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Efectos psicológicos en

los niños producidos


por el COVID-19

Jorge Páucar
Factores traumáticos

• El aislamiento físico social entre


familiares y amigos, las dificultades
económicas, la pérdida de empleo, la
muerte de familiares, los miedos (al
contagio, a la muerte, falta de
trabajo, entre otros), son algunos
factores traumáticos que nos está
dejando la pandemia por COVID-19.
Todo esto afecta a los más pequeños
de la casa. Los adolescentes y niños
han sido privados de disfrutar de su
libertad, entretenimiento y diversión.
Los más afectados

Los menores han perdido sus


rutinas (tan importantes en su
desarrollo), como el juego con los
amigos y primos, salir al parque,
el contacto con los abuelos, y el
cierre de los colegios ha
colaborado al desarrollo de la
depresión y ansiedad. Sin embargo
también es cierto que muchos de
estos niños han ganado una mayor
presencia de sus padres en casa
debido al teletrabajo.
¿Qué consecuencias negativas puede tener el confinamiento?

• Aumento de estrés, ansiedad, alteraciones de sueño y


debilitamiento. Los niños pierden la capacidad de
concentración y tuvieron una mayor sensación de soledad.
• Las madres pueden haber estado sometidas a un mayor
estrés por el aumento de responsabilidades domésticas y
familiares (hijos sin escuela, cuidado de ancianos,
desinfección del hogar).Además, han estado más expuestas
a la violencia de género.
• Esto también afecta a los hijos e hijas de esas mujeres. Ya
que pueden haber sido testigos de la violencia contra sus
madres e incluso contra ellos mismos.
• Aunque este tiempo ha favorecido el acercamiento entre
padres e hijos también ha podido acrecentar conflictos
intrafamiliares ya existentes.
• Los niños y niñas han estado más indefensos e invisibles
ante la violencia intrafamiliar y el abuso sexual. No han
podido pedir ayuda y ni profesores ni servicios sociales ni la
comunidad en general han podido detectar la situación de
violencia que vivían.
Incremento de hospitalizaciones

• La hospitalización de niños y
adolescentes deprimidos
durante la pandemia, se ha
incrementado en un 50 % , y
la frecuencia del diagnóstico
de depresión en el total de
las atenciones en el hospital
Almenara se ha triplicado con
respecto a los años
anteriores, informó Essalud.
Ideas e intención suicidas

• La psiquiatra Amparo
Jaramillo, de dicho nosocomio,
afirmó que la necesidad de
hospitalizar por depresión se
debe a la presencia de ideación
e intencionalidad suicida, lo que
le da gravedad al diagnóstico y
un gran riesgo para su
integridad física del niño y de
las personas que los rodean.
¿A qué deben estar atentos los padres?
• Es muy importante que estén alertas a las
conductas de sus niños para identificar a
tiempo los síntomas depresivos y
determinar algún factor de riesgo, lo que
podría mejorar el pronóstico en el
tratamiento y su calidad de vida a largo
plazo.
• “Antes se pensaba que los niños no se
deprimían porque no tenían la capacidad
de sentir las mismas emociones que los
adultos. Además, se piensa que no va a
llegar al grado de severidad como para
diagnosticarse una depresión, sin embargo
esto no es verdad, conforme se ha visto en
los diferentes estudios, los niños se pueden
deprimir igual que lo adultos pero su
presentación clínica es muy diferente”,
dice la psiquiatra.
Síntomas por edad

• En niños de 2 a 5 años, “se puede


identificar cambios en la conducta,
la irritabilidad, aumento de
berrinches y pataletas, incluso
podrían empezar a orinarse en la
cama en las noches, cosa que antes
no pasaba. La disminución de las
ganas de hacer lo que les gustaba
realizar, como dejar de lado su
juguete favorito o si tienen mucha
ansiedad al separarse de los
padres”.
Entre 5 y 12 años

• En la edad escolar, entre los 5 y 12


años, “se evidencia la irritabilidad,
el rendimiento académico baja a
pesar que ellos quieran
concentrarse, también es
frecuente que se presenten
síntomas físicos como dolor de
cabeza, dolencias gástricas,
dolores corporales. Cuando están
molestos o se frustran comienzan a
pensar y verbalizar situaciones
mortales”.
En la adolescencia

• En la adolescencia, “los síntomas son


más parecido a los de la edad adulta.
• Comienzan a evidenciar un gran
sentimiento de tristeza, ya no desean
comunicarse con el resto, se aíslan.
Presentan dificultad en el sueño,
demoran en quedarse dormidos y se
despiertan en la madrugada.
• Indicó que algunos llegan al consumo
de drogas y comienzan a pensar en la
idea de morir y en las alternativas
para que suceda.
Recomendación para los padres

• Deben buscar un espacio para escuchar a sus


hijos sobre sus pensamientos y sentimientos.
• “Ellos tienen que sentirse libres de expresarlos
y saber que serán respetados al decirlo, es
fundamental darles importancia a sus
sentimientos. Cuando se les descalifica, ellos
tienden a mantenerse callados y lo que
predispone a que vayan aumentando los
síntomas”, anotó.
• Añadió que es conveniente que los padres
estén atentos también a su propia salud
mental, y que busquen ayuda si la necesitan
por su beneficio y el de su familia.
• “Debe haber una unión y comunicación familiar
constante para que sus hijos se sientan
protegidos” finalizó.
Gracias

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