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Universidad de El Salvador Asigrratura: Morfosintaxis II

Facultad de Ciencias y Humanidades Responsaüle: Lic. Manuel Hernández

Departamento de Letras Carrera: Licenciatura en Leüas

!r'
Primeras formulaciones
Baitn formula sa teoríadel enunciado en dos momenros: en tex-
tos d.e finales de los añ.os veinte, firmados casi exclusivamente por vo-
lóshinov, y en algunos escritos de snes de los años cincuenta,t decir
reinfa años después. Present¿re esas dos sínrcsis de rnanera separ,ada,
aunque las diferencias que existen enrre las dos no sean meyores.
Las primeras fornulaciones que apunan a áefrnir ,*,
teoría del
enunciado se encuenúan en uno dé los artículos más antiguos firmados
po¡ lo!óshinw/Bajf1, "El discurso en lariduy el üscriso en lapoe-
sia", &chado en 7926. separe aqui de .rr".o.*rmcién: Ia mareria'lin-
güística constituye apenas una fracción del enunciado; exisre ambién
otre, no verbal, gue corresponde al contexto de enunci eciín.Antes de
pajtín 19 r: ignoraba la existencia de dicho conrexro, pero siempre se
le consideré exterior aI enuncirdo; sin embargo, dice é1, ., p"ra"'irra.-
grante de é1.
En ningún caso l¿ situación extraverbal es únic¿mente Ia causa
exterior del enunciado; no ecrúa desde afuera como una faerza mecánice.
No, /¿ se integrd al enunciado como an erem¿nto indiEensable
P-dla §a canstitución se¡nántica. Por consiguiente, el enunciado cotidi¿no
nzhizaennae] provistode significadose dJscompone en dospa*es, Ii;;
parte verbal actualizada y z) wparte sobreeniendida. Es por ello que se
puedecompaf,erel enunciado.onel "entimem{ (7,ZÍl).l'
¡ .'iEn qué consiste ese contexto de enunciación? Pare encontrar la res-
qo5ta, volóshinov/Bajtin imagina siempre un enunciedo mínimo,
id rrp" "¡Bueh!'o "¡Mrnsi!\ y romp*a nuesrre perplejidad funrc
la mera parre verbal con la intérpretación gue prod"Ji*"s fácilmente"
78 M\AIL BAJTÍN: EL PRINCIPIO DIALóGICO

euando eo'oeemos el contextb en el crral se haformulado el enunciado.


Obtiene, diríamos que Por sustracción,los elementos siguientes:
El eonrexto er-,rrererb¿l del enunci¿elo se desctrrnpone en tl€s
aspectos: L) el borizonte espacial común a los locutores (la unidad de lo
visible: la habitació ¡,leueitana, etc.);2) el con'ocirniento y la cornprensión,
igualmente comunes alos dos, de la situación; y Énalmente 3) la eualuación,
{r. t"*biét les es común, de e$a situacién (z' z:O)'
La parce sobreentendida del enunciado no es nada más que ese hori-
,oirrcomún alos locutofes, cofnPuesto de elementos espaciotemPore-
les, semántícos y evalu¿tivos (axiolégicos).
Cornún a ios locutores: hey que insistir en este característica' esen-
cial en la perspectiva de Volóstiinov/BaitÍn, pues no es¡osible com-
prender dií, i*it,.,lo que sé,lo que quiero,lo que veo o lo que amo;
No puede converrirse en laparte sobreentendida del enunciado más
qo. *qoéüo qcre nlsntros -el conjunto de los locutores- conoc€mos,
vemos, ¿flletnos y reconoce§ros, aquello que no§ resulta común a todos y
nos une. t...1 El "yo',olam*nt po.d. realizarse en el discurso apoyándose
en el "nosotiot". b. este modo,iodo enuncíado cotidiano es un entimeme
objetivo y social. Es como une "contraseñá" conocid¿ solamente por
q* p.r..rr.cen al mismo horizonte social (7'25L)'
"q*U"u
A§unos años despues" VolóshinovlBaidn ProPone una descripción lige-
oñ"rrr" difercnte del contcxtr de enunciación; manriene el tercer ra§*o
caracrerísrico (la evaluación colectiva) pero omite el segundo (el.saber
comparcído); en cambio analizael primero (el horizonte común) baio
do, árp..tos, las coordenadas espaciátemporales y el objeto (referente)'
Convengamos en ll¿mar con la-palabra ya familiar &e situaciiín a
los tres sobreentendidos de li parte e1¡averbal del enunciado:
"rp".io,
el eryacio y el tiempo de la enunciactón (donde"_y icaindd.'), el objeto
o ;rila d"i rn.iado (aquello "de 1o gue" se habfa) y la relación de los
?r "n
locutores con lo qu. o.urie ([a evaluación) (tS, Z6)'

Ahora se comprende mejorpor qué Volóshinov/Bajtíndebía.partir no


solamente d. .rn" crkicí ela escuela saussureant' Parela cual el enun-
{ffi
:¿f
'ri

4. TEOÚA DEL ENUNCIADo 79

ciado, sicndo individual, no era una noción pertinente, sino también a


la escuela del tubjetivismo individualista" (Vossler y sus discípulos):
aunque superior a la de Saussure en cuanto que no ignora el enunciado,
comete, sin embargo, el error de creerlo individual.

Cualquíera que see el momento de la expresión,enunciado que se


tomer siempre estará determinado por las condiciones reales de dicha
enunci¿ciórL y ante todo por le situación soci.al ruís pníxiwa (12, 101).
Jaruispadrá la ca¡nunit¿ciónuerb¿l ai expüraneparfaera de
ese aíncalo eon la situación concreta (12, Ll4).

Dicho en otros términos, la diferencia entre el enunciado y la propo-


sición (o la oración), unidad de la lengua, consiste en que el primero
es producido necesariemente en urt contexro panicular y siempre es
social, mientras que la segunda no requiere de contexto. La socialidad
tiene un doble origen: en primer lugar, el enunciado eseá dirigido a al-
guien (lo que quiere decir que hay por lo menos esa microsociédad for-
mada por dos personas, el locutor y el destinatario); en segundo lug¿r,
el mismo locutor es siempre un ser social.
Volóshinov /Bajtn aprecia de manera muy particular la primera
parte de esta afirmación, que eperece une y otre vez ensus escritos pu-
blicados a ñnes de los años veinte: el enunciado no es solo asunto del
locutor cuanto el resultado de su interacción con un oyente, cuya reac-
ción integra de antemano.
El enunciedo se construye entre dos personas socialmente
organízadas y, si no hay interlocutor real, está presupucsro en la ¡rersone
del representante típico, por asl decirlo, del grupo social a[ que pelten ce
el locutor. El discurso e*á orientddo bdda el interlocutor, hacia lo que es
ese interlocutor (lZ, tOt).

Asl pues, el "oyente" es, por ende, ore un ser individual presente, ore
r . 'la imagen ideal de un púbfico imaginario (G. H.Mead había ¿cuñ¿do
el término de "otro generalizado" para designar esta últimavatiante).
La socialidad del locutor es igualmente imporr¿nre] aun cuando
sea menos manifiesa. Después de tomar las consabidas precauciones
'g
-1

80 MIJAIL BAJTÍNI EL PRINCIPIO DIALóGICO

(los actos de fonacióny de percepción acústica son efectivamente indi-


üduales, pero no tienen que ver con lo esencial del lenguaie: el sentidoi
hay indudablemente une "experiencia-yo" bioló$ca e individual, Pero
pefmanece fuera de nuestro alcance, a diferencia de Ia "experiencia-no-
iotros'), Volóshinov /Baidn afirma gue no hay nada individu¿l en lo
que expresa un individuo.
No existe experiencia ñrera de su encamtción en signos. Por
consiguiente, ni siquiera puede plantearse una difetencia cualitetiva
radical entre lo interno y lo externo. [...] No es la experiencia la que
organíza [a e4presión, sino al contrario: la expresión organiza la
expetiencia, le J¿ por primetavez uná fotmay detetmina su sentido (12,
101). Fuera de la expresión material no hay ninguna experiencia. Es más:
la elpresión precede a la e4periencie, consdn4¡e su cune (6,229).

(Jna nota insertada a la última frase asegura qu€ "esta afirmación es de


hecho consecuencía de las palabras de Engels", gue aparecen en Ludwig
Feuerbacb; yendo más allá, ta).vezpodríaverse una fuente más leianay
que sería común a Engels y aVolóshinov/Baitín: Humboldt (inspira-
dor, por demás, del tubjetivismo individualista'), para quien la expe-
rienCia está preformada por las posibilidades de la expresión. Dejando
aparte la cuestión de la fuente, desde el instante en que se encuenúan
las huellas formadoras áe 1¿ eqpresión en el seno mismo de 1o exPresa-
ble ya no existe ámbito alguno que esté exento de una forma cualquiera
de socialidad (puesto que las palabras y las demris formas lingii{sticas
no pertenecen al individuo).
Solamente el grito inarriculado del animal se organizarcalmente el
interior del aparato ñsiológico del individuo. [...] En cambio, el enunciado
humano más primitivo gue pueda realizar un organismo individúal he
sido ya organizado fuera de é1, en las condiciones inorgánicas del medio
social, y ello desde el punto de vista de su contenido, de su sentido y de su
significado (12,ll 1). Incluso el llanto del niño de pecho está "orientado"
hacia la madre (17-, 104).
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Orre manera de formular esta comPrcbación seria decir que cualquier
enunciado puede considerarse parre de un diálogo. Se observará que
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4. ruon͡. DEL ENUNCTADo 8l
I
el término no tiene aquí todavía el sentido que tomará en escritos
posteriores de Bajtín (dirilogo enrre discursos), sino su sentido más
I
común.
I

La interacción verbal es la realidad fundamental del lenguaje. El


I diáIogo, en el sentido estricto del término, no es por supuesto más gue
I una de las form¿s, cíert¿menrc le más importante, de [a inter¿cción ver6al.
Pero puede comprenderse el ürilogo en el sentido amplio, no solo como
I la comuniceción verbal directa y en voz alta entre personas, sino embién
toda comunicacién verbal en cualquiera dc sus form¿s (tZ, tt3). Pucde
I decirse que toda comunicación verbal, tode interacción verbal, discurre
enle formtde un intercarnbio de enuncidd.os,es decir en forma. de dirilogo
(18,68).

Se percibe que la socialidad del enunciedo conviene mucho a las inten-


ciones explícitamenrc marxistas de Yolóshinov/Bajtín durante esre pe-
riodo. Segun é1, serla an nefasto olvidar las mediaciones que conecran
lo social y lo lingüístico como ignorar la existencia misma dc esa rela-
ción. En uno de los ultimos artículos firmados por volóshinov aperece
este esqueme global:

1. La organización econtíntica de la sociedad


J
2. La comunicacióru social
J
La interaccién aerbal
j
Los enunciados
J
5. Lasformas gramaticales de k lengua (15, 66)
Planteado esto, regresemos a la descripción del enunciado. La pri-
? r rneraconsecuencia importante del nuevo marco es la necesidad de dis-
tinguir radícalmenre enrre el significado en la lengua y el significado
en el discurso o, en la terminología que Volóshinov/Baftín aáopta en
esta época, enrr€ significado y tema. Esra disdnción no es nueve en si;
MIJAIL BAJTíN: EL PRINCIPIO DIALóGICO

se vuelve nueva pot la üeciente impottancia otorgada al tema. Efecti-


vamente, las dicotomías entonces corrientes entre significado usual y
significado ocesional, o bien enme signiñcado ñrndamental y signiñca-
do marginal, o incluso entre denotaciónyconnotación,pecan todas en
que privilegian al primer término. En realidad, el signiñcado discursí-
vo, o tema, no tiene n¿da de marginal.
El término "signi6cado" esterá aguí, por lo tanto, reservado a la
lengua. Es eI diccionario el que tesauriza el significado dc las palabras, y
su primera propiedad es ser siempre idéntico a sí mismo (siendo pura-
mente virtual); dicho de otro modo, el significado e§, como los demás
elementos de la lengua, replícable.
Por sign{wdla, difere naede}ana"entendemos todos los aqrcctos
a
del enunciado que son rcplicables e idénticos a s[ mismos en todos los
casos en que se repite (12, 120). De hecho el significado no significa
neda, sino que posee únicamente Ia potencialidad, la posibilidad de Ia
significación en un terna concreto (L2,122).

En oposición a lo anterior, el tema como el enunciado del que


-asi
forma parte- se define como único, puesto que resulra del encuenrro
del s§nificado con un contexto de enunciación igualmenre único.
Llamemos tema al, sentido de la totalidad del enunciado. [...] D"
hecho, el tema del enunciado es individual y no replicable, tal como el
mismo enunciado. Es la expresión de Ia situación histórica concrera que
engendró al enunciado. [...J Se infiere que el rema del enunciado esrá
determinado no solamente por las formas lingüísticas gue lo componen
construcciones morfológicas y sinrácticas, sonidos, entona-
-palabras,
ción- sino también por los aspectos extraverbales de la situación. Si
omitieramos esos eq)€ctos de le situacién, no sabríemos comprender el
enunciado, tal como si hubiésemos omitido sus palabras mris importantes
(tz,t19-t2o).
(Jna ceracteristica esencial del tema, y por tanto del enunciado, es que
?r
está proüsto de oalores (en el senddo amplio de la palabra). Por el con-
trario, el significado, y por ende Ia lengua son ajenos al mundo axio-
lógico.
4. TEORÍA DEL ENUNCIADO

Solamente e[ enrneiedo puede set bello, como solamente él puede


ser sincero o m€ntiroso, eudaz o tímido, etc. Todas esas determinaciones
dependen de le organización de los enunciados y de les obras, en conaión
con las funciones que asumen en Ia unidad de Ia vida social ¡ sobre todo,
en la unidad co§rreta delhorizonre ideoló$co {10,117).

Esta dimensién evaluadva del enunciado parece ser, en criterio deVo-


lóshinov/Bajtln, más impoftant€ que las dimensiones semántice y es-
paciotemporal. En un estudio dedicado aleliteratura a6tme:
El horizonte axiológin asume la función más importante en la
organizeción de la obra literaria y sobre todo en la de sus espectos
formales (16,226).

AI formar perte del horizonte común de los interlocutores, el juicio


de valor, o axiológico, no necesita hacerse explícito (si lo fuera, sería
haberse r.uelto dudoso). Existe, sin embargo, cierto número de medios
por los cuales dicho juicio se expresa. Son, en primer lugar, medios no
verbales.
Convengamos en llamar expresió* d,e aalares a cualquier evalueció¡
encarnada en la materia. El cueqpo humano en sí servirá de materia prima
y origen a ese e4presión de velores, con elgesto (el mwimiento significante
del cuerpo) ylavoz (al margen del lenguaje axticulado) (16,227-228).

En el seno mismodellenguaje se distinguiránmedios semánticosyme-


dios no semánticos, o ftnicos, entre los cuales la entonacitin aparece en
primer lugar.
La entonación l
en el lhníte entre lo uerbal lo no
se encuentra sí.empre
aerbal" lo dicbo I lo no dicho.En la entonación, el discurso entra en contacro
inmedieto con la vida Y es antc todo mediante Ia srtonación como el
locutor entra en contacto con los oyentes: Ia entonacidn cs social por
excelencia (2, ZSI).La entonación es el conductor r¡rás ágtL, mássensible de
las relaciones socialcs gue existen enue los intcrlocutores eü una situación
? r, dada.[...]Laentonacióneskexpresilínrtnkddekeaalu.acilinsocial(18,78).

De hecho Ia entonacién, por cierto al igual que los demás aspectos del
enunciado, asume una doble función:

I
MIJAIL BAJTÍN' EL PRINCIPIO DIALóCICO

Toda entonacién se odenta ett dos direceiones'. hacia el oyente, como


aliado o testigo, y hacia el objeto del enunciado, como si este fuera un
tercer participante asumido en tento ser viro; la entonación Io denigra o
Io adula, lo rebaja o Io exala (f ,ZS;).

Por zu pafte, los medios semánticos pera e{presar una evaluación-se di-
viden en dos grupos, según una dicotomía que hoy es más familiar que
en aquella época, pero cuyo origen puede enconrarse en Krusze'urski
(y más allá, en l¿ reróric'a c'lásica): la gue se d¿ enrre selección yeombi-
nación.
Debemos distinguir dos formas de la expresión de valorcs [en la
creación poética]: 1) fóni.ca y 2) estructural ftehnnicbeskuja], ctr¡ras
funciones se dividen en dos grupos: primero, les ele*iuas (selcctivas) ¡
segundo, las compositiaar (disposirivas).
Las funciones electivas de la evaluación social se ponen de menifiesto
en la elección del m*eriel lexico (lexicología), en I¿ elección de los
epítetos, las metáforas y los demás ffopos (todo el ámbito de la semántica
poética), y finalmente en 1¡ elección del tema cn sentido esuicto (la
elección del 'contenidol. De esta manera, casi toda la estilístice y una
parte de la temática pertenecen al grupo electivo.
Las funciones compositivas de laevaluación determinan la ubicación
jeúrqaíca de cada elemento verbal en el conjunto de la obra, su nivel,
así como la es*uctura del conjunto. Aquí aparecen todos los problemas
de sintaxispoética, de composición propiamente ücha¡ finalmente, de
géncro (16,232).

Hasta el más simple enunciado aparece desde la mirada de Volóshinov/


Bajtín como un pequeño drama cuyos mínimos papeles son: el locutor,
el objeto y el oyente ; el elemento verbal no es más que la same apartir
de Ia cual se represente el d¡arna o, como dice é1, el guion,
El discurso es de alguna manere el "guion" de determinado
econtecimiento. lÁ comprensión viva del sentido integral del
? r' discurso debe reproducir eie acontecimiento de enlaces *rtüo, .rrar.
interlocutotes, debe "represesterlo" de nuevo, y quien comprende se
hace cargo delpapeldeloyente. Peroparaasumir ese papel, debe tembién
comprender claramente la posición de los demás participantes (7,257).

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4, TEORÍA DEL ENUNCIADO 85

Ties aspectos de esa interaceión pareeen rwcstir la mryor,ilmDoftaRcra


I
en la producción literaria:

I ) EI ralorjer:fu,quieo del personaje o del aoon¡ecimient<r que fornan


el contenido del enunciúo 2) su grado de proximidad con ál autor; 3)
la interrelación del oyente con el ar¡ror, por trna parretf cortel personaje,
porla o:;ra(7,266).

La primera categoría implica, de cierra manere, una relación *vertical':


¿es _el personaje superior, inferior o igual al autor? (Es sabido que Ia
problemát íca. ye está presente en la Po ética de Aristóteles.) La segunda
se sitú¿ en un¿ d.imensión "horizatrtal',y es la que determine [a eléccién
de las formas narrativas: el relato objetivo,la confesión, el apóstrofe. La
ter,cera tiene que ver con la posición del inrcrlocutor, que nunca coin-
cide exactemenre con Ia del autor: Ias dos pueden aliaise pero a veces
el autor se pone del lado de su personaje y cofiúasu lectór o bien, al
contrarío, e[ lector se asocie con e[ personaje contra el. eutor, etc. Es
impormnte recordar, a lo largo de esta discusión, que en ningún caso
se trete del autor y del lector reales sino de sus roles, tal como pueden
deducirse del enunciado.
Constantemente consideraremos al autor, alpersonaje y al oyente no
al exterior del acontecimiento artístico, sino únicamente eri la medida en
que entran en la percepción misma de la obra literaria, en la meüda en que
son sus integrantes necesarios. [...j En cambio, todas las definiciones
que el historiador de la literatura o de la sociedad proponga para definir al
autor y a sus personajes (la biograffa del autor, Ia cualificación cronológica
y sociológicemenre más exaste de los personajes, etc.) quedan, desde
luego, excluidas aquí: no entran directamente en la estructor" de la obra,
permanecen fuera de ella, De igual manera" solo tendremos en crrenta al
oyente consideradopor el propio autor, en función del cuel se orienta la
obra y quien, por esta rnisme razón, determina internamente su estnrcture
d? nilguna manera al público real que prob*du y efectivamente haya
? r' -y
leído la obra de tal o cual auror- (7,260-261).

Será en el primer libro firmado por el propio BajrÍn y dedicado a Ia obra


de Dostoievski donde apxeceráuna ultima dimensión del enunciado
I

MIJAIL BAJTÍN: EL PRINCIPIO DIALóGICO

destinada a jugar un papel cada vez rüayor: tod.o enunciado se remite


también a enunciados anteriores, dando lugar a relaciones intertextua-
/es (o dialógicas). En la primera edicién del libro, BajtÍn no emprende
la el¿boración de una teoría general sino, más bien, una tipología de los
enunciados. Le basa afrrmar lo siguiente i
Ningun miembro de la comunidad verbal encuentra jamás en la
lengua palabras que sean neutras, que esten exentas de las aspiraciones y
evaluaciones de los demás, deshabitedes de ouevoz. No; recibe lapalabra
a través de la voz de otro, que sigue ocupando la palabra. Interviene en su
propio contexto a partir de otro contexto penetrado por las intenciones
ajenas. Su propia intencíón hella una palabra ya habitada (13, 131; en [a
segunda edición del libro, en 1963, las dos ocurrencias de "inrención"
desaparecerán, reemplazadas por osmyskde, inteqpretación, y wysl',
pensamienüo, cf 32, 27A-27 1).

En un artículo firmado por Yolóshinov se encuentra una paráfrasis


de estas y de otras afi.rmaciones, con una variante que podría tomarse
como una errete de no conocer el puesto excepcional reserv¿do a la
entonación (que por tento sustituye aquí a "intención").
En realidad, para el pae:ael lenguaje esrá toalmente impregnado de
entonaciones vivas, está cantaminado en su totalidad por evaluaciones y
orientaciones sociales embrionarias, y es precisamente contra ellas que es
preciso luchar en el proceso crcativo ; es precisamente enrc elles que hay que
escoger al r¡ cuel forma lingiiistice, tal o cual expresión. EI artist¿ no recibe
ninguna palabra bajo una forma lingülsticamente virgen. Esa palabra ya ha
sido fecundadepor lan situaciones prácticas y los contextos poéticos donde
la encontró. [...] Por ello la obra del poeta, como la de cualquier arrisra, no
puede realizar más que algunas aursvaluacioneg algunos desplazamientos
de entonaciones, rél mismoyporsuaudfuorio sobre clfrndode
las antiguas evaluaciones, de las antiguas entonaciones (t6,231),

?r §egunda síntesis
Pasemos ahora a la segunda síntesis que enconüamos en los años
cincuenta en los apuntes publicados üas la muerte de Bajtin bajo los
siguientes títulos: "El problema de los géneros discursivos" y "El pro-
5

,]

.l

4. TEORÍA DEL ENUNCIADo 87

blema del textd't, y en los'Comenrarios metodológieos' de la segunda


edición del Dostoieuski, que resumen los dos anteriores2. El marco de
referencia ya no es la sociología, como treinta años entes, sino Ia uans-
lingüística, esa nueva disciplina que Bajtín quiere fundar y tleque da
por objeto el enunciado. Las entidades translingiiísticas son cualiteti-
vameflte diferentes a las de la hngüística. Se cometetía un burdo error
al concebir el enunciado como una unidad de [a misma naturaleza que
las demás unidades de la lingtiística, pero d¿ dimensión superior; como
el equivalente, en fin de cuentas, del párrafo

El enunciado (en tanro gue unidad verbal) no puede admirirse


como una enddad del nivel o del piso ultimo y superior de la misma
estructura lingülstica (encime de la sintaxis), ye que enue enptr universo
de relaciones totalmente üstintas (diatégices) que son incompatibles con
las relaciones lingülsticas de los demás niveles. (En determinado plano,
solo es posible la confrontación del enunciado completo conlepakbra.)
E[ enunciado completo es une entidad no yá de la lengua (ni áel'flujo
verbal", ni de la 'cadena verbal") sino dela comunicacidn uerbdl (30, 304-
305).

En ese senrido, el punro de llegada de la lingti{sdca provee solamente


uno de los puntos de pamída de la translingiiística; lo que era el fin se
conviette aquí en un medio.
Desde el punto de vist¿ de las metes extralingüsticas del enunciedo,
todo lolingülstico no es más qu€ rm medio {¡A ZAZ).
El objeto de la lingüística está formado solo por la mareria, por los
meros medios de I¿ comunic¿ción verbal no por la comunicxión
vertal en sí, ni por los enunciados como -mes
tales, ni por las relaciones

I (N. del T,) Los tlrulos correspondientes, disponibles cn lengua


castellana son,
respectivam enre, El problema de los géneros discursiaos (México, Siglo )O(I, 1989) y "El
, . ,problema del te*o en la lingtilstica,la filología y oras ciencies Lumanes. Ensayo de
h crcación aerbal {Mrérl,co Siglo XXI, 1982).
anrílisis Élosófico", enEstética de

'?
(N. del T) Problemas de k poéüca de Dostoieu&i. Originalmente pubticada
en l?29, esa obra obmvo zu reconocimiento en Occidente a partir de su reádicién en
1963. En México, el FCE. publicó una primera edición en lengua castellana en I 986.
: f.§
1-::.:

MIJAIL BAITÍN: EL PRÍNCIPIO DIALóGICO

de le c<rrntrnicacién
(dialógicas) que existerr entfe ellos, ni Pof lás f<rrmas
).rU¿l"i p"i tot géneros verbales- (30' 297)'
de la lengue' gtle
Todo enunciedo PCIsee dtrs aspecttrs' lo q-ue¡yttdt
la enuncia-
., *pfi."Ul., po, or* parte;lá qo. pfoce¿e del contexto de
clón, gue es único, Pat Ütra'
Dospolosdeltexto.CadatextopfesuPoneunsistemadesignos
limites de una
.o*p..rrribie (es decir: convencionnl, rrálidoáentro de los
colectividaJ$¡"), "lengua" iacasolalengua del arte)' t"'] En eltexto
"*
l, .orr.rpoiJ;;il lo repáido y reproducido' renl¡;ab':,f itor*:::t-
esPecíhco (lo dad]o)' vero
ble, mdo lo que puede darse fuera de ese texto
,i*oltár,"L1rrr;;;d^texto (en ranto que enunciado) r?rTen:a "tS: i"-
úil;"; replicablt, y allí reside todo su sentido (su intención'
dividual,
la razón üi;ü; fu.'.r.*¿.j. ft 1" p*§ del enunciedo que remite a [a
con
verdad, ú-.orrliuencia, al bien, a lobe[o, a l¿-historia' En relación
" ,oáo 1o que es replicable y legro{lcdble se tr§te§tr,
como
.rr, *prá,
matenay *raio. Ello iurge.r, ti*, rnedíáa de
los límites de la-lingtiís-
,l;; y aJ r- ara"gra. Este"segundo aspecto (o polo).es propiodel texto
en la cedeaa de los tex-
mismo, p"." *f""e revela.rititou.i"n y to*ndo
ámbito)' Este
tos (en i"."*""i.".iér* verbal al inrcrior de detetminado
del sisteme de la lengua
polo no .Ji-íg"a; a los elementos (replicabfe$
(es deci* i"r r"tg""tl sino a los demás i*ttot
(no replicables) por relacio-
haciendo abstracción
nes prrrí;;i"r;?e índo1" dialógica (y dialéctica'
det autod (¡0, zg¡-zs¿).
gra'r1a:tjca'l
schleiermacher ya había disdnguido enffe una PersPectiva
de la lengua' LaL6.en'
sobre los texros (su confrontación con el sisteme
técnfua (el
tifrcaciónde su componente replicable) y una Per§PectiYa
nexo entre el texto pt.t.t t
y los demás textos del mismo eutor' lo§
ilt Jo*to"rtin.rrt, dt tu biografia' etc')' Baitín empleará otros
términos *,rn prm tratar de delimitar esta oposición'
verb¿l'
Lo dado ld.annoe) ylo creado lsozdannoel en el enunciado
Ir ' il;;;i;¡; *orr.* "r ál ri*pl. reflejo o la expresién de-algo que exis-

tíaurr."roo.él,disponibltydApuesto'siemprecreealgogue.nunca
anres hJi;;id., q-,i. .r *btolotiroente rueYo )r
no es replicable; que
además r;;;;;;i,. lo, valores (la verdad, el bien, ló bello' e tc')'
"
Ja

4. TEORÍA DEI ENUNCIADO

Pero esto solo puede creerse e perrir de un¿ c<¡sa dada (la lengua, el
hecho real observado, el senrimiento experimenrado, el mismoiujeto
hablante, lo que se erconf,reba ya en su concepción del mundo, erc.)
(lo,ztl).
Resulta entonces evidente gu€ no es posible contentarse, erl este caso,
con un enfoque puramente lingüístico del enunciado, que descuidaría
sus aspectos más importantes.

Estudiar lo dddo en Io creado (por ejemplo,lalengua,los elementos


ya constiruidos ygenerales de la concepción del mundo,Ios hechos reales
rcfreiados,etc.) es mucho másfácique estudiarlo creaáoen sl. A menudo
todo elanálisis científico se reduce alapuestaen eüdenciade todocuando
está dado, yepresenr€ y constituido antes de [a obra (lo enconrrado, y no
creado, por el artista) (30, 299).

Bajtín llegaúincluso distinguir dos acrirudes respecto a las palabrCI,


a
s-egún r. lT
perciba como unidades (ya existentes) de Ia lengua o del
discurso (de los nuevos enunciados). Emplearápara designarfu térm!
nos que extrae tal vez de Benvenistes,pero que enseguida enlaza a unos
temas que siempre ha estimado:

L7 comprensión-reconocimier¡ro de los elenrentos rdicables del


habla (es decir de la lengua) y la comprensión interpret¿nte óel enunciado
no replicabl.... [...] La palabra como meüo (la lengua) y la palabra como
interpretación. ta palabra interpretante pemenese al reino de los ñnes.
La palabra como fin ultimo (supremo). [...] t, risa y el reino de los fines
(mientras que los mcdios son siempre scrios). [...] Rirn y tiberad. Risa e
igualdad (lS, tlS-lSl).
LIn texto posterior reroma y precisa la disdnción, esta vez en el
contexto de una reflexión sobre Ia epistemología de las ciencias hu-
manas:

3
Cf E. Benvenisre, Problémes de linguistique géne?ah u, Paris, Gdlimard,lg74
(*. Problemw & l*gii**a gcneral ¿ ¡¿ Mc*¡io, Sigb xxl, ryrg), en particular el
capírulo "semiologfa de la lengua" (el *xto habfa sido publicedo en lg6g).
90 MIJAIL BAJTÍN: EL PRINCIPIO DIALóGICO

Comprensión. Articulación de la comprensión en actos separados.


En la comprensión real y concrete, esos actos están confundidos indiso-
lublemente en un único proceso; pero cada acto separado posee ura eu-
tonomía semántica (de contenido) ideal y talvez independiente del acto
empírico concreto. 7) La percepción sico-fisiológica del signo ffsico (de
La palrbra, del color, dela forme espacial). 2) Su reconocirniento (como
conocido o desconocido). La comprensión de su sign{rcad.o replicable
(general) en lelengua. 3) Le comprensión de susigziÍcado en el contexto
dado (próximo y más [ejano). 4) Le comprensión ectiva y dialógica (el
debate, el acuerdo). La inclusión en un contexto dialógico. El momento
de evaluación en la comprensíón y el gr"do de su profundídad, y de su
universalidad (40, 361).

¿Qé compone ahora el contexro de enunciaciónl En principio se in-


dican tres factores que contribuyen a distinguir el enunci¿do de leora-
cióo a diferencia de esta, el enunciado remite a un locuto! a un objeto
y entra en diálogo con los enuncíados producidos con anteriorid¿d.
Simpli6cando unpoco las cosas: las relaciones puramente lingirísticas
(es decir, el objeto de la lingtitstica) son las releciones entre un signo y
otro o más signos (es decir, rcdas las relaciones sistemáticas o lineales
entre signos). Las releciones eritre unos enunciados y la realidad, el sujeto
realmente hablante y los demás enuncíados reales, únicas relaciones que
convierten los enunciados en verdaderos o falsos, bellos, etc., no pueden
convercirse nunca en objeto de la lingüisrica (30, 3A2403).

Aquí, de nuevo, Bajtín recuerda el estatus particular del locutor en


cuestién. Este se describe como elemento constitrutivo de la enuncia-
cién, y por tanto del enunciado; al mismo tiempo se habla de [a imagen
del autor que cabe deducir a partir del enunciado; y neturalmente se
tiende a proyecar la segunda sobre el primero. Sin embargo debe man-
tenerse la distinción. El autor produce la totalidad del enunciado, por
)r , tanto, incluso 'la imagen del autor"; pero él mismo es productor y no
producto, natura naturansy no natura naturata.
Incluso si e[ autor-creador hubiera creedo una autobiograffa o
la confesión más euténtica, quederia, en la medida misma en que la
4. TEORíA DEL ENUNCIADO 91,

produjo, por fuera del uníverso que se halla tepresentado en ella. Si yo


nerro (oralmente o por escrito) un acontecimiento que acabo de vivir,
en tento qve naffo (oralmente o por escrito) ese econtecimiento, me
encuentro ya por fuera del espacio-tiempo donde el acontecimiento ruvo
lugar. Idendficarse absolutamente consigo mismo, idenrifrcar el pro.pio
"yo" con el"yd gue narra es tan imposíble coÍno levantarse a sí mísmo
por los cabellos. Por realista y verídico gue sea, el universo representado
no puede nunca ser cronotópicamente idfutico al universo rc¡l dande
ecorrtece la represent*ción, y donde se encrrentra. el autor-creador dc
dicha representación. Por ello el término'imagen del autor" me parece
desafortunado: todo 1o gue en I¿ obra se ha vuelto imagen y gue, por
consiguiente, entr¿ en sus cronotopo$, es ptodu*o, no ptodu*ot.
"La imagen del autor", si por e[a se entiende al autor-creador, es una
connadictio in ad.jecni toda imagen es algo producido y no algo productor
og,aos).
V<¡lvamos a la descripción global del enunciado. Se ha visto gue había
que tener en cuenta la lengua, el locutor, el objeto y los demás enuncia-
dos; ahora enüa en escena el oyente.
EI discurso (como en general cualquier signo) es interindividual.
Todo lo que €s dicho, expresado, se encuentra por fuera del "alma" del
locutor y no le pertenece únicamente. No puede eribuirse el discurso
solo a[ locutor. El autor (el locutor) tiene sus derechos inalienables sobre
el discurso, pero el oyente también tiene sus derechos, y ambién los denen
aquellos cuyrs voces resuenan en les pelabras encontredas por el autor
(puesto que no exisren palabras gue no sean de nadie). El discurso es un
drama que conste de tres roles (no es un diro sino un trío). §e represent¿
por fuera del auor, y es inadmisible introyectarlo en é1 (30, 300-301).

La relación entre locurory oyente dercrmina lo que se llarna en lenguaie


corriente el tono de un enunciado (recordemos el papel que jugaba an-
teriormente la entoneción).
El rol excepcional del tono. [...] El aspecto menos estuüado de lavida
verbal. t...] El cono no se define por el contenido obietivo del enunci¡do,
ni por las experiencias del locutor, sino por la relación del locutor con
lapersona de su compañero (por su rango, importancia, etc.) (35,359).
MIJAIL BAJTÍN: EL PRINCIPIO DIALóGICO

Etr otra serie de apuntes, que data de t95z-1953, Baitín eriurneráirasta


cinco características constitutivas del enunciado qú. ,or otras
ta'tas
diferencies enffe enunciado y proposición :
1. "Los límites de cada enunciado concrero en
cuanto unidad de la
comunicación verbal están determinadol por el cymbio de loí suje,-
tos del discurua, es decir de los locutores,
¡il,Z+17.
2.. enunciado posee un acabamiento interior.sp..íñ.o.
S,rd.
3. EI enunciado no se conrenre con designar su ob¡eü, como
Io hace
la proposición, sino que además exgtiesa ro ,o¡.to; ahora
las unid¿des de la lengua .r, ..r*tJmles no " ,or'."rr.rivas. bien:
En el
discurso oral, una enónación especific a
dimensión del enunciado -aÉ?res¡ri_ *uca esta
4. El enunciado enffe en relación con los enunciedos der pasado que
comparren su mismo objeto, y con los del futuro, a los
qu. pr.sián-
te en tanto respuestes.
5. Fínalmente, el enunciado siempre está dirigido a alguien.

Estos tres ultimos rasgos nos son familiares; los hemos


cncontrado
ye en les demás oryosiciones de Bejrin. Relengamos,
pues, ¿gul ese crire-
rio form¿l de delimiteción de los ánuncindor"qrr. ., in dt.rn anciede
los
locutores, así como Ia idea de acabamiento ináo
(que estaba presenre a
lo largo de Ia discusión de los géneros en el libro fi;;á";;
Ní.J"¿J.ri
El acabamienta nzaaercbénaostl detenunciado es de cierta forma
el
especto interior del cambio de sujeto del discurso: eI
cambio o".¿.
producirse más que porque el rocutor dr¡o (o ,roiiidj- "o ñ-á"i
iir-
quería decir en ese- preciso momento, o en eses circunstancias,
[...]'El
primer crirerio, y el más importantg del acabamiento del ."orr.in¿o .,
laposibilidad de rapondareto* *"yo, exactirud y amptiruü
d. o*o",
respecro a él une posición de reqpuesra
[...]. Hace au q". J.;;Jd"
esré de una o de otra manera acabado, prr"pod.r reacciJnarl.- (zi,zlif.
¡ * 'Esre
acabamiento está en sí mismo determinado por ües factores y
se
maniñesta correlativamente sobre tres planor, .i d.l ,bi.;il;i;;;
se habla (se trara 'exhaustivamerteo u.ir.u de
él); .t i;,,;;.i=JJj.
discursivadel locutor, que deducimos de su mismo.nunciado,
p.;; q*
1

4. TEORÍA DEL ENUNCIADO

nos pcrmite al mismo tiempo medir su realieación (es el "intentado"


de Benveniste); finalmente, el de las formas genéricas del enunciado
(sobre las que volveremos).
El significado, propiedad de la lengua, se opondrá aquí al senti,do,
término más ámiliar que reemplazela palabra " tnm{.
En todos estos casos, nos enfrentamos no alapalabraaislada en tanto
unidad de [a lengua, rrial signifc& de dicha palabra, sino al enunciado
acabadoy esusentido concreto¡ el contenido de ese enunciedo (Zl,Z65).

Es este sentido e[ que relaciona al enunciado con el mundo de los valo-


res, desconocido para la lengua.
Los signos aislados,los sistemas lingiÍsticos o el texto (como enddad
semiótica) nunca puedcn ser verdadero5, ni falsos, ni bellos, etc (30,
303). Solo el enunciedo puede ser execto (o inexacto), bello, justo, etc.
(3o,30l).

Ypor otra parte, el sentido no es más que la respuesta;


Llamo sentido ales respuestas a las pregunas. Lo que no responde
a ninguna pregunta carece de senddo pera nosotros. [...] Carácter
respondiente del sentido. El sentido siempre responde a determinadas
preguntes (38,350).

Modelo de la comunicación
Las observaciones precedentes podrÍan resumirse reconstituyen-
do el modelo de Ia comunicación según Bajtín, y comparándolo con
el modelo más familier pere, el lector de hoy en día, el que Jakobson
presentó en el ensayo titul¿do "Lingii{sticay poéticf.

Bajti* tahobson
objeto contexto
lr losutor enunciado oyente desdnador mensaje destin*ario
intertexto contacto
lengua cóügo
:r/$ñ
'-.fil
1q
'l
l

MIJAIL BAJTÍN: EL PRINCIPIO DIALóGICO

Se advierten aprímeravísta dos tipos de diferencias.Jakobson aísla


el contacto como un factor independiente. Este está ausente en Baitín,
pero en cambio se halla en él la relacién con los otros enunciedos (que
designé con el término de "intertexto"), que está ausente enJakobson.
Se observa, por otra parte, una seríe de diferencias que cabe considerar
como puramente terminológicas. Los términos gue empleaJakobson
son más generosos (semióticos y no solamente lingtiísticos) y traicio-
oContexto"
nan su frecuentación de los ingenieros de la comunicación.
*objeto"
y corresponden ambos a Io gue oúos teóricos del lenguaje lla-
man el "referente".
Pero, al fijarse con más cuidedo, se descubre que las diferencías
son más importantes y que la discordancia de las terminologías delata
una oposición fundamenml. Jakobson presente sus nociones como la
descripción de "los factores constitrltivos de cualquier acontecimien-
to verbal, de cualguier acto de comunicación verbal"a. Sin embargo,
Para Bajtln hay dos'acontecimientos" radicalmente distintos, hasta el
punro de volver necesarias dos disciplin¿s autónomas, la lingüística y la
translingülstica. En lingtilstica se dispone al principio de palabras y re-
glas gramaticales; a la llegada se obtienen las freses. En translingüística
se parte de las frases y del contexto de enunciación, y se logran enuncia-
dos. Formular proposicíones concernientes ¿ "cualquier ¿contecimíen-
to verbal", acontecimiento de lengua como acontecimiento de discurso,
sería una empresavana desde la perspectiva de Bajtín. El esquema que
*len-
he establecido aquí debe manejarse con precauciones: el factor
gud'no debe poners€ en el mismo plano gue los demás; igualmente,
no puede dar cuenta de [o que separe fund.amentalmente el discurso
de la lengua, esto es: la existencia de un horizonte común al locutor y
al desdnatario.
Hay aún más. No es casualidad que Bajtín diga 'enunciado" en
lugar de "mensaj e", "lenga{ en lugar de "código', ctc.i es porque de
) r' hecho rechaz¿ de modo absolutamente deliberad.o el lenguaje de los

a Tiad- &ancesa en R. Jakobson, Ensqws b hngiiistba gr»tral t, P¿rls Mirr¡it,


1963,p.213.
r 'r:i"rf.*
.i- n

ji
::
-il
ti
rt

4. TEORÍA DEL ENUNCIADO 95

ingenieros para hablar de la comunicación verbal. Este lenguaje pue-


de hacernos percibir el intercambio lingti&tico como algo semeiane a[
trabajo de los telegrafistas: el uno dispone de un contenido a transmitir,
lo codifica mediante una clave y lo ransmite al aire; si el contacto llega
a establecerse, el otro decodi6ca valiéndose de Ia misme clave, eneon-
trando así nuevamente el mismo contenido inicial. Semejante imagen
no corresponde a la realidad discursiva: esta instiruye en una relación
recíproca al locutor y al destinatario, flue no existen decir verdad-
-a
como tales antes de la enunciación. Es por ello que la lengua es más que
un código, y por ello también resulta inconcebible para Bajtín aislar el
ocontacto'
como uno entre tantos factores: todo el enunciado es con-
tacto, pero en un sentido más fuerte que el referido a la radiotelesnffu
o incluso a Ia elecuicided. El discurso no mantiene una relación uni-
forme con su objeto, no lo "rcflej{ sino que lo organiza, transforma o
resuelve situaciones,
Resulta bastante crrrioso hallar en el libro §rmado por Medvédev
una página gue critica el modelo iakobsoniano del lenguaie treinta años
antes de que se¿ formulado; es cierto que está escrita en respuesa a las
teorías de los formalistas los que el mismoJakobson formaperte-.
-de
Lo gue se transmite es inseparable de las formas, de las rnaneras y
de las conüciones concretas de la ransmisión. Sin embargo, los forma-
listas, en su interpretación, ptesuponen tácitamente une comunicación
lntegramente predeterminada e inmuable, y une trensmisión igualmente
inmutable.
Ello podría expreserse esguer*áticamente de la menere siguiente:
hay dos miembros de le sociedad, A (el autor) y B (el [ector); las releciones
sociales entre ellos son porlo pronto inmo¿liñcables e inmutables; hay
ambién un mensajeyahecho,X, que simplemente debe serrcmitidopor
AaB. En dicho mensaje yahechoXsedistinguen el *qué es'(*conrenido')
y el "cómo" ("formtr), dado que el discurso üterario se caracterizapor la
'intencién de la expresión" ("cómo") [esto es una cílr- del primer texto
publicado deJakobson]. El esquemepropuesto es radicalmente falso.
En realidad, las relaciones entre A y B se hallan en estado de
rarrsformación y formación permenentes, srguen modificándose en el
proceso mismo de la comunicación.
'.'t!H
._,.1f{

ti

96 MIJAIL BA,TÍN: EL PRINCIPIO DIALóGICO

Ttmpoco hay un mensaje ya hecho X. Se fottn¿ en el proceso de


comuniceción enme Ay B.
Luego, no es transmiddo por uno hacia el oro sino construido
entre ellos como un puente ideológico, construido en el proceso de su
interacción 0A, 203 -204).

en l928,una prefi.guración bastante precisa de las críti-


Se halla aquí,
cas que hoy en día se dirigen a un modelo puramente "comunicadvo"
del lenguaje. Por Io demás, Bajtln no deja de reformularpcrsonalmente
esta critice cuarente años más tarde, haciéndola extensiva a todala se-
miótíca naciente:
L¿ semiótice se ocupa preferentemente de la transmisión de un
mensaie ya hecho mediente un cód§o ya hccho. Sin embargo, en l¿
palebra viva los mensa)es se cre¿n, estricramente hrblaqdo, porprirnera
yez en el proceso de transmisión, y en el fondo no exisre código (38,
352).

Heterología
Si pasamos ahora del modelo del enunciedo pamiculer al conjunto
de los enunciados que formen la vida verbal de una comunidad, hry
un hecho que para Bajtín resulta el más soqprendente de rodos: es l¿
existenci a áe tipos de enunciado, o de discurso, en númeto bastante ele-
vado pero no obstante limitado. En efecto hay que preceverse co&tra
dos excesos: no reconocer más que la diversidad de las lenguas e ignorar
la de los enunciados, o imaginaf, que esta última variedad es individual
y por ende ilimitada. Por cierto, el énfasis no está en la pluralidad síno
en la diferencia (no hace falta concebfu una unidad de rango supedót de
la que todos los discursos serlan variantes; aquí se va contra la idea
de unificacién). Para designar esa diversidad irreductible de los dpos
d.iscursivos, Bajtín introduce un neologi smo, raznnre cfi ie,gue traduzco
lr , (literalmente pero con la ayuda de una rutz gríege) como heterolagía,
término que viene a insertarse entre otros dos neologismos paralelos,
raznojazycbie, heteroglosia o diversidad de las lenguas,y rarnagolosie,
heterofonía o diversidad de las voces (individuales).
'''':a:"irw
-;-]J
:,)

4. TEORÍA DEL ENUNCIADO 97

Cada enunciado, recordemos, está orientado hacia un horizonte


social hecho de elementos semánticos y evaluativos; el número de esos
horizontes verbales e ideológicos es elevado pero no ilimitadot y cada
enunciado depende necesariamente de uno o de varios t por de discur-
so determinados por un horizonte
En la lengua no queda ninguna palabra ni ninguna forma neuüa,
llue no pertenezca a nedie: toda la lengua se revela como disperse,
atmvesada por intenciones, acentuada. Para [a consciencia que vive en [a
lengua, este no es un sistema abstracto de formas normativas sino una
opinión heterológica concrete aÍeÍca-del mundo. Cada palabra huele ¿ Ia
profesión, e[ género, la corriente, el partido, la obra particuler, e[ hombre
particular, la generación, la edad, el dla y la hora. Cada palabra huele al
contexto y a los contextos en los que ha vivido su intensa üda social;
todas las palabras y todas las formas están habitadas por intenciones.
En Ia palabra.las armonías coñtextu¿les (del género, de Ia corriente, del
individuo) son inevitables (Zt, W6).

Se ve ya en las enumeraciones precedentes que [a estradficación de la


lengua en discursos no se produce a partir de un¿ sole dimensión. En
el examen m¿is deallado que dedica a la heterología ("EI discurso en Ia
novela", texro de 1934-1935),Bejtndistingue hasta cinco tipos de dife-
renciación: por género, profesión, esffato social, edaá,y regíón (dialec-
tos propiamente dichos). Anotemos que las clases sociales no juegan un
papel diiFerente al de las profesiones o rengos de edad: son un factor de
diversificación entre otros rantos. Se rrol¡rcrri más ¿dclan rc alarcoría par-
ticular de los géneros, desarrollada apropósito de la literarura, y que co-
rresponde a la diferenciación menos evidente ya que es puramente verbal.
Señalemos aquí que es precisamente el desconocimiento de los géneros lo
que se reprocha a la lingiilstica en general, y a Saussure pardcularmente:

Saussure ignora el hecho de que por fuera de las formas de la lengua


existen ambién lasforrua d¿ combinarün de dichas formas, es decir que
)r ' ignora los géneros áscursioos (29,?,60).

Y recordemos que Voléshinov/Bajtín nunce se limita solo a los géne-


ros literarios y gue incluso esboz¿ des¿rrolle Ae- una tipolog{a
-sin
tt

MIJAIL BAJTÍN: EL TRINCIPIO DIALÓGICO

generel de los discursos, de la que el discurso literario apenas sería una


instancia.
Alobservar le vida social podeuros aislar &cilmente, por fo«* de Ie
comunicación artística ya indicada, los siguientes tipos: I ) la comunicación
de pro dacción (enlafábrícuen el raller, en eL ko$ oz, etc.) ; Z) la camunicación
de negocios (en las oficinas, en l¿s organizaciones sociáles, etc.); 3) la
comunicaci$nfaruiliar lbytooael (los encuentros y las conversaciones en
la calle, en el comedor, en el hog*r, etc.); finalmente 4) le cornunicación
ideotdgica en el senddo preciso de Ia palabra: lapropaganda, Ia escuela, Ia
ciencia,Lafrlosofra,en todas sus variedades (I8, 66-67).

La heterología es de cierta manere narural a la sociedad; nace espon-


táneamente de la diversided social. Pero asi como aquella está cons-
treñide por las reglas que impone el F.stado único, la diversided de los
discursos se combate por la aspiración, correladva a cualquierpoder, de
insdruir unalengua (o más bien un habla) común.
La categoría de lengua común es la expresión teérica de los procesos
históricos de uni6c¿ción y de centralización lingüistica" la expresión de
las fuerzes centrípetas del lenguaie La lengua común no es dada sino,
de hecho, siempre prescrita, y en todo instante de la vida del lenguaje
se opone a la heterologb reaL. Pero al mismo tiempo es perfecamente
real en tanto fiuerza que se superpone a esa heterología, que le impone
ciertos lfmites, que garantiza un máximo de comprensión mutua y que
se cristaliza en la unidad real, aunque reladva, de la lengua hablada
(cotidiana) y literaria, de la 'lengua correcta" (21, 83-84) .

Como puede yerse, e propósito de l¿ tendencia elaaniñcasiínBajtín


hablará también de "fuerza centrípeta", y a propésito de la heterología
de "fuerzacenrrifugal Los diferentes d.iscursos en sí mismos fevorecen,
pot razorres variables, una u otra fuerza. La novcla, porejcmplo (lo que
Bajrlrr. así llama), refuerzala heterología, a diferencia de le poesía; la
i*, heterología es solidari¿ de la representactóndel lenguaje, rasgo consti-
tutivo de la novela.
Mientres que las principales variedades de los géneros poéticos se
desarrollan en Ia corriente de las fuemas centrípetas unificadoras y centra-
:':.1i1::¡
-Ér

4, TEORÍA DEL ENUNCIADO 99

lizantes de [e vida verbal e ideolégica, [a n<rvela y los géneros de la prosa


literaria que se relacionan con elle se formaron históricamente en la co-
rrienre de las fuerzes cenuÍfugas, descenralizanres (2I, 86).

Por consiguiente,los periodos de esplendor novelístico son también los


de debilit¿miento del poder central.

Los embriones de la prosa novelesca aparecen en el mundo hete-


roglósico y heterológico de la época helenística, en le Roma imperial,
en el proceso d,e descomposicién y decadencia del eenualismo verbal e
ideológico de la Iglesia medieval. De igual modo, en Ia época moderna
el florecimiento de la novela siempre está ligado a la descomposición
de los sistemes verbales e ideológicos estables y, efl coñtrapartida, al
fortalecimiento de la heterología lingüística y a su impregnación por
intenciones, tento al interior del dialecto literario como fuera de él
(2r, r82).

Aquí cabe pregunters€ en qué medidaBajtínobedece las reglas de pru-


dencia estableeidas por él mismo algunos años atrás, y si no omite al-
gunos eslabones intermed"ios en la relación enre estrucírras socieles
y formas lingüisricas. Por cierüo, ¿no podrla sostenerse lo contrario,
que el florecimiento de le novela moderne coincide en los siglos xvrr
y 1§rr'r con el esfaerzo que apuntaba a establecer una lengua nacional
común?
En rcdo caso, señala Bajtin, las diferenres teorias o filosofias del
lenguaje sicrnpre h¿n n¿cido en la esrela de los movirnicnros de uni6-
cación; es lo que explica, por offa perte, su impotencia frente a la here-
rología. Así, por ejempho,la esrilística &ente a la novela: una disciplina
'ptolemaica' no sabe dar cuenta de un género "galileanoi
La estilística tradicional desconoce esta especie de combinación de
las lenguas y los estilos en una unidad superior, no sabe aproximar el diá-
logo social parricalx de las lenguas en Ia novela. Por ello el análisis esti-
)r ' Iístico no se enfrentaalanovela tomada como un todo sino únicamente
a tal o cual de sus planos estilísdcos subordinados. El especialista pasa al
lado de le particularidad fundamental del género novelesco, trensfurma
el ob)eto de esrudio y en lugar dd esrilo novelesco an¿liz¿ de hecho algo
-;::lffi
":'"!

100 MIJAIL BAJTÍN: EL PRINCIPIO DIALóGICO

totalñcnt€ difsente. Tianspone al piano un teffiesinfónico orquestedo


Qt,ze-zz).
Bajtín enumera yarios ejemplos diferentes de impotencie anre la hete-
rclógica:
La poética de Aristóreles, la de Agustín, la poética eclesiástica
medieval del 'lenguaje común de la verdad', la poética cartesiana del
neoclasicismo, el universalismo grematicel absrracm de Leibniz (la
idea de Ia gramática universal), el ideologismo concrero de Humboldt
qu,e sean los metices que las seperan- expresan las
-cualesquiera
mismas fuerues cenuípetas de la vida sociolingüístice e ídeológica,
sirven el mismo objetivo de centralización e uni6cación de las lenguas
europees (21,84).

El nombre que sorprende en este serie es el de Humboldt, lejano


inspirador de Bajtín se seb€- y defensor de la díversidad
-como
(Yerscbiedenbeit) lingüística. La explicación, pienso yo, es la siguiente:
Humboldt solo conoc€ dos tipos de diversidad, la de las lenguas y la
de los individuos (la lengua e{prese el espfriru nacional, el enunciado,
el espíritu individual). Entre las dos, olvida e[ elemento sin embargo
decisivo; el de la diversidad social. Más atlá de la unicidad clásica y del
infinito romántico, Bajtín busc¿ una vía media: la de [a tipología.

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