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Desarrollar habilidades
Calcular, inferir, comunicar, medir, imaginar, estimar, generalizar, formular y deducir.
Para ello es necesario que los problemas que se propongan a los estudiantes:
Sean para ellos un reto interesante y provoquen rápidamente una actitud de búsqueda, orientada a proponer conjeturas y
posibles estrategias de resolución.
Les permita explorar las relaciones entre nociones conocidas y posibilite avanzar hacia la comprensión y asimilación de
nuevos conocimientos.
Contengan los elementos que permitan validar sus propias conjeturas, procedimientos y soluciones, o desecharlas
cuando sean incorrectas.
Enfrentar a los estudiantes a problemas propicia que:
Construyan sus conocimientos al usar estrategias convencionales y no convencionales que los resuelvan.
los estudiantes no deberán ser meros receptores pasivos de las explicaciones del profesor, o
solamente ejercitarse en la aplicación de las técnicas y procedimientos convencionales, es
necesario ceder el papel protagónico de la clase a los estudiantes.
La clase de matemáticas debe ser un espacio de libertad con responsabilidad, el cual depende
en gran medida del profesor.
La forma en que el profesor trata a los estudiantes, la forma en que se dirige a ellos, les dejará,
ciertamente, una profunda huella.
También es muy natural el ruido provocado por las interacciones de los alumnos. El profesor no debe
preocuparse tanto por mantener una disciplina rígida que no permita la participación de sus alumnos.
El tipo de situaciones problemáticas propuesto
Para seleccionar un problema y plantearlo en la clase es necesario que el profesor tenga claro
qué propósito se persigue; que haya resuelto el problema antes de plantearlo a los estudiantes,
haga las adecuaciones que considere convenientes, prevea el material que utilizarán y la forma
en que organizará al grupo.
Conviene que el profesor varíe la presentación de los problemas. Puede, por ejemplo, mostrar
ilustraciones a partir de las cuales se formulen preguntas, también puede plantear problemas a
partir de situaciones presentadas en los videos de apoyo.
El juego como recurso didáctico
Para aprovechar las posibilidades que ofrecen algunos juegos, el profesor debe cuidar de
no convertirlos simplemente en situaciones recreativas para pasar el rato y mucho menos
para perder el tiempo. Cuando los estudiantes juegan se divierten, platican, discuten y
hacen ruido, pero no hay que perder de vista el propósito que se persigue al plantear
determinado juego, y así lograr hacer matemáticas de una manera agradable.
Los problemas que el profesor proponga por medio de los juegos deberán ser retos
interesantes a partir de los cuales analicen lo que ocurre en la situación y encuentren la
mejor estrategia para ganar, introduciendo o profundizando ciertas nociones.
Materiales manipulables y las nuevas
tecnologías
Es importante que al utilizar estos recursos no se pierda de vista su
carácter mediador y su uso se convierta en un fin en sí mismo.
Es muy probable que en muchos casos sea insuficiente el tiempo destinado a una sesión de
clase. Cuando esto suceda, puede dejarse una parte del trabajo para realizar en casa, con la
condición de que no sea excesivo y que en la siguiente sesión sea revisado de manera colectiva.
Es de gran utilidad promover que los estudiantes conozcan y analicen los procedimientos que
siguieron sus compañeros para resolver un problema, pues de esta manera se evidencia que
existen varias formas, algunas más largas y complicadas que otras.
Les permite también percatarse de sus errores, así como valorar las estrategias y resultados
propios y los de sus compañeros.
Los intentos fallidos o los errores de los alumnos forman parte de su proceso de aprendizaje y
deben aprovecharse para que, a partir de ellos, avancen en sus conocimientos.
Las secuencias didácticas y la formalización del
conocimiento
Para que los alumnos aprendan los procedimientos convencionales de resolución a partir de las
estrategias empleadas por ellos, es necesario proponer una secuencia didáctica, es decir, una serie de
problemas que aumenten gradualmente el grado de complejidad de tal manera que exijan el uso de
procedimientos cada vez más eficaces.
En ocasiones esto se logra aumentando el rango de los números, imponiendo alguna condición o
restricción, o cambiando la estructura del problema.
Los procedimientos formales de resolución serán comprendidos y adoptados por los estudiantes
cuando les faciliten la realización de tareas complejas y les resuelvan necesidades.
Organización del trabajo en el aula
El trabajo en equipo
Se trata de generar un ambiente de estudio en donde todos los integrantes del equipo asuman
la responsabilidad de resolver juntos el problema planteado.
El profesor, elige y organiza las actividades para cada sesión y el curso en general en la
forma que considere más conveniente para propiciar el aprendizaje de los estudiantes.
Entonces, es importante que en la planeación del curso de matemáticas el profesor ofrezca a los
estudiantes la oportunidad de estar en contacto frecuente con las nociones y procedimientos
básicos, en situaciones que les permitan utilizar los conocimientos anteriores, a medida que
progresa gradualmente hacia conocimientos más avanzados.
Cuando sea necesario revisar algún tema, en lugar de repetir mecánicamente explicaciones y
actividades conocidas por los estudiantes, será preferible recordar brevemente las nociones
principales y proponer problemas que las enriquezcan
El trabajo colegiado
Dado que no todos los profesores de matemáticas imparten el curso en los tres grados
escolares, es necesario asumir la responsabilidad de la educación de los estudiantes como un
trabajo colegiado.
El trabajo del profesor de cada uno de los tres grados repercute en el proceso global de
formación de los alumnos.
Significado de la evaluación
La evaluación es uno de los aspectos más complejos, tanto por la naturaleza misma del
proceso de evaluación, como por sus implicaciones en el proceso de estudio y para los
estudiantes.