Está en la página 1de 71

AL CRISTO VIVO

SIRVO
Al Cristo vivo sirvo y Él en el
mundo está;
Aunque otros lo negaren yo
sé que él vive ya.
Su mano tierna veo, su voz
consuelo da,
Y cuando yo le llamo, muy
cerca está.
Él vive, él vive, hoy vive el
Salvador;
Conmigo está y me guardará
mi amante Redentor.
Él vive, él vive, me imparte
salvación;
Sé que él viviendo está
porque
Vive en mi corazón.
En todo el mundo entero
contemplo yo su amor,
Y al sentirme triste
consuélame el Señor;
Seguro estoy que Cristo mi
vida guiando está
Y que otra vez al mundo
regresará.
Él vive, él vive, hoy vive el
Salvador;
Conmigo está y me guardará
mi amante Redentor.
Él vive, él vive, me imparte
salvación;
Sé que él viviendo está
porque
Vive en mi corazón.
Regocijad, cristianos, hoy
himnos entonad;
Eternas aleluyas a Cristo el
Rey cantad.
Ayuda y esperanza es del
mundo pecador,
No hay otro tan amante
como el Señor.
Él vive, él vive, hoy vive el
Salvador;
Conmigo está y me guardará
mi amante Redentor.
Él vive, él vive, me imparte
salvación;
Sé que él viviendo está
porque
Vive en mi corazón.
EN JESUCRISTO
En Jesucristo se halla la paz,
en horas negras de
tempestad; tienen las almas
dulce solaz, grato consuelo,
felicidad.
Gloria cantemos al redentor
que por nosotros quiso morir;
y que la gracia del salvador
siempre dirija nuestro vivir.
En nuestras luchas, en el
dolor, en tristes horas de
tentación; calma le infunde,
santo vigor, nuevos alientos
al corazón.
Gloria cantemos al redentor
que por nosotros quiso morir;
y que la gracia del salvador
siempre dirija nuestro vivir.
Cuando en la lucha falta la fe
y el alma vese desfallecer,
Cristo nos dice: “Siempre os
daré gracias divina, santo
poder”.
Gloria cantemos al redentor
que por nosotros quiso
morir; y que la gracia del
salvador siempre dirija
nuestro vivir.
TENGO PAZ CON MI DIOS
Al ir por la senda de felicidad,
o cuando en tinieblas estoy,
mi grato consuelo es esta
verdad: tengo paz, tengo paz
con mi Dios.
Tengo paz tengo paz con mi
Dios; con mi Dios; tengo paz,
tengo paz con mi Dios.
Si intenta acusarme el
engañador, de esto seguro
estoy: la sangre preciosa de
mi Salvador, hizo paz, hizo
paz con mi Dios.
Tengo paz tengo paz con mi
Dios; con mi Dios; tengo paz,
tengo paz con mi Dios.
Jesús, mis pecados clavó a su
cruz, de todos el precio pagó.
Y ya no los llevo, oh ¡gloria a
Jesús! Tengo paz, tengo paz
con mi Dios.
Tengo paz tengo paz con mi
Dios; con mi Dios; tengo paz,
tengo paz con mi Dios.
Mi alma espera la resurrección,
pues viene en su gloria el
señor. Iré a morar para siempre
en Sión, y gozar de la paz con
mi Dios.
Tengo paz tengo paz con mi
Dios; con mi Dios; tengo paz,
tengo paz con mi Dios.
VEN AMIGO A JESÚS
•Ven, amigo, a Jesús, pues él murió por ti;
•Recibirás la luz que quiere darte a ti.
•Mi buen Jesús murió y él te dará el
perdón;
•Abre tu corazón y dulce paz tendrás.
SI HIMNOS MIL
Si himnos mil pudiera yo
cantar, lo haría sin cesar:
“Cuán grande es él”.
De su amor, su ciencia y gran
poder, yo cantaría fiel, tan
sólo de él.
De la alta cúspide cantando
de mi fe a aquel que oyera mi
canción:
Si himnos mil pudiera yo
cantar;
Lo haría sin cesar: “Cuán
grande es él”
Si de su amor pudiera
entonar y en sinfonía dar sin
fin loor,
Yo cantaría de su fiel bondad
por la eternidad, tan sólo de
él.
De la alta cúspide cantando
de mi fe a aquel que oyera mi
canción:
Si himnos mil pudiera yo
cantar;
Lo haría sin cesar: “Cuán
grande es él”
NECESITO TU PRESENCIA
Cuando en mi senda diaria, hay
flores al pasar, de ti yo quito mi
visión y dejo de orar.
Mas cuando en el cielo las nubes
traen temor, mi ser a ti levanto y
escuchas mi clamor.
Necesito tu presencia, oh señor.
Te necesito, haya calma o furor.
En fortuna o aflicción tenme
siempre en oración; necesito
tu presencia.
Señor, yo soy tan débil, mas tú
mi protección; sin ti no puedo
yo cantar, pues eres mi canción.
Y si por mi orgullo pensara
sólo en mí, enséñame
humilde a depender de ti.
Necesito tu presencia, oh
señor. Te necesito, haya calma
o furor.
En fortuna o aflicción
tenme siempre en
oración; necesito tu
presencia.
NO CAMBIARÁ
Soy de él, Padre fiel;
Sabe quién yo soy.
Por la fe, paz tendré;
No cambia ayer ni hoy.
Al caer, o vencer
Me apoyará;
Su perdón, protección,
Conmigo irán.
No Cambiará,
igual será;
Cristo no ha cambiado,
Y no cambiará.
¡Qué gran Amigo,
Tan puro y digno;
Cristo no ha cambiado,
Y no cambiará!
El amor del Señor
No se apartará;
En su ley confiaré,
Y en su fidelidad.
En temor o dolor
Si no veo su faz;
Su poder por doquier
Conmigo está.
No Cambiará,
igual será;
Cristo no ha cambiado,
Y no cambiará.
¡Qué gran Amigo,
Tan puro y digno;
Cristo no ha cambiado,
Y no cambiará!

También podría gustarte