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ORIGEN DEL HOMBRE EN LA BIBLIA

Según la Biblia:
los datos de la literatura antigua sobre el origen del hombre, la Biblia ofrece
dos narraciones.
En el primer relato se dice que Dios crea al hombre el último, como coronación
de todo lo creado y ser a quién se ordenan todas las demás criaturas.
En el segundo relato el hombre es creado el primero, como el ser más insigne
a quién se ordenan todas las cosas que vienen después de él.
Desde el punto de vista del desarrollo de la creación, el hombre es el último.
Pero desde el punto de vista del hombre, el hombre es el primero.
A continuación voy a exponer los dos relatos bíblicos:

• El hombre es imagen de Dios: • El hombre es polvo de la tierra


que respira:
En el evolucionismo y datos bíblicos se puede decir que hasta el siglo
pasado el texto bíblico se extendió siempre a la letra. Nadie se había
planteado de otro modo la cuestión. Pero a partir de entonces, ciertos
descubrimientos casuales dieron a luz numerosos huecos que presentaban
grandes semejanzas con el esqueleto humano actual. Respecto a la
participación que el reino animal haya podido tener en la formación del
cuerpo humano, ya sea mediante selección natural, o la adaptación al
ambiente.
En la formación de la mujer decir tengo que en el relato bíblico hay que
distinguir, como en el resto de la Biblia, la enseñanza, el hecho y el modo de
realización de hecho y de proponer la enseñanza.
El detalle de la costilla es una parábola muy apropiada para expresar esta
relación y para inculcar esta doctrina. Con lo de la costilla el autor nos dice
también otra verdad que todo hombre normal constata: la atracción mutua
entre el hombre y la mujer, atracción tan fuerte que incluso”deja el hombre
a su padre y a su madre y se une a su mujer, y se hacen los dos una sola
carne”. En definitiva no sabemos como fue formada Eva ni lo sabremos
nunca, pero ¿qué importa? Dios no ha pretendido hacer biólogos sino
cristianos.
Los patriarcas hebreos
En la antigüedad del hombre según la ciencia podemos partir de los datos más
recientes y de las conclusiones ciertas de la ciencia, salta a la vista que los datos
de la ciencia se oponen radicalmente a las cifras que da la Biblia y que propone
unas cifras inmensamente mayores y hay que reconocer que la realidad da en
este caso la razón a la ciencia.
La historia anterior de la humanidad está llena de oscuridades y misterios. A
medida que retrocedemos en el tiempo los contornos de la figura humana se
hacen cada vez más imprecisos.
Como genealogías bíblicas y antigüedad del hombre podemos decir que la
prehistoria bíblica conviene con la prehistoria científica en que ambas cubren el
mismo tiempo y en que unas y otras no se basan en documentos escritos, sino
en datos arqueológicos o en tradiciones preisraelitas.
Una comparación entre la prehistoria científica y la bíblica nos demuestra que,
mientras la ciencia tiene por objeto describir las relaciones de la humanidad con
el universo material, la Biblia describe las relaciones del hombre con dios, es
decir, las etapas morales y religiosas por las que pasó la humanidad antes de la
revelación hecha a Israel.

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