La Madre Teresa de

Calcuta
 Introducción

La Madre Teresa de Calcuta, cuyo nombre de nacimiento era

Agnes Gonxha Bojaxhiu, nació el 26 de agosto de 1910 en Skopje,
Macedonia (entonces parte del Imperio Otomano). Fue la menor de
los tres hijos de una familia albanesa católica. Su padre falleció
cuando ella tenía solo ocho años, lo que dejó a su madre para criar
a los niños sola. Desde una edad temprana, Agnes sintió la llamada
a servir a Dios. A los 18 años, se unió a las Hermanas de Loreto y
se mudó a la India para enseñar en una escuela para niñas en
Calcuta. Allí enseñó historia y geografía durante 17 años.
Su vida
En 1946, durante un viaje en tren a la ciudad de
Darjeeling, Agnes recibió una "llamada dentro de la
llamada" para dedicar su vida al servicio de los más
pobres y necesitados. Después de seis meses de formación
en enfermería, dejó el convento y comenzó a trabajar
entre los enfermos y moribundos en las calles de Calcuta.
En 1952, la Madre Teresa abrió su primer hogar para los
enfermos y moribundos en Calcuta. A partir de ese
momento, estableció orfanatos, hospitales y hogares para
los enfermos y moribundos en todo el mundo.
En 1979, la Madre Teresa recibió el Premio Nobel de la
Paz por su trabajo humanitario.
Su trabajo con los más necesitados

Para 1950 ya tenía el permiso del Vaticano para abrir su propia congregación, a la que llamó las Misioneras de la Caridad, cuyo trabajo se centra en "amar
y cuidar a aquellas personas que nadie estaba preparado para cuidar".

En 1965, esta congregación se volvió una Familia Religiosa Internacional por decreto del papa Pablo VI.

La madre Teresa se centró en ayudar a los más pobres. Dejó una vida acomodada en Albania, y se entregó en cuerpo y alma no solo a ellos, sino a seguir
el legado de Jesús. (En alguna ocasión dijo que al convertirse en misionera se volvió la "esposa de Jesús" para "toda la eternidad").

Su trabajo lo hacía sin barreras: trataba por ejemplo úlceras de leprosos, o enfermos a los que otros temían siquiera acercarse.

También a través de su trabajo como misionera ayudó a víctimas de catástrofes naturales como inundaciones, epidemias y hambrunas, y para refugiados,
en varios países de Asia, África y América Latina. Una de sus órdenes llegó primero a Venezuela, donde la Madre Teresa es muy querida.

En lugares como América del Norte, Europa y Australia atienden a recluidos, alcohólicos, personas sin hogar y enfermos de SIDA.
En 2003, la Iglesia Católica inició su
proceso de beatificación, que culminó en su
canonización como santa el 4 de
septiembre de 2016. La Madre Teresa es
recordada como un ejemplo de amor y
compasión hacia los más necesitados, y su
obra continúa inspirando a millones de
personas en todo el mundo a servir a los
demás con humildad y dedicación.