Está en la página 1de 21

UNIDAD 8

DERECHO SUCESORIO
 Este instituto, encuentra su razón de ser en la exigencia de proveer a
la suerte de un patrimonio que continua existiendo, mientras ha
desaparecido su titular y se ha extinguido todo vínculo entre aquel y
su patrimonio.

 Desde el punto de vista de su finalidad la sucesión a título universal no


se dispone únicamente en interés de los herederos, sino también en el
de los acreedores del causante. El heredero al que se llama causante o
de cuius “aquél de cuya sucesión se trata”, ocupa el lugar del difunto.
Es el continuador de su personalidad jurídica. Por efecto de esta
inescindible función patrimonial, el heres quedaba obligado a pagar
las deudas del causante, no solamente con los bienes de la sucesión,
sino también con los propios, pues su responsabilidad iba más allá de
los bienes hereditarios.

 En cuanto a las relaciones jurídicas, pasaban al heredero en las


mismas condiciones existentes al tiempo de la apertura de la sucesión,
sin que el hecho de la herencia pudiera concederle derechos más
amplios que los de su antecesor, por aplicación de la regla de que
nadie puede transmitir a otro más derechos que aquellos de los que
es titular.
HISTORIA DE LA SUCESIÓN ROMANA:
Partiendo con la sucesión testamentaria, civil o quiritaria, veremos que derecho
romano otorgó al mismo la más absoluta libertad de testar. Esto le permitía instituir
uno o varios herederos, atribuir el patrimonio a personas ajenas a la familia y hasta
excluir a quienes tuvieran derecho a heredarle, valiéndose de la facultad de
desheredar a sus hijos.
El testamento aparece como un negocio jurídico de la mayor trascendencia, al punto
que era deshonroso para el ciudadano romano morir sin haber testado. Por ello debía
ajustarse a solemnidades extremas, requiriéndose que se hiciera ante el pueblo en
comicio o ante el ejército en pie de guerra, o por medio del procedimiento de la
mancipatio.
Respecto de la sucesión ab intestato, ésta tiene su origen en la ley de las XII tablas que
al instrumentarla de conformidad a la peculiar organización de la primitiva familia
romana, tiene en cuenta, el nexo que ligaba a los miembros del grupo familiar a la
potestas del paterfamilia, sin atender a vínculo alguno de consanguinidad. Aparecen
los herederos que al tiempo de la muerte del pater se encontraban bajo su potestad
(heredes sui), a falta de éstos el agnado más próximo y en su defecto los gentiles.
El pretor, por medio de la bonorum possessio, otorga la posesión de los bienes a
herederos sin vocación hereditaria por el derecho anterior, como el hijo emancipado,
los cognados hasta el séptimo grado y el cónyuge supérstite, unido en un matrimonio
sine manu.
Llega más tarde la sucesión del derecho imperial, que siguiendo las iniciativas del
pretor, declara sucesibles a parientes unidos por lazos de consanguinidad. El
emperador Justiniano, en las novelas, sistematiza la sucesión intestada en base
exclusivamente al parentesco natural o de sangre. Reconoce tres órdenes de herederos:
los descendientes, los ascendientes, y los colaterales. También admite la vocación
hereditaria del viudo o la viuda.
REQUISITOS DE LA SUCESIÓN HEREDITARIA:
Para adquirir la calidad de heredero era menester la concurrencia de ciertos
presupuestos o condiciones:
 Muerte de una persona
 Capacidad del difunto para tener heredero
 Capacidad del heredero para suceder
 Delación o llamamiento a la herencia
 Y algunas veces, la aceptación de la misma para que el heredero la adquiera.
El causante tenía que ser capaz, es decir ser libre, ciudadano y sui iuris. En
cuanto a la capacidad para suceder, se exigía también que el llamado a la
sucesión fuera libre, ciudadano y sui iuris. Los esclavos y los filifamilias eran
propiamente incapaces, a no ser que se los instituyese herederos por
testamento, en cuyo caso adquirían para la persona bajo cuya potestad se
encontraban.
Etapa necesaria de la sucesión mortis causa era la delación de la herencia o
llamamiento a la sucesión, la que podía realizarse por voluntad del causante
expresada en un testamento válido o por imperio de la ley. La delatio
hereditatis tenía lugar por la muerte del autor de la sucesión, es decir al
cumplirse la condición legal necesaria para que los actos mortis causa
comenzaran a producir sus efectos.
La sucesión intestada era excluida por la testamentaria. La sucesión ab intestato
no podía darse simultáneamente con la ex testamento por aplicación de la
regla de que nadie podía morir en parte testado y en parte intestado.
HEREDITAS
El derecho romano conoció dos especies de sucesión universal mortis
causa, la hereditas y la bonorum possessio.
La HEREDITAS: proveniente del derecho civil, era el conjunto de derechos
y obligaciones que integraban el patrimonio del causante o como dicen las
fuentes, la sucesión de todo el derecho que tenía el causante. Llamado a
recibir le hereditas era el heres, cuya investidura provino de las XII Tablas y
más adelante de los senadoconsultos y de las constituciones imperiales. Se
trataba de un sucesor universal. Como tal se hacía dueño del conjunto, ya que
era continuador de la personalidad jurídica del de cuius, a la vez que se
obligaba por las deudas de éste , obligación que era ilimitada, iba más allá
(ultra vires hereditatis), en merma del patrimonio del heres y aún de sus
futuras adquisiciones.
En Roma quien estaba investido de la calidad de heredero no podía dejar de
serlo, por aplicación de la regla semel heres semper heres. Había que
distinguir los heres sui, que eran herederos necesarios ya que adquirían tal
investidura por la muerte del de cuius ; de los voluntarios que sólo se hacían
herederos cuando aceptaban la herencia. Respecto de éstos la herencia
recorría 3 etapas: 1) de la delación de la herencia, tenía lugar a la muerte del
causante; 2) cuando los herederos entraban en la herencia y adquirían la
calidad de tales, 3) una etapa intermedia entre aquellas cuando la hereditas
carecía de dueño o estaba yacente. En el caso de los herederos necesarios no
se presentaba la tercera etapa, pues se operaba la transmisión de los derechos
hereditarios por la sola virtud del fallecimiento del de cuius, se confundía la
adquisición de la herencia con la delación.
LA BONORUN POSSESSIO
 Fue la sucesión universal mortis causa ex iure praetorio, en
virtud de la cual el pretor asignaba un señorío de hecho o
bonorum possessio a personas que no siempre eran herederos
de conformidad con las normas del ius civilis. Consistía en que
le pretor se limitaba a poner una persona, el bonorum
possessor en posesión del patrimonio hereditario. No era el
bonorum possessor un heredero sino que ocupaba el lugar de
tal.
 La hereditas y la bonorum possessio tuvieron de común que
ambas instituciones implicaban especies de sucesión universal
por causa de muerte, pero sus diferencias eran notorias, no sólo
en lo relativo al origen sino también a sus efectos, modo de
adquisición, medios de tutela, etcétera. Pues el bonorum
possessor no sustituía al difunto ocupando exactamente su
lugar. No era continuador de la personalidad jurídica del
causante, sino meramente un poseedor. Tampoco operaba la
transmisión de la propiedad quiritaria de las cosas que
formaban el acervo sucesorio, sino sólo la posesión de ellas,
que podía convertirse en propiedad por virtud de la usucapión.
La bonorum possessio debía ser solicitada por el interesado y
concedida por el pretor.
PROTECCIÓN PROCESAL DEL HEREDERO:
 Como continuador de la personalidad jurídica del causante, el
heredero estaba activa y pasivamente legitimado para el ejercicio de
todas las acciones del difunto correspondientes a relaciones
transmisibles. La protección posesoria, en cambio, no dependía de la
sucesión misma, sino de la toma efectiva de posesión de las cosas de
la herencia.
 ACTIO PETITIO HEREDITATIS: se presentaba como una vindicatio,
en que los dos litigantes afirmaban ser herederos de una determinada
herencia, era oponible también contra los deudores de la herencia y
no exclusivamente contra los poseedores de cosas corporales. El heres
afirmaba su calidad de tal y perseguía, la devolución de los bienes
hereditarios contra cualquiera que los poseyera, ya a título de
heredero, ya como simple poseedor.
 INTERDICO QUORUM BONORUM: el bonorum possessor al no
tener la calidad de heredero, no disponía de la petitio hereditatis, pero
el pretor le consiguió un interdicto restitutorio, para reclamar la
posesión efectiva de la herencia concedida por el magistrado.
 Justiniano fusionó el régimen de la petitio hereditatis con el interdicto
quórum bonorum al haberse superado la contradicción entre sucesión
del derecho civil y sucesión del derecho pretoriano, utilizando
entonces el interdicto como trámite provisional previo a la petición de
la herencia.
SUCESION INTESTADA:
 La sucesión ab intestato fue regulada por la Ley de las XII Tablas, para el
derecho civil, si un heredero en un orden o grado superior no aceptaba la
herencia, ésta no pasaba a sus subsiguientes herederos, sino que se la
declaraba vacante.
 SUCESIÓN DE LOS HEREDES SUI: Por la ley de las XII Tablas cuando
un paterfamilias moría sin dejar testamento, lo heredaban necesariamente sus
hijos, o sea, los que estando bajo su potestad adquirían la calidad de sui iuris,
y heredaban ipso iure.
También tenían calidad de heredes sui los hijos adoptivos del de cuius, su
mujer casada cum manu, que ocupaba el lugar de hija y los nietos, hijos de sus
hijos varones. La herencia se dividía por cabezas, en partes iguales, cada una
de las cuales se llamaba cuota viril. Pero si había premuerto uno de los hijos
dejando descendientes bajo la potestad del abuelo, los descendientes
heredaban la cuota viril que hubiera heredado su padre de no haber premuerto
(derecho de representación).
 SUCESIÓN DE LOS EXTRANEI HEREDES: Si el que moría intestado no
dejaba heredes sui, las XII Tablas atribuían la herencia al agnado más
próximo. El agnado no era propiamente sucesible, pero la jurisprudencia
pontifical le reconoció tal calidad a fin de que no quedara desierto el culto
familiar a los dioses manes que era una carga para todo heredero. Era
menester que aceptara la herencia. De ahí proviene su nombre herederos
voluntarios, porque no adquirían la herencia sino manifestaban su voluntad.
Entre los agnados la herencia se repartía por igual, por cabezas, aunque
concurriesen con los hijos de un hermano premuerto, se dividía igual por
cabezas. En defecto de los agnados la ley de las XII tablas llamó a los gentiles,
o sea al grupo de parientes más alejados pertenecientes a una misma gens. Esa
sucesión perdió vigencia al desparecer la gens.
SUCESIÓN DEL DERECHO PRETORIANO:
 El régimen establecido por el pretor para la sucesión intestada a fines de la
república, trató de superar los defectos de que adolecía la sucesión del derecho
civil. Valiéndose de la bonorum possessio tuvo en vista reconocer vocación
hereditaria al hijo emancipado, a los parientes consanguíneos por vía femenina y
a los cónyuges que por la ley decenviral estaban excluidos, a menos que
estuviesen unidos en matrimonio.
 Los herederos pretorianos eran agrupados en varios órdenes, los cuales eran
llamados sucesivamente. Cada orden disponía de un plazo para solicitar la
bonorum possessio, de cien días, pero que se extendía hasta un año, tratándose
de padres e hijos del causante. Si el término transcurría sin que se solicitare la
bonorum possessio, podía hacer la petición la clase subsiguiente.
SUCESIÓN EN EL DERECHO IMPERIAL:
 En la época del emperador Adriano, concedió a las madres que gozaran del ius
liberorum, el derecho a suceder a sus hijos en la clase de los agnados.
 El derecho sucesorio de la última época, ofrecía un conjunto tan amplio y
confuso de normas jurídicas que fue una sentida necesidad su reforma y
consecuentemente su ordenación.
 La sucesión del derecho justinianeo aparece con algunas características
fundamentales que le dan una definida peculiaridad. La primacía del parentesco
natural sobre el civil o agnaticio, con la distribución de los parientes de sangre
en tres órdenes de sucesibles: los descendientes, los ascendientes y los
colaterales. En cuanto a la partición de la herencia se hacía por troncos entre los
descendientes y los sobrinos o las sobrinas y por cabeza si se trataba de los
demás parientes.
 Descendientes: heredaban en primer término, con exclusión de los
demás parientes, fueran por vía materna o paterna, estuvieran
emancipados o no se tratara de naturales o adoptivos. El descendiente
de grado más próximo excluía al de grado ulterior. Si los
descendientes eran del mismo grado, la partición se hacía por cabeza,
y si había un hijo premuerto, los descendientes de éstos heredaban en
su lugar, por derecho de representación.
 Ascendientes, hermanos y hermanas carnales y sus hijos: A falta
de descendientes, la sucesión correspondía a los ascendientes paternos
y maternos y a los hermanas o hermanas del mismo padre y madre.
Ésta se dividía por partes iguales, pero si ellos hubieran fallecido,
quedando abuelos paternos y maternos, l sucesión correspondía por
mitad a una y otra línea, haciéndose dentro de ellas la división por
cabezas.
 Hermanos y hermanas de padre (consanguíneos) o madre
(uterinos) y sus hijos: En defecto de los sucesibles de los dos
primeros órdenes, la herencia correspondía a los hermanos o
hermanas, también llamados medio hermanos y sus hijos.
 Otros colaterales: En último término eran llamados a suceder los
demás parientes colaterales hasta el sexto grado. Si concurrían
colaterales del mismo grado, la división se hacía per cápita, operando
siempre el principio según el cual el más próximo en grado excluía al
más lejano. El cónyuge supérstite se le concedía la bonorum possessio
a falta de todos los parientes del causante y siempre que los esposos no
estuvieran divorciados al tiempo de la muerte.
 
SUCESIÓN INTESTADA DE LOS LIBERTOS:
La ley de las XII tablas atendiendo a que el liberto carecía de parientes agnados –
pues había nacido esclavo- llamaba a heredarlo, cuando hubiera muerto sin heredes
sui, al patrono y en su defecto a los sui del patrono, e incluso a los adgnati o gentiles.
Con el posterior desarrollo del derecho sucesorio fue teniéndose en cuenta el
parentesco de sangre creado por la esclavitud, limitándose el derecho a heredar del
patrono y de sus parientes a favor de los padres y parientes del liberto, siempre que
gozaran de libertad. El derecho justinianeo estableció en la sucesión del liberto el
siguiente orden: descendientes del liberto, patrono, hijos naturales del patrono y
colaterales hasta el quinto grado, colaterales hasta el quinto grado del liberto y, por
último cónyuge supérstite.
SUCESIÓN TESTAMENTARIA:
Era aquella por la cual el causante designaba las personas llamadas a sucederle en un
negocio jurídico de características especiales: el testamento.
Ulpiano lo definió como “la manifestación legítima de nuestro pensamiento
solemnemente para que valga después de nuestra muerte”.
Modestino por su parte decía “la justa expresión de nuestra voluntad respecto de lo que
cada cual quiere que se haga después de su muerte”
Arguello entiende que estas definiciones son incompletas y define al testamento
romano como aquel negocio jurídico mortis causa del derecho civil, unilateral y
revocable, que contiene necesariamente la institución de uno o varios herederos, y en
el que pueden ordenarse además otras disposiciones, para que tengan ejecución
después de la muerte del testador.
Las formalidades del testamento tendían a garantizar el efectivo cumplimiento de la
voluntad del testador. Esta no podía presumirse ni manifestarse por ademanes o
gestos, sino que debía declararse de conformidad a determinadas formalidades
establecidas por la ley.
TESTAMENTO IURE CIVILI:
El primitivo derecho civil conoció dos tipos de testamento:
Testamentum in clatis comitis que se efectuaba ante los comicios curiados reunidos
al efecto en los meses de marzo y mayo bajo la presidencia del pontífice máximo.
El testamento comicial se otorgaba en tiempo de paz y se presume que el pueblo
debía aprobar la propuesta del nombramiento de un heres que no fuera el hijo de un
testador.
Testamentum in procintu: era el propio soldado que lo hacía en víspera de la batalla
ante el ejército en pie de guerra. No requería formalidades especiales y caducaba
después del licenciamiento militar.
Aquellos antiguos testamentos que limitaban la posibilidad de los ciudadanos de
instituir herederos sólo en dos fechas del año (25 de Marzo y 25 de Mayo) y aquellos
que se hacían en época de guerra tuvieron efímera vida, dando nacimiento al
testamento mancipatorio, que se trataba de otro caso más de la aplicación de la
mancipatio.
TESTAMENTO PRETORIO: otra forma de testamento fue la que introdujo el
pretor al otorgar la bonorum possessio a todo ciudadano que exhibiera un testamento
provisto del signo o sello de los siete testigos, siempre que contuviera la institución
de heredero. Tal testamento se llamó testamentum praetorium.
TESTAMENTO POSTCLÁSICO: En la última fase de la evolución del derecho
romano, desaparecida la mancipatio y el dualismo derecho civil-derecho pretorio, los
emperadores Teodosio II y Valentiniano III crean el testamentum tripertitum que
consistía en un documento escrito que el testador presentaba abierto o cerrado ante
siete testigos, quienes insertaban en el instrumento su firma y a continuación lo
sellaban con sus nombres, todo en un solo acto. Se llamó tripartito por sus requisitos:
unidad del acto, firma de los testigos, y los sellos.
 En esta época aparecieron otros dos testamentos: el ológrafo si lo había
escrito el testador, quien debía firmarlo y no requería testigos ,y el
alógrafo cuando el escrito provenía de otra persona, debía contener la
suscriptio de cada testigo, con la correspondiente signatio y
superscriptio al cerrar el documento.
 En tiempo de Justiniano los testamentos eran redactados, la más de las
veces, por un notario de profesión.
CAPACIDAD PARA TESTAR Y PARA SER INSTITUIDO
HEREDERO:
 Para poder instituir heredero se requería los tres estados: libertad,
ciudadanía y familia. La incapacidad de los no ciudadanos
desapareció con la constitución Caracallana, al otorgarse el carácter de
cives romani a todos los súbditos del imperio. También se morigeró la
interpretación cuando el testador caía prisionero se consideró que su
fallecimiento se había producido en ese momento de ser capturado, de
tal modo que el testamento fuera válido.
 Capacidad para ser instituido heredero tenían en principio las personas
libres, ciudadanos y sui iuris. No obstante, los propios esclavos del
testador podían ser instituidos si al mismo tiempo se los manumitía. Los
esclavos e hijos de familia ajenos, instituidos como herederos adquirían
para las personas bajo cuya potestad se encontraban. Se debía ser capaz
al momento del otorgamiento del acto y en el momento de la muerte del
testador.
 También existió el instituto de la Indignidad, por el cual se
declaraba inhábiles para gozar de una herencia deferida y aún no
adquirida al heredero o legatario culpable de determinados actos
contra el disponente, como atentar matarlo, atacar a su persona u
honor, emplear dolo o violencia para impedirle testar o revocar
un testamento, etc.
 Respecto de la invalidez del testamento éstas podían ser
iniciales o presentarse con posterioridad a su otorgamiento,
supuesto que lo tornaba anulable. El testamento afectado de
nulidad ab initio se llamaba iniustum y tenía lugar cuando la
invalidez provenía de defecto de forma, falta de institución de
heredero, incapacidad en el testador o en el heredero.
 Era nullum áquel testamento en el que eran preteridos los heredes
sui.
 Asimismo, el testamento que siendo válido inicialmente era
anulado después por sobrevenir una causa de invalidez como una
capitis deminutio, se llamaba irritum.
 Se llamó en cambio desertum aquél que podía ser anulado por
premoriencia o incapacidad sobreviniente del heres.
 Finalmente el testamentum ruptum fue aquel que se tornaba
ineficaz por la aparición de un nuevo heredes sui o por haber sido
revocado por el testador.
REVOCACIÓN DEL TESTAMENTO:
 La esencia del negocio jurídico que como acto entraña disponer
de la última voluntad del causante consideró a la revocación
como una consecuencia natural, pues su otorgante podía
modificarlo hasta último momento.
 Según el ius civile, el testamento se revocaba por el
otorgamiento de otro nuevo. Si el posterior no era válido por el
derecho civil, pero se adecuaba a las normas del derecho
honorario, el pretor otorgaba la bonorum possessio a quien
tuviera derecho a peticionarla.
 Si el testador cortaba el cordón que lo mantenía cerrado o
rompía sus sellos, según el ius civile conservaba su validez. El
derecho pretorio entendió que tal actitud del otorgante revelaba
una voluntad adversa al acto realizado y tuvo por revocado al
testamento.
 En el derecho postclásico la revocación podía hacerse por la
redacción de uno nuevo o la apertura intencionada del
testamento por el disponente, también por declaración de
testigos o mediante acto cuando hubieren transcurrido más de
diez años de su otorgamiento.
 La apertura del testamento tenía lugar ante el pretor debía ser
iniciado en determinado plazo. Tenía derecho a solicitarla el
heredero designado y en su defecto cualquier otra persona que
hubiere beneficiada por el testador. Si el testamento hubiera sido
depositado en poder de un tercero que se negara a entregarlo, se lo
podía compeler a que lo hiciese por medio de un interdicto de
tabulis exhibendis.
 Desheredación y preterición: Según los principios del ius civile,
el paterfamilia debía destituir o desheredar expresamente a los
herederos sui (hijos bajo su potestad), pero no le era permitido
silenciarlos o preterirlos (omitirlos) en su testamento. , sino que
debían ser nominativamente desherdados.
 Los demás heredes sui podían ser desheredados en conjunto
(hijas, nietos). El hijo nacido después de otorgado, (hijo póstumo),
tenía que ser expresamente desheredado. Si era preterido, este
silenciamiento invalidaba el testamento, siempre que hubiera
concebido en vida del testador.
 Según las normas del derecho pretoriano, los hijos varones
emancipados habían de ser instituidos o desheredados
nominativamente. Si se los omitía, el testamento se consideraba en
principio válido, pero si al preterido lo atacaba de nulidad, caía la
institución de heredero, porque el pretor acordaba al emancipado la
bonorum possessio contra tabulas.
DERECHO DE LEGÍTIMAS:

 El derecho de legítimas obligaba al testador a dejar una porción


de sus bienes a sus más próximos parientes con vocación
sucesoria ab intestato. Esta reacción a favor de los herederos de
sangre más allegada al testador, nació de la idea de que existía un
principio de piadoso afecto que debe existir entre los miembros
de una familia, lo que de acuerdo con la equidad justificaba la
impugnación del testamento que se apartara de tales deberes.
 Como la infracción al derecho de legítimas no implicaba al
principio una cuestión jurídica, sino más bien un problema
social, se justificó que la solución dependiera del arbitrio del
juez. Un argumento retórico frecuentemente utilizado era el de
que había ordenado sus disposiciones bajo los efectos de una
perturbación mental.
 La sanción de tales infracciones debió ser al principio una
reprobación o censura de orden social, para considerar con el
tiempo nulo el testamento incurso en estas transgresiones. La
cuantía se fijó en una cuarta parte de la porción intestada.
ADQUISICIÓN DE LA HERENCIA:
 Esta variaba si los herederos eran necesarios o
voluntarios.
 Si los herederos eran necesarios adquirían la herencia
ipso iure. Es decir que se producía inmediatamente, por
el sólo hecho de la muerte del autor de la sucesión, sin
que el heredero tuviera que realizar acto alguno de
aceptación, pues se hacía dueño de la herencia sin su
consentimiento y aún en contra de su voluntad.
 Los herederos voluntarios en cambio, adquirían la
herencia por una acto de aceptación, llamado aditio
hereditatis Se exigía que la herecnia hubiera sido
deferida (abierta) a favor del heredero. Dicha apertura se
producía en la sucesión intestada como en la
testamentaria, en el instante de la muerte del causante, a
menos en la testamentaria, cuando el testamento estaba
sujeto a condición, la adquisición no tenía lugar hasta
tanto esta no se cumpliera. Era necesario que la herencia
fuera aceptada por el heredero.
 La aceptación podía ser expresa o tácita, expresa
cuando tenía lugar por una declaración formal del
heredero mediante la aditio hereditatis,si era herencia
civil y por la agnitio bonorum possessio, si era la
pretoriana.
 Era tácita si el heredero sin declarar su voluntad, ejecuta
actos que llevan a inferir clara y unívocamente u
decisión de aceptar la herencia.
 Asimismo si en cien días no la aceptaba la herencia civil
se consideraba repudiada. En cambio por el derecho
pretorio la interpretación fue al revés, al no repudiarla
expresamente se la consideró aceptada. Justiniano elevó
los plazos a un año si se le solicitaba al emperador y
nueve meses si era solicitada al magistrado.
 La adquisición importaba la confusión patrimonial del
heredero con el patrimonio del causante, de tal modo que
el heredero respondía ultra vires por las deudas contraídas
por el causante. Ello causó que los herederos repudiasen
las herencias ante el peligro de perderlo todo y los
acreedores perdían asimismo las garantías que el causante
les ofreció en garantía de sus créditos.
 Para evitar esos inconvenientes en el período Justinianeo el ius
abstinendi y el beneficium separationis evolucionaron en un instituto
más eficiente que fue el beneficio de inventario, limitando la
responsabilidad ultra vires del heredero. Éste antes de aceptarla
realizaba un inventario de los bienes dentro de los 30 días de la
apertura, de tal modo que acreedores y legatarios eran satisfechos en
sus créditos y el remanente ingresaba al patrimonio del heredero.
 En caso de pluralidad de herederos todos constituían un condominio
sobre el patrimonio, del cual podían plantear la actio familiae
erciscundae.
 También consideraron los romanos el derecho de acrecer respecto de
la porción hereditaria cuando uno de los herederos no quiere, o no
puede alcanzar tal investidura. Este incremento se produce de pleno
derecho respecto de los demás herederos sobre sus cuotas hereditarias.
 Igualmente regularon en el derecho pretoriano la colación de
herencia respecto de los herederos emancipados o las mujeres
dotadas, con el fin de poner una nota de igualdad entre los herederos.
Justiniano extendió el deber de colacionar a todos los descendientes
que hubiesen recibido liberalidades por parte del causante.
 Los terceros podían usucapir los bienes hereditarios por la persona
que estuviera en legítima posesión de los bienes de manera
ininterrumpida, se le exigía eso sí capacidad para ser heredero.
HERENCIA VACANTE VS HERENCIA YACENTE:
 Se consideraba la herencia vacante cuando no había
heredero llamado a adquirirla, ya sea porque el causante
no hubiera dejado herederos o porque éstos eran
incapaces o bien porque la hubiese repudiado.
 De tal modo que esta era adquirida por el erarium y
después por el fiscus, pero siempre limitando la deuda de
la sucesión a los bienes en ella comprendidos.
 La herencia yacente, en cambio fue la etapa o espacio de
tiempo que mediaba entre la muerte del causante y la
adquisición de la herencia, en esta etapa se encontraba
yacente, y por tal se consideró en un tiempo res nullius,
pero los clásicos la reservaron para el futuro heredero
considerándola un patrimonio provisionalmente sin sujeto
y ya en la época postclásica se la considero sujeto de
derecho independiente, es decir persona jurídica
susceptible de adquirir derechos y obligaciones hasta ser
aceptada.

También podría gustarte