COP’S Los compuestos orgánicos persistentes son sustancias que resultan de la unión de uno o más átomos de cloro a un compuesto orgánico. Estos últimos, constituyen la base de la materia viva y están formados por átomos de carbono e hidrógeno. Aunque esta unión puede ocurrir de forma natural, la inmensa mayoría de estas sustancias se forma artificialmente. La industria química combina gas cloro con derivados del petróleo para crear pesticidas como el DDT o el lindano, plásticos como el PVC o el PVDC, disolventes como el percloroetileno y el tetracloruro de carbono, refrigerantes como los CFC o HCFC. Los COPs liberados al ambiente pueden viajar a través del aire y el agua hacia regiones muy distantes de su fuente original. Los COPs pueden concentrarse en los organismos vivos, incluidos los humanos, hasta niveles que pueden dañar la salud humana y/o el ambiente, aún en regiones alejadas donde son usados o emitidos. Se dice que son persistentes porque permanecen mucho tiempo en el ambiente, incluso decenas de años, resistiendo la degradación por el sol, su degradación química y la degradación por otros microorganismos. Los COPs tienen el potencial de dañar a las personas y las cuales, se encuentran actualmente en el ambiente, en la vida silvestre y en los humanos. Algunos COPs, en concentraciones extraordinariamente bajas, pueden alterar funciones biológicas normales, incluyendo la actividad natural de las hormonas y otros mensajeros químicos y dispara una serie de efectos potencialmente dañinos. La preocupación sobre los COPs ha ido en aumento, ya que se ha comprobado que son muy estables, resisten la degradación fotolítica, química y biológica y muestran, consecuentemente, una alta persistencia. Se caracterizan por una alta lipofilia, resultando bioacumulativos en los tejidos grasos de los organismos vivos. Presentan una presión de vapor relativamente baja, que posibilita el denominado “efecto de destilación/fraccionamiento global” que les permite moverse a grandes distancias a través de la atmósfera y distribuirse ampliamente por todo el planeta. Se condensan sobre las regiones más frías de la tierra, incluyendo regiones donde nunca se han empleado este tipo de compuestos. Además, también son transportados, en bajas concentraciones, junto a las aguas marinas y continentales. Las iniciativas de regulaciones nacionales o regionales para la consecución de medidas que eviten sus impactos adversos globales, no son efectivas sin la colaboración con otros países y no pueden controlar adecuadamente las emisiones de COPs al medio ambiente. Se precisa una acción global para combatir esta problemática. Así, en la actualidad, el Convenio de Estocolmo, convenio internacional que entró en vigor en España en 2004, regula una lista de COPs integrada por doce sustancias a las que se les denomina “docena sucia”. DIOXINAS Las dioxinas (policlorodibenzodioxinas) son una familia de sustancias químicas que tienen el dudoso honor de ser reconocidas como los productos químicos más tóxicos que el hombre ha sido capaz de sintetizar. Forman parte, junto los furanos (paradiclorobenzofuranos), asimismo altamente tóxicos, de una familia química más amplia: los organoclorados. Comenzaron a producirse en la década de 1930. Sus usos más frecuentes estaban en el campo de los aislantes y refrigerantes en baterías y transformadores. No se trata de un producto industrial, sino de un subproducto químico al elaborarse otros. La exposición humana puede producirse por ingestión, por inhalación o por absorción percutánea, en la utilización de algunos jabones o el contacto con aguas contaminadas. Son lipofílicas: se acumulan en tejido adiposo. Se metabolizan y se eliminan lentamente. La vida media de en los humanos oscila entre los 7 y los 8 años. Se calcula que en 40 años se llega a un equilibrio dinámico entre ingesta y eliminación fecal. HEXACLOROBENCENO Fungicida usado para el tratamiento de semillas de trigo, cebolla, sorgo. Se encuentra como impureza en varias formulaciones de plaguicidas. También es un producto industrial secundario ENDRIN La Endrina es un ciclodieno insecticida ,también actúa como avicida y como rodenticida, y usado en el control de ratas y ratones. Es adsorbida por los sedimentos del agua. Puede bioacumularse en tejidos, particularmente en los grasos, de organismos viviendo en agua. Algunas estimaciones indican que la vida media en suelo es de más de 10 años. Es muy tóxico para los organismos acuáticos, peces, invertebrados acuáticos, y en el fitoplancton. El envenenamiento agudo de la Endrina en humanos afectan primariamente el sistema nervioso. Se ha reportado que una dosis oral de 0,25 mg/kg peso corpóreo, causa convulsiones en los seres humanos. Los síntomas pueden aparecer entre 20 min. y 12 h sucesivamente a la ingestión accidental o exagerada sobre exposición, y pueden incluir dolor de cabeza, mareo, náusea, vómito, debilidad en las piernas y convulsiones, conduciendo a veces a la muerte. Los compuestos organoclorados pueden causar depresión respiratoria y también sensibilizar el corazón a catecolamina endógena, dando lugar a arritmia cardiaca y, en casos de exposición severa, a fibrilación ventricular y arresto cardiaco. La depresión respiratoria puede dar lugar a acidosis metabólica, y, si necesario, deberían controlarse los gases en la sangre. MIREX
El Mirex (Nombre químico:
dodecacloropentaciclo[5.2.1.02,6.03,9.05,8]decano) es un plaguicida prohibido, en todas formulaciones y usos, por el Convenio de Rótterdam. El Mirex es tóxico por vía oral, por contacto con la piel y por inhalación del polvo. A continuación de una ingestión accidental o sobre exposición, los síntomas que pueden aparecer son dolor de cabeza, mareo, náusea, vómito, debilidad en las piernas y convulsiones. El Mirex es uno de los insecticidas organoclorados más estables. Aunque si los niveles del medio ambiente en general sean bajos, está muy difundido en el medio ambiente biótico y abiótico. El Mirex es acumulado y biomagnificado. Se absorbe fuertemente en los sedimentos y tiene baja solubilidad en el agua. El inicio retardado de sus efectos tóxicos y de la mortalidad es típico del envenenamiento con Mirex. La toxicidad a largo plazo del Mirex es uniformemente alta. Es tóxico para una gama de organismos acuáticos, siendo particularmente sensitivos los crustáceos. Aunque no hay datos de campo disponibles, los efectos adversos de la exposición a largo plazo a bajos niveles del Mirex, combinado con su persistencia, sugieren que su uso representa un riesgo para el medio ambiente a largo plazo. TOXAFENO El toxafeno es un insecticida que contiene más de 670 productos químicos. Generalmente se encuentra en forma de sólido o gas y en su forma natural es un sólido ceroso de color amarillo a ámbar que huele a trementina. No se enciende ni se evapora cuando está en forma sólida o cuando se mezcla con líquidos. El toxafeno también se conoce como canfeclor, clorocanfeno, policlorocanfeno y canfeno clorado. El toxafeno fue uno de los insecticidas más usados en los Estados Unidos hasta 1982, cuando la mayoría de sus usos se prohibieron; existe prohibición total desde 1990. El toxafeno se usó principalmente en el sur de los EE.UU. para controlar insectos en cosechas de algodón y en otras cosechas. También se usó para controlar insectos en el ganado y para matar CLORDANO El clordano es un plaguicida prohibido en todas sus formulaciones y usos por ser dañino para la salud humana y el medio ambiente. El clordano es un plaguicida altamente tóxico para los humanos y para los animales como reportado por FAO, OMS y NIOSH. El clordano es persistente y bioacumulativo en el medio ambiente, con potenciales efectos adversos para el hombre y para el medio ambiente por la continua exposición a largo plazo a través del agua, alimentos y otras fuentes. De particular preocupación es su demostrada respuesta carcinogénica en roedores de laboratorio y su potencial impacto para la salud humana por la difundida contaminación HEPTACLORO El heptacloro es un plaguicida prohibido, bajo todas sus formulaciones, por el Convenio de Rótterdam. El heptacloro es altamente tóxico para los humanos y causa hiperexcitación del sistema nervioso central y daños al hígado. Estudios retrospectivos en trabajadores y rociadores de heptacloro han demostrado significantes incrementos de muertes por enfermedades cerebro vasculares. Se ha encontrado que el heptacloro tiene efectos significativos en la progesterona y en los niveles de estrógeno en ratas de laboratorio. Otros estudios animales muestran alteración del sistema nervioso y daños al hígado. De preocupación particular es su demostrada respuesta carcinogénica en roedores de laboratorio y su potencial impacto para la salud humana por la difundida contaminación medioambiental en la cadena alimentaria. DDT Es un compuesto organoclorado principal de los insecticidas. Es incoloro y cristalino. Es muy soluble en las grasas y en disolventes orgánicos, y prácticamente insoluble en agua. Su peso molecular es de 354 g/mol. Estructura química. La cantidad presente en los insecticidas del DDT, se puede conocer mediante análisis de precipitación con nitrato de plata, después de mineralizar y disolver la muestra en una cantidad de agua. En el siglo XX fue utilizado con intensidad como insecticida pero, tras una campaña mundial que alegaba que este compuesto se acumulaba en las cadenas tróficas y ante el peligro de contaminación de los alimentos, se prohibió su uso. Los efectos adversos para la salud de los animales del DDT incluyen fallos en la reproducción y en el desarrollo, posibles efectos en el sistema inmunitario y muertes difundidas de aves salvajes después de rociar el DDT. Como sucede con muchos insecticidas organoclorados, el mayor objetivo de la exposición aguda al DDT es el sistema nervioso. La administración a largo plazo del DDT ha dado lugar en los animales a efectos hepáticos, renales e inmunológicos. El transporte atmosférico a largo alcance del DDT en los países del norte, incluyendo el Ártico, está bien documentado; el DDT ha sido detectado en el aire del Ártico, terreno, hielo y nieve y virtualmente en todos los niveles de la cadena alimentaria del Ártico. Muchos estudios indican que los sedimentos del fondo en lagos y ríos actúan como reservas para el DDT y sus metabolitos. ALDRIN Y DIELDRIN Aldrín y dieldrín son los nombres técnicos de dos compuestos estructuralmente similares que se usaron como insecticidas. Se puede encontrar Aldrín y Dieldrín en el suelo, el agua o en viviendas donde se usaron estos compuestos para matar termitas. También puede encontrar Aldrín y Dieldrín en plantas y en animales que se encuentran cerca de sitios de desechos peligrosos. Desde los 50’s hasta 1970, Aldrín y Dieldrín se usaron extensamente como insecticidas en cosechas tales como maíz y algodón. El Departamento de Agricultura de EE.UU. canceló todos los usos del aldrín y el dieldrín en 1970. Sin embargo, en 1972 la EPA aprobó el uso de Aldrín y de Dieldrín para matar termitas. Su uso para controlar termitas continuó hasta 1987. BIFENILOS POLICLORADOS Los PCB o bifenilos policlorados son una serie de compuestos organoclorados, los cuales forman una serie de 209 congéneres, los cuales se forman mediante la cloración de diferentes posiciones del bifenilo, 10 en total. Los PCBs coplanares tienen importancia medioambiental y analítica debido a su toxicidad, parecida a la de las dibenzodioxinas policloradas (PCDD) y dibenzofuranos policlorados (PCDF), posiblemente debido a la coplanaridad de la molécula. La primera síntesis de PCBs fue realizada por Schmitt-Schulz en Alemania en 1881, iniciándose su producción a nivel industrial por la empresa Monsanto en 1929. Los PCBs, una vez ingeridos, se acumulan principalmente en tejidos ricos en lípidos, como puede ser el tejido adiposo, el cerebro, hígado, etc. Se produce una transferencia de la madre al feto durante la gestación, y esta contaminación del feto puede dar lugar a una ralentización del neurodesarrollo y afectar a la función tiroidea al situarse en receptores específicos para estas hormonas. Se especula con la posibilidad de efectos adversos incluso en niveles no tóxicos para el resto de la población adulta. El grado de toxicidad de los PCBs es directamente proporcional al grado de cloración de la molécula, y dentro de esta escala los PCBs coplanares son más tóxicos que sus congéneres no coplanares, como se indica en la tabla 1, donde PCBs coplanares con menos átomos de cloro (126 y 169) son más tóxicos que un congéner no coplanar con 7 cloros (PCB 170). FURANO El furano es un compuesto orgánico heterocíclico. Es un líquido claro, incoloro, altamente inflamable y muy volátil, con un punto de ebullición cercano al de la temperatura ambiente. Es tóxico y puede ser carcinógeno. La aromaticidad del furano se debe a que uno de los pares de electrones solitarios del átomo de oxígeno se deslocaliza sobre el sistema de orbitales π del anillo, creando un sistema aromático de 4n+2 electrones (similar al del benceno). La estabilización extra debida a la aromaticidad comporta, por definición, una estructura plana. El otro par de electrones sin compartir del átomo de oxígeno se extiende en el plano del sistema anular, hacia fuera. La hidrogenación del furano mediante catálisis heterogénea, esto implica un catalizador metálico, conduce al tetrahidrofurano.