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CUARTA REVOLUCIÓN

INDUSTRIAL

Carlos Bohórquez,
CONTEXTO HISTÓRICO

La palabra «revolución» indica un cambio abrupto y radical. Las revoluciones se han


producido a lo largo de la historia cuando nuevas tecnologías y formas novedosas de
percibir el mundo desencadenan un cambio profundo en los sistemas económicos y
las estructuras sociales.
La revolución agrícola fue seguida por una serie de revoluciones industriales que
comenzaron en la segunda mitad del siglo XVIII. Estas marcaron la transición de la
energía muscular a la mecánica y evolucionaron hasta lo que conocemos hoy, con la
cuarta revolución industrial: un mayor poder cognitivo que aumenta la producción
humana.
REVOLUCIONES INDUSTRIALES

 La primera revolución industrial abarcó desde aproximadamente 1760 hasta


más o menos 1840. Desencadenada por la construcción del ferrocarril y la
invención del motor de vapor, marcó el comienzo de la producción mecánica.
 La segunda revolución industrial, entre finales del siglo XIX y principios del
XX, hizo posible la producción en masa, fomentada por el advenimiento de la
electricidad y la cadena de montaje.
 La tercera revolución industrial se inició en la década de 1960. Generalmente
se la conoce como la revolución digital o del ordenador, porque fue catalizada
por el desarrollo de los semiconductores, la computación mediante servidores
tipo «mainframe» (en los años sesenta), la informática personal (décadas de
1970 y 1980) e internet (década de 1990).
CUARTA REVOLUCIÓN INDUSTRIAL

 Esta comenzó a principios de este siglo y se basa en la revolución digital. Se caracteriza


por un internet más ubicuo y móvil, por sensores más pequeños y potentes que son cada
vez más baratos, y por la inteligencia artificial y el aprendizaje de la máquina. Las
tecnologías digitales que en su núcleo poseen hardware para computación, software y
redes no son nuevas, pero, a diferencia de la tercera revolución industrial, son cada vez
más sofisticadas e integradas y están, de resultas de ello, transformando las sociedades y la
economía mundial.
 La cuarta revolución industrial, no obstante, no solo consiste en máquinas y sistemas
inteligentes y conectados. Su alcance es más amplio. Al mismo tiempo, se producen
oleadas de más avances en ámbitos que van desde la secuenciación genética hasta la
nanotecnología, y de las energías renovables a la computación cuántica. Es la fusión de
estas tecnologías y su interacción a través de los dominios físicos, digitales y biológicos lo
que hace que la cuarta revolución industrial sea fundamentalmente diferente de las
anteriores.
UN CAMBIO PROFUNDO Y SISTÉMICO

 La premisa de este libro es que la tecnología y la digitalización lo revolucionarán


todo, lo cual validará el trillado refrán «esta vez será diferente». Por decirlo de
manera más sencilla, las innovaciones tecnológicas más importantes están a punto
de generar un cambio trascendental en todo el mundo, algo inevitable. La escala y
el alcance del cambio explican por qué la disrupción y la innovación se sienten tan
intensamente hoy en día. La velocidad de innovación en términos tanto de su
desarrollo como de su difusión es más alta que nunca.
LA DESIGUALDAD COMO UN DESAFÍO
SISTÉMICO
 La cuarta revolución industrial generará, en igual medida, grandes beneficios y
grandes retos. Una preocupación particular es la desigualdad exacerbada. Los
desafíos planteados por la desigualdad creciente son difíciles de cuantificar dado
que la gran mayoría de nosotros somos consumidores y productores, y la
innovación y la disrupción afectan a nuestros niveles de vida y bienestar tanto de
manera positiva como negativa. El consumidor parece ser el gran ganador. La
cuarta revolución industrial ha hecho posible nuevos productos y servicios que
aumentan prácticamente sin costo alguno la eficiencia de nuestras vidas como
consumidores. Pedir un taxi, encontrar un vuelo, comprar un producto, realizar un
pago, escuchar música o ver una película; cualquiera de estas tareas ahora se puede
realizar de manera remota. Los beneficios de la tecnología para todos los que
consumimos son incontrovertibles. Internet, el teléfono inteligente y las miles de
aplicaciones están volviendo nuestra vida más fácil y, en general, más productiva.

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