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La democracia y el mercado dos

instituciones suicidas. Garzón Valdés.

Prof. Brandán
- Garzón Valdés analiza las dos instituciones que fueran concebidas como las más
eficaces para la defensa de la autonomía individual.

- Ambas aspiran a garantizar el máximo posible de libertad dentro de un marco

normativo.

- Pero advierte el autor que ambas libradas a sí mismas, tienen también la propiedad

disposicional de autodestruirse.

- El medio eficaz para impedirlo es establecer límites éticos al funcionamiento de la

democracia representativa y del mercado.


La justificación racional del Estado de los contractualistas, se vincula
con la necesidad de obtener un mínimo de seguridad mediante la
implementación de un sistema jurídico dotado de poder sancionador,
capaz de imponer formas de comportamiento.

¿Pero, por qué debo ser justo y cumplir con los


contratos, aún cuando ello sea irracional, ya que
perjudica mis intereses?

Pregunta del tonto de Hobbes


• Solución política: Hobbes sostenía que es racional cumplir con lo acordado,
siempre que se tenga la garantía que los otros también lo cumplirán. Siempre que
exista un poder dotado de medios coactivos suficientes. Esta política de Hobbes da
prioridad a la racionalidad, pero no logra establecer su coincidencia incondicionada
con la moralidad.

• Solución Teleológica: Sostienen que no existe relación entre moralidad y


racionalidad. La moralidad sólo se basa en consideraciones extraracionales. Pero esta
no prospera porque el tonto de Hobbes es racional y no está dispuesto a creer en
dioses. No confieren a la racionalidad relevancia alguna en los asuntos de la moral.

• Solución Moral: Reconocen discrepancia entre lo moral y lo racional. La


racionalidad aquí tienen un papel importante en la moralidad. Pero se limita a la
determinación del contenido de los comportamientos debidos (cumplir racionalmente lo
acordado). Hay que ser justo, no porque sea racional, sino simplemente porque es
justo (Rawls). Subordina la racionalidad a la moralidad.
• La justificación ética de una forma política es la que procura
conciliar la autonomía personal, con la convivencia de seres
iguales, conciliar libertad con igualdad, que es justo lo que
subyace de la idea de democracia.
• La libertad natural se convierte en libertad política a través de
la democracia.
• La libertad política sólo es posible en un orden en el cual cada
uno obedezca las normas que se da a uno mismo.
• Solo estas están justificadas éticamente.
• La libertad de la democracia se somete a una restricción
adicional, acepta como legítimas las decisiones de la mayoría.
La democracia tiene tendencia suicida por los siguientes problemas:

• 1) La ilimitabilidad de la soberanía (la limitación del soberano es una


contradictio in terminis ello porque es imposible lógicamente darse normas
a uno mismo).
• 2) La tendencia al comportamiento parasitario o al aumento egoísta del
poder:
a) El peligro de la obesidad mayoritaria.

b) Despotismo elegido.
c) No decisión.

d) La antinomia de la legislación.
e) La contradicción de Hirst.
El mercado tiene tendencia suicida por los siguientes problemas:

• 1) Tiende a la concentración del poder: Estas tendencias monopólicas

anulan el esfuerzo individual para lograr una mayor rendimiento.

• 2) La libertad incontrolada del mercado tiende a destruir la libertad

individual.
Garzón Valdés propone como soluciones resguardos normativos adicionales, que se vincular con

la legitimidad de los sistemas políticos.

Los frenos al suicidio deberán ser de naturaleza ÉTICA.

Para frenar la tendencia de ambas instituciones propone:


1) Concepto de legitimidad libre de objeciones.

2) Controlando los comportamientos parasitarios, con la existencia de una sociedad homogénea, con la

exclusión de ciertos asuntos de la decisión parlamentaria, la vigencia plena del principio de publicidad y el

respeto de los intereses objetivos de los ciudadanos.

3) Control de la actividad mercantil: No todo puede quedar en manos de las reglas de mercado (el coto

vedado), es decir hay necesidad de excluir ciertos bienes no susceptibles de ser sometidos a las reglas de la

oferta y de la demanda. La única posibilidad de contener el dinamismo del mercado es fijar los límites de lo

legítimamente mercatilizable, impuesto no por el mercado mismo sino por un sistema normativo superior, si se

acepta el valor instrumental del mercado y las restricciones impuestas, quizás logre cumplir las funciones que

se le han atribuido.
Conclusión:
Garzón Valdés asegura que la democracia es el mejor método
para asegurar la indulgencia mutua en sociedades numerosas y
el mercado es la vía más adecuada para la realización de
nuestras preferencias personales, pero ambas instituciones
deben ser sometidas a una inspección permanente desde el
punto de vista ético, y debe cuidarse que se mantengan vigentes
los frenos externos a la tendencia autodestructiva que dichas
instituciones presentan.

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