden a la persona que
tenga reconocida la situación de dependencia.

Sin necesidad de realizar ningún nuevo trámite o de presentar ninguna solicitud,


cuando se reconoce a una persona el grado y nivel de dependencia la propia Dirección
Provincial del Instituto Andaluz de Servicios Sociales (IASS) lo comunica a los
Servicios Sociales del Ayuntamiento donde resida esta persona. Un trabajador social
del Centro Municipal (en Zaragoza) o del Servicio Social de Base (en el resto de
municipios y comarcas) se pondrá en contacto con el solicitante y/o sus familiares, y
concertará una cita en el propio domicilio para informarle de las prestaciones
económicas y servicios que le puedan corresponder, y para consultarle sobre cuáles
de estas prestaciones o servicios considera más adecuados para su situación. El
solicitante (o su tutor o guardador de hecho) debe firmar un documento que expresa
esta preferencia. Con esta consulta, y con la propia valoración del entorno familiar y de
la vivienda que realice el trabajador social, este elaborará un informe-propuesta que
remitirá, de nuevo, a la Dirección Provincial del Departamento. Por su parte, la propia
Dirección Provincial del IASS solicitará la documentación necesaria para calcular el
costo que el solicitante deba asumir en el caso de que reciba un servicio, o la cantidad
que le corresponda en concepto de prestación económica.

Resolución de Programa Individualizado de Atención (PIA)


En base a este informe-propuesta, la Dirección General de la Dependencia del
Gobierno de Andalucia dictará una resolución en la que asigna el servicio o la
prestación económica correspondiente, y se lo comunicará por carta al solicitante.
El plazo máximo para esta resolución es de tres meses desde que se emitió la
resolución que reconocía el grado y nivel del solicitante.

CICLO VITAL

Infancia
Es sabido que el bebé humano depende completamente de sus cuidadores para
sobrevivir.

Desde los primeros meses de vida, el bebé ira ampliando el repertorio de sus
conductas a medida que interactúe con sus cuidadores, estableciendo una relación
especial con ellos. El tipo de vínculo que se desarrolla con la madre en el primer año
de vida se verá reflejado en las relaciones que mantendrá con los demás y el mundo,
en un futuro.

Uno de los primeros logros del bebé es la capacidad de diferenciarse de la madre y


reconocer los límites de su cuerpo. Esto constituirá la columna vertebral de su
esquema corporal y futura identidad. Al principio necesitará de su madre para que ella
decodifique sus gestos y llantos, que son la única manera de comunicarse que posee.
La madre suele ser la primera en comprender su lenguaje. Por eso es que se dice que
en un primer momento el mundo del bebé es él y su mamá. Poco a poco, el bebé
necesitará menos de ella para sobrevivir.

Es fundamental que el bebé se reconozca como una persona separada de su madre y


que conforme un esquema corporal adecuado. La conformación del mismo se logra
gracias a la elaboración de las sensaciones relacionadas con los estados de
necesidad y saciedad (hambre, dolor, sueño, entre otras), y las relaciones con el
medio ambiente. La medida en que sus necesidades son satisfechas, y la cualidad (el
grado en que son satisfechos) así como también la rapidez de las respuestas de sus
cuidadores, son un aspecto esencial del sano desarrollo del bebé.

El contacto físico con su cuidador es de gran relevancia en esta etapa. Tiene que
proveer un entorno de apoyo, para que el niño pueda sentirse contenido y pueda
experimentar, y para ello los padres deben anticiparse y reconocer las necesidades del
bebé. Si siente que sus cuidadores lo satisfacen, podrá ser capaz de relacionar sus
impulsos con sus funciones corporales, ayudando a desarrollar su propio ser.

El bebé interpreta todo lo que sucede a su alrededor a través de las distintas


sensaciones que su cuerpo capta a través de los sentidos (diferencias térmicas,
lumínicas, auditivas, separación del cuerpo materno, desplazamientos en el entorno).
Hasta alrededor del año y medio de vida, el infante reconocerá el mundo exterior
primordialmente a través de su boca, lo que se observa por su necesidad de llevarse
cantidad de objetos hacia ella.

A los dos o tres meses el infante comienza a dar la impresión de ser una persona
totalmente distinta, encarando las relaciones sociales de otra manera. Se desenvuelve
como si ya tuviera un sentido de sí mismo, en tanto cuerpo distinto y coherente.

Otro gran paso en esta etapa se relaciona con el logro del niño en reconocer las líneas
de parentesco y establecer lazos de afecto. Esto se relaciona primordialmente con las
figuras de los cuidadores, que en ciertos casos puede no tener que ver con lazos de
consanguinidad. Generalmente el bebé suele reconocerse en un primer momento
como hijo de su madre y más tarde entiende los demás lazos de parentesco. Este
logro implica un gran salto en la conformación de la identidad, lo que permite
reconocerse como miembro de un grupo social.

Después de los seis meses el bebé comienza con el destete, lo que les provoca
tristeza y nostalgia. Se cree que cuanta mayor leche materna el bebé consuma en el
tiempo, mejores defensas poseerá su sistema inmunológico. Por está razón, a veces
se sigue amamantando hasta los 7-8 meses, pero sin permitir que el destete se
prolongue hasta más tarde de los 9 meses.

Alrededor de los 8 meses, cuando generalmente empiezan a gatear, los infantes


suelen pasar por un período en el cuál le temen a los extraños, lo que demuestra que
poseen la capacidad para reconocer a las personas de su entorno mediato. A este
miedo se lo conoce como angustia de separación, denotando una transición
importante en el desarrollo psicológico del bebé.

Es cuando empiezan a caminar, al año aproximadamente, cuando se siente


suficientemente seguro como para comenzar un conjunto de actividades exploratorias
en el ambiente. Ya tiene las bases de su identidad formada y posee una base segura a
quien remitirse (es decir, sabe que cuenta con un cuidador que está allí para
protegerlo, alimentarlo y cuidarlo). El niño desea experimentar por su propia cuenta y
para esto es necesario que los padres le permitan ejercitar sus nuevas capacidades,
teniendo siempre en cuenta que existen limitaciones. Es muy importante considerar los
tiempos propios de los niños.

Hasta el segundo año de vida, el desarrollo motor e intelectual se ve acelerado. Los


niños adquieren un mayor control de sus actos, la marcha y el lenguaje. Todos estos
factores los proveen de una mayor independencia.

Con la adquisición del lenguaje, que aparece al año y medio o dos años, llega la
capacidad simbólica que les permite usar las palabras y el jugar. También comienzan
a razonar y a escuchar las explicaciones de los adultos, y esto les ayuda a tolerar
mejor las demoras de sus satisfacciones. Empiezan a descubrir lo excitante del
explorar, el placer de descubrir y desarrollar nuevos comportamientos (nuevos juegos
como el esconderse). Hacen demostraciones abiertas de afecto, como abrazar, sonreír
y dar besos, pero también son capaces de demostrar protesta, sea llorando,
golpeando contra el suelo o gritando. Es muy común que en esta época prefieran estar
con la familia que con extraños, de los cuales suelen huir. La angustia de separación,
que comenzó a los 8 meses, cesa recién a los dos años, momento en el que ya son
capaces de entender que aunque la madre no está presente, ella regresará, y además
pueden prever su regreso.

Es durante este período que se debe comenzar con el entrenamiento del control de
esfínteres, que si es firme, pero considerado a la vez, ayuda al niño a poseer un
sentimiento de autocontrol, sin perder su autoestima. El control de esfínteres a veces
se demora hasta los dos años y medio. El niño logra primero retener de día, para
mucho más tarde poder pasar toda la noche sin dificultades. Es hasta los tres años y
medio que el mundo del niño comienza a experimentarse a través de la manipulación
de los objetos, período durante el cuál suelen gustarle jugar con materiales como la
arena, el barro, arcilla, etc.

A su vez, adquieren la capacidad para ir incorporando las reglas y normas de la


sociedad. Los niños comienzan a identificarse con el padre, el que impone la ley. En
un primer momento se aprenden las regulaciones de la familia y luego se extienden a
otros grupos, y finalmente a la sociedad en su totalidad. De esta manera el niño
aprende que existe cierta manera de comportarse con los demás, que hay cosas que
están permitidas (proscripciones) y cosas que están prohibidas (prescripciones). Poco
a poco empieza a entender que las personas que se hacen cargo de él esperan que
se comporte de cierta manera y no de otra.
No sólo aprende que los demás esperan de él ciertas conductas y que hay ciertas
normas que debe obedecer, sino que descubre que él mismo puede crear reglas y
modos de comportarse. Así, es común que pruebe un gran repertorio de conductas
como manera de evaluar a los demás. Por ejemplo, utiliza la fuerza física para probar
la propia capacidad para realizar movimientos corporales, desplazamientos, pero
también para comprobar su poder sobre los demás (padres, hermanos, amiguitos). Al
mismo tiempo evalúa muchas otras cosas como por ejemplo, el nivel de permisividad o
rigidez de sus padres, sus expectativas, la forma de complacerlos, los niveles de
jerarquía y roles dentro de la familia.

Con respecto a su papel sexual, los niños lo van adquiriendo a través de la imitación,
de las prohibiciones y recompensas. Su curiosidad por la anatomía del sexo es normal
y sana. Es más, es necesario que su curiosidad sea saciada con las respuestas
adecuadas a su edad, para que los niños se desenvuelvan cómodos y felices en sus
roles. Es hacia los dos años y medio que adquieren la identidad de género, y esto se
observa en la elección de sus juegos y juguetes, que a su vez estarán influenciados
por las costumbres sociales y culturales.

Los padres poseen la tarea de colmar las necesidades de sus hijos de manera
sensible, pero también permitiendo que gradualmente se produzcan frustraciones
óptimas. A su vez, la imposición firme de límites es fundamental para la crianza de los
hijos, para que éstos aprendan las conductas aceptables y así estimular la
independencia progresiva del niño. Es entre el equilibrio del castigo y la permisividad
que los niños adquieren un sistema ético de principios morales.

Se entenderá a la niñez como el período que abarca de los tres a los doce años, etapa
en la que se produce un importante desarrollo físico, emocional y de ingreso al grupo
social más amplio.

La edad preescolar se extiende de los tres a los seis años, etapa en la cuál los niños
ya controlan esfínteres y no tienen estallidos de rabia tan frecuentemente como en
años anteriores.

Es importante que el niño se adecue al sistema escolar, pero no se le debe exigir más
allá de sus capacidades. Su lenguaje se fue ampliando y ya puede utilizar frases
completas. Utilizan más los símbolos y el lenguaje.

Su pensamiento suele ser egocéntrico. Se sienten el ombligo del mundo y no pueden


ponerse en el lugar del otro, ni comprender el punto de vista de otra persona. El tipo
de pensamiento es mágico (por ejemplo, "los malos pensamientos provocan
accidentes", o "el sol sale porque Dios está contento") y animista, es decir, le dan a los
objetos características humanas como la capacidad de sentir. No poseen sentido de
causa-efecto (por ejemplo, si tiran un plato y se rompe, creen que el plato se ha roto
pero no porque ellos lo hayan tirado). Clasifican las cosas por su función, por ejemplo,
definen una bicicleta como "andar".

Son capaces de expresar sus sentimientos de amor, tristeza, celos, envidia, curiosidad
y orgullo. Empiezan a preocuparse por los demás.

El niño comienza la inserción social más allá de la familia, incorporándose al mundo


exterior. Aprende nuevas maneras de interactuar con las personas. El nacimiento de
un nuevo hermanito pone a prueba su capacidad de compartir y ayudar. Los celos en
estas situaciones suelen ser frecuentes, mientras que la rivalidad con los hermanos va
a depender de la crianza que se le haya dado. Sin embargo es importante que los
padres puedan dividir sus funciones entre sus hijos, y no dedicarles todo su tiempo al
nuevo hijo.

En esta etapa comienzan a distinguir entre lo real y lo fantaseado, principalmente a


través de los juegos que realizan. Son frecuentes los juegos de personificación, en los
que, por ejemplo, una niña "hace de cuenta que es una ama de casa" y "un varón
personifica a un camionero. Esto les permite analizar situaciones reales de la vida
cotidiana.

El dibujo también evoluciona en esta etapa, permitiendo ver el crecimiento del niño. En
dibujo de una persona van agregando progresivamente el pelo, las orejas, los brazos,
las piernas, los dedos. Lo último en aparecer suele ser un torso proporcionado al resto
del cuerpo.

Los amigos imaginarios suelen ser frecuentes en el 50% de los niños entre 3 y 10
años, mayormente en niños con una inteligencia superior. Los amigos imaginarios
pueden ser tanto objetos como personas.

Una cuestión muy importante en esta etapa es la de la diferenciación sexual, que se


produce aproximadamente a partir de los 3 años. Aparece un sentimiento de
curiosidad sexual creciente. Los niños atraviesan por un período de discriminación de
las diferencias entre los sexos (distinción de géneros). Cada uno reconoce en el otro
una diferencia. Es normal notar que el niño demanda la atención del progenitor del
sexo opuesto. Buscan afanosamente conseguir el cariño de sus padres,
principalmente si tienen hermanos. No obstante, el niño necesita de los límites que
imponen ambos padres.

De igual manera la masturbación se debe al interés en el propio cuerpo y es normal en


esta etapa. Es frecuente el juego de "médicos" y "enfermeras", por lo tanto los padres
no deben darle tanto importancia a este hecho y dejarlos jugar.

Al final de esta etapa distinguen entre lo que quieren y lo que deben hacer, logrando
conseguir poco a poco un sentimiento moral de lo bueno y lo malo. Los niños
entienden las normas como creadas sin ningún motivo ("porque si). No entienden los
dilemas morales. Aprenden que existen los límites, y que toda mala acción será
castigada. Aún así, el castigo en exceso es contraproducente. Además, irán
adquiriendo progresivamente el sentido de responsabilidad, seriedad y autodisciplina.

Algunos niños rechazan la escuela, ya sea debido a la ansiedad de separación o al


miedo de separación que le trasmite su cuidador. De igual manera, tal problema suele
ampliarse a otras situaciones sociales, por lo cuál es vital que, en vez de ceder al
miedo, se lo ayude a superarlo.

Alrededor de los seis años, el niño comienza a participar de la comunidad escolar, un


contexto organizado, con normas diferentes, en ocasiones, a las del propio hogar. En
esta etapa cobra importancia la interacción y relación con sus compañeros, ya que
comienza a buscar un sentimiento de pertenencia y de aceptación de los otros. Estas
relaciones pueden llegar a ser consideradas incluso más importantes que las de su
ámbito familiar. Suelen preferir rodearse de niños de su mismo sexo.

Paulatinamente pasan de un juego solitario (en la mitad de la edad pre-escolar), en el


que cada uno juega por separado sin interaccionar con sus compañeritos, a un juego
reglado en el que se tiene en cuenta al otro y se respetan las reglas del juego, sin
querer impartir las propias. No obstante es necesario que se lo deje realizar juegos
solitarios o en compañía de libros, películas, la televisión en ciertas oportunidades.

Al lenguaje lo comienzan a utilizar para trasmitir ideas complejas. Adquieren la


capacidad de concentración a los nueve o diez años y dejan la fantasía de lado por la
exploración lógica.

Al asumir los niños la imposibilidad de llevar a cabo la actividad sexual, caen en un


período de latencia, en donde esa energía la utilizan en la realización de tareas
escolares y para los deportes, aumentando su capacidad de responder a las
demandas emocionales e intelectuales de su ambiente.

El hecho de sentirse discriminado o desanimado en la escuela, ser sobreprotegido en


su casa, decirles que son inferiores, puede influenciar la autoestima negativamente. Es
muy positivo animar al niño a valorar el ser productivo y perseverante en una tarea.

El niño empieza a operar y a actuar sobre lo concreto y lo real de los acontecimientos


y objetos. Son capaces de manejar y considerar gran cantidad de información ajena, lo
que les permite percibir la realidad desde el punto de vista de los otros.

Pueden, también, entender la relación entre los hechos, que una cosa puede
convertirse en otra (por ejemplo, que una bola de plastilina se puede convertir en un
bastón y seguir teniendo la misma cantidad de plastilina), y volver a su estado original
(como el agua y el hielo).

Un logro primordial en esta etapa es el de organizar y ordenar las cosas del mundo
circundante. La experiencia escolar representa un mundo muy importante para los
niños, con metas propias, frustraciones y limitaciones. En la primaria se asientan las
bases estructurales, herramientas que les permitirá a los niños a desenvolverse en el
plano concreto, para luego, en la secundaria, aprender a manejarse mediante la
abstracción.

El niño, al atravesar esta etapa, va adquiriendo la capacidad de trabajar y de adquirir


destrezas adultas. Aprende que es capaz de hacer cosas, de dominar y de concluir
una tarea. Igualmente, es necesario no poner un énfasis excesivo en las normas y
obligaciones, ya que esto puede causarle un desarrollo del sentido del deber en
detrimento del deseo natural de trabajar.

Adolescencia

La adolescencia es una etapa del desarrollo humano, la cual se caracteriza por


profundos cambios del desarrollo biológico, psicológico y social.

La adolescencia se divide, arbitrariamente, en tres etapas:

 Pubertad: entre 12 y 14 años.


 Adolescencia media: entre 15 y 16 años
 Adolescencia tardía: entre 17 y 20 años

Las características de cada etapa pueden variar de un sujeto a otro.


La adolescencia es un período primordialmente de duelos. Se produce la pérdida del
cuerpo infantil, de los roles infantiles y de la identidad. Durante esta etapa el
adolescente lucha por la construcción de su realidad psíquica, por la reconstrucción de
sus vínculos con el mundo exterior, y por su identidad.

La actividad hormonal produce ciertas manifestaciones en la pubertad. Lo


característico de éste período es el desarrollo de los órganos reproductores y los
genitales externos. En las chicas se produce el crecimiento de los pechos y
ensanchamiento de las caderas; y aparece el bello facial y el cambio de la voz en los
chicos. Este cambio hormonal también afecta el funcionamiento del sistema nerviosos
central, afectando factores como el humor y el comportamiento.

En la pubertad se produce la pérdida por el cuerpo infantil. El duelo por el mismo se da


mediante un enfrentamiento entre el esquema corporal infantil y el cuerpo físico real de
la persona. El púber empieza a sentir como su cuerpo adulto comienza a surgir. Es
común que intente controlar su cuerpo mediante el deporte.

Generalmente las chicas inician la pubertad dos años antes que los varones, pueden
empezar a salir con chicos y mantener relaciones sexuales a una edad más temprana.
Los chicos, por su parte, suelen sufrir erecciones frecuentemente debido a que
responden con rapidez a varios estímulos.

La adolescencia es un periodo donde se reactiva la energía sexual, que permaneció


latente durante la niñez. La manera mediante la que los adolescentes responden a
esta urgencia es principalmente con la masturbación, ya que es un modo seguro de
satisfacer los impulsos sexuales. En la adolescencia media es frecuente que existan
respuestas sexuales y experimentación con distintos roles sexuales. La masturbación
se convierte en una actividad normal, tanto para las chicas, como para los chicos. Es
común que se produzcan enamoramientos desorbitados hacia personas del otro sexo,
generalmente inalcanzables. También es posible que en la adolescencia media se
tengan relaciones homosexuales, pero en forma transitoria. Los estudios estadísticos
indican que la mayoría de los adolescentes se inician en las relaciones sexuales
aproximadamente a los 16 años.

En la adolescencia se produce el duelo de la identidad lo que provoca una lucha por la


misma. Se entiende la identidad como el ser uno mismo en tiempo y espacio, en
relación con los demás y con uno mismo. Es el sentimiento de seguridad sobre sí
mismo. La confusión de la identidad, lo cual es característica de la adolescencia, se
refiere a la imposibilidad de desarrollar una idea de sí mismo coherente. Parte de la
resolución de la crisis de identidad consiste en pasar de ser dependiente a ser
independiente. Es frecuente que los padres y sus hijos adolescentes discutan sobre la
elección de amigos, pandillas, planes de estudio y temas relacionados con la filosofía,
modo en que los adolescentes van afianzando su propia identidad.

Durante la adolescencia también se producen cambios a nivel del pensamiento. Es el


momento donde empieza a existir un pensamiento lógico formal, el cual les permite
pensar en ideas y no sólo en objetos reales (característico de la infancia). Este tipo de
pensamiento permite al sujeto la capacidad de reflexionar. En un primer momento el
adolescente reemplaza los objetos por ideas. Las ideas se manejan como antes hacía
con los juguetes. Las palabras y la acción son reemplazadas por el pensar. El
intelectualismo es un mecanismo de defensa que el adolescente utiliza asiduamente.
Esto se manifiesta en el interés de las ideas, la lectura, siendo normal que discuta
ideas e ideologías con su grupo de pares.
A partir de este nuevo tipo de pensamiento formal el adolescente se incorpora al
mundo adulto, liberando su pensamiento infantil subordinado, programando su futuro y
reformando el mundo donde va a vivir. También le permite incorporarse en la sociedad
y un mayor dominio de sus impulsos.

En este momento muchos adolescentes muestran una destacada creatividad, que


expresan por medio de la música, el arte y la poesía. La creatividad también puede
expresarse en el deporte, y en el mundo de las ideas, discutiendo, reflexionando, por
ejemplo, sobre moral, religión, ética, labores humanitarias. El escribir en un diario
personal es otra manifestación de la creatividad en éste periodo.

Otra característica que explica el comportamiento adolescente es el ascetismo, el cual


se manifiesta en la captación de grandes ideales y la renuncia a los placeres
corporales. Esta es una forma en que el adolescente controla y elabora las pérdidas
de ésta etapa.

El grupo de compañeros entre los adolescentes es un fenómeno esperable. Permite al


adolescente sentirse contenidos dentro de una zona intermedia, que ya no es la familia
ni la sociedad. Le permite al adolescente mantener la ilusión que pertenece a una
sistema que lo protege de la responsabilidad social. Le da al individuo la ilusión de un
cierto manejo omnipotente sobre los objetos.

El grupo es el contexto de descubrimiento más favorable del adolescente, y los


tranquiliza durante el período de cambio. Durante la adolescencia se cuestiona el
núcleo de pertenencia familiar por la necesidad de buscar nuevos núcleos de
pertenencia que defina su identidad. El grupo de pares le permite al adolescente la
apertura hacia lo no- familiar, dándose el espacio para el duelo por el rol infantil. Es un
momento donde el adolescente intenta ser libre, pero todavía depende de sus padres
y se siente muy ligado a ellos. Suelen verse a través de los ojos de sus compañeros, y
su autoestima puede sentirse disminuida ante cualquier desviación en su apariencia
física, en el código de la ropa o de conducta.

En la adolescencia media, el desarrollo físico ha concluido, y falta realizar la


integración con la sociedad. En éste momento los adolescentes tiene fuerza personal y
no solo grupal.

A medida que va pasando el tiempo, el adolescente comienza a mezclar valores de


fuentes diversas con sus propios valores personales. A comienzo de la edad adulta, se
ha establecido una nueva conciencia o superyo que debe ser capaz de cambiar y
crecer para acomodarse a las nuevas situaciones de la vida. Cuando el adolescente
comienza a sentirse independiente de su familia, y ésta lo apoya, empiezan a
encontrase repuestas a preguntas como "¿Quien soy?" y "¿A donde voy?".

Ser padres de adolescentes, implica además de tener que enfrentarse a la tormenta


que acompaña el desarrollo del adolescente, verse obligados a realizar adaptaciones
en el trabajo, en su matrimonio y en relación a sus propios padres, ya que suelen estar
atravesando por la adultez tardía. Esta necesidad de independencia de la familia por
parte del adolescente, genera en los padres mucha ansiedad, comportándose éstos de
manera controladora. Además, la fuerte sexualidad de sus hijos genera ansiedad en
los padres.

En la adolescencia tardía, se produce la elección de la profesión, la cual es


consecuencia de la pregunta de "¿Hacia donde voy?". Los adolescentes tienen que
tratar con la influencia de sus compañeros, padres, profesores y su propio deseo, para
decidir su vocación.

El final de la adolescencia se produce cuando el sujeto empieza a desarrollar y asumir


tareas propias del adulto joven, como por ejemplo, la elección y responsabilidad de un
trabajo, el desarrollo del sentido de intimidad (que más tarde va a conducir a la
constitución del matrimonio y la paternidad). Se produce el reconocimiento del sí
mismo como un ser adulto.

Juventud

Comienza hacia el final de la adolescencia (20 años) y llega hasta los 40 años. En este
momento se alcanza el apogeo biológico, se asumen los roles sociales más
importantes y se empiezan a establecer relaciones sociales más serias en el ámbito
laboral y en el personal. Es la etapa en la que predomina el proceso de individuación.
Es decir, se logra la independencia y autonomía en varios planos. Un adulto es alguien
capaz de verse a sí mismo como un individuo autosuficiente que forma parte de la
sociedad.

La primer etapa representa el puente de desarrollo entre el mundo adolescente y el


adulto. Un tema clave es la separación de la familia de origen, que conlleva la
mudanza del hogar paterno, incrementar la independencia económica y emprender
nuevos roles más responsables. Simultáneamente surge la necesidad de disminuir la
dependencia emocional de los padres y aumenta progresivamente el compromiso con
el sexo opuesto. Para poder formar una pareja es necesario que surja la necesidad de
complemento, así como también debe existir cierta capacidad para proyectarse en el
otro sin fusionarse y perder la individualidad.

La primer década comprende un período de exploración y prueba de alternativas


(de vocación, pareja, etc). Se empieza a trabajar o a estudiar en la universidad y se
abandona el hogar paterno. Sin embargo, las elecciones que se realizan son tentativas
y aún no implican un compromiso definitivo.

Para la mayoría de los jóvenes adultos, el hecho de elegir una pareja y crear una
familia es otro de sus objetivos. Es frecuente que decidan casarse y tener hijos. La
pareja debe establecer su territorio con independencia de la influencia de las familias
de origen. La paternidad y maternidad es uno de los desafíos más importantes de esta
etapa. El nacimiento de un niño representa la convergencia de dos familias y crea
abuelos y tíos por ambos lados de las familias de origen. Al adquirir el nuevo rol de
padres disminuye su rol de hijos y se consolidan como adultos.

La etapa del cuidado de los hijos pequeños puede generar conflictos en las madres
que deciden relegar su profesión para dedicarse a su crianza. El anhelo de una mayor
participación en el mundo adulto puede hacerlas sentir insatisfechas y frustradas. Por
eso cuando comienzan la etapa escolar pueden reformar sus actividades que habían
hecho a un lado.

Hacia los 30 años surge la necesidad de tomar la vida más seriamente. Las personas
comienzan a afianzarse en el campo laboral y están en pleno desarrollo profesional.
Los proyectos esbozados al comenzar la carrera empiezan a concretarse. Es una
época de crecimiento personal y profesional. El trabajo permite desarrollar habilidades,
cumplir con responsabilidades individuales y sociales, pero al mismo tiempo contribuye
a situar a las persona en relación con los demás, definiéndolo socialmente. El trabajo
para el adulto es lo que el juego para el niño, lo inspira y lo proyecta al futuro.

La mayoría de las personas entran en crisis al llegar a los treinta. Surgen dudas,
existen mayores presiones y más responsabilidades. Es bastante frecuente que se
manifiesten en formas de replanteos, de conflictos matrimoniales, cambios de trabajo,
depresión o ansiedad. Pero para otros llegar a los treinta significa descubrir aptitudes e
intereses que hasta ahora se desconocían o no se habían considerado. Las relaciones
con la familia y con los amigos continúan siendo estables y las metas profesionales
progresan con rapidez.

En la adultez temprana predomina el pensamiento operativo, dispuesto a ejecutar


decisiones de profundas proyecciones hacia el futuro. Pero hacia los 35 años se va
tornando más reflexivo, y empiezan a aparecer los primeros atisbos de lo ya decidido
y logrado. Frecuentemente, como producto de esta evaluación se realizan grandes
cambios como son los divorcios, los cambios de ocupación, etc.

Ya hacia el final de la etapa, rondando los cuarenta, aparece un fuerte sentimiento de


compromiso en todos los planos (conyugal, familiar y profesional). Es un momento de
asentamiento y consolidación. Se lucha por progresar en lo que se ha comenzado en
etapas anteriores. Se intenta construir una vida mejor, utilizar las propias habilidades,
perfeccionarse en el área laboral y contribuir a la sociedad. Se desea reconocimiento,
pero al mismo tiempo libertad. Es la época en que se guía a generaciones futuras,
sobretodo a través del rol activo de la paternidad y maternidad.

Adultez

Este período, que se extiende entre los 40 y los 65 años es un momento de transición,
de replanteo de la vida y duelo por varias pérdidas. Constituye una etapa estresante
para la mayoría de las personas, pero llena de oportunidades de seguir creciendo y
desarrollándose. Se ha alcanzado la cumbre vital, por lo que se cuenta con una gran
cuota de poder, y madurez.

Es un tiempo de búsqueda dentro del alma, de cuestionamiento y evaluación de los


logros alcanzados a lo largo de la vida. Una vez que se ha hecho el balance acerca del
tiempo vivido, nuevamente se realizan elecciones. Muchas veces, éstas están
definidas por eventos más o menos traumáticos como divorcio, enfermedad, cambio
de ocupación.

Se desarrolla un sentido de urgencia de que el tiempo se esta acabando, y al mismo


tiempo se toma conciencia de la propia mortalidad. De manera que el " como " y " en
que " se invierte el tiempo se convierte en un asunto de gran importancia.

En el plano biológico se produce un estancamiento en el desarrollo y la capacidad


funcional. El cuerpo está más cansado y los cambios fisiológicos que se empiezan a
manifestar pueden tener efectos dramáticos sobre el sentido que la persona tiene de sí
misma. Muchas personas no pueden ver el paso del tiempo con naturalidad y hacen
esfuerzos dramáticos para parecer jóvenes.

Las mujeres entran en la menopausia, y deben hacer el duelo por la pérdida de la


fertilidad. Para muchas es una experiencia displacentera, mientras otras se sienten
liberadas porque no tienen más riesgo de embarazo. Junto con los cambios
fisiológicos se producen otros a nivel psíquico, como síntomas de depresión y
ansiedad. Los hombres también ingresan en el climaterio, pero el cambio en su
cuerpo y psiquismo es mucho menos brusco. Tienen que superar el decaimiento de
su funcionamiento biológico y su vigor en general.

Uno de los dilemas humanos surge en la etapa de la mitad de la vida. En este


momento el hombre ha progresado en status y posición y se vuelve más atractivo para
las mujeres jóvenes, mientras que las mujeres de la misma edad, cuya autoestima
depende más de su apariencia física se sienten menos atractivas para los hombres.

Simultáneamente aumentan las demandas y exigencias en otros planos. En muchos


casos aparece lo que se conoce como " síndrome de nido vacío ", que se produce
cuando el hijo menor se va a vivir sólo y los padres sienten la casa deshabitada. Y por
otro lado se suma el cuidado de los propios padres que han envejecido y algunos se
enferman. Estas responsabilidades suponen además mayores gastos económicos.

Muchas mujeres, ya liberadas de la necesidad de ocuparse de sus hijos, pueden


empezar a desarrollar otras actividades. Los hombres, en cambio han llegado a su
más alta cuota profesional. Esto implica un cambio en las actividades de ambos,
porque las mujeres encuentran por primera vez tiempo para dedicarse a lo que les
plazca. Muchas deciden retomar su profesión y otras prefieren comenzar a desarrollar
aptitudes que hasta el momento habían sido relegadas.

La irremediabilidad de la muerte se hace presente. Se descubre que la muerte es


inevitable y no puede eludirse. Lo decisivo será la manera en que cada uno pueda
enfrentase a su destino. Mientras algunos son conscientes de su finitud, otros
prefieren evadirla. Quienes sean capaces de elaborar la muerte aprovecharán esta
etapa para construir estructuras perdurables en el tiempo. Existen varias formas de
trascender la experiencia, a través de los logros de los hijos, los proyectos, la
participación en actividades políticas o religiosas, la propia empresa, etc.

Llegada la edad media con su consabida crisis de finitud, el pensamiento se hace


más relativo. La conciencia de finitud lleva al balance de lo vivido. Las personas
suelen plantearse acerca de la manera en que se ha empleado el tiempo vivido.
Cuanto menos satisfactorio haya sido, más profundo será el repudio hacia sí mismos.

La pérdida del cuerpo joven, la nueva responsabilidad de cuidar de los ancianos y de


guiar la generación futura, induce a la gran mayoría a hacer una revisión del pasado.
Se analiza cómo ha transcurrido la propia vida y cómo se quiere continuar.

Esto sucede en varios aspectos, como en la vida matrimonial o en la actividad laboral.


Es frecuente la sensación de que las expectativas que uno se había propuesto no han
sido alcanzadas, lo que conduce muchas veces a un replanteo en el estilo de vida
seguido hasta el momento.

Pero así como se analizan los tiempos pasados también se construyen planes para
el futuro. Se hace un balance de lo vivido hasta el momento y se cuestiona cómo
continuará la propia existencia. Aparece, también, la necesidad de recuperar el tiempo
perdido y vivir los años que quedan de una manera distinta.

Para muchas personas la vejez es un proceso continuo de crecimiento intelectual,


emocional y psicológico. Se hace un resumen de lo que se ha vivido hasta el
momento, y se logra felicitarse por la vida que ha conseguido, aun reconociendo
ciertos fracasos y errores. Es un período en el que se goza de los logros personales, y
se contemplan los frutos del trabajo personal útiles para las generaciones venideras.

La vejez constituye la aceptación del ciclo vital único y exclusivo de uno mismo y de
las personas que han llegado a ser importantes en este proceso. Supone una nueva
aceptación del hecho que uno es responsable de la propia vida.

Vejez

Comienza a los 65 años aproximadamente y se caracteriza por un declive gradual del


funcionamiento de todos los sistemas corporales. Por lo general se debe al
envejecimiento natural y gradual de las células del cuerpo. A diferencia de lo que
muchos creen, la mayoría de las personas de la tercera edad conservan un grado
importante de sus capacidades cognitivas y psíquicas.

A cualquier edad es posible morir. La diferencia estriba en que la mayoría de las


pérdidas se acumulan en las últimas décadas de la vida.

Es importante lograr hacer un balance y elaborar la proximidad a la muerte. En la


tercera edad se torna relevante el pensamiento reflexivo con el que se contempla y
revisa el pasado vivido. Aquel posee integridad se hallará dispuesto a defender la
dignidad de su propio estilo de vida contra todo género de amenazas físicas y
económicas.

Quien no pueda aceptar su finitud ante la muerte o se sienta frustrado o arrepentido


del curso que ha tomado su vida, será invadido por la desesperación que expresa el
sentimiento de que el tiempo es breve, demasiado breve para intentar comenzar otra
vida y buscar otras vías hacia la integridad.

El duelo es uno de las tareas principales de esta etapa, ya que la mayoría debe
enfrentarse con un sinnúmero de pérdidas (amigos, familiares, colegas). Además
deben superar el cambio de status laboral y la merma de la salud física y de las
habilidades.

Para algunas personas mayores la jubilación es el momento de disfrutar el tiempo


libre y liberarse de los compromisos laborales. Para otros es un momento de estrés,
especialmente de prestigio, el retiro supone una pérdida de poder adquisitivo o un
descenso en la autoestima.

Si ha sido incapaz de delegar poder y tareas, así como de cuidar y guiar a los más
jóvenes; entonces no sería extraño que le resulte difícil transitar esta etapa y llegar a
elaborar la proximidad de la muerte. Estas personas se muestran desesperadas y
temerosas ante la muerte, y esto se manifiesta, sobretodo en la incapacidad por
reconocer el paso del tiempo. No lograron renunciar a su posición de autoridad y a
cerrar el ciclo de productividad haciendo un balance positivo de la vida transcurrida.

Es la etapa en la que se adquiere un nuevo rol: el de ser abuelo. El nieto compensa la


exogamia del hijo. La partida del hijo y la llegada del nieto son dos caras de la misma
moneda. El nuevo rol de abuelo conlleva la idea de perpetuidad. Los abuelos cumplen
una función de continuidad y transmisión de tradiciones familiares. A través de los
nietos se transmite el pasado, la historia familiar.
Por esta razón, una vejez plena de sentido es aquella en la que predomina una actitud
contemplativa y reflexiva, reconciliándose con sus logros y fracasos, y con sus
defectos. Se debe lograr la aceptación de uno mismo y aprender a disfrutar de los
placeres que esta etapa brinda. Entonces, recuerde: hay que prepararse activamente
para envejecer, para poder enfrentar la muerte sin temor, como algo natural, como
parte del ciclo vital.

La conducta; comportamiento de alguien:

- Segun las concecuencias


- Segun la elaboracion de las respuestas
- Segun los modelos (padre, madre...etc..) y segun sus manisfestaciones.

La comunicacion:

La comunicación humana. Las funciones del lenguaje, elementos de la comunicación,


funciones del lenguaje.
La asertividad permite decir lo que uno piensa y actuar en consecuencia,cir lo
que uno piensa y actuar en consecuencia,
haciendo lo que se considera más apropiado para uno mismo, defendiendo los
haciendo lo que se considera más apropiado para uno mismo, defendiendo los
propios derechos, intereses o necesidades sin agredir u ofender a nadie, ni
propios derechos, intereses o necesidades sin agredir u ofender a nadie, ni
permitir ser agredido u ofendido y evitando situaciones que causen
permitir ser agredido u ofendido y evitando situaciones que causen ansiedad.
.
•La asertividad es una actitud intermedia entre una actitud pasiva o inhibida y
La asertividad es una actitud intermedia entre una actitud pasiva o inhibida y
otra actitud agresiva frente a otras personas, que además de reflejarse en el
otra actitud agresiva frente a otras personas, que además de reflejarse en el
lenguaje hablado se manifiesta en el lenguaje no verbal, como en la postura
lenguaje hablado se manifiesta en el lenguaje no verbal, como en la postura
corporal, en los ademanes o gestos del cuerpo, en la expresión facial, y en la
corporal, en los ademanes o gestos del cuerpo, en la expresión facial, y en la
voz. Una persona asertiva suele ser tolerante, acepta los errores, propone
voz. Una persona asertiva suele ser tolerante, acepta los errores, propone
soluciones factibles sin ira, se encuentra segura de sí misma y frena
soluciones factibles sin ira, se encuentra segura de sí misma y frena
pacíficamente a las personas que les atacan verbalmente.

pacíficamente a las personas que les atacan verbalmente.


•La asertividad impide que seamos manipulados por los demás en cualquier
La asertividad impide que seamos manipulados por los demás en cualquier
aspecto y es un factor decisivo en la conservación y el aumento de nuestra
aspecto y es un factor decisivo en la conservación y el aumento de nuestra
autoestima, además de valorar y respetar a los demás recíprocamente.

La idea de la vida es diferente para cada uno de nosotros, por como queramos
vivirla, o segun funcionen nuestros sentidos.

Las necesidade reales de las personas (segun sus estimulos).

La sensación se refiere a experiencias inmediatas básicas, generadas por estímulos


simples. La sensación también se puede definir como términos de la respuesta de los
órganos que tienen los sentidos frente a un estímulo.

La percepción incluye la interpretación de esas sensaciones, dándoles significado y


organización. La organización, interpretación, análisis e integración de los estímulos,
implica la actividad no sólo de nuestros órganos sensoriales, sino también de nuestro
cerebro.

Se acepta generalmente que la sensación precede a la percepción y que esta es una


diferencia funcional sencilla; en el proceso sensible se percibe un estímulo
-sensación-, como puede ser la alarma de una puerta, luego se analiza y compara la
información suministrada por ese estímulo y después de interpretar la percepción que
hemos tenido de dicha sensación, se decide si es necesario permanecer en una
actitud de alerta frente algún peligro o si simplemente es cuestión de apagar el
dispositivo que accidentalmente accionó la alarma.
Como ejemplo podemos tomar la imagen de la izquierda. Muchos
de nosotros percibiremos en primer lugar el dibujo de una pareja. Sin embargo, una
persona que no tenga la mente asociada a ese escenario percibirá en primer lugar los
9 delfines que la componen. Esto demuestra que, aunque el estímulo y la sensación
son constantes, las percepciones pueden ser distintas para cada persona. 

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