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Tema Páginas
Introducción 4
Desarrollo del informe: 5
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Doctrina Social de la Iglesia
UNIDAD VIII: “El Ambiente Natural”
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Doctrina Social de la Iglesia
UNIDAD VIII: “El Ambiente Natural”
Conclusión final 24
Glosario 25
Bibliografía 26
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Doctrina Social de la Iglesia
UNIDAD VIII: “El Ambiente Natural”
Introducción:
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UNIDAD VIII: “El Ambiente Natural”
Es la preocupación del hombre hacia el futuro del medio ambiente frente al gran deterioro del mismo
por el uso indiscriminado de los recursos y el desprecio a la vida de la flora y fauna que forman la ecología.
Esta cuestión abarca todo lo relacionado con cuidado de la naturaleza, y la toma de conciencia del hombre
frente a su falta de respeto.
2) ¿Qué es la ecología?
La ecología se define como el estudio de las relaciones entre el medio ambiente y los organismos,
es decir las diferentes especies de plantas y animales (incluyendo al hombre) que viven en él.1
El medio ambiente incluye las condiciones externas y los elementos naturales que influyen sobre los
organismos. Está compuesto por:
- elementos sin vida propia: sales, metales, aire, agua;
- elementos vivos: plantas y animales;
- las relaciones de los elementos naturales con el hombre;
- las relaciones de los hombres entre sí. 2
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UNIDAD VIII: “El Ambiente Natural”
Mientras se piense sólo en el consumo material, y de lograr los mayores ingresos por la
producción, siempre los recursos que nos brinda el medio ambiente serán utilizados de una manera sin
límites, con la idea de lograr mayores beneficios económicos en el presente, olvidándose de los riesgos de
la insuficiencia en el futuro.
El hombre impulsado por el deseo de tener y gozar, más que de ser y de crecer, consume de
manera obsesiva y desordenada los recursos de la tierra y su misma vida.4
6) ¿En “Sollicitudo Rei Sociales”, Juan Pablo II (1987), se refirió a “las señales
positivas” de la preocupación ecológica”
En este documento, Juan Pablo II señala lo que considera las señales positivas con respecto a la
ecología. Entre ellas se encuentran:
- la mayor conciencia de la limitación de los recursos disponibles;
- la necesidad de respetar la integridad y los ritmos de la naturaleza, teniéndolos en cuenta en la
programación de desarrollo.
En conclusión, lo que Juan Pablo II evidencia como señal positiva es la toma de conciencia de la
humanidad sobre el deterioro ambiental, sobre el daño que se está realizando sin considerar que los
recursos no son ilimitados.
7) En 1989, Juan Pablo II plantea “la cuestión ecológica”, entre otros, con qué aspecto
lo relaciona en “Christifideles laici” N° 43.
El hombre recibió de Dios el encargo de “dominar” las cosas creadas y de “cultivar el jardín “del
mundo. Esta tarea debe ser llevada a cabo respetando la imagen divina recibida con inteligencia y amor. El
hombre debe sentirse responsable de los dones que Dios le ha concedido. De todas maneras no se puede
hablar de libertad de usar y abusar del medio ambiente que se le ha confiado al hombre, sino que debe
haber siempre una cuestión moral por encima de todo. La llamada cuestión ecológica se relaciona con la
concepción que tenga el hombre sobre desarrollo y por consiguiente con una industrialización desordenada.
Siempre debe ser considerara la dimensión moral, la cual debe distinguir y guiar al desarrollo.5
La humanidad se da cuenta de que no se puede seguir usando los bienes de la tierra como en el
pasado. La opinión pública y los políticos están preocupados por ello. Esto forma una “conciencia
ecológica”, que debe ser favorecida de manera que se desarrolle y madure encontrando una adecuada
expresión en programas e iniciativas concretas. Se han creado organismos y dictado normas de protección
del medio ambiente en muchos gobiernos. Además han surgido una gran cantidad de organizaciones
privadas cuyo principal lema es la defensa de mundo ecológico contra la agresión del hombre.6
4
Juan Pablo II, “Centesimus annus”, N° 37.
5
Juan Pablo II, “Christifideles laici” N° 43.
6
Juan Pablo II, Jornada Mundial de la Paz de 01-01-1990.
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UNIDAD VIII: “El Ambiente Natural”
La cuestión ecológica tiene múltiples y varadas facetas, todas relacionadas con una falta de respeto
por la naturaleza, que lleva a la explotación abusiva de sus recursos, al progresivo deterioro de la calidad de
vida de los hombres y pude conducir a la imposibilidad de la vida sobre la tierra. Las manifestaciones de esta
cuestión son todos los signos que muestra el media ambiente fruto del desprecio del hombre hacia su
cuidado, son señales de alerta. 7
- Tomar conciencia de que no se pueden usar sin control las diversas categorías de seres vivos o
inanimados según las exigencias económicas. Se debe tener en cuenta la naturaleza de cada ser y
su mutua conexión en un sistema ordenado.
- Considerar el carácter limitado y no renovable de los recursos naturales, pensado en su cuidado
para las generaciones del presente y el futuro en especial.
- Tener en cuenta los efectos de la gran industrialización en la calidad de vida de la población.
- Hacer un uso razonable y no indiscriminado de los adelantos científicos y tecnológicos.
13) ¿Qué dice Juan Pablo II en “Sollicitudo Rei Sociales” sobre los recursos naturales?
Menciona la limitación de los recursos naturales, algunos de los cuales no son renovables.
Considera que el uso de los mismos como si fueran inagotables, con dominio absoluto, pone seriamente en
peligro su futura disponibilidad, no sólo para la generación presente, sino sobre todo para las futuras.
7
“Manual de la Doctrina Social de la Iglesia”, Capítulo XV, La Ecología.
8
“Manual de la Doctrina Social de la Iglesia”, Capítulo XV, La Ecología.
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En Sollicitudo Rei Sociales, se menciona que cierto tipo de desarrollo afecta la calidad de vida en
las zonas industrializadas. Esto es fruto directo de la contaminación cada vez mayor que generan las grades
industrias, sin la inclusión de políticas de tratamientos de residuos.
Es evidente que el desarrollo, la voluntad de planificación que lo dirige, el uso de los recursos y el
modo de utilizarlos no están exentos de respetar las exigencias morales. Una justa concepción del
desarrollo no puede prescindir de estas consideraciones (uso de los elementos de la naturaleza, renovación
de los recursos y consecuencias de una industrialización desordenada), las cuales ponen en la conciencia
del hombre una dimensión moral.9
15) ¿Existe alguna relación entre la crisis ecológica y las aplicaciones científicas y
tecnológicas? (Mensaje de Juan Pablo II del 01-01-90 N° 6)
Existe una relación entre estos temas, ya la aplicación indiscriminada de los adelantos científicos y
tecnológicos llevan a un constante riesgo de explotación y falta de respeto hacia la vida vegetal y animal.
Toda intervención en un área del ecosistema debe considerar sus consecuencias en otras áreas y en el
bienestar de las generaciones futuras. Los descubrimientos científicos deben llevar al beneficio de la
humanidad pero nunca a costa de un deterioro y daño mayor al medio ambiente.
16) ¿Qué opina Juan Pablo II en el Mensaje del 01-01-90 N° 6 sobre biotecnología?
17) ¿Cuáles son las causas de la crisis ecológica? (Encíclica Centesimus Annus, 1991)
En la raíz de la destrucción del ambiente natural hay un error antropológico. El hombre, que
descubre su capacidad de transformar y de “crear” el mundo con el propio trabajo, olvida que éste se
desarrolla siempre sobre la base de la primera y originaria donación de las cosas por parte de Dios. El
hombre piensa que puede disponer arbitrariamente de la tierra, sometiéndola sin reservas a su voluntad sin
tener en cuenta su fisonomía y destino anterior dados por Dios. En vez de desempeñar su papel de
colaborador de Dios en la obra de la creación, el hombre suplanta a Dios y con ello provoca la rebelión de la
naturaleza
Esto demuestra la mezquindad o estrechez de miras del hombre animado por el deseo de poseer
las cosas en vez de relacionarlas con la verdad y falto de aquella actitud desinteresada, gratuita, estética
que nace del asombro por el ser y por la belleza que permite leer en las cosas visibles el mensaje de Dios.
La humanidad debe ser consciente de sus deberes y de su cometido para con las generaciones futuras.11
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“Y vio Dios que estaba bien” (Gn 1, 25). Estas palabras del primer capítulo del Libro del Génesis
demuestran el sentido de la obra realizada por Dios, quién confía al hombre el cuidado de la tierra. Es por
eso que surgen obligaciones muy concretas para cada persona relativas a la ecología. Su cumplimiento
supone la apertura a una perspectiva espiritual y ética, que supere las actitudes de poder y egoísmo que
llevan al agotamiento de los recursos naturales.
Se recalca la importancia de la intervención de los creyentes, con la colaboración de todos los
hombres de buena voluntad con las instancias legislativas y de gobierno para conseguir una protección
eficaz del medio ambiente, considerado como don de Dios. Se mencionan los problemas por la emisión
incontrolada de gases nocivos y el fenómeno de los incendios forestales, que llevan a inevitables secuelas
de hambre y miseria. Se apunta a la selva amazónica, un inmenso territorio que abarca varias naciones
(Brasil, Guayana, Surinam, Venezuela, Colombia, Ecuador, Perú y Bolivia. La misma es vital para el
equilibrio ambiental de todo el planeta.12
19) Contaminación ambiental y subdesarrollo. Discurso de Juan Pablo II, en San Pablo,
Brasil, 03-07-80.
Se habla de un materialismo burdo que invadió todos los campos de la existencia, comprometiendo
al ambiente, amenazando a las familias y destruyendo todo el respeto por la persona humana. Las fábricas
no dejan de lanzar sus residuos al medio que las rodea, los emigrantes se aglomeran todos en edificios
viejos indignos, los jóvenes no encuentran espacios vitales para desarrollar sus energías físicas y
espirituales. Crece cada vez más el contraste entre los barrios, de los más modernos a los más
necesitados.13
Todo esto hace que el desarrollo se convierta en un enemigo del hombre, qué solo beneficie a unos
pocos y acentúe la frustración de los más débiles.
20) Significados del ambiente natural del hombre. Encíclica "Redenptor hominis" N° 15.
El hombre teme de los productos que el mismo construye. Vive cada vez más en el miedo. Si bien
en un principio el hombre tenia el poder por medio del cuál podía dominar la tierra, parece que cada vez se
torna más consciente del hecho de que la explotación de la tierra, del planeta sobre el cual se vive, exige una
planificación racional y honesta.
Al mismo tiempo, tal explotación para fines no solamente industriales, sino también militares, el
desarrollo de la técnica no controlado ni encuadrado en un plan a radio universal y auténticamente
humanístico, llevan muchas veces consigo la amenaza del ambiente natural del hombre, lo enajenan en sus
relaciones con la naturaleza y lo apartan de ella. Esto produce que el hombre se encuentre en un ambiente
natural distorsionado y lo relacione con usos inmediatos y de consumo. No era así la voluntad del Creador,
el hombre debía ponerse en contacto con la naturaleza como “dueño” y “custodio” inteligente y noble y no
como “explotador” y “destructor” sin ningún reparo.
Entonces cabe platearnos hoy, en un mundo dominado por la técnica, si este progreso desarrollado
por el hombre hace a éste más humano. Si hace la vida del hombre “mas humana”. Si todas las conquistas
tecnológicas van hacia un progreso moral y también espiritual. Surgen muchas preguntas y en el fondo
también surge la respuesta. Parece que el progreso material, de desarrollo, con el cuál hoy todos se llenan la
boca y es de dominio público en los medios y en periódicos tuviese como objetivo dominar a los de menores
recursos sin que los mismos sean personas dignas, solo consumidores.
12
Juan Pablo II, Exhortación apostólica postsimodal “Ecclesia in América” (1999) N° 25
13
Juan Pablo II, Discurso en San Pablo, Brasil, 03/07/80.
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El signo más profundo y grave de las implicaciones morales, inherentes a la cuestión ecológica, es
la falta de respeto a la vida, como se ve en muchos comportamientos contaminantes. Es el respeto a la vida
y, en primer lugar, a la dignidad de la persona humana la norma fundamental inspiradora de un sano
progreso económico, industrial y científico. 14
24) Ecología Humana. Destrucción del ambiente natural y humano. Posición de la DSI en
defensa de la ecología humana. Juan Pablo II ( 1991). "Enc. Centesimus annus" N°
38.
Además de la destrucción irracional del ambiente natural hay que recordar aquí la más grave aún
destrucción del ambiente humano, al que, sin embargo, se está lejos de prestar la necesaria atención.
Justamente hay sectores que defienden los “hábitat” naturales, pero parece que el hábitat humano pasa a un
segundo plano. Nos dimos cuenta que se ha perjudicado al ecosistema. Pero, ¿qué pasa con las
condiciones morales de una auténtica “ecología humana”? Se debe prestar atención al urbanismo, a la
modernización sin perjudicar al ser humano.
14
Juan Pablo II, Mensaje del 01.01.90, N° 7.
15
Juan Pablo II, Discurso a la academia Pontificia de Ciencias Sociales (12-03-99).
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Es deber construir un ambiente humano sobre estructuras que estén cerca de la voluntad del
creador. Si estas estructuras no existen, es nuestro deber cambiarlas para que la convivencia sea más
humana.
25) El paso de la cultura rural a la cultura Urbana. Doc. de Santo Domingo, Conclusiones.
N° 255. Exhortación Apostólica de Juan Pablo II, "Ecclesia in América" N° 21. Uso
racional de los recursos naturales Juan Pablo II, Mensaje a la Jornada Mundial de la
Paz, 01-01-99
En América hace tiempo que existe un éxodo desde el campo a la ciudad. Las causas de este
éxodo son varias, pero una de ella es la pobreza y subdesarrollo de las zonas rurales, donde con frecuencia
faltan los servicios, las escuelas, las comunicaciones. Sumado a esto, la ciudad se muestra con
características de diversión y bienestar, y ejerce un atractivo para las gentes sencillas del campo.
El fenómeno de la urbanización presenta asimismo grandes desafíos a la acción pastoral de la
Iglesia, que ha de hacer frente al desarraigo cultural, la pérdida de costumbres familiares y al alejamiento de
las propias tradiciones religiosas, que no pocas veces lleva al naufragio de la fe, privada de aquellas
manifestaciones que contribuían a sostenerla.
Es deber evangelizar la cultura urbana y tratar de generar planes para contener la migración rural.
Juan Pablo II sostiene que en lugar de trabajar para defender y abrir posibilidades de vida, el
pensamiento del hombre parece tender a la limitación o eliminación de la misma. Este problema, planteado
el Papa en la encíclica Centesimus Annus, aún hoy es vigente y es por eso que los programas
anticonceptivos, de esterilización y el aborto provocado son vistos como soluciones eficientes para evitar el
crecimiento demográfico.
Thomas Robert Malthus sostenía en su teoría que era necesario controlar y limitar la natalidad para
evitar aquellos problemas o peligros que podrían generarse debido al crecimiento de la población mundial.
“Mientras Malthus veía dos tipos de frenos para el crecimiento de la población –las guerras, plagas y
enfermedades, por un lado; y la continencia o el retrazo del matrimonio, por el otro-, los ‘neomalthusianos’ de
hoy proponen diferentes métodos anticonceptivos que incluyen hasta el aborto provocado y la
esterilización.”16
Con el objetivo de lograr el bienestar común y dar solución al problema del crecimiento demográfico,
el Concilio Vaticano II propone una intensa y plena cooperación entre las distintas naciones del mundo, para
que, de esta forma, sea posible encontrar la manera de administrar a toda la comunidad humana aquellos
recursos necesarios para el sustento y para el correcto desarrollo del hombre.
29) ¿Cuáles son, a criterio de Juan Pablo II, los dos grandes obstáculos que es necesario
vencer para lograr un equilibrio ecológico?.
16
Manual de la Doctrina Social de la Iglesia, 4ª Edición Actualizada – Rodolfo Luis Brandinelli – Carlos
Luis Galán
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Según Juan Pablo II, los obstáculos más grandes que el hombre debe vencer para lograr un
equilibrio ecológico son, por un lado, las formas estructurales de pobreza y; por otro lado, las guerras.
Las primeras constituyen un grave problema; muchas veces países que poseen una gran deuda,
con tal de obtener nuevos productos de exportación, destruyen su patrimonio natural generando un
importante desequilibrio ecológico. Existen además, muchos países desarrollados que si protegen sus
propios recursos, pero se sirven de otros países más débiles.
En cuanto a las guerras, Juan Pablo II no se refiere solo a las guerras químicas o biológicas, sino
también a todas aquellas que, por pequeñas que sean, “no sólo destruyen las vidas humanas y las
estructuras de la sociedad, sino que dañan la tierra, destruyendo las cosechas y la vegetación, envenenando
las cosechas y las aguas.”17
30 y 32) ¿Qué soluciones propicia la Doctrina Social de la Iglesia ante la crisis ecológica?
¿Qué dice sobre la tutela del medio ambiente y la vida en las grandes urbes?.
Ante la crisis ecológica la Doctrina Social de la Iglesia propone la creación de un ente regulador de
los recursos naturales a nivel internacional, el cual no disminuiría la responsabilidad de cada Estado. Otra
solución que plantea Juan Pablo II es la “necesidad moral de una nueva solidaridad” en las relaciones entre
países de manera que sea posible “el desarrollo de un ambiente natural y social pacífico y saludable” 18.
Establece, además, que la sociedad debe revisar seriamente su estilo de vida y que debe incorporarse en el
hombre el sentido del valor por las cosas que posee. Finalmente sostiene que tampoco debe perderse el
valor estético de la creación. El respeto por las cosas creadas por Dios, junto a una buena planificación
urbana lleva a un medio ambiente sano y seguro.
El Libro del Génesis nos muestra que Dios le confió al hombre el cuidado de la creación, Dios puso
al hombre en el mundo para que lo cuide y cultive sus frutos. Es tarea de todas las personas, entonces,
hacer uso responsable de los bienes naturales y mantener un ambiente propicio para desarrollar una vida
sana.
31) Esfuerzo concentrado para la preservación ecológica. La cuestión moral según Juan
Pablo II.
Juan Pablo II, en su Mensaje del 01/01/90, nos dice que la cuestión ecológica es un problema moral
y que se requiere el esfuerzo concentrado de todas las naciones para que la naturaleza, que es un don que
el hombre ha recibido de Dios, pueda pasar a generaciones futuras, que también son llamadas a recibir y
disfrutar de los dones de Dios. Nos dice, además, que ese esfuerzo “no sólo coincide con los esfuerzos por
construir la verdadera paz, sino que objetivamente los confirma y los afianza.”19
Como se dijo anteriormente, el Libro del Génesis cuenta que luego de haber realizado toda la
creación, Dios elige hombre para que administre y cuide de la misma. Si bien éste libro exhorta a todos los
creyentes a cuidar el medio ambiente, la preservación de la ecología es responsabilidad de todos, incluso de
aquellos que no creen en la existencia de Dios. Será necesaria la colaboración de todas las naciones si se
desea lograr la preservación natural del universo y el bienestar de las generaciones futuras.
34 y 35) Superpoblación y ecología, un debate abierto. Los países más poblados son al
mismo tiempo los más pobres.
17
Juan Pablo II, “Centesimus Annus” - Nº 12
18
Juan Pablo II, Mensaje 1/1/90
19
Idem anterior
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Doctrina Social de la Iglesia
UNIDAD VIII: “El Ambiente Natural”
En cuanto a superpoblación y ecología, los medios sostienen que los países más poblados suelen
ser también los más pobres. A pesar de esto, la escasez de recursos parece no tener tanto que ver con una
cuestión demográfica, sino con una cuestión política y económica. Existen países con baja densidad de
población que han sido afectados por grandes hambrunas, mientras otros, que poseen una densidad de
población mayor, han podido supéralas sin ayuda del exterior.
Es verdad que los recursos naturales son limitados y se están acabando. El planeta puede soportar
hasta cierto número de habitantes y al superar dicho número los recursos del planeta se agotan
rápidamente. Pero también debemos tener en cuenta que “El concepto de ‘recurso’ no está definido por la
naturaleza, sino por la tecnología que pueda ser utilizada (…) Si la tecnología no se desarrolla o no llega a
los países que la necesitan, es por razones económicas políticas o culturales.”20
38) El error de los que dicen que, las sociedades alcanzan el desarrollo y el bienestar
sólo si reducen el número de nacimientos.
Muchas veces los medios de comunicación señalan que es posible lograr el desarrollo y el bienestar
social reduciendo el número de nacimientos. Este pensamiento es erróneo, porque en realidad la
disminución de la natalidad no es causa, sino consecuencia del desarrollo económico. Es por eso que, en
lugar de gastar importantes sumas de dinero en programas anticonceptivos, se debería trabajar para la
corrección de desequilibrios sociales.
39) Que dice ‘Christifideles Laici’ Nº 43 sobre el encargo de ‘dominar y cultivar el mundo’.
Christifideles Laici nos dice en su Nº 43 que como fue Dios quien encargó al hombre el cuidado de
la creación, esta tare debe llevarse a cabo “respetando y la imagen divina recibida, y, por tanto, con
inteligencia y amor: debe sentirse responsable de los dones que Dios le ha concedido y continuamente le
concede. El hombre tiene en sus manos un don que debe pasar (…) a las futuras generaciones, que también
son destinatarias de los dones del Señor.”21
40) Sobre la cuestión ecológica. ¿Qué dice la Conferencia Episcopal de Brasil en el doc.
“Exigencias éticas del orden democrático”, N° 45.
Se asiste a una verdadera agresión y depredación de la naturaleza del medio ambiente, a través del
desmonte, quema de bosques, pesca predatoria, polución y abuso de agrotóxicos, con la consecuente
disminución de la calidad de vida y amenaza a la sobrevivencia humana. Por lo tanto la cuestión ecológica
constituye un desafío para toda la sociedad. 22
20
Manual de la Doctrina Social de la Iglesia, 4ª Edición Actualizada – Rodolfo Luis Brardinelli – Carlos Luis
Galán
21
Juan Pablo II, “Christifideles Laici”, Nº 43
22
Conferencia nacional de los Obispos de brasil, “Exigencias éticas del orden democrático”, Nº 45.
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UNIDAD VIII: “El Ambiente Natural”
41) Juan Pablo II, Mensaje del 01-01-90 sobre el “efecto invernadero”.
Los problemas de urbanización y ecología producidos por el abandono del campo, la concentración
en las grandes urbes y la contaminación del medio ambiente, afectan directamente a la calidad de vida al
crear problemas relacionados con la habitación, el empleo, la salud y la alimentación. 24
43) ¿Cuál es la visión cristiana el desarrollo y el uso de los recursos naturales en la Enc.
“Sollicitudo rei Sociales”, 1987, N° 34?.
Una justa concepción de desarrollo no puede prescindir de consideraciones relativas al uso de los
elementos de la naturaleza, a la renovabilidad de los recursos y a las consecuencias de una industrialización
desordenada, las cuales ponen ante nuestra conciencia la dimensión moral, que debe restringir el
desarrollo.25
44) En las conclusiones del Doc. De Sto. Domingo, los Obispos se refieren “al hombre
como administrador de la naturaleza”, 1987, N° 34.
Dios es el Señor y creador y de Él es la tierra y todo lo que ella contiene y el hombre la puede usar,
no como dueño absoluto, sino como administrador. Estos límites en el uso de la tierra miran a preservar la
justicia y el derecho que todos tienen a acceder a los bienes de la creación, que Dios destinó al servicio de
todo hombre que viene a este mundo. 26
45) Juan Pablo II, Discurso inaugural Sto. Domingo N° 15 y la “Cuestión demográfica” –
Falacias del programa de reducción del crecimiento demográfico.
Es inaceptable y falaz la solución que propugna la reducción del crecimiento demográfico sin
importarle la moralidad de los medios empleados para conseguirlo. No se trata de reducir a toda costa el
número de invitados al banquete de la vida; lo que hace falta es aumentar los medios y distribuir con mayor
justicia la riqueza para que todos puedan participar equitativamente de los bienes de la creación. 27
23
Juan Pablo II, mensaje del 1/1/90, Nº 6.
24
Conferencia episcopal mexicana, “Familia y demografía”, Nº 18.
25
Juan Pablo II, “Sollicitudo rei sociales”, Nº 34.
26
Santo Domingo, Conclusiones, Nº 171.
27
Juan Pablo II, Santo Domingo, discurso inaugural, Nº 15.
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La doctrina cristiana del hombre afirma que el derecho de todo hombre a que se respete su vida, su
dignidad y su libertad no depende de la arbitrariedad de un cómodo individualismo egoísta ni de la opinión
mayoritaria de una asamblea legislativa ni de las órdenes del sistema político vigente. 28
Ha nacido una mentalidad contra la vida (anti-life mentality), como se ve en muchas cuestiones
actuales. La Iglesia está llamada a manifestar nuevamente a todos, con un convencimiento más claro y
firme, su voluntad de promover todo medio y defender contra toda insidia la vida humana, en cualquier
condición o fase de desarrollo en que se encuentre. Por consiguiente la Iglesia condena como ofensa grave
a la dignidad y a la justicia a todas las actividades de los gobiernos o de otras autoridades públicas, que
tratan de limitar de cualquier modo la libertad de los esposos en la decisión sobre los hijos. Se debe
condenar totalmente y rechazar con energía cualquier violencia ejercida de tales autoridades a favor del
anticoncepcionismo, de la esterilización y del aborto procurado. 29
48) Palabra de la Conferencia Episcopal de Uruguay contra el aborto, N° 7-2, 7-3, 7-8, 7-9.
En este último siglo la genética y sus desarrollos han venido a confirmar plenamente que desde el
punto de vista científico no se puede sostener que el embrión y el feto sean parte del cuerpo de la madre. El
huevo resultante de la fecundación, el embrión que proviene de su multiplicación y el feto que se desarrolla
posteriormente, constituyen estadios de un ser irrepetible, distinto al de la madre y que recibe de ésta el
sostén y alimento físico y afectivo. Por lo tanto es intolerable que se compare a este ser con una muela, un
apéndice o incluso un tumor. 30
49) Relaciones del ambiente con la salud. Mensaje de Juan Pablo II para la VIII Jornada
Mundial del enfermo, 06-08-99.
El ambiente tiene una relación con la salud del hombre y de las poblaciones: constituye ‘la casa’ del
ser humano y el conjunto de los recursos confiados a su custodia y a su gobierno, ‘el jardín que debe
conservar y el campo que debe cultivar’. La salud del hombre se convierte en atributo de la vida, recurso
para servicio al prójimo y apertura a la acogida de la salvación. 31
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Doctrina Social de la Iglesia
UNIDAD VIII: “El Ambiente Natural”
Hay una urgente necesidad de educar en la responsabilidad ecológica, una educación que no puede
basarse simplemente en el sentimiento, sino que la verdadera educación de la responsabilidad conlleva una
conversión auténtica en la manera de pensar y en el comportamiento.
Corresponde a los cristianos y a quienes crean en Dios Creador la tarea de proteger el medio
ambiente, actuando sobre la naturaleza no como un explotador irresponsable, sino como un administrador
sabio y responsable. La protección del medio ambiente es además de una cuestión técnica, una cuestión
ética, ya que no es sólo por nuestro bien, sino también por el de las generaciones futuras.
En los países del mundo “desarrollado” se va extendiendo un consumismo irracional como una
especie de “cultura del derroche”. Por eso hay que educar para un uso de los bienes que no olvide jamás los
límites de los recursos disponibles ni la condición de penuria de tantos seres humanos. 33
En este texto se muestra que la tarea de defender, promover, respetar y amar la vida es una
responsabilidad que Dios confía a cada hombre, llamándolo a participar de la soberanía que tiene sobre el
mundo. “Y Dios los bendijo, y les dijo Dios: "Sed fecundos y multiplicaos, y henchid la tierra y sometedla;
mandad en los peces del mar y en las aves de los cielos y en todo animal que serpea sobre la tierra" (Gn 1,
28).
Con este texto bíblico se evidencia la soberanía que Dios da al hombre. Se trata del dominio sobre
la tierra y sobre cada ser vivo.
El hombre tiene una responsabilidad específica sobre el ambiente de vida, es decir, sobre la
creación que Dios puso al servicio de su vida. Esto es la cuestión ecológica, que abarca desde la
preservación del hábitat natural de las diversas especies animales y formas de vida, hasta la ecología
humana.
Se evidencia que el dominio confiado al hombre por Dios no es un poder absoluto, sino que muestra
claramente que, ante la naturaleza visible, todos estamos sometidos a las leyes no sólo biológicas sino
también morales. 34
33
Juan Pablo II, mensaje del 1/1/90, Nº 13.
Juan Pablo II, Exhortación apostólica Post-Sinodal “Esclesia in Asia”, Nº 41.
Juan Pablo II, mensaje del 1/1/90, Nº 10)
34
Juan Pablo II, “Evangelium vitae”, 1995, N° 42.
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UNIDAD VIII: “El Ambiente Natural”
Además Dios brindó a la naturaleza una capacidad casi inagotable de producción. Por esto, el autor
menciona que la solución de este problema debe buscarse dentro del orden moral establecido por Dios sin
violar la procreación de la propia vida humana, sino procurando en el hombre el conocimiento profundo y el
dominio creciente de las energías de la naturaleza.
Juan XXII también evidencia que en muchas regiones y países de escasos recursos, se les suman
problemas los problemas relacionados con una ineficiente organización económica y social.
El autor declara que la única solución del problema consiste en un desarrollo económico y social
que conserve y aumentos los verdaderos bienes del individuo y de toda la sociedad. Se debe colocar en
primer término todo lo referido a la dignidad del hombre en general y a la vida del individuo. También, se
recalca que se debe dar importancia a la colaboración mutua de todos los pueblos para lograr un intercambio
de conocimientos, capitales y personas.
35
Carta Encíclica “Mater et Magistra”, Juan XXIII, 1961, N° 185 a 194.
36
Constitución pastoral, “Gaudium et Spes”, N° 87
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UNIDAD VIII: “El Ambiente Natural”
El documento recalca que a los padres corresponde decidir, con pleno conocimiento de causa,
sobre el número de sus hijos siguiendo los dictados de su propia conciencia iluminada por la ley divina,
auténticamente interpretada, y fortificada por la confianza en Dios.37
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El autor menciona que no se puede negar la existencia —sobre todo en la parte Sur del planeta—
de un problema demográfico que crea dificultades al desarrollo. Por el contrario, afirma que en la parte Norte
este problema es de signo inverso, es decir, lo que preocupa es la caída de la tasa de la natalidad, con
repercusiones en el envejecimiento de la población, incapaz incluso de renovarse biológicamente.
Además, Juan Pablo II recalca el lanzamiento, en muchos países, de campañas sistemáticas contra
la natalidad, por iniciativa de sus Gobiernos, en contraste no sólo con la identidad cultural y religiosa de los
mismos países, sino también con la naturaleza del verdadero desarrollo. El autor afirma que se trata de una
falta absoluta de respeto por la libertad de decisión de las personas afectadas, hombres y mujeres.40
En este documento se afirma que la primera estructura fundamental a favor de la ecología humana
es la familia, en cuyo seno el hombre recibe las primeras nociones sobre la verdad y el bien, aprende qué
quiere decir amar y ser amado, y por consiguiente qué quiere decir en concreto ser una persona.
Juan Pablo II evidencia que sucede con frecuencia que el hombre se siente desanimado a realizar
las condiciones auténticas de la reproducción humana y se ve inducido a considerar la propia vida y a sí
mismo como un conjunto de sensaciones que hay que experimentar más bien que como una obra a realizar.
El autor recalca que se debe volver a considerar la familia como el santuario de la vida, donde la
vida, don de Dios, puede ser acogida y protegida de manera adecuada contra los múltiples ataques a que
está expuesta.
Además, se muestra que el ingenio del hombre parece orientarse a limitar, suprimir o anular las
fuentes de la vida, recurriendo incluso al aborto. Estas críticas están fundamentadas en un sistema que tiene
fallas en su carecer ético y cultural, donde la producción y el consumo ocupan el centro de la vida social,
ignorando la dimensión moral y religiosa del respeto a la vida de una persona.
Juan Pablo II afirma que cuando el hombre es considerado más como un productor o un consumidor
de bienes que como un sujeto que produce y consume para vivir, entonces pierde su necesaria relación con
la persona humana y termina por alienarla y oprimirla.41
En el punto 2270, el Catecismo habla sobre el aborto. Se declara que la vida humana debe ser respetada
desde el momento de la concepción. Desde el primer momento de su existencia, el ser humano debe ver
reconocidos sus derechos de persona.
En el punto 2472, el Catecismo menciona que el Estado es responsable del bienestar de los ciudadanos y
puede intervenir para orientar el incremento de la población. Lo puede ejercer desde una posición que no
sea autoritaria. Es decir, se aclara que el Estado no puede legítimamente suplantar la iniciativa de los
esposos que son los primeros responsables en la procreación y educación de sus hijos.42
En este documento se afirma que en la familia, la vida es recibida con gozo como un don de Dios,
es amada, respetada, protegida, y despierta la generosa solidaridad de los padres y los hermanos.
40
Juan Pablo II, “Sollicitudo Rei Sociales”, 1987, N° 25.
41
Juan Pablo II, Centesimus Annus, 1991, N° 39.
42
Catecismo de la Iglesia Católica, N° 2270, 2372.
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Se recalca el problema por el haber prescindido del valor sagrado de la vida y la declaración del
hombre como dueño absoluto de la existencia. Con esto, se trata de cubrir la paternidad de Dios sobre la
vida humana y, con ello, las leyes y los caminos dados por él, que conducen a la vida y a la felicidad.
De lo anterior se desprende que nunca se podrá estar de acuerdo con ninguna forma de aborto, ni
con las distintas maneras de globalizar su práctica, que destruye vidas y degrada los espíritus.
Se hace referencia a que se debe dar tiempo a la proclamación del Evangelio de la vida y de la
familia, en un mundo que tiene mucha necesidad. Existe en la sociedad una crisis de los valores familiares.
Por eso la palabra de Dios permite iluminar y nos invita a la solidaridad entre todos.43
En este documento se afirma que por medio del progreso científico y tecnológico surgen nuevas
formas de agresión contra la dignidad del ser humano, a la vez que se va delineando y consolidando una
nueva situación cultural, que confiere a los atentados contra la vida un aspecto inédito. Muchos países han
aceptado en sus legislaciones la legitimidad de las prácticas contra la vida y esto es un síntoma preocupante.
Opciones que antes eran vistas como delictivas y rechazadas por el común sentido moral, en estos
momentos llegan a ser poco a poco socialmente aceptadas. Todo lo anterior hace que se tenga que dar
importante atención y responsabilidad a esta situación por parte de las comunidades nacionales e
internacionales.
Se afirma en el documento que es muy grave el hecho de que la conciencia humana se vea
oscurecida por estas situaciones y le cueste cada vez más distinguir entre el bien y el mal en lo referente a
los valores de la vida.
También, Juan Pablo II evidencia que una gran multitud de seres humanos débiles e indefensos
como son los niños aún no nacidos, está siendo aplastada en su derecho fundamental a la vida. Afirma que
la Iglesia no puede callar frente a estas injusticias sociales que atentan contra la dignidad de cada persona.
El autor declara que esta Encíclica es una confirmación precisa y firme del valor de la vida humana
y de su carácter inviolable, y un llamado a todos y a cada uno, en nombre de Dios para amar y respetar a la
vida.44
43
Conclusiones Santo Domingo.
44
Juan Pablo II, “Evangelium vitae”, 1995, N° 4, 5, 10-13, 16, 17, 91.
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UNIDAD VIII: “El Ambiente Natural”
Sumando a todo lo anterior, cabe destacar que este documento quiere hacer tomar conciencia
sobre un género de atentados, relativos a la vida naciente y terminal, que tienden a perder, en la conciencia
colectiva, el carácter de delito y a asumir el de derecho.
El documento considera que existe una profunda crisis de la cultura, que engendra escepticismo en
los fundamentos mismos del saber y de la ética, haciendo cada vez más difícil ver con claridad el sentido del
hombre, de sus derechos y deberes. Esto explica cómo el valor de la vida pueda hoy sufrir una especie de
“eclipse”, que distrae la atención del hecho de estar en juego el derecho a la existencia de una persona
humana concreta.
Se afirma que en el mundo actual hay una verdadera y auténtica estructura de pecado,
caracterizada por la difusión de una cultura contraria a la solidaridad, se puede configurar como una “cultura
de muerte”. Juan Pablo II declara que, quién con su enfermedad, con su minusvalidez o, más simplemente,
con su misma presencia pone en discusión el bienestar y el estilo de vida de los más aventajados, tiende a
ser visto como un enemigo del que hay que defenderse o a quien eliminar.
El documento menciona el mal del aborto y la anticoncepción, siendo estos dos problemas que
están teniendo una gran difusión en la sociedad. Se dice que en muchos casos la anticoncepción es el
remedio para los casos de aborto. Lo cierto, recalca el autor, Es que anticoncepción y aborto, desde el punto
de vista moral, son males específicamente distintos: la primera contradice la verdad plena del acto sexual y
el segundo destruye la vida de un ser humano.
También en el documento se habla de otro fenómeno que es el demográfico. En los países ricos y
desarrollados se registra una preocupante reducción o caída de los nacimientos y en los países pobres, por
el contrario, se presenta una elevada tasa de aumento de la población. Esto hace que en los gobiernos se
dicten normas para regular la natalidad, y es aquí donde entran en juego los conceptos de anticoncepción,
esterilización y aborto para lograr el descenso de la natalidad.
El autor recalca que la situación es alarmante ya que estas problemáticas reciben muchas veces el
múltiple y poderoso apoyo de la opinión pública, de un frecuente reconocimiento legal y de la implicación de
una parte del personal médico y científico. Se está creando en la opinión pública una cultura que presenta el
recurso a la anticoncepción, la esterilización, el aborto y la eutanasia como un signo de progreso y conquista
de libertad.
Juan Pablo II afirma que se debe lograr un espacio providencial para el diálogo y la colaboración
con los fieles de otras religiones y con todos los hombres de buena voluntad para buscar la defensa y la
promoción de la vida, siendo esta un deber y responsabilidad de todos. Se plantea e l desafío de la
cooperación entre todas las comunidades que avalen la defensa de la vida. 45
El nacimiento y el peligro
En los evangelios de la infancia, el anuncio de la vida, que se hace de modo admirable con el
nacimiento de Jesús, se contrapone fuertemente a la amenaza a la vida.
El autor recalca que han llegado al poder fuerzas políticas que emanan leyes contrarias al derecho
de todo hombre a la vida.
Se afirma que de ninguna manera se puede aceptar moralmente leyes que permiten matar al ser
humano aún no nacido, pero que ya fue concebido por sus padres. No se debe llegar a que el hombre
juegue el papel de ser Dios para decidir si ser indefenso debe o no continuar su vida. Es innegable la
situación de amenaza que presenta la vida.
Lo importante, según Juan Pablo II. Es creer en el despertar de la conciencia entre los jóvenes, una
nueva conciencia de respeto a la vida desde su concepción.46
45
Juan Pablo II, “Evangelium vitae”, 1995, N° 4, 5, 10-13, 16, 17, 91.
46
Juan Pablo II, Carta a las familias, 1994, Nº 21.
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UNIDAD VIII: “El Ambiente Natural”
¿Progreso o amenaza?
Es necesario seguir atentamente todas las fases del progreso actual. Hacer la radiografía de cada
una de las etapas. Hay que pensar que se trata del desarrollo de las personas y no solamente de la
multiplicación de las cosas, de las que los hombres pueden servirse.
El hombre no puede renunciar a sí mismo, ni al puesto que le es propio en el mundo visible, no
puede hacerse esclavo de las cosas, de los sistemas económicos, de la producción y de sus propios
productos. Esto es el fin de una sociedad materialista y una civilización centrada en el consumismo sin
límites. Existe un grave drama, donde el sujeto por un lado trata de sacar el máximo provecho y por otro lado
sufre los daños y las injurias.
El autor recalca el principio de solidaridad que debe inspirar la búsqueda eficaz de instituciones y de
mecanismos adecuados donde hay que dejarse guiar por las leyes de una sana competición, como en el
orden de una más amplia y más inmediata repartición de las riquezas y de los controles sobre las mismas.
Se necesita una verdadera conversión de las mentalidades y de los corazones. Requiere un real compromiso
de los hombres.
El documento enfatiza que el desarrollo económico debe ser constantemente programado y
realizado en una perspectiva de desarrollo universal y solidario de los hombres y de los pueblos.48
47
Constitución Pastoral “Gaudium et Spes”, N° 69
48
Juan Pablo II, “Redemptor Hominis”, 1979, Nº 15, 16.
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Este punto se refiere al respeto de la integridad de la creación, el cual está asociado con el séptimo
mandamiento (“No robarás” –Mt 19, 18-). Este mandamiento prescribe la justicia y la caridad en la gestión
de los bienes terrenos y de los frutos del trabajo de los hombres. Exige el respeto del destino universal de
los bienes y la propiedad privada.
Lo que se recalca en el Catecismo es que el uso de los recursos minerales, animales y vegetales
del Universo no puede ser separado del respeto de las exigencias morales. El poder del hombre no es
absoluto, sino que debe estar regulado siempre por el cuidado de la calidad de vida del prójimo y de las
generaciones futuras. 49
49
Catecismo de la Iglesia Católica, N° 2415.
50
Juan Pablo II, Carta encíclica “Laborem exercens”, 1981, N° 5.
51
Juan Pablo, Encíclica “Dives in misericordia”, 1980, N° 10.
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Conclusión final:
Al escuchar el término medio ambiente enseguida lo relacionamos con la tierra, el agua, los ríos,
mares, lagos y, porque no, las montañas. Pero nos pasa que también imaginamos basura, contaminación y
pobreza. ¿Porque esa relación? El hombre y la tierra, en los principios era él su custodio, él sembraba y la
tierra le daba, los aborígenes le rendían culto. En esta era el hombre comenzó a administrar los recursos
naturales y a usarlos como recursos económicos para desarrollarse, generar empleo y tener una cierta
estabilidad económica. Pero olvidó su misión de cuidador de la tierra y trató a la misma como un objeto, no
respetándola. Con el cobre tomaron auge las telecomunicaciones y empezó una carrera de productividad y
eficiencia, vino el progreso y de la mano de este la destrucción del medio ambiente y porque no, aunque
suene duro, la destrucción de los valores morales de los seres humanos. Es nuestra tarea frenar esta
vorágine, esta locura egoísta y recuperar los valores inculcados en nuestra tradición y una vez recuperados
aplicarlos al medio ambiente.
El progreso económico evidentemente no va de la mano con la calidad de vida de todos. Cuando
hablamos de calidad de vida me refiero a la parte sanitaria, de instrucción, educación, etc. Se premia el éxito
económico y no las actitudes éticas. Basta con ver la Argentina como progreso en la época del 90 y en la
generación de 1880 pero siempre excluyendo, el progreso solo para una parte. Lo que sucede es que no hay
respeto por la vida humana, entonces menos lo hay para el ecosistema. No importa contaminar un río,
tampoco talar árboles indiscriminadamente mientras que exista rédito. Generalmente se buscan países
pobres para dañar medio ambiente con leyes ambientales atrasadas.
Otro caso que se ve es el de la migración de la cultura rural al campo. Vayamos a la gente de la
zona, también el noroeste del país, ahí el progreso no llego, parece que no interesa, ahí no hay
medioambiente que valga. Al carecer de educación las personas no cuidan la naturaleza ni a ellos mismos.
Tampoco hay planes para que cambie. Imaginémonos por un momento sin teléfono, con frío, teniendo que ir
a buscar agua potable a 10 cuadras de nuestra casa., o haciendo 10 km. en burro para ir a la escuela.
Parece mentira, pero eso existe y provoca que la gente del campo se vea seducida por las luces de las
capitales, con lo que ve en la televisión, un medio portador de mentiras, y vaya hacia ellas en busca de algún
trabajo que le permita sobrevivir. Se instala en una villa del Gran Bs. As. y ahí entra en contacto con el
infierno. Su familia queda expuesta a las drogas, la prostitución y a la pérdida de la dignidad. ¡Que triste y
cruel que es esto!
El progreso de la humanidad en ciencia y técnica es incalculable y su futuro no parece tener un
límite. Dios ha dotado al hombre de una inteligencia superior a todas las especias para que pueda ser centro
de la creación y permita administrarla y obtener sus mejores frutos.
Lamentablemente este progreso muchas veces va acompañado con efectos nefastos para el medio
ambiente donde se desarrolla. Es decir, en la carrera del hombre por lograr mejores frutos personales y de
lograr el poder económico, se olvida que los recursos que nos brinda la Tierra no son infinitos y que el mundo
en que vivimos es un gran ecosistema donde todo se relaciona y debe funcionar en perfecta armonía.
Con sus terremotos, tornados, inundaciones, incendios, oleadas de frío y calor, cambios climáticos y
otras innumerables manifestaciones, la Tierra nos está queriendo decir que estamos haciéndole un daño
irreparable, nos quiere hacer tomar conciencia para que detengamos este avance egoísta de una vez por
todas.
Es necesidad urgente tomar conciencia que el medio ambiente es nuestro lugar para vivir para
respirar aire puro. Las generaciones futuras tienen el derecho de tenerlo, de explotarlo racionalmente. No
debemos dañar recursos naturales, sí usarlos en beneficio de todos y educar a los humanos. El progresos
debe ser humanizado, ese es el espíritu del Evangelio, es la voluntad del creador, la palabra que trasmite la
iglesia a través de su tradición y magisterio.
En conclusión., es necesario entonces, que todo progreso que lleve adelante la humanidad vaya
acompañado de un espíritu que respete a la vida y esté envuelto en una dimensión de ética y moral, que
cuide al medio que nos rodea, fruto de la creación de Dios, y que asegure una vida digna para las
generaciones futuras.
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UNIDAD VIII: “El Ambiente Natural”
Glosario:
- MEDIO AMBIENTE: Es el entorno o suma total de aquello que nos rodea y que afecta y
condiciona especialmente las circunstancias de vida de las personas o la sociedad en su conjunto.
Comprende el conjunto de valores naturales, sociales y culturales existentes en un lugar y un momento
determinado, que influyen en la vida del hombre y en las generaciones venideras. Es decir, no se trata sólo
del espacio en el que se desarrolla la vida sino que también abarca seres vivos, objetos, agua, suelo, aire y
las relaciones entre ellos, así como elementos tan intangibles como la cultura.
- ECOSISTEMA: Sistema dinámico relativamente autónomo, formado por una comunidad natural y
su ambiente físico. El concepto tiene en cuenta las complejas interacciones entre los organismos (plantas,
animales, bacterias, algas, protozoos y hongos, entre otros) que forman la comunidad y los flujos de energía
y materiales que la atraviesan.
- Todos los conceptos desarrollados en el presente glosario fueron extraídos de la Enciclopedia Libre
Wikipedia en su correspondiente sitio Web: http://es.wikipedia.org/wiki/Portada -
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Bibliografía:
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