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EVOLUCIÓN
EVOLUCIÓN
OCTAVO SEMESTRE.
La evolución biológica es el conjunto de cambios en
caracteres fenotípicos y genéticos de poblaciones biológicas a
través de generaciones.Dicho proceso ha originado la diversidad
de formas de vida que existen sobre la Tierra a partir de
un antepasado común. Los procesos evolutivos han producido
la biodiversidad en cada nivel de la organización biológica,
incluyendo los de especie, población, organismos individuales
y molecular (evolución molecular), moldeados por formaciones
repetidas de nuevas especies (especiación), cambios dentro de las
especies (anagenesis) y desaparición de especies (extinción).
Los rasgos morfológicos y bioquímicos son más
similares entre las especies que comparten un ancestro
común más reciente y pueden usarse para
reconstruir árboles filogenéticos. El registro
fósil muestra rápidos momentos de especiación
intercalados con periodos relativamente largos de
estasis mostrando pocos cambios evolutivos durante la
mayor parte de su historia geológica (equilibrio
puntuado). Toda la vida en la Tierra procede de
un último antepasado común universal que existió
La palabra "evolución" se utiliza para describir los cambios y fue
aplicada por primera vez en el siglo XVIII por un biólogo
suizo, Charles Bonnet, en su obra Consideration sur les corps
organisés. No obstante, el concepto de que la vida en la Tierra
evolucionó a partir de un ancestro común ya había sido formulado
por varios filósofos griegos, y la hipótesis de que las especies se
transforman continuamente fue postulada por numerosos
científicos de los siglos XVIII y XIX, a los cuales Charles
Darwin citó en el primer capítulo de su libro El origen de las
especies. Algunos filósofos griegos antiguos contemplaron la
posibilidad de cambios en los organismos a través del tiempo.
Los naturalistas Charles Darwin y Alfred Russel
Wallace propusieron de forma independiente en 1858 que
la selección natural era el mecanismo básico responsable del origen
de nuevas variantes genotípicas y en última instancia, de nuevas
especies. Sin embargo, fue el propio Darwin en El origen de las
especies, quien sintetizó un cuerpo coherente de observaciones y
profundizó el mecanismo de cambio llamado selección natural, lo
que consolidó el concepto de la evolución biológica hasta
convertirlo en una verdadera teoría científica. Anteriormente, el
concepto de selección natural ya había sido aportado en el siglo
ix por Al-Jahiz (776-868), en su Libro de los animales, con
postulados claves sobre la lucha por la supervivencia de las
especies, y la herencia de características exitosas mediante
Desde la década de 1940 la teoría de la evolución combina las propuestas de Darwin y
Wallace con las leyes de Mendel y otros avances posteriores en la genética; por eso se la
denomina síntesis moderna o «teoría sintética». Según esta teoría, la evolución se define
como un cambio en la frecuencia de los alelos de una población a lo largo de las
generaciones. Este cambio puede ser causado por diferentes mecanismos, tales como
la selección natural, la deriva genética, la mutación y la migración o flujo genético. La
teoría sintética recibe en la actualidad una aceptación general de la comunidad científica,
aunque también algunas críticas como el hecho de no incorporar el papel que tiene
la construcción de nicho y la herencia extragenetica. Los avances de otras disciplinas
relacionadas, como la biología molecular, la genética del desarrollo o la paleontología han
enriquecido la teoría sintética desde su formulación, en torno a 1940.
En el siglo XIX, la idea de que la vida había evolucionado fue un tema de
intenso debate académico centrado en las
implicaciones filosóficas, sociales y religiosas de la evolución. La evolución como
propiedad inherente a los seres vivos no es materia de debate en la comunidad
científica dedicada a su estudio; sin embargo, los mecanismos que explican la
transformación y diversificación de las especies se hallan bajo intensa y
continua investigación científica, surgiendo nuevas hipótesis sobre los
mecanismos del cambio evolutivo basadas en datos empíricos tomados de
organismos vivos.
Los biólogos evolutivos han continuado estudiando varios aspectos de la evolución mediante la
formulación de hipótesis, así como la construcción de teorías basadas en evidencia de campo o
laboratorio y en datos generados por los métodos de la biología matemática y teórica. Sus
descubrimientos han influido no solo en el desarrollo de la biología, sino en muchos otros campos
científicos e industriales, incluidos la agricultura, la medicina y la informática.
LA EVOLUCIÓN COMO UN HECHO
PROBADO
La evolución es tanto un "hecho" (una observación, medición u otra forma de
evidencia) como una "teoría" (una explicación completa de algún aspecto de la
naturaleza que está respaldada por una gran cantidad de evidencia).
La National Academies of Sciences, Engineering, and Medicine afirma que la
teoría de la evolución es "una explicación científica que ha sido probada y
confirmada tantas veces que ya no existe una razón de peso para seguir
probándola o buscando ejemplos adicionales".
Evidencia del proceso evolutivo
La evidencia del proceso evolutivo surge del conjunto de pruebas que los
científicos han reunido para demostrar que la evolución es un proceso
característico de la materia viva y que todos los organismos que viven en
la Tierra descienden de un último antepasado común universal. Las especies
actuales son un estado en el proceso evolutivo y su riqueza relativa y niveles
de complejidad biológica son el producto de una larga serie de eventos
de especiación y de extinción.
La existencia de un ancestro común puede deducirse a partir de unas
características simples de los organismos. Primero, existe evidencia proveniente de
la biogeografía: tanto Charles Darwin como Alfred Russell Wallace se percataron
de que la distribución geográfica de especies diferentes depende de la distancia y el
aislamiento de las áreas que ocupan, y no de condiciones ecológicas y
climatológicas similares, como sería de esperar si las especies hubieran aparecido al
mismo tiempo ya adaptadas a su medio ambiente. Posteriormente, el
descubrimiento de la tectónica de placas fue muy importante para la teoría de la
evolución, al proporcionar una explicación para las similitudes entre muchos
grupos de especies en continentes que se encontraban unidos en el pasado.
Segundo, la diversidad de la vida sobre la Tierra no se resuelve en un conjunto de organismos
completamente únicos, sino que los mismos comparten una gran cantidad de similitudes
morfológicas. Así, cuando se comparan los órganos de los distintos seres vivos, se encuentran
semejanzas en su constitución que señalan el parentesco que existe entre especies diferentes. Estas
semejanzas y su origen permiten clasificar a los órganos en homólogos, si tienen un mismo
origen embrionario y evolutivo, y análogos, si tienen diferente origen embrionario y evolutivo, pero
la misma función. Los estudios anatómicos han encontrado homología en muchas estructuras
superficialmente tan diferentes como las espinas de los cactos y las trampas de varias plantas
insectívoras que indican que son simplemente hojas que han experimentado modificaciones
adaptativas. Los procesos evolutivos explican asimismo la presencia de órganos vestigiales, que están
reducidos y no tienen función aparente, pero que muestran claramente que derivan de órganos
funcionales presentes en otras especies, tales como los huesos rudimentarios de las patas posteriores
presentes en algunas serpientes.
La embriología, a través de los estudios comparativos de las
etapas embrionarias de distintas clases de animales, ofrece otro
conjunto de indicios del proceso evolutivo. Se ha encontrado
que en estas primeras etapas del desarrollo, muchos organismos
muestran características comunes que sugieren la existencia de
un patrón de desarrollo compartido entre ellas, lo que, a su vez,
sugiere la existencia de un antepasado común. El hecho de que
los embriones tempranos de vertebrados como los mamíferos y
aves posean hendiduras branquiales, que luego desaparecen
conforme avanza el desarrollo, puede explicarse si se hallan
emparentados con los peces.
Otro grupo de pistas proviene del campo de
la sistemática. Los organismos pueden ser clasificados
usando las similitudes mencionadas en grupos anidados
jerárquicamente, muy similares a un árbol genealógico.
Si bien las investigaciones modernas sugieren que,
debido a la transferencia horizontal de genes, este árbol
de la vida puede ser más complicado que lo que se
pensaba, ya que muchos genes se han distribuido
independientemente entre especies distantemente
relacionadas
Las especies que han vivido en épocas remotas han dejado registros de su historia
evolutiva. Los fósiles, conjuntamente con la anatomía comparada de los organismos
actuales, constituyen la evidencia paleontológica del proceso evolutivo. Mediante la
comparación de las anatomías de las especies modernas con las ya extintas, los
paleontólogos pueden inferir los linajes a los que unas y otras pertenecen. Sin embargo, la
investigación paleontológica para buscar conexiones evolutivas tiene ciertas limitaciones.
De hecho, es útil solo en aquellos organismos que presentan partes del cuerpo duras, tales
como caparazones, dientes o huesos. Más aún, ciertos otros organismos, como
los procariotas ―las bacterias y arqueas― presentan una cantidad limitada de
características comunes, por lo que sus fósiles no proveen información sobre sus
ancestros.
Un método más reciente para probar el proceso evolutivo es el estudio de las
similitudes bioquímicas entre los organismos. Por ejemplo, todas las células utilizan
el mismo conjunto básico de nucleótidos y aminoácidos. El desarrollo de la genética
molecular ha revelado que el registro evolutivo reside en el genoma de cada
organismo y que es posible datar el momento de la divergencia de las especies a
través del reloj molecular basado en las mutaciones acumuladas en el proceso
de evolución molecular. Por ejemplo, la comparación entre las secuencias
del ADN del humano y del chimpancé ha confirmado la estrecha similitud entre las
dos especies y ha ayudado a elucidar cuándo existió el ancestro común de ambas.
El origen de la vida.
El origen de la vida, aunque atañe al
estudio de los seres vivos, es un tema que no
es abordado por la teoría de la evolución;
pues esta última solo se ocupa del cambio
en los seres vivos, y no del origen, cambios e
interacciones de las moléculas orgánicas de
las que estos proceden.
No se sabe mucho sobre las etapas más tempranas y previas al desarrollo de la
vida, y los intentos realizados para tratar de desvelar la historia más temprana
del origen de la vida generalmente se enfocan en el comportamiento de
las macromoléculas, debido a que el consenso científico actual es que la compleja
bioquímica que constituye la vida provino de reacciones químicas simples, si
bien persisten las controversias acerca de cómo ocurrieron las mismas. Sin
embargo, los científicos están de acuerdo en que todos los organismos existentes
comparten ciertas características ―incluyendo la presencia de estructura
celular y de código genético― que estarían relacionadas con el origen de la vida.
Tampoco está claro cuáles fueron los primeros desarrollos de la vida
(protobiontes), la estructura de los primeros seres vivos o la identidad y la
naturaleza del último antepasado común universal. Las bacterias y arqueas, los
primeros organismos que dejaron una huella en el registro fósil, son demasiado
complejas para haber surgido directamente de los materiales no vivos. La falta de
indicios geoquímicos o fósiles de organismos anteriores ha dejado un amplio
campo libre para las hipótesis. Aunque no hay consenso científico sobre cómo
comenzó la vida, se acepta la existencia del último antepasado común universal
porque sería prácticamente imposible que dos o más linajes separados pudieran
haber desarrollado de manera independiente los muchos complejos mecanismos
bioquímicos comunes a todos los organismos vivos.
Se ha propuesto que el inicio de la vida pueden
haber sido moléculas autorreplicantes como el ARN,
o ensamblajes de células simples denominadas
nanocélulas. Los científicos han sugerido que la vida
surgió en respiraderos hidrotermales en las
profundidades del mar, géiseres o fumarolas durante
el Hádico. Una hipótesis alternativa es la del
comienzo de la vida en otras partes del Universo,
desde donde habría llegado a la Tierra en cometas o
meteoritos, en el proceso denominado panspermia.
LA EVOLUCIÓN DE LA VIDA EN LA
TIERRA
Desde la formación de estas primeras formas de vida compleja, los procariotas, hace
4250 millones de años, pasaron miles de millones de años sin ningún cambio
significativo en la morfología u organización celular en estos organismos, hasta que
surgieron los eucariotas a partir de la integración de una arquea del clado Asgard y
una alfaproteobacteria formando una asociación cooperativa
denominada endosimbiosis. Los eucariotas cladisticamente se consideran un clado
más dentro de las arqueas. Las bacterias incorporadas a las células hospedantes
arqueanas, iniciaron un proceso de coevolución, por el cual las bacterias originaron
las mitocondrias o hidrogenosomas en los eucariotas.
También se postula que un virus gigante de ADN similar
a los poxvirus originó el núcleo de las células eucariotas al
haberse incorporado el virus dentro de la célula donde en
lugar de replicarse y destruir la célula huésped,
permanecería dentro de la célula originando
posteriormente el núcleo y dando lugar a otras
innovaciones genómicas. Esta teoría es conocida como la
"eucariogénesis viral". La evidencia tanto molecular
como paleontológica indica que las primeras células
eucarióticas surgieron hace unos 2500 millones.
Un segundo evento independiente de endosimbiosis se dio hace 2100-
1900 millones de años que llevó a la formación de los cloroplastos a
partir de una cianobacteria y un protozoo los cuales darían origen a
las algas rojas y algas verdes, posteriormente de algas verdes que
lograron salir del medio acuático evolucionaron las plantas durante
el Cámbrico. Por otra parte, las otras algas como las diatomeas o
las algas pardas obtuvieron sus cloroplastos por endosimbiosis
secundarias entre protozoos con algas rojas o verdes, pero
evolutivamente no están emparentadas con las algas rojas o verdes.
Los fósiles más antiguos que se considerarían eucariotas correspoden a la biota
francevillense de 2100 millones de años que probablemente fueron mohos
mucilaginosos que representarían los primeros indicios de vida pluricelular. Los
organismos midieron alrededor de 12 cm y consistían en discos planos con una
morfología característica e incluía individuos circulares y alargados. En ciertos
aspectos son parecidos a algunos organismos de la Biota Ediacara. Además según
los estudios científicos podían tener un estado de vida pluricelular y uno unicelular,
ya que se desarrollarían de agregados celulares capaces de formar cuerpos
fructíferos plasmodiales.
La historia de la vida sobre la Tierra fue la de
los eucariotas unicelulares, bacterias y
arqueas hasta hace aproximadamente
580 millones de años, momento en el que los
primeros organismos multicelulares
aparecieron en los océanos en el período
denominado Ediacárico. Estos organismos
son conocidos como la Biota del periodo
Ediacárico.
Es posible que algunos organismos ediacáricos estuvieran estrechamente relacionados
con grupos que predominaron más adelante, como los poríferos o los cnidarios. No
obstante, debido a la dificultad a la hora de deducir las relaciones evolutivas en estos
organismos, algunos paleontólogos han sugerido que la biota de Ediacara representa una
rama completamente extinta, un «experimento fallido» de la vida multicelular, y que la
vida multicelular posterior volvió a evolucionar más tarde a partir de organismos
unicelulares no relacionados. En cualquier caso, la evolución de los organismos
pluricelulares ocurrió en múltiples eventos independientes, en organismos tan diversos
como las esponjas, algas pardas, cianobacterias, hongos mucosos y mixobacterias.
Poco después de la aparición de los primeros organismos multicelulares, una gran
diversidad de formas de vida apareció en un período de diez millones de años, en un
evento denominado explosión cámbrica, un lapso breve en términos geológicos, pero
que implicó una diversificación animal sin paralelo documentada en los fósiles
encontrados en los sedimentos de Burgess Shale, Canadá. Durante este período, la
mayoría de los filos animales actuales aparecieron en los registros fósiles, como así
también una gran cantidad de linajes únicos que ulteriormente se extinguieron. La
mayoría de los planes corporales de los animales modernos se originaron durante este
período.
Entre los posibles desencadenantes de la explosión cámbrica se incluye la acumulación de
oxígeno en la atmósfera debido a la fotosíntesis.
Hoy en día, la evolución por selección natural se estudia en diversos tipos de organismos,
mediante experimentos de laboratorio y de campo, y se desarrollan métodos para averiguar qué
genes han estado recientemente sometidos a la acción de la selección natural y con qué
Tipos de selección natural
La unidad de selección puede ser el individuo u otro nivel dentro de la jerarquía de
organización biológica como los genes, las células y los grupos familiares. La cuestión sobre si
la selección natural actual a nivel de grupo (o especie) para producir adaptaciones que
benefician a un grupo mayor, sin vínculos familiares, suscita aún un tenue debate. Así mismo,
existe un cierto debate sobre si la selección a nivel molecular anterior a mutaciones genéticas y
a la fertilización del zigoto debe considerarse selección natural convencional puesto que
tradicionalmente se ha llamado selección natural a una fuerza exterior y ambiental que actúa
sobre un fenotipo después del nacimiento. Algunas revistas científicas distinguen entre
selección natural y selección genética llamando informalmente a la selección de mutaciones
como preselección.
La selección natural ocurre en cada etapa de la vida de un individuo. Un
organismo ha de sobrevivir hasta la edad adulta para poder reproducirse. La
selección de aquellos que alcanzan la etapa adulta es llamada selección de
viabilidad. En muchas especies los adultos han de competir entre sí para
conseguir parejas sexuales. Este mecanismo se denomina selección sexual y el
éxito en la misma determina quienes serán los padres de la siguiente
generación. Cuando los individuos pueden reproducirse en más de una ocasión,
la supervivencia en la edad adulta aumenta la descendencia. A este proceso se le
llama selección de supervivencia.
La fecundidad, tanto de machos como de hembras, puede verse limitada por la
"selección de fecundidad". Así, la viabilidad de los gametos producidos variara. Los
conflictos intragenómicos derivan en selección genética. Finalmente, la unión de
algunas combinaciones de óvulos y esperma será estadísticamente más compatible que
otras. A esto se le llama selección por compatibilidad.
Existen cuatro tipos —a veces considerados tres— de selección natural,
clasificados según los individuos que sobreviven en cada tipo de selección, es
decir, según cuántos sobrevivan:
-Selección estabilizadora
-Selección direccional
-Selección sexual
EVOLUCIÓN POR SELECCIÓN
NATURAL
Un requisito para que la selección natural conduzca la evolución adaptiva, nuevos rasgos y
especiación, es la presencia de variación genética heredable que comporte diferencias de aptitud (es
decir, que la variación genética resulte en individuos más y menos aptos para sus circunstancias).
La variación genética es el resultado de mutaciones, recombinaciones y alteraciones en el cariotipo
(número, forma, tamaño y organización interna de los cromosomas). Cualquiera de estos cambios
puede tener un efecto que sea muy ventajoso o desventajoso, pero en general los efectos grandes son
poco comunes. Los cambios en el material genético solían considerarse neutrales o cuasineutrales
porque ocurrían en el ADN no codificante o resultaban en sustituciones sinónimas (la proteína
sintetizada por el gen mutado era a efectos prácticos la misma que la del gen sin mutar). Sin
embargo, estudios recientes han demostrado que muchas mutaciones en el ADN no codificante sí
tienen efectos perniciosos. La tasa de mutación y el efecto en el individuo dependen del organismo
concreto, sin embargo, a partir de datos basados en análisis sobre humanos se considera que la
Por definición, los individuos más aptos tienen más probabilidad de contribuir con descendientes
a la siguiente generación, mientras que los menos aptos tendrán menos descendientes o morirán
antes de alcanzar la edad adulta. Como resultado, los alelos que en promedio conllevan mejor
adaptación (aptitud) son más abundantes en la siguiente generación, mientras que los alelos que
tienden a perjudicar a los individuos portadores, también tienden a desaparecer. Si las presiones
selectivas —temperatura, abundancia de agua y cualquier otra condición del entorno— se
mantienen relativamente constantes, los alelos beneficiosos se propagan por la población
transformándose en los dominantes (en el sentido de más abundantes) y los alelos perniciosos
desaparecen. En cada generación aparecen nuevas mutaciones y recombinaciones que producen
un nuevo espectro de fenotipos. Por lo tanto, cada nueva generación se enriquece con la
abundancia de alelos que contribuyen a los rasgos que fueron anteriormente favorecidos por la
selección natural, mejorando así gradualmente estos rasgos durante generaciones sucesivas.
Los rasgos establecidos no son inmutables. Rasgos que son muy efectivos en un
ambiente determinado pueden volverse poco efectivos si las condiciones cambian. Si
la presión selectiva sobre un rasgo desaparece, este tiende a adquirir más variaciones
y a deteriorarse, incluso transformándose en un vestigio. En muchas ocasiones la
estructura vestigial puede mantener cierta funcionalidad limitada o ser la base de
otros rasgos ventajosos (fenómeno conocido como preadaptación). Por ejemplo, el ojo
es un órgano vestigial del topo, pero que todavía aporta cierta funcionalidad para
percibir la duración del día y la noche
Procesos evolutivos y la selección natural
Transferencia horizontal de genes, y selección natural
1. Aislamiento geográfico
3. Aislamiento temporal
Los cambios genéticos dentro de cada grupo acarrean incompatiblidad genética
entre los genomas de los dos subgrupos. Con lo que el flujo génico se reduce
todavía más. El flujo génico cesa completamente cuando las mutaciones
distintivas de cada grupo quedan fijadas. Tan solo con dos mutaciones (una en
cada subgrupo) puede llegar a producirse la especiación. Basta con que estas
mutuaciones tengan un efecto neutral o positivo cuando ocurren aisladas y uno
negativo cuando ocurran juntas. A partir de ahí, la fijación de estos genes en
cada subgrupo conduce a dos poblaciones reproductivas aisladas, que según el
concepto biológico de especie, son en efecto dos especies diferentes.
Posibles excepciones
Según Ernst Mayr, la selección natural podría tener una acción diferente o limitada en los siguientes
casos:16
En primer lugar, los mecanismos de selección natural se han descrito casi exclusivamente en animales
complejos y plantas (y otros grupos con reproducción sexual). Sin embargo, existen indicios de que la
selección puede ser bastante distinta en los casos en los que los límites de la individualidad son mucho más
borrosos. Es el caso de las colonias de invertebrados y de los organismos uniparentales, especialmente las
plantas, las protistas y las procariotas (Véase el artículo Unidad de selección).
En segundo lugar, la primera etapa de la selección se basa en la variación fenotípica aleatoria, pero se ha
descubierto una serie de mecanismos genéticos que producen una variación no aleatoria. Es el caso de la
deriva meiótica, el conflicto intragenómico y determinados "genes egoístas". Una variación que fuera
drásticamente no aleatoria podría sobrepasar la acción de la selección
SELECCIÓN NATURAL DARWIN
De acuerdo con la idea de Darwin, este patrón tendría sentido si las islas Galápagos
hubieran estado habitadas desde hace mucho tiempo por aves provenientes del continente
vecino. En cada isla, los pinzones se adaptarían gradualmente a las condiciones locales (a
lo largo de muhcas generaciones y durante largos periodos de tiempo). Este proceso pudo
haber llevado a la formación de una o más especies distintas en cada isla.
Pero, si esta idea era correcta, ¿por qué lo era?
¿Qué mecanismo podía explicar de qué manera
cada población de pinzones había adquirido
adaptaciones o características que la hacían más
adecuada para vivir en su entorno inmediato?
Durante su viaje, y en los años que le siguieron,
Darwin desarrolló y refinó un conjunto de ideas que
podrían explicar los patrones que observó durante
su viaje. En su libro, El origen de las especies,
Darwin explicó sus dos ideas fundamentales: la
evolución y la selección natural.
EVOLUCIÓN SEGUN DARWIN
Darwin propuso que las especies cambian con el tiempo, que las especies
nuevas provienen de especies preexistentes y que todas las especies
comparten un ancestro común. En este modelo, cada especie tiene su propio
conjunto de diferencias heredables (genéticas) en relación con su ancestro
común, las cuales se han acumulado gradualmente durante periodos de
tiempo muy largos. Eventos de ramificación repetidos, en los que las nuevas
especies se desprenden de un ancestro común, producen un "árbol" de
muchos niveles que une a todos los seres vivos.
Darwin se refirió a este proceso, en el que los
grupos de organismos cambian en sus
características heredables a lo largo de
generaciones, como "descendencia con
modificaciones". Hoy en día, lo llamamos
evolución. El boceto de Darwin que se ve arriba
ilustra esta idea y muestra cómo una especie
puede ramificarse en dos a lo largo del tiempo, y
cómo este proceso puede repetirse muchas veces
en el "árbol genealógico" de un grupo de
especies emparentadas.
SELECCIÓN NATURAL SEGUN DARWIN
Es importante destacar que Darwin no solo propuso
que los organismos evolucionaban. Si ese hubiera
sido el inicio y el fin de su teoría. Además, Darwin
también propuso un mecanismo para la evolución: la
selección natural. Este mecanismo era elegante y
lógico, y explicaba cómo podían evolucionar las
poblaciones (tener descendencia modificada) de tal
manera que se hacían más adecuadas para vivir en
sus entornos con el paso del tiempo.
TIPOS DE SELECCIÓN NATURAL.
La selección natural puede actuar sobre
cualquier rasgo fenotípico heredable y cualquier
aspecto del entorno puede producir presión
selectiva, esto incluye la selección sexual y la
competencia con miembros tanto de la misma
como de otra especie. Sin embargo, esto no
implica que la selección natural siga siempre una
dirección y que resulte en evolución adaptativa.
La selección natural produce a menudo el
mantenimiento del statu quo mediante la
La unidad de selección puede ser el individuo u otro nivel dentro de la jerarquía de
organización biológica como los genes, las células y los grupos familiares. La cuestión
sobre si la selección natural actual a nivel de grupo (o especie) para producir
adaptaciones que benefician a un grupo mayor, sin vínculos familiares, suscita aún
un tenue debate. Así mismo, existe un cierto debate sobre si la selección a nivel
molecular anterior a mutaciones genéticas y a la fertilización del zigoto debe
considerarse selección natural convencional puesto que tradicionalmente se ha
llamado selección natural a una fuerza exterior y ambiental que actúa sobre un
fenotipo después del nacimiento. Algunas revistas científicas distinguen entre
selección natural y selección genética llamando informalmente a la selección de
mutaciones como preselección.
La selección a otros niveles, como el gen, puede
resultar en una mejora para el gen y al mismo tiempo
en un perjuicio para el individuo portador del gen.
Este proceso se denomina conflicto intragenómico.
En conjunto, el efecto combinado de todas las
presiones a los distintos niveles (gen, individuo,
grupo) es lo que determina la aptitud de un individuo
y por tanto el resultado de la selección natural.
La selección natural ocurre en cada etapa de la vida de un
individuo. Un organismo ha de sobrevivir hasta la edad
adulta para poder reproducirse. La selección de aquellos que
alcanzan la etapa adulta es llamada selección de viabilidad.
En muchas especies los adultos han de competir entre sí para
conseguir parejas sexuales. Este mecanismo se denomina
selección sexual y el éxito en la misma determina quienes
serán los padres de la siguiente generación. Cuando los
individuos pueden reproducirse en más de una ocasión, la
supervivencia en la edad adulta aumenta la descendencia. A
este proceso se le llama selección de supervivencia.
La fecundidad, tanto de machos como de hembras,
puede verse limitada por la "selección de
fecundidad". Así, la viabilidad de los gametos
producidos variara. Los conflictos intragenómicos
derivan en selección genética. Finalmente, la unión
de algunas combinaciones de óvulos y esperma será
estadísticamente más compatible que otras. A esto
se le llama selección por compatibilidad.
Existen cuatro tipos —a veces considerados tres— de selección
natural, clasificados según los individuos que sobreviven en cada tipo
de selección, es decir, según cuántos sobrevivan:
Selección estabilizadora
Selección direccional
Selección sexual
Selección estabilizadora
La selección estabilizadora, también llamada selección
negativa, selección purificadora o selección
normalizadora,es un tipo de selección natural en el que
la diversidad genética decae según un valor particular
de carácter. Puesto de otra manera, los extremos de
una característica son seleccionados en contra, por lo
que los organismos con características del rango
"promedio" son los que más sobreviven. Este es
probablemente el mecanismo de acción más común de
Un ejemplo clásico de esto es el peso prenatal humano. Los bebés de bajo peso
pierden calor de manera más rápida y son más sensibles a las enfermedades por
infección, mas los bebés de alto peso son más difíciles de parir por la pelvis. Así se
demuestra que el peso óptimo (el que da una mayor probabilidad de supervivencia)
es una medida que se encuentra en un rango medio, ni extremadamente alto, ni
extremadamente bajo.
Aunque la selección disruptiva puede llevar a la especiación, esto no sucede tan rápido o
tan directamente como en otros tipos de cambio evolutivo. Esto se debe principalmente
a que los resultados de la selección disruptiva son menos estables que los resultados de
la selección direccional (la cual sólo favorece a un extremo, y no ambos).
Selección sexual
La selección sexual es un concepto clave de la teoría de la
evolución acuñado por Charles Darwin en su libro El origen
de las especies para explicar el desarrollo de caracteres
sexuales secundarios en los seres vivos que parecían no
responder a la selección natural, es decir, a la supervivencia
del mejor adaptado. En líneas generales, postula que ciertos
rasgos presentes son el resultado de la competencia entre
individuos de un mismo sexo por el acceso a la cópula
(selección intrasexual) y de la selección por parte de uno de
los sexos, usualmente las hembras, de individuos del sexo
El desarrollo del concepto de selección sexual fue una parte importante de la obra de Charles Darwin El
origen de las especies, publicada en 1859, donde el autor le daba una gran importancia dentro de la
selección natural. Darwin explicaba mediante este mecanismo ciertos aspectos evolutivos tales como el
desarrollo exagerado de estructuras anatómicas o la presencia de colores llamativos que parecían no
ajustarse a la teoría de la selección natural donde los rasgos seleccionados para prevalecer a lo largo del
tiempo eran aquellos que aumentaran las probabilidades de supervivencia. El naturalista británico
conocía las ideas del anatomista John Hunter sobre las diferencias entre caracteres sexuales primarios,
relacionados con la cópula, y los secundarios, relacionados con la atracción entre sexos. Basándose en
ello definió la selección sexual de tal modo que pudiera explicar la presencia de estas características
como resultado de una elección por parte de uno de los sexos aunque no fue capaz de dar respuesta a
por qué los individuos de este sexo mostraban predisposición hacia ese rasgo. El término fue ampliado
por Darwin en otro libro, El origen del hombre y la selección en relación al sexo de 1871, ligándolo
además a la evolución de la especie humana como explicación para la existencia de las diferentes razas
La selección sexual fue reinterpretada en 1930 por el biólogo evolucionista
Ronald Aylmer Fisher. La nueva definición dada suponía que ciertos rasgos que
en la actualidad pueden parecer poco ventajosos para los organismos
aparecieron siendo lo contrario. Así, en un primer momento, la elección de estas
características tenía como único objetivo proveer a la descendencia de diversas
ventajas en términos de supervivencia. Esta mayor tasa de supervivencia
supondría que gradualmente las poblaciones naturales fueran diferenciándose
por selección natural, un sexo a poseer el rasgo y el otro por tener predisposición
hacia él. Con el paso del tiempo, ambos caracteres se vieron favorecidos al
retroalimentarse uno de otro, llegando a superar el objetivo inicial.
Es razonable pensar que, al igual que en el resto de especies animales, la selección sexual haya
actuado en la evolución del ser humano en mayor o menor medida. Ya Darwin señaló un
probable origen de la variedad racial humana en la selección sexual aunque hoy día se
considera que este proceso ocupó un papel muy secundario debido a que los grupos humanos
raramente se han encontrado aislados genéticamente y a que ha existido un alto mestizaje a lo
largo de su evolución. También apuntó a la selección sexual como responsable de la pérdida de
vello corporal de forma similar a lo ocurrido en otros primates. Diversas investigaciones
actuales relacionan las pautas humanas de elección de pareja, conductas y preferencias físicas
con la selección de caracteres que confieran ventajas genéticas a la descendencia o con rasgos
identificables con estados de salud de la pareja.
Se relaciona directamente a este mecanismo evolutivo con el dimorfismo sexual y con la
presencia de rasgos morfológicos exagerados. Muchos de estos rasgos morfológicos
llegan a suponer una merma en las capacidades adaptativas y de supervivencia de los
animales que los poseen. Para explicar su desarrollo, dentro de la selección sexual, se
postulan dos hipótesis denominadas «de Fisher» y «del hándicap», concebidas por
Ronald Fisher y Amotz Zahavi respectivamente. La primera de ellas explica este
desarrollo exagerado de estructuras fisiológicas en un sexo por la identificación directa
de éstas con genomas superiores por parte de sus parejas sexuales. La segunda de las
hipótesis indica que la presencia de rasgos morfológicos exagerados lastran la
supervivencia de los organismos que los manifiestan; sus parejas sexuales sentirían
preferencia por ellos por ser capaces de sobrevivir a pesar del hándicap que les suponen
Endogamia
Se denomina endogamia al matrimonio, unión o
reproducción entre individuos de ascendencia común; es
decir, de una misma familia, linaje o grupo (religioso, étnico,
geográfico). Si el matrimonio se realiza entre individuos de
la misma clase social se denomina homogamia. Las bodas
entre hermanos, o padres e hijos, son incesto, y no se
consideran formalmente endogamia (suelen ser tabú en casi
todas las sociedades), sin embargo, las bodas entre primos o
familiares lejanos sí son consideradas endogámicas.
Asimismo, se entiende como comportamiento endogámico, el
rechazo a la incorporación de miembros ajenos a un grupo
La razón de ser de todo sistema endogámico es defender la
homogeneidad de un grupo, de manera que este se
mantenga siempre igual a sí mismo y diferenciable de todos
los demás. La unidad del clan es la razón suprema.