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TERAPIA RACIONAL EMOTIVA DE

ALBERT ELLIS

Ps. Oswaldo Bartra Coronel


Ps. Miguel Hiram Sánchez Boluarte
Desarrolló la Terapia Racional Emotiva, esta fue la primera
terapia cognoscitiva – conductual que denota una teoría de la
personalidad. En esta teoría plantea que los seres humanos
crean en gran medida sus propias consecuencias emocionales.
Ellis afirma que las personas tienen inclinaciones casi innatas a
ser felices, buscar el placer y evitar el dolor sin embargo tienen
pensamientos irracionales, sentimientos inadecuados y
conductas disfuncionales que reducen su potencial.

Las personas crecen dentro de grupos sociales y gastan mucha


de su energía para tratar de vivir de acuerdo a las expectativas
de los demás y se toman como buenas o valiosas solo si son
aceptadas o aprobadas por los demás.
Ellis señala que se habla de trastorno emocional cuando se
preocupan demasiado por lo que piensan los demás, esto se
deriva de su creencia de que solo pueden aceptarse a sí mismos
si los demás los aceptan también.
 
En 1978 Albert Ellis propone que los seres humanos somos
animales creadores de signos, símbolos y lenguaje que tienen
cuatro procesos fundamentales: percepción, movimiento,
pensamiento y lenguaje. Todos estos se encuentran
interrelacionados entre si por necesidad. Lo más apropiado sería
decir entonces que una persona percibe, se mueve, siente y
piensa acerca de un problema. Asimismo, la emoción no es un
factor sino una combinación de fenómenos relacionados.
La teoría que está detrás de la terapia racional emotiva es la
cognoscitiva – conductual – afectiva – global, que percibe la
cognición y la emoción de manera integrativa y al pensamiento
como algo incluido por lo normal y que se desencadena por
algún grado de deseo o sentimiento. Debido a que los
pensamientos y las emociones se superponen con frecuencia
por ello parte de lo que se considera emoción es un
pensamiento evaluador. Sin embargo también es probable que
una persona pueda tener un arranque momentáneo de
emoción sin pensamiento pero para sostener la emoción tiene
que estar respaldada de alguna forma por su pensamiento.
Las personas de todas las edades tienen pensamientos
irracionales, sentimientos inadecuados y conductas
disfuncionales que se inclinan a socavar su potencial. Los
individuos nacen con una propensión a realizar conductas
autodestructivas y aprenden por medio del condicionamiento
social a exacerbar en lugar de minimizar dicha propensión,
además cabe señalar que todo individuo tiene la capacidad
para entender lo que cree que de forma insensata puede
estar causando su angustia y entrenarse a sí mismo para
cambiar sus creencias, emociones y conductas
autosaboteadoras.
Todo individuo crece dentro de un grupo social y gasta la
mayor parte de sus energías tratando de impresionarlo,
viviendo de acuerdo a las expectativas del grupo y se define
como bueno o valioso si es que considera que el grupo lo
acepta primero. A ello Ellis refiere que es auténtico y sano
que las personas se encuentren o se realicen a sí mismas en
sus interrelaciones interpersonales y que tengan una
cantidad considerable de interés social.
Sin embargo cabe resaltar que para Ellis lo que se conoce
como trastorno emocional se asocia a que las personas se
preocupan demasiado sobre lo que piensan los demás y
agravan su deseo de aprobación por los demás. Somos seres
en el mundo y por ello es significativo que los demás nos
valoren en algún grado pero no debemos exagerarla
importancia de la aceptación de los demás ya es esta la que a
menudo causa nuestras emociones inapropiadas.
La Teoría del A – B – C de la personalidad
Cuando un consecuencia emocional muy cargada (C) (como por
ejemplo un ataque de ansiedad) sigue a un evento de activación
significativo (A) (como ser perseguido por un perro grande)
puede parecer que C causa a A pero en realidad no es así, en su
lugar las consecuencias emocionales son creadas en gran medida
por B, que es el sistema de creencias del individuo (los perros son
peligrosos).
 
Cuando ocurre una consecuencia emocional indeseable por lo
general puede buscarse hasta en las creencias irracionales de la
persona. Cuando a esta persona se le desafía en forma efectiva
(D) al debatirlas de manera racional y conductual las
consecuencias perturbadoras son minimizadas y disminuidas en
gran medida. Las personas se trastornan psicológicamente por
preocuparse en forma innecesaria a sí mismas.
Este conjuntos de creencias es irracional porque la persona
puede soportar el evento nocivo aún cuando es posible que
nunca le agrade. Al decir que es nocivo se refiere a que este
evento es inconveniente, desventajoso y poco beneficioso para
el individuo.
 
Ellis señala que no hay mucho que se pueda hacer cuando se
concentra demasiada atención a los hechos pasados de la vida
ya que no se puede hacer nada parea cambiar los hechos que
ya sucedieron. En cuanto a los sentimientos presentes del
individuo, cuanto más se destaquen aumenta la posibilidad de
que se sienta peor.
La manera más lógica de interrumpir el proceso es hacer que las
personas se concentren en su sistema de creencias y lo debatan
ya que ese es el creador de la ansiedad, por ello Ellis le llama el
sistema de creencias del debería.
 
Ellis sostiene además que este sistema de creencias influye de
manera importante ya que los seres humanos heredamos una
gran cantidad de predisposiciones hedonistas biológicas y una
alto grado de enseñabilidad. Él cree en la probabilidad de que el
80% de la variación en la conducta humana descansa en
variables biológicas y alrededor de un 20% en el entrenamiento
ambiental.
Heredamos una tendencia a convertir las preferencias
culturales en deberían y las normas sociales en tendrían
absolutos. Sin embargo este autor está convencido de que las
personas tienen algo de libre albedrío, aunque limitado y
capacidad para cambiar sus patrones de conducta, cree
además que cada individuo es único y debe asumir la
responsabilidad de su conducta.
Psicoterapia racional emotiva

En esta terapia, Ellis adopta un enfoque muy directivo, el


objetivo es permitir a los clientes comprometerse con acciones
que corresponden a su verdadero sistema de valor, liberar a los
individuos para que desarrollen una imagen constructiva y
segura del valor de sí mismo. Los clientes deben ser conducidos
a apreciar su verdadera identidad y alentados para aventurarse
más en probar sus propios gustos y valores personales.
 
Se usan tres procesos terapéuticos principales en esta teoría:
1. La Terapia Cognoscitiva: intenta mostrar a los clientes el
modo de reconocer sus pensamientos debería y tendría,
cómo separar las creencias racionales de las irracionales y
en qué forma aceptar la realidad. En sesiones personales
los terapeutas no sólo escuchan sino que también dan
información y buscan estimular a los clientes a explorar
su filosofía propia de vida. En la terapia de grupo o
talleres, los miembros son alentados a discutir, explicar y
razonar entre sí.
2. La Terapia Evocadora Emotiva: En esta terapia la
representación de roles, psicodrama, humor y otras ideas
tales como la aceptación incondicional buscan reducir al
absurdo las ideas creadoras de trastornos, y convencer a
los clientes que los demás pueden aceptarlos con sus
fallas y establecer contacto con sus sentimientos
“Vergonzosos” de modo que puedan especificar las
creencias que están originando en ellos el desarrollo de
estos sentimientos.
3. La Terapia Conductual: Se emplea en la teoría racional
emotiva no sólo para cambiar los patrones de
conducta desadaptativos sino también para ayudar a
cambiar su cognición. Se les puede decir a las personas
que fallen en forma deliberada en una tarea pequeña
a fin de sobrevivir a un fracaso y aprender.
La teoría racional emotiva de la psicoterapia afirma que hay
muchas clases de tratamiento psicológico y que la mayor parte de
estos funciona en algún grado. Un sistema de terapia eficiente
incluye:
 
1. Economía de tiempo y esfuerzo.
2. Reducción rápida de los síntomas.
3. Efectividad con una muestra representativa grande de clientes.
4. Discusiones orientadas hacia una solución.
5. Resultados a largo plazo duraderos.

La función del terapeuta no es sólo mostrar a los clientes sus ideas


o procesos de pensamiento irracionales sino persuadirlos de
cambiarlos por otros más racionales.

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