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CLASIFICACIÓN DE LOS

TITULOS DE CREDITO
SEGÚN SU REGLAMENTACIÓN
• Nominados: Son los que se encuentran reglamentados conforme a la ley; por
ejemplo, el pagaré y el cheque.

• Innominados: Son los que no tienen una reglamentación expresa, pero se utilizan
en las actividades mercantiles y cumplen los requisitos mínimos establecidos en la 
Ley General de Títulos y Operaciones de Crédito, ejemplo el conocimiento de
embarque o la carta porte, que son documentos por medio del cual se
instrumenta el contrato de transporte de mercancías, por agua y tierra,
respectivamente.
POR EL TIPO DE EMISOR

• Públicos: Son los emitidos por el Estado o por instituciones


dependientes del mismo; por ejemplo, en los títulos de deuda
pública.

• Privados: Son los que emiten los particulares, cheque, pagaré, etc.
POR LA FORMA DE SU CIRCULACIÓN
• Nominativos: Son los expedidos a favor de una persona cuyo nombre
se consigna en el texto mismo del documento. (Artículo 23 de la
LGTOC)

• Al portador: Son los que no están expedidos a favor de persona


determinada, contengan o no la cláusula “al portador.”(Artículo 69 de
la LGTOC)
POR EL DERECHO O TIPO DE OBLIGACIÓN
INCORPORADO EN EL TÍTULO DE CRÉDITO
• Personales o corporativos: Incorporan derechos de naturaleza patrimonial y, a su vez, suponen para sus
tenedores la facultad de intervenir en reuniones que versen sobre los intereses de todos los tenedores, así
como la de emitir el voto necesario para conformar la voluntad colectiva. Asimismo, al consignar derechos de
índole puramente patrimonial, es frecuente atribuir a estos documentos la calidad de títulos de inversión.
Ejemplo las obligaciones y los certificados de participación.

• Obligacionales: Suponen, para el emisor o suscriptor, el fundamental compromiso de reembolsar su importe al


tomador, frecuentemente en unión de los productos o intereses que configuran el verdadero incentivo para los
adquirentes. Ejemplo: los bonos, cuando su origen es público y los certificados de participación.

• Reales o representativos de mercancías: En estos, el emisor hace constar el recibo de mercaderías y se obliga a
devolverlas al tenedor legítimo de las mismas, en la inteligencia de que ambos documentos permiten la
cómoda circulación virtual, mediante el simple endoso del documento respectivo. Ejemplos: los certificados de
depósito en almacenes generales, el conocimiento de embarque, la carta de porte y la guía aérea, las cuales
amparan mercaderías y son emitidas por transportistas.
POR SU FORMA DE CREACIÓN.
• Singulares: Son aquellos que dependen de una sola operación, sin
importar que se expidan en serie o un crecido número. Ejemplos: la letra
de cambio, el pagaré, el cheque y el certificado de depósito en almacenes
generales.

• Seriales o en masa: En estos, la ley exige o supone la necesaria emisión


masiva de títulos, que plantean la existencia de un crédito colectivo.
Ejemplo: las obligaciones que representan la participación individual de
sus tenedores en un crédito colectivo constituido a cargo de la sociedad
emisora, que necesariamente es una sociedad anónima y las acciones
emitidas por las mismas.
POR LA SUSTANTIVIDAD O RANGO
DEL DOCUMENTO
• Principales: El crédito por ellos representado puede hacerse valer
mediante su sola presentación, ya que, en los mismos, se surten los
presupuestos necesarios y suficientes para legitimar a sus tenedores,
en el entendido de que la medida del derecho está dada también por
el texto de tales documentos. Ejemplos: la letra de cambio, el pagaré
y el cheque.

• Accesorios: Depende de la existencia de uno principal. Ejemplos: los


cupones y el bono de prenda sobre las mercancías o bienes indicados
en un certificado de depósito.
OTROS TÍTULOS
TÍTULOS EN BLANCO
Son títulos firmados en blanco, lo cual, afecta la existencia de un documento de naturaleza ejecutiva, ante la ausencia del
requisito insubsanable previsto en la fracción II del artículo 170 de la Ley General de Títulos y Operaciones de Crédito,
consistente en la promesa de pagar una suma determinada de dinero, pues, como se señaló en la tesis con registro digital
2015118 y rubro “PAGARÉS FIRMADOS EN BLANCO. LA CONFESIÓN EXPRESA DEL ACTOR EN ESE SENTIDO, DESVIRTÚA SU
NATURALEZA DE VERDADEROS TÍTULOS DE CRÉDITO”, el propósito de la norma es evitar que el deudor quede a expensas de
que el tenedor legítimo del documento asiente una cantidad que no necesariamente hubiera sido la pactada, generando un
estado de incertidumbre jurídica y hasta un estado de indefensión, pues dependería de que el deudor pudiera probar que la
cantidad asentada no fue la pactada, lo cual, en algunas ocasiones sería imposible.

En tal virtud, de la referida tesis se infiere que, la promesa incondicional de pagar una suma determinada de dinero,
constituye un requisito de existencia de los títulos de crédito, lo que implica que se tenga certeza sobre el alcance de la
obligación; pues representa la declaración de voluntad del firmante, en virtud de la cual, se obliga a hacer efectiva la
cantidad de dinero reseñada en el documento a la persona que figure inicialmente como tenedor, o a los sucesivos
tenedores del título al vencimiento de éste, por lo que, el hecho de que se firme en blanco, contraría el principio de
incorporación, al no determinarse la cantidad que deberá amparar, por lo que no puede precisarse la existencia de la
obligación a cargo del suscriptor, ni puede, en consecuencia, hablarse de relación entre el título y el derecho objeto del
propio documento al no encontrarse determinada la obligación derivada de él.
TÍTULOS IMPROPIOS
Son considerados documentos semejantes a los títulos de crédito, pero que no
alcanzan tal categoría, al no reunir sus características.

En el artículo 6° de la Ley General de Títulos y Operaciones de Crédito se hace


una distinción entre los títulos de crédito y otros documentos no destinados a
circular, como lo son los boletos, contraseñas, pólizas de seguro, giros
postales o telegráficos; que sirven exclusivamente para identificar a quien
tiene el derecho de exigir la prestación en ellos consignada, pero no traen
aparejada ejecución.
TÍTULOS DE CRÉDITO ELECTRÓNICOS
Son producto del avance tecnológico y de las necesidades del tráfico mercantil, lo cual, ha
generado una marcada tendencia hacia la desmaterialización o desincorporación de los
títulos de crédito en papel, dando paso a los datos o documentos electrónicos.

En la actualidad, los mayores avances al respecto se ven reflejados en el medio bursátil y


bancario; producto de las constantes innovaciones e implementación de la tecnología más
avanzada en sus operaciones y a que los intereses del público están garantizados por el
Estado a través del Banco de México, la Secretaría de Hacienda y Crédito Público y la
Comisión Nacional Bancaria y de Valores.

En la actualidad, se cuenta con regulación del comercio electrónico en el Código de


Comercio, sin embargo, tal situación es en un contexto no muy especifico. No obstante,
constituye la base para seguir avanzando en el tema, hasta que sea real la posibilidad de
que todos los títulos de crédito puedan ser suscritos de manera electrónica
PROBLEMAS QUE PRESENTA EL COMERCIO
ELECTRÓNICO
El principal problema obedece a que, la tecnología, suele estar un paso delante de su regulación en
el sistema jurídico, tanto a nivel interno como internacional.

Lo anterior, representa muchos problemas y cuestiones desde el punto de vista jurídico, ante la falta
de la regulación correspondiente.

En tal virtud, la tendencia cada vez más creciente hacia un comercio electrónico sin papel, incluso,
acelerado por las implicaciones de la pandemia por COVID-19, genera la urgente necesidad de
establecer un orden jurídico que dé certeza a los involucrados en este tipo de actos jurídicos.

Actualmente en nuestro país se encuentran en proceso los proyectos de reforma a las leyes
involucradas en el ámbito mercantil, a efecto de que se regule de manera precisa en materia de
comercio electrónico.

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