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LECTURA Nº 1 DEL MODULO DE TRABAJO

PERSONAL: PROGRAMA INTERUNIVERSITARIO


OFICIAL DE POSGRADO:

“AGROECOLOGÍA: UN ENFOQUE
SUSTENTABLE DE LA AGRICULTURA
ECOLÓGICA”

DESDE UNA AGRICULTURA SOSTENIBLE A SISTEMAS


AGROALIMENTICIOS SOSTENIBLES1

Stephen Gliessman

En este libro nos hemos enfocado en los procesos ecológicos de la agricultura,


con un punto de vista enfocado a lograr una agricultura sostenible en términos
ecológicos. Hemos analizado el desarrollado de prácticas y tecnologías que mejoran el
rendimiento de los cultivos, reducen la dependencia de insumos externos y protegen el
ambiente en la granja. La implementación de estas prácticas y los conceptos y principios
ecológicos en los que están basados, son críticos para alcanzar la sostenibilidad. Sin
embargo esto no es suficiente.
Si la agricultura como un todo llega a ser verdaderamente sostenible, todos los
aspectos de la producción de alimentos, distribución y consumo deben ser incluidos en
esta descripción. Esto significa la transformación de los sistemas alimenticios globales,
que llegan a todos los aspectos de la sociedad humana y a la construcción del ambiente.
Los sistemas alimenticios son mucho más grandes que el cultivo, lo que hace a la
sostenibilidad algo más que solo los agricultores (Buttel, 1993, Faeth, 1993). Es el
complejo de interacciones de todas las partes ecológicas, técnicas, sociales y
económicas de nuestro sistema alimenticio lo que determina que estos sistemas puedan
ser sostenibles a largo plazo.

UNA AGENDA MÁS AMPLIA.

Mucha de la investigación y extensión convencional de las instituciones, han


comenzado a incorporar el concepto de sotenibilidad en sus programas, pero continúan
teniendo un enfoque limitado. Usualmente se enfocan en las maneras de incrementar la
producción y aumentar los beneficios, utilizando menos energía e insumos, dando poco
énfasis a la protección del ambiente más allá de la granja y fallando al tomar en
consideración las muchas y complejas condiciones sociales y económicas que afectan la
1
Texto extraído de: Gliessman, Stephen, 2002, Agroecología. Procesos ecológicos en agricultura
sostenible. Turrialba, C.R. : CATIE: 319-329.
granja y las comunidades agrícolas. Es tiempo de que estas instituciones amplíen su
enfoque para incluir por completo los sistemas alimenticios; y la Agroecología ofrece
los fundamentos para hacerlo.

Más allá de la granja individual.

Las discusiones actuales sobre agricultura sostenible van mucho más allá de lo
que ocurre entre los límites de cualquier parcela o granja individual (Ikerd, 1993,
Schaller, 1993, UNDP, 1995). Un agricultor que ahora utiliza prácticas agrícolas
sostenibles, sabe que la agricultura es más que una actividad productiva en la cual la
meta es aumentar la producción de un cultivo en una estación –de también mantener las
condiciones de la granja que permiten la productividad de una estación a la siguiente.
Pero después, el agricultor no puede poner solamente atención a las necesidades de su
granja y esperar manejar adecuadamente las consideraciones para la sostenibilidad a
largo plazo.
En muchas formas la agricultura es como un arroyo, con parcelas o granjas
individuales que son estanques diferentes a lo largo de su cauce. Muchas cosa fluyen
dentro de una granja desde la parte superior del arroyo y muchas cosas fluyen hacia
fuera también. Los agricultores trabajan duro para mantener sus granjas productivas,
son cuidadosos con el suelo y con lo que añaden al ambiente de la granja y lo que
extraen como cosecha; así, cada estanque a lo largo de su del arroyo tiene su propio
cuidador. Anteriormente cada agricultor podía mantener su propio depósito en el arroyo
funcionando bastante bien, no tenía que preocuparse mucho de lo que ocurría arriba o
abajo del arroyo.
Pero este enfoque de “cuidar lo tuyo” actualmente tiene sus límites. Una razón
es que cada individuo tiene menos y menos control sobre lo que fluye dentro de su
propio depósito desde la parte superior del arroyo. Muchas cosas no deseadas bajan por
el arroyo, incluyendo plaguicidas, semillas de arvenses, enfermedades y agua contamina
de otras parcelas o granjas. Además, el agricultor tiene poco control de muchas cosas en
la parte superior del arroyo. Estas necesidades incluyen trabajo, un mercado para los
productores de la granja, agua para riego y tierras de labranza. Un resultado de la
influencia de la parte superior del arroyo –más tarde complicadas por las políticas
legislativas sobre la granja y las fluctuaciones del tiempo y del mercado- es que éste
viene enteramente enlodado y el trabajo de mantener limpio el estanque propio llega a
ser muy difícil.
Cada vez más, cada agricultor debe considerar un segundo problema, la manera
de cómo cuidar la granja puede tener muchos efectos en la parte baja del arroyo. La
erosión del suelo y la disminución del manto freático pueden afectar negativamente las
parcelas o granjas vecinas. El mal o ineficiente uso de plaguicidas y fertilizantes puede
contaminar el agua y el aire, también puede dejar residuos potencialmente dañinos sobre
la comida que los otros consumen. Lo bien que el agricultor lo hace en su granja
también tiene influencia sobre la viabilidad de la economía rural de ésta y a un nivel
más amplio de la cultura. Ambos factores, los de aguas arriba y los de aguas abajo,
están ligados en formas complejas que de distintas maneras afecta la sostenibilidad de
cada granja.
La necesidad de mirar el arroyo entero significa adoptar un enfoque de sistema
completo para alcanzar la sostenibilidad. No podemos contentarnos con enfocar primero
el desarrollo de prácticas y tecnologías que son designadas para la parcela o granja
individual. Cuando las nuevas tecnologías son evaluadas, principalmente por su
capacidad para incrementar la producción y reducir los costos y, sólo en segundo
término en reducir los impactos ambientales negativos, tiene poca opción de contribuir a
la sostenibilidad a largo plazo. En esta evaluación deben incluirse los impactos más
complejos sobre el sistema agrícola total.

Más allá de la línea de base.

La agricultura es mucho más que una actividad económica. Una operación


agrícola que no sea económicamente viable no existirá por mucho tiempo. Aún más, si
los factores económicos –definidos con una visión parcial- permanecen como el criterio
más importante para determinar qué se produce y cómo se produce, la agricultura nunca
podrá ser sostenible a largo plazo.
Las fuerzas de trabajo en una economía de mercado junto con varias estructuras
políticas definidas para regularlo, a menudo están en conflicto con las metas de la
sostenibilidad. Las variaciones determinadas por los mercados para los costos de los
insumos agrícolas y los precios que los agricultores reciben por su producción,
constantemente crean incertidumbre y fluctuaciones dentro de la producción agrícola.
En respuesta, los agricultores son forzados a tomar decisiones basadas en realidades
económicas actuales más que sobre principios ecológicos. Muchos gobiernos, renuentes
a dejar que las fuerzas del mercado pongan precio a los alimentos, emplean regulaciones
de precios y subsidios que crean varios incentivos y desincentivos, que no
necesariamente están en la línea de las prácticas agroecológicas. La irrigación, los
proyectos de reclamo, las políticas de importación y exportación y los programas de
investigación agrícola afectan -directa o indirectamente- a la agricultura y están basadas
generalmente en ganancias económicas a corto plazo. En países en desarrollo los
intereses gubernamentales sobre la seguridad alimentaria, la balanza comercial, la
balanza comercial, el desarrollo de mercados de exportación y la atracción de las
inversiones extranjeras, pueden tener como resultado políticas con impacto directo
sobre los agricultores y su capacidad para seguir produciendo alimentos
sosteniblemente.
Un problema básico de la economía de mercado, es que crea un contexto en el
cual la visión a corto plazo no permite vislumbrar el largo plazo. Aún cuando hay
acuerdo en considerar en que las necesidades a largo plazo son importantes, la realidad
económica dicta metas a corto plazo –las ganancias anuales, las cuotas de producción
del próximo año- a las que da prioridad. La sostenibilidad, en contraste requiere que la
planeación y la toma de decisiones se den con más tiempo del que considera la mayoría
de los programas económicos. Los impactos ambientales de las prácticas y políticas
actuales se manifestarán totalmente sólo después de varios decenios; igualmente, la
restauración de los ecosistemas dañados y la recuperación de la tierra agrícola
improductiva y degradada requerirá de decenios sino es que de centurias.
Otro aspecto problemático de las fuerzas en la economía de mercado, es que los
efectos negativos de la actividad económica sobre el ambiente, sobre la salud de la
población y sobre la subsistencia de ésta, son puestas en paréntesis como
“externalidades”. No son contabilizadas como costos en el cálculo económico agrícola y
de esta manera son desdeñados.
Si a largo plazo la agricultura va a continuar como una actividad económica, el
contexto económico en el cual se realiza debe tener un cambio fundamental. Debemos
reconocer primero que una economía sana depende en última instancia, de la salud del
ambiente, que la producción agrícola tiene un fundamento acción ecológico que puede
ser destruida. Entonces podremos tener una economía de sostenibilidad, que permita las
prácticas ecológicas en el mercado y valores los recursos naturales del ecosistema que
contribuyen a la producción agrícola.
Bajo el criterio de la sostenibilidad, las consecuencias a largo plazo son
importantes más que las ganancias a corto plazo y nada es considerado una externalidad.
Los recursos naturales, usualmente explotados por la agricultura, son tratados como
bienes sociales finitos. Los ingresos llevan un precio de compra que esta basado no sólo
en los costos de su producción, distribución y aplicación, sino también en los costos
ambientales y sociales. Las políticas alimentarias gubernamentales están basadas tanto
en su contribución a la sostenibilidad, como en su habilidad para reducir los precios de
alimentos.

Más allá de los supuestos tecnológicos

Parte de la razón por la cual es fácil para la gente ignorar el marco de largo plazo
y las futuras consecuencias de nuestras acciones, es que mantenemos una permanente fe
en la tecnología. Confiamos en que el progreso en la tecnología solucionará nuestros
problemas. En agricultura el mejor ejemplo de nuestra crédula fe es la Revolución
Verde. Mediante el desarrollo de variedades de plantas más productivas, los científicos
de la Revolución Verde “solucionaron” el problema de producir alimentos para una
población mundial con rápido crecimiento demográfico. Sin embargo, en este proceso
ellos crearon y exacerbaron un hospedante de otros problemas, incluyendo la
dependencia de fertilizantes que requieren u uso intensivo de energía, la contaminación
con plaguicidas y la más rápida degradación del recurso suelo alrededor del mundo.
Aún más, los problemas subyacentes –rápido crecimiento demográfico y sus causas
sociales, distribución desigual de alimentos y recursos agrícolas- fueron ocultados en
lugar de enfrentados.
Este ejemplo muestra que la tecnología puede ayudar a solucionar un problema,
pero nunca puede ser la solución total. Problemas sociales como la sostenibilidad de
nuestros sistemas alimenticios, siempre tiene causa más profundas que las que fueron
enfrentadas por la innovación tecnológica exclusivamente.
Actualmente, la biotecnología está siendo considerada como la salvadora de los
problemas de la agricultura. No podemos dejar que sus promesas tomen la forma de
esfuerzos para transformar la agricultura en maneras que encaren las cusas subyacentes
de la falta de sostenibilidad.

Más allá de la sostenibilidad ecológica

Aunque podemos definir la sostenibilidad principalmente en términos


ecológicos, es cierto que la sostenibilidad ecológica no puede darse en un contexto
social y económico que no pueda mantenerla. Aún cuando los agroecosistemas
funcionan ecológicamente, son manipulados en gran medida por los humanos. Como
consecuencia, las características ecológicas de un agroecosistema están íntimamente
relacionadas con los sistemas sociales y económicos. Algunas de estas relaciones, como
la influencia de las fuerzas económicas sobre la agricultura, ya se han discutido.
Reconociendo la influencia de los factores sociales, económicos, culturales y
políticos sobre la agricultura, podemos cambiar eventualmente nuestro enfoque de la
sostenibilidad, de los agroecosistemas a la sostenibilidad de nuestros sistemas
alimenticios. Los sistemas alimenticios tienen amplitud global y comprenden todos los
aspectos de la producción de alimentos, distribución y consumo. Incluyen las relaciones
económicas entre propietarios de la tierra y trabajadores agrícolas, agricultores y
consumidores, ciudadanos de países desarrollados, sistemas políticos que controlan esas
relaciones, estructuras sociales que influyen en cómo la gente se relaciona con la
producción de alimentos y el consumo; y los sistemas culturales que influyen en lo que
la gente cree y valora. Para que la producción de alimentos sea sostenible, todos los
aspectos humanos deben mantener la sostenibilidad de los aspectos ecológicos.

HACIA SISTEMAS ALIMENTICIOS SOSTENIBLES.

Mucha de la discusión reciente en la comunidad de investigadores en


Agroecología, se ha centrado en llegar a una definición de sostenibilidad,
suficientemente amplia para incluir en ella todas las fuerzas del sistema global
alimenticio (Brown et al. 1987; Allen et al, 1991; Gliessman, 1990b; Farshad y Zinck,
1993; Stauber, 1994). El Centro de Agroecología de la Universidad de California en
Santa Cruz ha desarrollado la siguiente definición: una agricultura sostenible es aquella
que reconoce en su totalidad el sistema alimenticio, nutrición animal y producción de
fibra en un balance equitativo de lo concerniente al ambiente de solidez, igualdad
social y viabilidad económica entre todos los sectores del público, incluyendo la
población internacional e intergeneracional. Inherente a esta definición está la idea de
que la sostenibilidad agrícola no tiene límites en espacio o tiempo –incluye a todas las
naciones del globo y a todos los organismos vivientes y se extiende hacia el futuro
indefinidamente.
Trabajar con esta definición significa la conceptualización de las interconexiones
e interacciones entre los componentes ecológicos y sociales del ecosistema. El diagrama
siguiente nos ofrece un punto de partida para esto.

Condición de sostenibilidad

Indicadores de sostenibilidad
Parámetros sociales de Parámetros ecológicos
la función del agroecosistema de la función del agroecosistema

Estructura y función del agroecosistema


Componentes sociales Componentes ecológicos

Contexto del agroecosistema

Fundamentos del sistema social Fundamentos del sistema natural


La interacción entre los componentes sociales y ecológicos de los agroecosistemas
sostenibles. Aplicado a conjuntos de agroecosistemas interconectados, este modelo puede representar la
estructura integrada de un sistema alimenticio sostenible.

Como se muestra en el diagrama cada ecosistema se desarrolla en el contexto y


se dibuja sobre un fundamento social y ecológico. Este fundamento posee un contexto
natural ecosistémico –que puede ser llamado el antecedente social-. Cualquier
agroecosistema específico está moldeado por factores locales, regionales y globales
desde ambas partes de su fundamento: las sociales y las ecológicas. Los humanos
pueden manipular y manejar muchas características de las partes ecológicas del
fundamento, pero el agroecosistema que se desarrolla opera dentro del contexto del
fundamento social sobre la cual se basa cada cultura. Cuando el cambio ocurre en
cualquiera de los fundamentos, social o ecológico, la etapa es puesta para cambios en el
agroecosistema que emergen de ese fundamento.
Un agroecosistema sostenible se desarrolla cuando los componentes de ambos
fundamentos, social y ecológico (Cuadro 21.1) están combinados en un sistema con una
estructura y función que refleja la interacción del conocimiento humano y las
preferencias con los componentes del agroecosistema. La interacción constante entre los
componentes sociales y ecológicos se da como técnicas de manejo, prácticas y
estrategias de cambio. La naturaleza dinámica de los agroecosistemas coloca la etapa en
un constante juego interno entre la organización y funcionamiento de la granja y la
organización e interacción de los componentes sociales, económicos y culturales de la
sociedad dentro de la cual está inmersa la granja.
En el tiempo, parámetros específicos (elementos o propiedades) pueden ser
medidos como indicadores de sostenibilidad. Los parámetros ecológicos medibles han
sido descritos en este libro; los parámetros sociales de la función sostenible del
agroecosistema son aún más difíciles de identificar y medir.
Cuadro 21.1. Algunos aspectos importantes de los sistemas sociales y ecológicos que interactúan en cada
nivel de los sistemas alimenticios.
El sistema social El sistema ecológico
Condiciones sociales de sostenibilidad Condiciones ecológicas de sostenibilidad
Equidad Estabilidad
Calidad de vida Rechazo
Satisfacción Eficiencia
Eficiencia Salud
Estabilidad cultural Permanencia

Parámetros sociales de la función del Parámetros ecológicos de la función del


agroecosistema agroecosistema
Dependencia de fuerzas externas Diversidad biótica
Relaciones de tenencia de la tierra Fertilidad y estructura del suelo
Papel en la economía de producción de Disponibilidad de humedad
alimentos
Calidad de los alimentos Tasas de erosión
Participación en el regreso de los Tasas de reciclaje de nutrimentos
trabajadores

Componentes sociales en la estructura y Componentes ecológicos en la estructura y


función del agroecosistema función del agroecosistema
Agricultores y trabajadores agrícolas Cultivo de plantas y sus genomas
Propietarios Organismos no cultivos
Consumidores de productos alimenticios Calidad del suelo
Conocimiento técnico y práctico Ciclo de nutrimentos
Conocimiento ecocultural Interacciones bióticas

Fundamentos del sistema social Fundamentos del sistema social


Formas y fuerzas de cómo los actores humanos Provee la materia para el contexto físico de los
diseñan y manejan los agroecosistemas agroecosistemas
Componentes culturales: valores, formas de Componentes locales: suelo, microorganismos
vida, lenguaje. flora nativa y fauna, relaciones ecológicas,
temperatura y clima, topografía.
Componentes sociales: estructura de clase, Componentes globales: ciclos biogeoquímicos,
instituciones sociales radiación solar, patrones climáticos.
Componentes económicos: fuerzas del
mercado, posición en la economía global
Componentes políticos: políticas legislativas,
estructura de gobierno

Los parámetros de medición más útiles y fáciles, indudablemente variarán con el


tiempo, especialmente cambia el conocimiento y las preferencias, los elementos
ambientales se desarrollan y maduran y los proceso interactivos de rechazo y
resistencia, se combinan para guiar la tasa y dirección de este cambio. Uno de nuestros
mayores retos es aprender cómo monitorear los impactos de un indicador sobre otro,
cómo interactúan los parámetros sociales y ecológicos, también como encontrar los
caminos que unen a los indicadores en una relación funcional o causal.
Finalmente, la interacción entre los componentes sociales y ecológicos de los
agroecosistemas sostenibles, conducen en sí mismos a la condición de sostenibilidad. La
sostenibilidad viene a ser un conjunto complejo de condiciones que son menos
dependientes de los componentes sociales o ecológicos individualmente, que de las
cualidades emergentes de su interacción.
Este marco para definir la agricultura sostenible incorpora la forma en que el
sistema total mira las interacciones entre los subsistemas. El impacto de un nuevo
insumo o práctica en el sistema agrícola puede ser seguido más allá de sus efectos
ecológicos en el nivel social. Mirando cada granja como un agroecosistema en si misma
y entonces, como parte del sistema alimenticio regional, nacional y transnacional,
podremos mirar más allá de la línea económica base, hacia nuevas formas que
promuevan la sostenibilidad. Los sistemas alimenticios vienen a ser sistemas con
fundamento ecológico, que también mantienen las necesidades sociales de la seguridad
alimentaria, la equidad social y la calidad de vida que la sostenibildad tanto produce
como requiere.

Factores sociales claves en el sistema alimenticio

Los cambios en las estructuras y relaciones involucradas en la producción,


distribución y consumo de alimentos, pueden ser discutidos por sí mismos desde
razones morales. Las desigualdades se presentan en todos los niveles del sistema
alimenticio y tienen un efecto dramático que afectan la vida de las personas. Pero
también es posible argumentar que ciertas condiciones sociales y relaciones son
incompatibles con la sostenibilidad agrícola. Los componentes actuales del sistema
mundial alimenticio trabajan concertadamente con prácticas insostenibles y degradantes
de los recursos. Para soportar prácticas sostenibles de conservación de recursos se
requiere el establecimiento de un conjunto de componentes sociales y de relaciones
organizadas en una forma diferente. El desarrollo completo de este tipo de argumento
requiere de un libro, pero aquí presentaremos algunos de los temas más importantes que
están involucrados.
Equidad
La sostenibilidad de los sistemas alimenticios puede requerir mayor equidad
entre la gente en términos de poder económico, propiedad y control de la tierra, y
acceso y control del conocimiento agrícola y de los recursos. Hoy la falta de equidad
existe entre los ciudadanos de los países en desarrollo y aquellos de las naciones
desarrolladas, entre aquellos que poseen tierras y los que no, entre aquellos que pasan su
vida trabajando y los que poseen grandes capitales agrícolas. Es importante reconocer
cómo esta falta de equidad puede afectar la forma en que se diseñan y manejan los
agroecosistemas ¿En qué medida aquellos que poseen un poder relativamente grande, se
ven obligados a asegurarse que la producción agrícola sea de tal forma que les permitan
mantener su poder y control? ¿Cómo la falta de equidad hacen que estén más
preocupados en lograr mayores ganancias que en cuidar la tierra? ¿Es la inseguridad
económica de los agricultores en países en desarrollo la causa de que estén más
preocupados de la supervivencia a corto plazo y de aumentar su economía que de la
conservación y prácticas agrícolas ambientales?

Patrones alimenticios sostenibles


La modernización y el desarrollo en todo el mundo están causando una
transformación progresiva de los patrones alimenticios y del consumo de alimentos. En
todo el mundo la gene está consumiendo más productos animales, más comida alta en
grasa y más vegetales y frutas. Debido a que estos productos agrícolas altos en proteínas
y grasas son más costosos de producir –en términos de uso de energía, impacto
ambiental y requerimientos de tierra- que los granos básicos, debemos analizar
cuidadosamente cómo estas tendencias actuales de la dieta mundial pueden ser
problemas exacerbantes de los problemas de producción y abastecimiento. La sociedad
puede enfrentar elecciones muy difíciles si fallamos en evaluar críticamente los
impactos de la dieta humana, sobre los fundamentos ecológicos del planeta y nuestra
capacidad para alimentar la creciente población.

Control del crecimiento de la población


Subyacente al problema de que cada vez hay más gente consumiendo una dieta
más rica, está el problema del crecimiento de la población. Expertos de varias
disciplinas están en desacuerdo sobre cuál es la “capacidad de carga” humana que tiene
la Tierra; pero pocos niegan que el rápido crecimiento de la población humana hace
cada vez más difícil que simultáneamente se pueda alimentar la población, y proteger
los recursos agrícolas y la integridad del ambiente natural. Por consiguiente, cualquier
esfuerzo coordinado para desarrollar sistemas alimenticios sostenibles, deben enfrentar
el problema de cómo controlar mejor el crecimiento de la población mundial.

Autosuficiencia y bioregionalismo
Los sistemas alimenticios de todo el mundo están siendo incorporados
rápidamente al sistema alimenticio masivo y global. Aunque esta tendencia tiene
muchos beneficios, también tiene consecuencias negativas para la sostenibilidad
agrícola. Un problema serio es que la producción y distribución global de alimentos
requiere de grandes cantidades de energía para su transporte. Más significativo, quizá,
es que el sistema global alimenticio puede ayudar a crear las condiciones ideales para la
exacerbación del problema de inequidad y puede erosionar los agroecosistemas
tradicionales en todo el mundo.
En un sistema alimenticio global, los productores de insumos como las semillas,
fertilizantes, plaguicidas y maquinaria, pueden expandir su influencia sobre los
agroecosistemas y los agricultores se vuelven cada vez más dependientes de ellos y de
sus productos y conocimiento. La tierra agrícola se vuelve más valiosa por su capacidad
para producir alimentos para exportar, que para las necesidades locales. El trabajo
humano esta siendo reemplazado, cada vez más por la mecanización. Finalmente, las
consecuencias son una mayor integración de los agroecosistemas a una agricultura
convencional, basada en la tecnología y los insumos, menos autonomía, una decreciente
capacidad para sembrar alimento para las necesidades locales y una destrucción de las
comunidades tradicionales y agrícolas.
Pero la globalización también tiene el potencial de contrarrestar estos efectos, si
en lugar de ello es usada para promover y mantener el control local de la tierra, el uso
del conocimiento local, el involucramiento humano directo en la producción agrícola y
la independencia económica. Estos aspectos importantes del manejo ecológico de la
granja pueden ser claves en el diseño de un futuro sostenible.

Relaciones entre Agroecología y los cambios en el contexto social de la agricultura

Aún cuando la ciencia de la Agroecología está basada en los aspectos ecológicos


de los agroecosistemas, los principios que pretende aplicarse pueden fomentar cambios
positivos en los aspectos sociales y también en el contexto de los agroecosistemas. La
confianza en los procesos ecológicos internos para el mantenimiento de la fertilidad y el
manejo de las plagas, implica relaciones sociales y estructuras muy diferentes de
aquellas que las que se tienen con un uso extensivo de insumos externos.
ƒ La reducción drástica en insumos externos para el manejo agroecológico,
disminuye la dependencia del sistema de fuerzas económicas externas y lo hace
menos vulnerable a los incrementos en los precios de los insumos. El agricultor
puede beneficiarse económicamente y simultáneamente mejorar el bienestar
agroecológico del sistema.
ƒ Los principios agroecológicos requieren que el manejo está basado tanto en el
conocimiento práctico del trabajo en el campo como del conocimiento teórico.
Este requerimiento valoriza el conocimiento práctico de los agricultores y de los
trabajadores agrícolas, dándoles mayor poder en demandas de un tratamiento
equitativo.
ƒ El enfoque agroecológico sobre el conocimiento de las condiciones locales, los
ecosistemas locales y los cultivos localmente adaptados, fomenta un enfoque
biorregional de la agricultura y de aquellos que poseen y trabajan la tierra más
que una apuesta personal en la integridad ecológica a largo plazo del
agroecosistema.
ƒ El manejo agroecológico le propone al agricultor que tenga un punto de vista a
largo plazo, que equilibre la necesidad de priorizar la producción anual y las
ganancias.
ƒ Los principios agroecológicos son mejor aplicados en una escala relativamente
pequeña. Esto fomenta la producción para consumo regional en lugar de la
exportación; es también más consiente con la distribución justa de la tierra y los
beneficios económicos, que con la concentración de la tierra arable en manos de
unos pocos.
ƒ La Agroecología reconoce el valor de los sistemas tradicionales que han
demostrado ser estables tanto en términos ecológicos como sociales, y así
mantienen las estructuras y comunidades que hacen posible su existencia en
cuanto a condiciones sociales y económicas.
ƒ El manejo agroecológico se logra mejor mediante la intensificación del trabajo
humano más que la del uso de maquinaria. Como el trabajo requiere de mucho
conocimiento, juicio y destreza tecnológica, las granjas manejadas
agroecológicamente pueden proveer a mucha gente de formas de vida dignas y
satisfactorias.

Las relaciones arriba descritas demuestran que los cambios en las prácticas
agrícolas y las técnicas van de la mano con los cambios en el contexto total de la
agricultura. Ninguna puede lograrse completamente en forma independiente de la otra y
la Agroecología tiene una función en ambas.

Logrando el cambio

Los problemas en la agricultura crean presiones por cambios que pueden


mantener una agricultura sostenible. Pero una cosa es la necesidad de expresar la
sostenibilidad y otra llevarla hasta los cambios que son requeridos.
En parte, el cambio puede ocurrir en las instituciones de investigaciones
agrícolas y en otros sitios involucrados en expandir el conocimiento agrícola. Para hacer
la agricultura sostenible necesitamos analizar los impactos inmediatos y futuros de ésta ,
de tal manera que podamos identificar los puntos clave en el sistema sobre los cuales
enfocar la investigación para dar alternativas o soluciones a los problemas. Debemos
aprender a usar más la perspicacia en nuestro análisis, para evitar problemas o cambios
negativos antes que puedan ocurrir. Nuestra habilidad para resolver los problemas que
enfrenta la agricultura actualmente es extremadamente limitada. Comprendiendo los
procesos ecológicos en la agricultura sostenible y estableciendo una base científica para
la transición a alternativas, podemos entrar a una nueva era de investigación científica.
Los cambios también pueden ocurrir en las bases. Agricultores haciendo la
transición a prácticas más sostenibles; agricultores en las comunidades agrícolas más
tradicionales de países en desarrollo, luchando para conservar sus formas de vida están
forzando cambios en la agricultura. Con más ejemplos de una agricultura sostenible y
viable económicamente, las mayores posibilidades de que nuestros sistemas de
producción de alimentos sigan este camino. Cada granja en el sistema alimenticio puede
ser un punto focal para cambiar la manera de cómo hacemos la agricultura, pero ese
cambio debe darse también en el sistema global en el cual se aplica la agricultura
actualmente.
Además de todo debemos recordar que los sistemas agrícolas son resultado de la
coevolución entre cultura y ambiente, y que los humanos tenemos la capacidad de
dirigir esa coevolución. Una agricultura sostenible valora a los humanos tanto como a
los componentes ecológicos de la producción de alimentos y reconoce sus relaciones e
interdependencias.

Bibliografía

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