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CIMENTACIONES

Los cimientos son los responsables de transmitir las cargas de las diferentes estructuras al terreno.

Generalmente se construyen de hormigón armado, salvo obras de pequeña importancia, en las

que puede ser más rentable emplear hormigón en masa.

Todo proyecto de cimentación debe incluir un Estudio Geotécnico (estudio de las características

del terreno) ya que la cimentación es la encargada de garantizar la estabilidad de la estructura que

soporta a lo largo de la vida útil de la misma.


A partir del Estudio Geotécnico podremos conocer las propiedades del suelo (tensión admisible
del terreno a las distintas cotas en Kg/cm2, densidad de la tierra, profundidad del nivel freático,
posible asiento, ángulo de rozamiento del terreno, cohesión aparente, expansividad, etc.)
Así, para la elección del tipo de cimentación, debe tenerse en cuenta, por una parte, la estructura
que soporta, y por otra, las características del terreno en que se sitúa, teniendo en cuenta que,
una vez alcanzado un nivel de seguridad adecuado para la misma, ésta debe de ser lo más
económica posible.
CLASIFICACION DE LAS CIMENTACIONES

Las cimentaciones se clasifican en superficiales (zapatas y losas) y profundas (pilotes), entre ambos
casos podríamos considerar una solución intermedia que serían los pozos de cimentación.

a) Cimentaciones superficiales

Resultan adecuadas para cimentar en zonas en que el terreno presente unas cualidades adecuadas
en cotas superficiales, es decir, en zonas próximas a la parte inferior de la estructura.

 Las cimentaciones superficiales se clasifican en: Zapatas y losas.


Zapatas:

Es el tipo de cimentación superficial


más común. Se emplean cuando el
terreno alcanza a cotas poco
profundas la resistencia adecuada en
relación a las cargas a transmitir y
además es lo suficientemente
homogéneo como para que no sean
de temer asientos diferenciales.
Losas:

A título general, podría decirse que ésta sería la solución


adecuada, desde el punto de vista económico, para una
cimentación superficial, cuando la superficie necesaria de
zapatas supere el 50 % de la superficie en planta que ocupa la
estructura (mayor facilidad de ejecución, menos encofrados,
excavación menos dificultosa, etc). Se emplean cuando las
cargas transmitidas al terreno con respecto a la planta a
cimentar son elevadas (grandes silos, depósitos elevados, etc..),
cuando la cimentación se encuentra por debajo del nivel
freático, cuando la resistencia del terreno es baja, cuando las
estructuras son poco deformables con objeto de disminuir los
asientos diferenciales en terrenos poco homogéneos, etc.
b) Cimentaciones profundas

Se construyen empleando pilotes de


cimentación. Se adopta esta solución
cuando el terreno adecuado para cimentar
se encuentra a cotas profundas, caso en el
que la excavación necesaria para una
cimentación a base de zapatas o losas
sería antieconómica y dificultosa.
c) Pozos de cimentación

Solución intermedia entre las cimentaciones superficiales y las cimentaciones a base de pilotes.
Su empleo puede resultar interesante en aquellos casos en que la cota del terreno en que éste
adquiere la resistencia necesaria para cimentar se encuentra a niveles intermedios.

Para evitar una excesiva longitud de pandeo del pilar es preciso crear una corona más robusta
en la base de éste, o bien rellenar el pozo con un hormigón pobre.
A modo orientativo, y en ausencia de otros factores que podrían resultar determinantes, según
las condiciones específicas de la obra en cuestión, en la tabla se indica el tipo de cimentación
adecuada, en función de la cota en que el terreno adquiere la resistencia necesaria para situar
el plano de la cimentación

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