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Actividad
Preguntas
1.¿Por qué crees que las personas del
lugar querían enfadarse?
2.¿Qué pasaba con los conflictos si no se
enfadaban?
3.¿Qué crees que hacía el duende del
enfado?
4.¿Qué sensaciones tenían cuando estaban
enfadados?
Apoyo Socioemocional
Clase 1
02 Objetivo:
Desarrollar diversas habilidades
sociales, en base a la reflexión:
expresar afecto
“El hombre de témpano”
La historia de Témpano era muy triste, pero nadie de su entorno se
había molestado en conocerla. Fue abandonado cuando era muy
pequeño en un contenedor de basura y, desde entonces, había
crecido en un entorno sin cariño, sin caricias y sin calor. Con el
tiempo, cada vez se hizo más frío hasta el punto de que sus palabras
se empezaron a congelar y no mantenía contacto con nadie, además,
su aspecto pálido y ojeroso hacía que las personas no le quisieran a
su lado.
Un día llegó al pueblo una familia con tres niños y felices se
instalaron en su nueva casa. El hijo mediano, Damián, era albino y
enseguida empezó a ser objeto de las miradas de los que allí vivían.
A los pocos días amaneció un día precioso y, Damián y su familia
decidieron explorar las afueras del pueblo dirigiéndose a las cascadas
del río de las que habían oído hablar.
Poco antes de comer los niños quisieron darse un baño y se metieron
en una poza natural. Nadaron, jugaron, lo pasaron muy bien y cuando
iban a salir del agua, de repente, Damián empezó a gritar:
— ¡Algo me tiene apresado, ¡ayudadme! —, gritaba nervioso
hundiéndose en el agua.
Los hermanos corrieron a avisar a sus padres, mientras Damián, a
pesar de saber nadar, desesperado iba perdiendo las fuerzas
Témpano como acostumbraba, estaba sentado a la sombra de un
manzano a la orilla del río y se quedó adormilado con el rumor del
agua. Al momento, unos gritos le despertaron.
Se levantó y vio al niño que se hundía haciendo grandes
aspavientos. Sin pensarlo, se lanzó al río y buceando cortó la rama
que tenía apresado al niño por el bañador y le sacó a la orilla.
Cuando el niño estuvo a salvo, como estaba acostumbrado a su
propia palidez, acarició agradecido la cara blanca de Témpano sin
mostrarle temor y, aunque enseguida notó su frialdad, le dio un
beso en la mejilla. Sintió entonces Témpano algo que jamás había
sentido y su cara reaccionó poniéndose colorada.
El niño entonces le preguntó:
— ¿Cómo te llamas? Témpano extrañado dijo dudando:
— Carmelo — y al decir su nombre, por primera vez y en voz alta,
no se congelaron sus palabras. Yo soy Damián, — dijo el niño.
Los padres del niño llegaron enseguida y abrazaron a Damián. El
niño les contó que Carmelo le había salvado la vida. Los padres
habían presenciado todo y, la madre agradecida abrazó a Témpano
que, volvió a enrojecer y a sentir algo extraño dentro de su cuerpo
A partir de ese día Damián y sus hermanos iban a buscar a
Témpano al río para jugar con él. Fue aceptado como uno más de la
familia y le hicieron tener sentimientos que de otra manera jamás
hubiera conocido. Por primera vez en su vida, Témpano, supo lo
que era el amor.
Actividad
REFLEXIONEMOS…
Dibuja en tu cuaderno un
corazón, puedes agregarle la
frase que tú quieras y luego se
la regalas a quien tú quieres
con la finalidad de demostrarle
tu cariño hacia esa persona.
Apoyo Socioemocional
CLASE 2
Objetivo:
Desarrollar diversas
habilidades sociales, en base
03
a la reflexión: RESOLVER
EL MIEDO
Halloween tiene miedo
Estaban todas las fiestas del año reunidas en secreto: querían darle
una gran sorpresa a su buena amiga la fiesta de Halloween. La idea
se le había ocurrido a la hermana melliza de Halloween, la fiesta de
Todos los Santos, y todas las demás fiestas excepto Año Nuevo, el
hermanito de Navidad, que aún era pequeño, habían ayudado a
preparar la sorpresa durante semanas. Por supuesto, habían tenido
muy en cuenta los gustos de su amiga, y habían decorado el lugar
con murciélagos, calabazas, telas de araña y esqueletos. Sin olvidar
la gran montaña de dulces, claro.
Ya era de noche. Hacía un poco de frío y había mucha niebla, y
todos esperaban que Halloween llegara en cualquier momento. De
pronto, se abrió la puerta de golpe y Halloween entró corriendo,
aterrorizada. Nadie pudo reaccionar, no parecía ser un bueno
momento para celebrar nada.
- ¡Me quiere comeeeer! ¡Hay algo ahí fuera que ha intentado
comermeeeee! Halloween, la más valiente de todas las fiestas,
amiga de los monstruos más horribles, estaba muerta de miedo.
- ¿Podéis creerlo? Iba gritando: ¡Te voy a pillar, ojo, ojo, que te
cojo! No tenía ningún miedo de mí ¡De mí! que soy la reina del
miedo y los sustos. Qué ser tan horrible, que no sabe ni lo que son
el miedo y el respeto- dijo enfadada y asustada.
Sus amigas, miedosas todas ellas, la rodearon pensando qué podían
hacer. Siempre que tenían miedo acudían a Halloween, pero ahora,
¿quién podría ayudarlas? Tan agobiadas estaban que se olvidaron de
vigilar al travieso Año Nuevo, y este aprovechó el revuelo para salir a la
calle. Fue entonces cuando Halloween lo vio a través de la ventana.
- ¡Oh, no! Ese ser horrible ha atrapado a Año Nuevo y lo está aplastando
con sus brazos ¿qué vamos a hacer ahora? En ese momento había algo
más de luz y se le podía ver mejor: tenía una gran barriga, propia de
alguien capaz de comerse a Halloween de un bocado, y el traje entero
era del color de la sangre, normal para quien pasaba el día comiendo
gente. Además, ocultaba su cara tras un montón de pelo, y llevaba un
saco gigantesco, donde posiblemente escondiera a toda la gente que aún
no había podido comerse…
Tío, ¡qué alegría! - gritó entonces Navidad, al tiempo que corría a la
calle para… ¡echarse en brazos del terrible ser!
Desde dentro, Halloween escuchó grandes risotadas y, poco después,
Navidad y Año Nuevo entraban en la casa acompañando al terrible
ser:
- Halloween, te presento a nuestro tío Santa Claus. Está muy gordo
porque come pastas en todas las casas del mundo, pero nunca se ha
comido a nadie. Viste de rojo para que se le reconozca, su barba es
enorme porque ya es muy viejo, y su saco… su saco es lo mejor de
todo porque... ¡está lleno de regalos para tu fiesta!
Halloween aún no lo veía muy claro
- ¿Y entonces por qué gritaba “te voy a pillar, ojo, ojo, que te
cojo”?
- Ja, ja, ja -rió el señor gordo de rojo- lo que yo digo es “Feliz
Navidad, jou, jou, jou”. ¿Te has limpiado bien los oídos, o el gorro
no te dejaba escuchar? ¡ja, ja, ja, ja!
Halloween respiró aliviada y todos rieron. Luego Navidad se le
acercó cariñosamente y le dijo al oído:
- ¿Ves? al final es lo que tú siempre nos dices; que las cosas que
más miedo dan, solo están en nuestra imaginación.
Actividad
Reflexionemos
¿Qué cosas te
dan miedo?
¿Cómo podrías
enfrentar tus
miedos?
CLASE 4
Objetivo:
Desarrollar diversas
04
habilidades sociales, en base
a la reflexión: creer en uno
mismo y
autorrecompensarse.
ESTIMALDO
Estimaldo era un auto; un coche de ocho años que se sentía muy triste
porque pensaba que no servía de mucho. Que su motor no era el más
potente, que su color ya no era tan nítido como cuando era nuevo, que
su chapa mostraba algunos golpes o arañazos... De tanta tristeza,
Estimaldo decidió esconderse cada día debajo de una lona gris.
- Estimaldo - le decía mamá Furgoneta - si te escondes, nadie podrá ver
lo que tú vales.
- Me da igual, mamá.
Estimaldo - le decía su papá, un Todoterreno azul -, anímate y ven
conmigo a dar una vuelta por ahí.
Pero Estimaldo, el auto de ocho años, no quería saber nada y se
escondía y ni tan siquiera quería jugar. En la Autoescuela de
Primaria, Estimaldo tampoco se sentía a gusto, intentaba pasar
desapercibido. Veía a los demás autos mejores que él.
- Estimaldo - le decía su profesor de Educación Física, un potente
coche deportivo -, tienes que entrenar más.
Un día de junio, casi a final de curso, mamá Furgoneta se quedó
sin gasolina. Papá Todoterreno estaba con gripe y muy bajo de
batería. ¡Pero no podían quedarse parados! Estimaldo comprendió
que tenía que actuar. Se desenfundó su lona gris y salió del garaje
tras darse una ducha con la manguera y jabón abrillantador. A
mamá Furgoneta le cedió parte de gasolina y a papá Todoterreno
le recargó la batería.
Era él, un coche de ocho años, ni el más potente ni el más veloz,
ni siquiera el más bonito, pero ayudó a sus padres y se sintió útil
por primera vez. Luego se marchó a la Autoescuela de Primaria y
aprendió todo lo que pudo para ser la mejor versión posible de sí
mismo
Actividad
COMENTEMOS…
Clase 5
Objetivo:
05
Reflexionar sobre la importancia de los
buenos modales.
El árbol mágico
Hace mucho mucho tiempo, un niño paseaba por un prado en cuyo centro
encontró un árbol con un cartel que decía: soy un árbol con una puerta
encantada, si dices las palabras mágicas, lo verás.
El niño trató de acertar el hechizo, y probó con abracadabra,
supercalifragilisticoespialidoso, tan-ta-ta-chán, y muchas otras, pero nada.
Rendido, se tiró suplicante, diciendo: "¡¡por favor, arbolito, dame permiso para
entrar!!", y entonces, se abrió una gran puerta en el árbol. Todo estaba oscuro,
menos un cartel que decía: "sigue haciendo magia". Entonces el niño dijo
"¡¡Gracias, arbolito!!", y se encendió dentro del árbol una luz que alumbraba
un camino hacia una gran montaña de juguetes y chocolate.
El niño pudo llevar a todos sus amigos a aquel árbol y tener la mejor fiesta del
mundo, y por eso se dice que "permiso", "por favor" y "gracias", son palabras
mágicas.
Actividad
Compartamos
¿Por qué es
bueno pedir ¿Siempre dices
permiso, y decir las tres
por favor y palabras
gracias? mágicas?
Actividad