Está en la página 1de 14

COMUNICACIÓN

EL GÉNERO ÉPICO –
NARRATIVO

Profesor René
Arroyo
Propósito
En el desarrollo de esta sesión analizaremos el
género narrativo y sus especies considerando sus
particularidades; asimismo, leeremos distintos
textos para identificarlos como epopeyas, cantares
de gesta, poemas épicos, etc.
Instrumento de evaluación:
FICHA DE LECTURA. A través del Classroom se
enviará una ficha de lectura con preguntas de
comprensión y análisis de un relato.
Leamos los
siguientes
textos:
EL GÉNERO ÉPICO - NARRATIVO

La Ilíada (fragmento) « No huiré más de ti, oh hijo de Peleo, como hasta ahora. Tres veces di la
vuelta, huyendo, en torno de la gran ciudad de Príamo, sin atreverme nunca a
esperar tu acometida. Mas ya mi ánimo me impele a afrontarte, ora te mate,
Héctor, ya cansado de huir, decide enfrentar a
ora me mates tú. Ea, pongamos a los dioses por testigos, que serán los
Aquiles, el héroe griego que finalmente le da muerte
en una lucha épica en torno a la ciudad de Troya. mejores y los que más cuidarán de que se cumplan nuestros pactos: Yo no te
insultaré cruelmente, si Jove me concede la victoria y logro quitarte la vida;
pues tan luego como te haya despojado de las magníficas armas, oh Aquiles,
entregaré el cadáver a los aqueos. Obra tú conmigo de la misma manera.»

Mirándole con torva faz, respondió Aquiles, el de los pies ligeros: «¡Héctor, a
quien no puedo olvidar! No me hables de convenios. Como no es posible que
haya fieles alianzas entre los leones y los hombres, ni que estén de acuerdo
los lobos y los corderos, sino que piensan continuamente en causarse daño
unos a otros; tampoco puede haber entre nosotros ni amistad ni pactos, hasta
que caiga uno de los dos y sacie de sangre a Marte, infatigable combatiente.
Revístete de toda clase de valor, porque ahora te es muy preciso obrar como
belicoso y esforzado campeón. Ya no te puedes escapar. Palas Minerva te hará
sucumbir pronto, herido por mi lanza, y pagarás todos juntos los dolores de
Héctor y Aquiles mis amigos, a quienes mataste cuando manejabas furiosamente la pica.»
E staba el Cid con los suyos en Valencia la mayor
y con él ambos sus yernos, los infantes de Carrión.
Acostado en un escaño dormía el Campeador,
El cantar de ahora veréis qué sorpresa mala les aconteció.
De su jaula se ha escapado, y andaba suelto el león,
mio Cid al saberlo por la corte un gran espanto cundió.
Embrazan sus mantos las gentes del Campeador
(fragmento) y rodean el escaño protegiendo a su señor.
Pero Fernando González, el infante de Carrión,
no encuentra dónde meterse, todo cerrado lo halló,
metióse bajo el escaño, tan grande era su terror.
El otro, Diego González, por la puerta se escapó
Un león se ha escapado de su
jaula, lo cual llena de pánico a gritando con grandes: "No volveré a ver Carrión.
los infantes de Carrión –yernos "Detrás de una gruesa viga metióse con gran pavor
del Cid– quienes huyen y, de allí túnica y manto todos sucios los sacó.
desesperados. El Cid se percata Estando en esto despierta el que en buen hora nació
de tal hecho y enfrenta a la fiera
quien se humilla ante el y ve cercado el escaño suyo por tanto varón.
Campeador. "¿Qué es esto, decid, mesnadas? ¿Qué hacéis aquí alrededor?" Rodrigo Díaz de Vivar
"Un gran susto nos ha dado, señor honrado, el león." “El cid campeador”
Se incorpora Mío Cid y presto se levantó,
y sin quitarse ni el manto se dirige hacia el león:
la fiera cuando le ve mucho se atemorizó,
baja ante el Cid la cabeza, por tierra la cara hincó.
EL GÉNERO ÉPICO - NARRATIVO
La Cristiada (fragmento)

L legan, pues, los verdugos cohechados,


Y comienzan con ímpetu furioso
A desnudar los miembros delicados
Del Señor de señores poderoso;
Con modo vil y agravioso nunca usados,
El vestido le quitan religioso,
y hecho por las manos virginales
De la Reina de reyes inmortales.
Todo lo sufre con amor suave
Allí dan crueles empellones Y callado, el mansísimo Cordero
Y le dicen palabras desmedidas; Que del supremo bien tiene la llave,
Oféndete con duros pescozones Y es de Dios puro el resplandor sincero;
Y desprecios y burlas atrevidas; Y con sereno rostro y pecho grave,
Afrentan buscan, invenciones Del mismo ser archivo verdadero,
Nunca pensadas y jamás oídas Obedeciendo a la canalla cruda
Con que darle dolor, causarle pena, Que desnudar le manda, se desnuda.
Y el infierno las halla y las ordena.
EL GÉNERO NARRATIVO
L a niña tiene un amante Su hermano, que estaba allí,
que escudero se decía; éstas palabras oía:
el escudero le anuncia -Nos has deshonrado, dice.
que a la guerra se partía. -Me juró que tornaría.
-Te vas y acaso no tornes. -No te encontrará si torna,
-Tornaré por vida mía. donde encontrarte solía.
La promesa Mientras el amante jura, Mientras la infelice muere,
diz que el viento repetía: diz que el viento repetía:
(Gustavo ¡Malhaya quien en promesas ¡Malhaya quien en promesas
de hombre fía! de hombre fía!
Adolfo
Bécquer) El conde con la mesnada
de su castillo salía:
Muerta la llevan al soto,
la han enterrado en la umbría;
ella, que lo ha conocido, por más tierra que la echaban,
con gran aflicción gemía: la mano no se cubría;
-¡Ay de mí, que se va el conde la mano donde un anillo
y se lleva la honra mía! que le dio el conde tenía.
Mientras la cuitada llora, De noche sobre la tumba
diz que el viento repetía: diz que el viento repetía:
¡Malhaya quien en promesas ¡Malhaya quien en promesas
de hombre fía! de hombre fía!
La Iliada

El cantar de mio Cid


¿Qué
característica
s reconoces
en cada uno La Cristiada

de ellos?
La promesa
EL GÉNERO ÉPICO NARRATIVO
ESPECIES ÉPICAS

EPOPEYA CANTAR DE GESTA POEMA ÉPICO ROMANCE

Narración de un Similar a los


Historias Narración oral de
grandiosas con la juglar sobre las cantares de gesta,
carácter popular.
participación de hazañas de un pero de menor La narración
un héroe y dioses héroe medieval solemnidad. incluye diálogos y
o semidioses. que representa a Aparecieron en el es más ágil
una nación. Renacimiento.

La Iliada (Homero) El cantar de mio Cid La cristiada (Diego La casada infiel


(anónimo) de Hojeda) (García Lorca)
La cigarra y la hormiga
Cantando la Cigarra pues que en vuestros graneros
pasó el verano entero, sobran las provisiones
sin hacer provisiones para vuestro alimento,
allá para el invierno. prestad alguna cosa
Los fríos la obligaron con que viva este invierno —¡Yo prestar lo que gano
a guardar el silencio esta triste Cigarra, con un trabajo inmenso!
y a acogerse al abrigo que, alegre en otro tiempo, Dime, pues, holgazana,
de su estrecho aposento. nunca conoció el daño, ¿que has hecho en el buen
Viose desproveída nunca supo temerlo. tiempo?
del preciso sustento: No dudéis en prestarme; —Yo, dijo la Cigarra,
sin mosca, sin gusano, que fielmente prometo a todo pasajero
sin trigo, sin centeno. pagaros con ganancias, cantaba alegremente,
Habitaba la Hormiga por el nombre que tengo. sin cesar ni un momento.
allí, tabique en medio, La codiciosa Hormiga —¡Hola!, ¿conque cantabas
cuando yo andaba al remo? vocabulario
y con mil expresiones respondió con denuedo, centeno: cereal parecido al trigo
de atención y respeto ocultando a la espalda Pues ahora, que yo como,
tabique: pared que divide
la dijo: —Doña Hormiga, las llaves del granero: baila, pese a tu cuerpo. denuedo: valor, energía
Félix María de Samaniego
El día en que lo iban a matar, Santiago Nasar se levantó a las
5.30 de la mañana para esperar el buque en que llegaba el
obispo. Había soñado que atravesaba un bosque de
higuerones donde caía una llovizna tierna, y por un instante
Crónica de una fue feliz en el sueño, pero al despertar se sintió por completo
muerte anunciada salpicado de cagada de pájaros. «Siempre soñaba con
Gabriel García Márquez árboles», me dijo Plácida Linero, su madre, evocando 27 años
después los pormenores de aquel lunes ingrato. «La semana
anterior había soñado que iba solo en un avión de papel de
Santiago Nasar es un joven muy estaño que volaba sin tropezar por entre los almendros», me
apuesto que ha sido señalado
por Ángela Vicario como el dijo. Tenía una reputación muy bien ganada de interprete
responsable de haberle hecho certera de los sueños ajenos, siempre que se los contaran en
perder su castidad. Este ayunas, pero no había advertido ningún augurio aciago en
acontecimiento obliga a sus
hermanos, Pedro y Pablo, a
esos dos sueños de su hijo ni en los otros sueños con árboles
cobrarse la venganza para que él le había contado en las mañanas que precedieron a su
limpiar el honor de la familia. muerte.
Tampoco Santiago Nasar reconoció el presagio. Había
dormido poco y mal, sin quitarse la ropa, y despertó con
dolor de cabeza y con un sedimento de estribo de cobre en el
paladar, y los interpretó como estragos naturales de la
parranda de bodas que se había prolongado hasta después
de la media noche. Más aún: las muchas personas que encontró desde que salió de su
casa a las 6.05 hasta que fue destazado como un cerdo una hora después, lo
recordaban un poco soñoliento pero de buen humor, y a todos les comentó de un
modo casual que era un día muy hermoso. Nadie estaba seguro de si se refería al
estado del tiempo. Muchos coincidían en el recuerdo de que era una mañana radiante
con una brisa de mar que llegaba a través de los platanales, como era de pensar que lo
fuera en un buen febrero de aquella época. Pero la mayoría estaba de acuerdo en que
era un tiempo fúnebre, con un cielo turbio y bajo y un denso olor de aguas dormidas, y
que en el instante de la desgracia estaba cayendo una llovizna menuda como la que
había visto Santiago Nasar en el bosque del sueño. Yo estaba reponiéndome de la
parranda de la boda en el regazo apostólico de María Alejandrina Cervantes, y apenas
si desperté con el alboroto de las campanas tocando a rebato, porque pensé que las
habían soltado en honor del obispo.
Santiago Nasar se puso un pantalón y una camisa de lino blanco, ambas piezas sin
almidón, iguales a las que se había puesto el día anterior para la boda. Era un atuendo
de ocasión. De no haber sido por la llegada del obispo se habría puesto el vestido de
caqui y las botas de montar con que se iba los lunes a El Divino Rostro, la hacienda de
ganado que heredó de su padre, y que él administraba con muy buen juicio aunque sin
mucha fortuna. En el monte llevaba al cinto una 357 Magnum, cuyas balas blindadas,
según él decía, podían partir un caballo por la cintura. (…)
(fragmento)
ESPECIES NARRATIVAS

FÁBULA NOVELA LEYENDA CUENTO

Se presenta un Relatos populares Presenta un


Situación común y contexto: en los que el contexto como el
corriente de la vida personajes y elemento de una novela, pero
cotidiana. descripción del maravilloso está de forma más
escenario. incluido. simple.

Un accionar frente Una historia central Es una narración Se desarrolla una


a un problema o y otras historias ficticia ligada a un sola historia
situación. alternas. elemento preciso. principal.

Concluye la historia
Suele explicar el
La narración Las historias de forma lineal. En
origen de un lugar,
termina con una concluyen, a veces ocasiones puede
un pueblo, un
moraleja. en un final común. dejar algún
personaje,, etc.
mensaje.
WEBGRAFÍA DE APOYO

CON EL FIN DE AYUDARTE A COMPRENDER MEJOR EL TEMA, REVISA ESTOS VIDEOS DE YOUTUBE

• Género narrativo https://www.youtube.com/watch?v=h2NX7TE5gg8


• Género narrativo – Literatura https://www.youtube.com/watch?v=7c_ps7IsMz4
• Tipos de narradores https://www.youtube.com/watch?v=YaEVCXcqaZs

TAMBIÉN PUEDES LEER LA INFORMACIÓN DE LAS SIGUIENTES PÁGINAS WEB

Género narrativo: elementos de la narración


https://www.actualidadliteratura.com/genero-narrativo-elementos-la-narracion/
Género narrativo
https://www.euston96.com/genero-narrativo/
El género narrativo
http://ignaciogago.blogspot.com/2014/10/el-genero-narrativo.html

También podría gustarte