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BHABHA, HOMI, “NARRANDO LA

NACIÓN”
ESTUDIOS CULTURALES III CICLO I AÑO 2021
RESPONSABLE : MANUEL HERNÁNDEZ

Otro teórico poscolonial importante es Homi El plantea este concepto a partir de la idea de nación. En
K. Bhabba, proveniente de la India y radicado un texto llamado “Diseminación” propone desde el
inicio la deconstrucción de la que hablábamos a partir de
en Estados Unidos. Tiene mucha influencia de la palabra misma: disemi-nación. Para este autor toda la
Derrida. Enseña, actualmente, literatura en la historia de las naciones modernas occidentales[1] se
Universidad de Harvard. asienta sobre los movimientos migratorios. La
emergencia de la última fase de la nación moderna está
Este autor trabaja el tema de la identidad, marcada, según Bhabba, por las migraciones. Esta
concepto que, como todo poscolonialista, va a última fase corresponde a la segunda mitad del siglo
deconstruir. Deconstruye la identidad como XIX en adelante. Esta fase es la que más profundos
algo fijo, estático y en su lugar propone la movimientos migratorios tiene y por otro lado donde
mayor ha sido la expansión colonial en Oriente.
hibridez cultural.
Encontramos así dos características básicas
en la historia de la nación moderna: los
grandes movimientos migratorios y la
expansión colonialista en Oriente. Estos dos
acontecimientos han marcado la última fase
de la nación moderna.
Estos movimientos tan intensos de
poblaciones que pasaban de un continente a
otro, han producido, masivamente, un gran
desarraigo que ha hecho que la gente se aferre
mucho más a la idea de nación sobre todo
porque la nación se había perdido.
El sentido de la pérdida de lugar hacía que la
gente se acercara más profundamente a lo
nacional. Por ejemplo, muchas veces los
inmigrantes son más conservadores de
determinadas tradiciones en el país en el que
residen que en su país de origen. Según
Bhabba, el vacío originado por el desarraigo
es llenado por la idea de nación que funciona
como una metáfora de una pérdida. Se
construye una idea de nación. La nación, para
Bhabba, es una forma de vivir la localidad de
la cultura.
Toda cultura está localizada en un lugar. Esta Hay, por otra parte, estrategias muy
localidad es una forma de vida mucho más complejas de identificación cultural y de
compleja que la idea de comunidad, más interpelación discursiva, que funcionan en
simbólica que la idea de sociedad, más nombre del pueblo o de la nación, (a veces
connotativa que la idea de país, menos patriótica Bhabba los plantea como sinónimos) y que
que la patria, más mitológica que la ideología, constituyen sujetos inmanentes de todo un
menos homogénea que la hegemonía, más
espectro de relatos sociales. Estas estrategias
colectiva que el sujeto y totalmente híbrida
porque tiene la función de articular diferencias. son, además, entidades políticas y poderosas
Bhabba propone que la nación es una fuentes simbólicas y afectivas de identidad
construcción cultural, una forma de cultural en las que no es tan importante el
afiliación[ textual[ y social. Esto no significa que historicismo sino la temporalidad.
tengamos que negarle a las naciones
especificidades y significaciones particulares.
Esta temporalidad le permite definir la nación
como narración. La nación es una narración
porque necesita de un relato para constituirse
como tal, necesita de una escritura que diga
que la nación nació en tal momento y
construya un mito alrededor de esa idea de
nación. Nación, como narración, significa
que los historiadores hacen una construcción
retrospectiva del pasado.
Este autor desdobla el concepto de nación en
nación como narración, es decir como relato
homogéneo o unisonante; y nación como
diseminación.
En la nación, este autor, marca una ambigüedad
básica. Al relato homogéneo de narración se le
agregan instancias subalternas, que él llama
suplemento tomando esta noción de Derrida.
En la nación como diseminación hay elementos
heterogéneos dentro de sí misma. Dentro de la
misma nación, es decir dentro de las fronteras,
hay elementos heterogéneos que se asemejan a
la noción del sujeto barrado de Lacan.
Lacan dice que el sujeto humano está
dividido en el sujeto del enunciado (lo que
dice) y sujeto de la enunciación (situación en
la que se dice). De esta idea de sujeto
barrado, Bhabba toma la idea de la nación
barrada, es decir, la nación está dividida en
narración y en diseminación. En toda nación
hay elementos homogéneos y elementos
heterogéneos. Hay instancias de hegemonía e
instancias de subalternización.
Este “sujeto” lacaniano es el sujeto del ¿Qué es el sujeto barrado?
inconsciente. Y, si bien la cura tiene efectos sobre
el yo, en verdad el análisis trabaja principalmente El significante es el fundamento de la
sobre el sujeto. ... Por eso, en 1957, Lacan va a dimensión de lo simbólico. Sujeto barrado (S/):
tachar la letra S para producir el famoso símbolo (la barra tacha la “S”) El sujeto para Lacan no
del “sujeto barrado”, indicando que el sujeto está es el yo moderno cartesiano, sino que es lo que
esencialmente dividido. Ambas instancias un Significante hace presente para otro
constituyen la nación, por eso hay una Significante. Para Freud se trata de un sujeto
ambigüedad básica. La nación tiene fronteras aún dividido: entre lo conciente y lo inconciente,
dentro de ella misma. Esta es la nación barrada o entre Yo, Ello y Super Yo. Un sujeto que
tachada de Bhabba. La diseminación está pretende manejar el mundo y a sí mismo con
constituida por los discursos de las minorías, de su yo, pero que se ve “invadido”, tomado por
los pueblos rivales, diferencias culturales o lo inconciente. Además la realidad freudiana es
autoridades antagónicas que también se dan una realidad construida, psíquica.
dentro de una misma nación.
Es el caso de un niño de una tribu guaraní que necesitaba un
transplante y las creencias de la tribu se lo impedía, las
autoridades religiosas no lo permitían. El cuerpo de médicos del
hospital, que era otra autoridad pide a un juzgado que autorice el
transplante. Aquí se produce un conflicto de autoridades, por un
lado las autoridades de la tribu a la cual los padres del niño
debían respetar y por otro la orden del juzgado que también
debían respetar por ser ciudadanos argentinos. Finalmente se hizo
el transplante. De este modo vemos fronteras dentro de un mismo
país.
La ambigüedad básica entre narración y diseminación genera la
categoría que Bhabba denomina “in between”, es decir, en medio
o entre medio. Estar en medio de culturas que tienes exigencias
antagónicas. Por ejemplo los chicanos que viven en EE.UU. que
producen productos artísticos donde mezclan lenguas, o los
newyorikas que son los provenientes de Puerto Rico que viven en
EE.UU. y forman una cultura híbrida. Vemos como el sujeto del
discurso cultural está escindido entre prácticas culturales
diferentes.
La frontera que señala los límites entre una
nación y otra, pero también puede convertirse
en una frontera interna. Desde esos lugares de
fronteras internas es desde donde hablan las
minorías, los exiliados, los marginales, los
emergentes. Según Bhabba, lo que
encontramos acá es un sujeto alienado en su
identificación porque responde a pautas
culturales diferentes. Responde tanto a la
narración como a la diseminación. Esto nos
demuestra que las identidades no son
instancias fijas sino que son móviles y que, en
realidad, deberíamos hablar de identificación.
La identidad no es nunca una esencia, nunca
es esencial por eso es preferible hablar de
identificación. La frontera puede desplazarse
de afuera hacia a dentro y siempre hay un
otro u otros dentro de las propias fronteras
nacionales. Eso le pone límites al estado
homogeneizador y permite que los
subalternos articulen un discurso.
La nación deja de estar contenida en la
horizontalidad espacial de la comunidad y no
se puede hablar más de un tiempo
homogéneo de narrativas sociales.
El suplemento es algo que se agrega a lo que
ya está constituido. Es decir a la nación como
narración. Es una especie de plus pero que no
hay que sumar porque nunca la diseminación
tiene la misma fuerza que la narración ya que
lo subalterno siempre tiene que pelear su
lugar. No hay paridad entre lo hegemónico y
lo subalterno. Es un plus que se agrega y que
compensa el “minus” (menos) del que
adolece toda narración.
Sostiene (Hegel) que el sentimiento que un pueblo Jorge Luis Borges no se identifica con el Estado-Nación.
tiene de sí y de sus posesiones, instituciones, Aforismos como el de Hegel “El estado es la realización de la
idea moral” (Borges, 1987: 36) le parecen “bromas
costumbres, pasado, etcétera, constituye una siniestras”11. Con humor, cita a Plutarco, quien se burlaba de
entidad: Es el Espíritu del pueblo. Se trata, agrega, aquellos que declaran que la “la luna de Atenas es mejor que
de un espíritu determinado –y determinado por la la luna de Corintio” (Borges, 1987: 36). Sostiene que el
historia–. Por eso el espíritu de un pueblo equivale a estado (la nación) es “una inconcebible abstracción” (Borges,
un individuo en el curso de la historia universal y 1987: 36). Dicha abstracción, en el caso argentino, se funda,
por eso los espíritus de los diversos pueblos en el en muchos sentidos, en el Martín Fierro. Texto sobre el que
opera la máquina de memoria y de olvidos, constituyendo a
curso de la historia son los grados en la historia del Fierro en la imagen de la nación. Borges, de acuerdo a Sarlo,
universo, en la cual se realiza el Espíritu universal. anuncia los olvidos:
Este espíritu universal aparece encarnado según las
épocas en un pueblo determinado y hasta en un
El lo señaló muchas veces: Martín Fierro no era precisamente
determinado individuo, que representa la conciencia un hombre lleno de virtudes, sino un desertor... provocador de
del pueblo y de la época (Ferrater Mora, 1984: duelos sin motivo y habitante de las tolderías indias cuando
1.044-1.045). debió huir de la justicia... (Sarlo, 1995: 86).
Estamos en presencia del asedio a una
abstracción, a la nación, pues los mitos
fundacionales forman su alma a través de un
discurso ficcional. Esta idea de la
construcción discursiva de la máquina nación
ha sido tratada in extenso por la teoría. La
narración histórica, sostiene Hayden White,
transcodifica los acontecimientos reales del
puro anal o de la mera crónica al terreno de
las ficciones literarias.
Recordamos, ahora, a la nación como esa ¿Que es una nación? Antes de responder
“inconcebible abstracción”, es decir, lugar esta pregunta es necesario saber cuales
metafísico y comprobamos lo anunciado son los elementos constituyentes de la
respecto de la percepción de Borges sobre el misma. En la nación nos encontramos con
sustento del artilugio nacional en una ficción una unidad de sangre, de raza, de habla,
que considera, además, impúdica. Así lo de habitación y convivencia, de sociedad
afirma en el momento en que comentando la nativa. Esto para muchos es lo que
pasión nacional por las jornadas históricas significa la nación, sin embargo, ello no
sostiene que “una de las tareas de los nos permite dilucidar el “misterio” de la
gobiernos ha sido fabricarlas o simularlas con definición del concepto analizado, ya que ni
acopio de previa propaganda y persistente la geografía, ni la lingüística, ni la naturaleza,
publicidad. ni la biología dan cuenta integra sobre lo que
es la nación.
Todo ello esta dentro de la nación, como el La nación, por lo tanto, es una unidad de
amor a la tierra que nos vio nacer. El destino de vida colectiva con estilo o
patriotismo es una imagen de la modalidad propia. Los que desean borrar las
nacionalidad, que se basa en todos los diferencias humanas, los diversos estilos
elementos antes citados ubicándose, no humanos, es decir, las naciones, no solo
obstante, por sobre ellos, trascendiéndolos buscan un fin imposible de realizar, sino
completamente. El mira desde el presente al que un objetivo monstruoso y satánico. Si
porvenir. El cariño a la “tierra de los padres” esto ocurriera, la humanidad se transformaría
(patria) no se sitúa solo en lo pasando y en lo en mera animalidad, ósea, en repetida
presente, sino que también prolongo lo ejecución de un modulo invariable. El
pasado y lo presente en el porvenir de nacionalismo no es una teoría que se pueda
los años y siglos venideros. aceptar o rechazar, ya que constituye la
realidad misma de la vida humana.

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