Miguel Hidalgo Miguel Gregorio Antonio Ignacio Hidalgo y Costilla Gallaga Mondarte Villaseñor nació en el año 1753 en una hacienda cercana de a Pénjamo, Guanajuato, en México. Tras la invasión francesa en España en 1808, el rey Carlos IV, y su hijo, Fernando VII fueron derrocados y tomados presos por Napoleón, hecho que los intelectuales aprovecharon para discutir sobre sobre la soberanía tanto en España como en Latinoamérica. Fue entonces cuando surgieron distintos grupos partidarios de la independencia de España, a uno de los cuales se unió Miguel Hidalgo. Luego de que se filtrase a las autoridades cierta información sobre el grupo Hidalgo, se realizó en una redada que no logró atrapar a muchos de sus integrantes, aunque se lanzó una orden de captura para Allende, quien logró escapar a una población cercana. A inicios de 1811, Hidalgo fue finalmente derrotado por un contingente de soldados en Guadalajara, tras lo que logró huir con la intención de pedir apoyo a Estados Unidos, pero finalmente, luego de ser traicionado por Ignacio Elizondo, fue capturado en mayo de ese año. Hidalgo fue finalmente juzgado, degradado y condenado a muerte. En la mañana del 30 de julio de 1811, Miguel Hidalgo fue fusilado y su cabeza fue exhibida junto a otros integrantes de su movimiento, entre los que se encontraba también Allende Ignacio Allende
• Ignacio Allende y Unzaga 1 de los héroes de la independencia
mexicana nació el 21 de enero en 1769 en San Miguel el grande hoy conocido como San Miguel de Allende dentro de una familia acomodada de españoles. • Fue invitado por José Miguel Domínguez a la ciudad de Querétaro para participar en una conspiración, en este lugar conocería al Padre de Miguel Hidalgo y al capitán Juan Aldama. En un principio iban a ser Allende y Aldama los encargados de dar inicio a la independencia, pero a último momento se eligió a Miguel Hidalgo. Lograron controlar el pueblo de Dolores y partieron rumbo a San Miguel, donde Allende había conseguido un gran apoyo. • Días más tarde, Hidalgo fue nombrado capitán del Ejército y Allende teniente general. El 27 de septiembre, de 5 días después, el Virrey ofreció 1000 pesos para quien era capaz de entregar, ya sea vivos o muertos, a los líderes del movimiento. Juan Aldama Como su hermano Ignacio Allende, tomó parte en la conspiración de Valladolid (1809) y en las juntas secretas de Querétaro y de San Miguel (1810). Partidario del levantamiento dirigido por el cura Miguel Hidalgo, quien, el 16 de septiembre de 1810, proclamó la independencia de México, Juan Aldama asumió la dirección militar de los sublevados, con el grado de teniente general. Participó en la batalla de Monte de las Cruces y en el asalto de Guanajuato. A pesar de las victorias iniciales, la primera revuelta secesionista mexicana pronto comenzó a debilitarse a causa de la superioridad militar de las tropas españolas. En efecto, los insurrectos, mal armados y poco disciplinados, fueron derrotados por el ejército realista de Félix Calleja en Aculco (7 de noviembre de 1810) y en Puente de Calderón (16 de enero de 1811). Ante la imposibilidad de continuar el avance sobre Ciudad de México, Juan Aldama decidió retirarse hacia el norte, pero fue hecho prisionero por los españoles en Acatita de Baján, junto con otros líderes revolucionarios, como Ignacio María Allende. Acusados de traición, todos ellos fueron fusilados en Chihuahua, el 26 de junio de 1811. Mariano Jiménez
José Mariano Jiménez nació el 18 de agosto de 1781 en San Luis Potosí.
Se mudó a Guanajuato donde se dedicó al Ejército de su profesión trabajando como empleado de las minas al estallar el levantamiento Hidalgo Jiménez era el director de la mina de la Valenciana a la llegada a los insurgentes a Guanajuato reunió a 3000 hombres participando en la toma de la alhóndiga de granaditas el 28 de septiembre de 1810 Se presentó ante Miguel Hidalgo y Costilla en esa misma fecha para ofrecer sus servicios en favor de la causa independentista. Fue nombrado Teniente Coronel, y a últimos de octubre fue ascendido a Coronel. En el 19 de marzo de 1811, fue aprehendido junto con otros jefes insurgentes en Acatita de Baján, por fuerzas de Tomás Flores e Ignacio Elizondo, siendo enviado a Chihuahua el 26 de junio, junto con Miguel Hidalgo Ignacio Allende, Ignacio Aldama y Mariano Abasolo.
José Mariano Jiménez murió el 26 de junio de 1811 en Chihuahua, ejecutado
con Aldama y Allende. Su cabeza fue expuesta con la de Hidalgo, Allende y Aldama en la Alhóndiga de Granaditas hasta el triunfo de la Independencia. La Batalla de la Alhóndiga de Granaditas
Después de que Miguel Hidalgo y Costilla dio el Grito de Dolores, el ejército
insurgente marchó hacia Guanajuato, antes pasaron por Atotonilco, San Miguel y por Celaya sin encontrar mayor resistencia. Hidalgo tomó la imagen de la Virgen de Guadalupe que adoptó como estandarte en Atotonilco. Se estima que el ejército de Hidalgo contaba con unos 50 mil hombres al llegar a Celaya, la mayoría no contaba con formación militar, era una turba desorganizada e indisciplinada, decidieron nombrar capitán general a Hidalgo, teniente general a Allende y mariscal a Aldama para tratar de controlar a este numeroso ejército. Antes de llegar a Guanajuato, Hidalgo le escribió a Juan Antonio de Riaño y Bárcena, intendente de Guanajuato, deseaba convencerlo de unirse al movimiento independentista, pero Riaño se negó y se resguardó, junto con otros españoles, en la Alhóndiga de Granaditas. La batalla comenzó el 28 de septiembre de 1810, los mineros de la ciudad se habían unido al ejército insurgente, Riaño perdió la vida en combate, los realistas abandonaron las trincheras alrededor de la Alhóndiga y terminaron por refugiarse en ella. Un minero conocido como El Pípila tomó una pesada losa en su espalda para protegerse de los disparos realistas y se arrastró hasta la puerta de la Alhóndiga para prenderle fuego, así, la puerta pudo ser asaltada con cierta facilidad por los insurgentes. La Batalla de las Cruces
Durante la guerra de independencia de México, destaca sin duda
alguna, un hecho de armas acontecido el 30 de Octubre de 1810: la Batalla del Monte de las Cruces; en esta acción, se distinguió la figura militar del caudillo insurgente, don Ignacio Allende.
Al acercarse a la ciudad de México las fuerzas insurgentes, el virrey
Venegas ordenó al teniente coronel Torcuato Trujillo, que con las tropas de la ciudad de México y de la plaza de Toluca, impidiera la aproximación de los insurgentes; la posición del Monte de las Cruces dominaba el camino real de México a Toluca, por lo que era un posición estratégica para detener al ejercito del cura don Miguel Hidalgo.
Las fuerzas insurgentes fueron dirigidas por Ignacio Allende, quien
atacó de manera frontal las posiciones realistas; en plena batalla estuvo a punto de perder la vida, cuando murió su caballo en la batalla; al mismo tiempo, Mariano Jiménez, con una columna insurgente, pasó el puente de Lerma y desbordó por un flanco a las tropas de Torcuato Trujillo, que a pesar de resistir con valor, fueron sorprendidas, obligándolas a retirarse completamente derrotadas.
Esta acción de armas dejó abiertas las puertas de la ciudad de
México a la causa insurgente y demostró la amplia capacidad de Allende como militar. La Batalla del Puente de Calderón
La primera etapa de la Independencia de México fue
caracterizada por una serie de campañas organizadas bajo el mando del cura Miguel Hidalgo y Costilla, como parte de sus acciones armadas en contra del Ejército Realista, el 17 de enero de 1811, sucedió la Batalla del Puente de Calderón, en el actual estado de Jalisco. Miles de insurgentes bajo el mando de los primeros líderes del movimiento Miguel Hidalgo, Ignacio Allende, Juan Aldama y Mariano Abasolo combatieron a los realistas comandados por el General Félix María Calleja. El enfrentamiento se llevó a cabo en una notable desigualdad numérica que favorecía a las tropas insurgentes, las cuales carecían de adiestramiento militar, factor que determinó el rumbo de la batalla, ya que la organización, las armas y el adiestramiento propios de los realistas lograron la victoria sobre los insurgentes. La toma del Puente de Calderón significaba para Hidalgo su paso a Querétaro para posteriormente llegar a la Ciudad de México. Debido al impacto sufrido por la derrota, Hidalgo se vio forzado a retroceder, poco tiempo después, en marzo de 1811, los primeros líderes insurgentes fueron capturados y fusilados, dando fin a la primera etapa de la Independencia de México.