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2 Timoteo 2:1-13

Activo en el servicio
Estudiaremos 4 figuras

Hijo
Buen soldado
El atleta
El labrador.
"Tú, pues, hijo mío, fortalécete en la gracia
que es en Cristo Jesús."
Timoteo no era hijo de Pablo desde un punto de vista físico.
Era su hijo espiritual en el sentido en que fue bajo el
ministerio de Pablo que este joven se volvió a Cristo. Un hijo
de Dios nace en la familia de Dios por medio de su fe en
Cristo. Dijo el apóstol Pedro en su primera carta, 1 Pedro :23,
23pues habéis renacido, no de simiente corruptible, sino de
incorruptible, por la palabra de Dios que vive y permanece
para siempre. Timoteo pertenecía a la familia de Dios, era un
hijo de Dios. Por esta misma razón, Pablo le dijo estas palabras
a Timoteo:
Fortalécete en la gracia que es en Cristo Jesús. Si usted
cree que puede reunir todo el valor que tenga y salir a
vivir la vida cristiana por su cuenta, se va a llevar una
gran desilusión. Si usted cree que puede seguir unas
pocas reglas o recursos ingeniosos para convertirse en
una cristiano maduro, entonces ha caído en la trampa
sutil del legalismo. Pablo no dio reglas, y la Palabra de
Dios no tiene reglas para decirle al hijo de Dios como
vivir la vida cristiana. Somos salvados por gracia, y
ahora hemos de vivir por la gracia de Dios y
fortalecernos en esa gracia.
nosotros tenemos un Padre Celestial. Cuando las
cosas andan mal aquí, podemos ir a Él y apelar
ante Él. Y cuando fracasamos, no tratamos de huir
de Su presencia. Hemos comprobado que cuando
estamos lejos de Él, el castigo que nos impone
duele más. Podríamos compararlo con un latigazo
que, al recibirlo de lejos, duele más. No
quisiéramos estar lejos, donde la punta del látigo
duele más. En ese caso nos acercamos a Él, y
cuanto más cerca estamos, duele menos.
Nosotros, como hijos de Dios deberíamos preocuparnos por
los asuntos de nuestro Padre. El Señor Jesucristo, en Su
humanidad, cuando era un niño, dijo ¿No sabíais que en los
negocios de mi Padre me es necesario estar? (Lucas 2:49)
Bueno, yo he llegado a ser un hijo de Dios, no en la misma
manera en que el Señor Jesucristo llegó a serlo, pero he
llegado a ser un hijo de Dios a través de la fe en Cristo. Porque
dice la Escritura en Juan 1:12, Mas a todos los que le
recibieron, a los que creen en su nombre, les dio potestad - o
sea, les dio la autoridad, el derecho - de ser hechos hijos de
Dios. Así que los que somos hijos de Dios estamos interesados
en los negocios de nuestro Padre.
Quizás, estimado oyente, usted está desilusionado consigo
mismo. En ese caso, quiere decir que usted debe haber creído
en usted mismo. No debería haberlo hecho. Usted tiene que
vivir la vida cristiana por la gracia de Dios. Porque los
creyentes caminamos por fe, y no por la vista. O posiblemente
usted está desanimado. Si lo está, significa que no cree en la
Palabra de Dios y en la forma en que Él bendice. Usted
realmente pensó que podía haber hecho las cosas a su
manera, y ahora está desanimado. O quizás usted esté
diciendo: "Espero hacerlo mejor en el futuro". Entonces,
¡usted espera obtener algo bueno de su vieja naturaleza!, es
mejor fortalecerse, buscar su fuerza en la gracia de Dios.
Un buen soldado

"Tú, pues, sufre penalidades como


buen soldado de Jesucristo. Ninguno
que milita se enreda en los negocios
de la vida, a fin de agradar a aquel
que lo tomó por soldado."
Pablo les dijo a los Efesios en 6:12-13,
12porque no tenemos lucha contra sangre y
carne, sino contra principados, contra
potestades, contra los gobernadores de las
tinieblas de este mundo, contra huestes
espirituales de maldad en las regiones
celestes. 13Por tanto, tomad toda la armadura
de Dios, para que podáis resistir en el día malo
y, habiendo acabado todo, estar firmes.
No podríamos imaginarnos a un soldado que
en plena batalla se dirigiera a su superior para
pedirle permiso para retirarse por un día a la
ciudad para ocuparse en algunos negocios y
saludar o disfrutar de algunos momentos de
ocio con sus amigos. Lamentablemente
muchísimos cristianos están tratando de llevar
a cabo su lucha de esta manera.
El resto del versículo 3 nos habla de agradar a aquel
que lo tomó por soldado. El creyente ha de establecer
sus prioridades. Ha de soportar sufrimientos, lo cual
implica aguantar penalidades, como Pablo las estaba
soportando. Hay que aclarar que esto no tiene nada
que ver con el asunto de si alguien tiene que casarse o
no. No se está hablando del celibato, sino acerca de
enredarse tanto en los asuntos materiales de tal
manera que uno no pueda vivir la vida cristiana.
El hijo de Dios debe reconocer que es un
soldado. Y todos debemos reconocer que la
vida cristiana no es un patio de recreo o un
campo de juegos; es un campo de batalla, Es
un campo de batalla donde se están ganando
batallas, y donde también se están perdiendo
batallas. Una verdadera batalla espiritual está
teniendo lugar.
El atleta

"Y también el que lucha como


atleta, no es coronado si no
lucha legítimamente."
En otra de sus cartas el apóstol habló de la vida cristiana como
de un circuito de carreras. En Filipenses 3:14 dijo: 14prosigo a
la meta, al premio del supremo llamamiento de Dios en Cristo
Jesús. Y en 1 Corintios 9:24-27, Pablo dijo que quería
mantener su cuerpo bajo control. El objetivo del apóstol era
correr la carrera de tal manera que el que estaba al final de la
carrera -el Señor Jesús-pudiera recompensarlo y poder decir,
con las Palabras de Mateo 25:21, Bien, siervo bueno y fiel. Un
hijo de Dios ha de "luchar" en el sentido de esforzarse. Dios
quiere que él gane la carrera. Cada hijo de Dios tiene que
reconocer esta necesidad.
el atleta tiene que luchar legítimamente. Es decir, que tiene
luchar cumpliendo las reglas. No hay atajos para vivir la vida
cristiana. Olvídese usted de la artificiosidad de algunos que
resumen al cristianismo a un cursillo o a algunas reglas o
normas. Dios nos dio 66 libros, y cada uno de ellos es muy
importante. Se requiere una imagen compuesta y de conjunto
para mostrarnos los propósitos y la Palabra de Dios. Tenemos
que estudiar la totalidad de la Biblia. Un atleta no puede
seguir un atajo para acortar distancias y evitar una curva
cerrada de una pista de carreras.
Un hijo de Dios tiene que cumplir todas las reglas y respetar la
señalización de la carrera si quiere ganar.
El labrador

"El labrador, para participar


de los frutos, debe trabajar
primero."
Se ha hablado algunas veces de poner nuestras
gavillas a los pies del Señor Jesucristo, y eso está
bien. Esperamos poner unas cuantas allí. Nos
gusta mucho pensar que seremos capaces de
presentar fruto ante Él. Pero, amigo oyente,
primero tiene que haberse realizado la
preparación del campo para el cultivo y la siembra
de la semilla. Y después de que el labrador haya
realizado esa tarea, entonces llegará la cosecha.
Nosotros creemos que la Palabra de
Dios tiene que ser sembrada, y
enfatizamos que debe ser sembrada
en su totalidad, antes de que pueda
recogerse una cosecha.

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