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LAS CONSECUENCIAS DEL PECADO

Eze 28:16, 17 “A causa de la


multitud de tus contrataciones
fuiste lleno de iniquidad, y
pecaste; por lo que yo te eché
del monte de Dios, y te arrojé
de entre las piedras del fuego,
oh querubín protector. Se
enalteció tu corazón a causa de
tu hermosura, corrompiste tu
sabiduría a causa de tu
esplendor; yo te arrojaré por
tierra; delante de los reyes te
pondré para que miren en ti”.
Con gran misericordia, según su divino carácter, Dios soportó por mucho
tiempo a Lucifer. El espíritu de descontento y desafecto no se había
conocido antes en el cielo. Era un elemento nuevo, extraño, misterioso e
inexplicable. Lucifer mismo, al principio, no entendía la verdadera
naturaleza de sus sentimientos; durante algún tiempo había temido dar
expresión a los pensamientos y a las imaginaciones de su mente; sin
embargo no los desechó. No veía el alcance de su extravío” (P.P pág.13-
14; 18).

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