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Presentacion Ministerios de Dios
Presentacion Ministerios de Dios
de Díos.
Thais Pinto
Luis Alejandro Castillo
José Luis Castillo
Luis Alfredo Castillo
Facilitador: Ruth Pérez
Concepto de Razón:
La razón es la facultad que tiene el ser humano para pensar acerca de una
determinada situación es decir, sacar un juicio y llegar a una conclusión.
Concepto de Pensamiento:
Él es Dios y tiene autoridad para hacer lo que quiera. No podemos seguirle por una
parte y por la otra exigir saber la razón. Si queremos servirle, nada podemos argumentarle.
Cuando tenemos un encuentro con Dios nuestras razón es desechada
Nuestro único deber es ser obedientes. Nunca tratemos de aconsejar a
Dios con nuestros argumentos, solo tenemos que adorarlo. El no tiene que consultarnos sobre lo
que va a hacer ni necesita nuestra aprobación. Solo quiere que reconozcamos que lo que hace por
nosotros es bueno.
¡Cuán preciosa es la palabra «tendré»! Adoremos a Dios. El nunca argumenta; simplemente hace
lo que quiere. Él es el Dios de la gloria.
Así mismo Pablo declara: «Así que no depende del que quiere, ni del que corre, sino de
Dios que tiene misericordia. Porque la Escritura dice a Faraón: Para esto mismo te he levantado,
para mostrar en ti mi poder, y para que mi nombre sea anunciado por toda la tierra. De manera
que de quien quiere, tiene misericordia, y al que quiere endurecer, endurece» (Romanos 9.16-18).
Endurecer su corazón no significa hacerlo pecar; simplemente significa abandonarlo (véase
Romanos 1.24,26,28).
José Luis
“Pero por la gracia de Dios soy lo que soy, y su gracia para conmigo no resultó vana;
antes bien he trabajado mucho más que todos ellos, aunque no yo, sino la gracia de Dios en
mí”. (1 Corintios 15:10)
El apóstol Pablo siempre fue una persona muy trabajadora – incluso antes de conocer a
Cristo. Cuando leemos la historia de su vida antes de Cristo, en el libro de Filipenses (capítulo 3),
vemos que siempre fue una persona que se esforzó mucho. Conocía la ley “de la A hasta la Z” y
trabajaba con todas sus fuerzas para conseguir sus metas –incluso cuando su meta era destruir la
iglesia.
Como cristianos, muchas veces podemos caer en intentar hacer cosas para Dios
con nuestras propias fuerzas. Disfrazamos nuestro perfeccionismo llamándolo “excelencia” y,
aunque la mayoría de las veces el deseo de nuestro corazón es darle la gloria a Dios, no podemos
evitar querer algo de reconocimiento. Es solo a través de una revelación de Su gracia que podemos
ser libres de querer gloria.
Pablo vivía tan consciente de la gracia de Dios– dada a través de la cruz– que incluso
llegó a decir “lejos esté de mí gloriarme, sino en la cruz de nuestro Señor Jesucristo, por quien el
mundo ha sido crucificado para mí y yo para el mundo” (Gálatas 6:14 RVR95).
Luis Alfredo
Amén.