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LA ÓPERA DE

la bohéme
G i a c o m o P u c c i n i

Danna Aponte Castillo


Óperas
Felipe Santos García
Generalidades
• Es una ópera de cuatro actos con música Giacomo Puccini
• El libreto se basa en la novela por entregas Scènes de la vie de bohème de Henry
Murger, publicada en la revista líteraria parisiense Le Corsaire a lo largo de cinco
años (1845 – 1849).
• Los encargados de simplificar y aunar los diferentes episodios para así confeccionar el
libreto fueron Luigi Illica y Giuseppe Giacosa.
Sinopsis
• Es la historia de cuatro bohemios que viven en un barrio latino de
parís en la década de 1840,que sufren y gozan de amor, el poeta
Rodolfo, el pintor marcello, el musico shaunard y el filósofo colline
confrontan las veleidades de la modesta costurera mimi y la
escandalosa cantante musetta. Esta historia de artistas jóvenes y con
poco dinero refleja las propias vivencias del compositor durante sus
años en el conservatorio de Milán, entre 1880 y1883, donde
compartió habitación con otro estudiante de música, llamado Pietro
Mascagni.
Personajes
Personaje Papel a desarrollar Tipo de voz
Rodolfo Poeta, amante de Mimí Tenor lírico – lírico spinto
MIMÍ Modista, amante de Rodolfo Soprano lírica
Marcello Pintor, Amante de musetta Barítono
Musetta Cantante, amante de marcello Soprano ligera
Schaunard Músico Barítono bajo
Colline Filósofo Bajo
Benoît Casero Bajo
Alcindoro Político Bajo
Soldado de aduanas soldado Bajo
parpignol Vendedor de juguetes Tenor
Estudiantes, militares, niños,
vendedores, gente.
Argumento
• Acto I
Dos artistas bohemios, pintor marcello y poeta Rodolfo, se encontraban trabajando una tarde de día de nochebuena, con mucho frío deciden quemar
algo en la estufa, pero no tienen combustible para prenderla, piensas quemar una silla y los últimos cuadros que hizo marcello; pero al final deciden
quemar el ultimo manuscrito de la ultima obra que Rodolfo estaba escribiendo. Marcello ofrece un lienzo pero Rodolfo no lo deja, ya que piensa que es
mejor quemar su manuscrito de una obra de teatro que esta escribiendo, juntos poco a poco empiezan a meter el texto del poeta. Luego entra colline
que también vive con ellos, enfado por no haber empeñado sus libros ya que era nochebuena, mientras el texto del poeta esta prendiendo. Schaunard, el
músico que también hace parte del grupo, parece que tuvo mas suerte, entra con comestibles, leña y vino de burdeos y tabaco. Schaunard les explica
como ha conseguido dinero a cambio de clases de música para un ingles, pero los tres bohemios sin escucharle inician el banquete.
Schaunard los detiene y les dice que en nochebuena no deberían estar en casa, así que vamos a celebrar en el café momus que acuden asiduamente. En
ese momento beben una copa, cuando iban de salida llaman a la puerta, cuando abren era el casero Benoît , que viene a cobrar el alquiler de buhardilla,
en eso Benoît intenta entrar con algunas dificultades al final lo dejan entrar, los bohemios lo sientan en una silla y le empiezan a desviar el tema y
empiezan hacer preguntas sobre la vida personal del casero, que a pesar de su edad fue sorprendido con una mujer. Benoît empieza a confesar que se
siente muy joven, y no le gusta las mujeres flacas como la de él. Esto, ante sus palabras finge una sana indignación moral y expulsan al casero sin haber
pagado el alquiler.
Una vez de haber echado al casero se disponen a bajar a cenar, pero Rodolfo le anuncia que no puede ir, porque tiene que escribir un articulo a la revista
que colabora, y les dice que estará con ellos en unos minutos cuando acabe lo que esta escribiendo, todos se van y Rodolfo se dispone a escribir, apenas
avanzaba en su trabajo, cuando llaman a la puerta, y era una vecina que vino a pedir lumbre de vela. Rodolfo solo siente una atracción hacia ella a pesar
que parece enferma. La tiene intención de irse pero de pronto una corriente de aire le apaga la vela , en ese mismo instante la vecina se da cuenta que se
le cayo la llave de su casa. Rodolfo disimuladamente apaga su vela, y encuentra la llave pero en vez de entregarla a la muchacha se la guarda en el bolsillo
para el. Se acerca a ella y de una forma inesperada toma su mano. El poeta se sorprende al ver lo fría que esta y exclama: ¡che gelida manina ! (que mano
tan fría ); decide empezar a presentarse a su vecina y le cuenta a Mimí quien es y que hace. La vecina hace lo mismo, le explica que se llama lucia, pero
siempre la llaman Mimí; empieza a entonar su aria: “si, chiamano Mimí” (si, me llaman Mimí). En esto los amigos de Rodolfo, lo empiezan a llamar que
baje, el les grita que no tarda, y les pide que guarde un lugar en el café, en ese instante Rodolfo decide que darse con Mimí en la buhardilla, pero ella le
sugiere acompañarle al café para no faltarle a sus amigos. Deciden irse abrazados y cantando mientras bajan las escaleras.
Argumento
• Acto II
Se hace de noche, y hay una gran multitud de vendedores que compiten con sus diversos productos (Aranci, datteri! Caldi i marroni ! /
"¡Naranjas, dátiles! ¡Castañas calientes!"), mientras numerosas personas, entre ellas niños y estudiantes se pasean por el frente del
café momus. En ese momento Schaunard le compra una trompa, colline observa la nueva levita que ha adquirido la tienda de zurcidor,
Rodolfo le compra un sombrero de color rosa a Mimí, se lo entrega, ya al rato se ponen a ver un collar de coral que esta expuesto en el
escaparate de la joyería. Cuando sus amigos ya están sentados llega Rodolfo que les presenta a Mimí, y todos se disponen para a cena.
Entretanto se produce un entre vuelo en la plaza: aparece parpignol, un vendedor de juguetes, con una carreta llena de juguetes
creando que todos los niños y niñas se acercaran a el entre ellos también adultos que intentaban imponer el orden entre los niños. Los
bohemios se encontraban sentados en una mesa, y Mimí empieza a enseñarle el gorro que le regalo Rodolfo a ella. Todos ya
dispuestos a brindar, cuando llega musetta, con un lujoso vestido y acompañada por su amante, el rico y viejo Alcindoro, al que ella
trata como un perrito faldero y el cual lleva varios paquetes en sus brazos. Las tenderas comienzan a comentar sobre el vestido de
musetta, y ella al ver a los bohemios pide que coloquen una mesas junto a ellos, ya ante la presencia de Alcindoro intenta atraer la
atención de marcello, cantando el vals “Quando m'en vò” (cuando voy). Mientras Alcindoro muestra cierto inconformismo por el lugar
que escogió musetta. Marcello que sigo enamorado de esta mujer, con la que tuvo una relación hace un tiempo, apenas puede
contenerse, porque musetta solo le preocupa provocar sus celos. Este es el momento que Rodolfo aprovecha para declarar a Mimí que
es un hombre muy celoso. Musetta está decidida a hacer una escena: pide primero varios platos, pero cuando ya está cenando rompe
uno para llamar la atención de Marcello pretextando que huele mal. Alcindoro enrojece, pero ella en vez de callar se pone a cantar una
canción que Alcindoro considera del todo indecorosa. Sin embargo, puesto que aún no ha quedado plenamente satisfecha, suelta de
pronto un tremendo grito y se queja de un clavo que tiene en el zapato, mandando al ya agotado Alcindoro a comprar otro par. El viejo
accede con tal de que ella no continúe con el escándalo. Apenas ha partido Alcindoro, Musetta abraza a Marcello y se une al grupo.
Un desfile militar pasa por allí y los bohemios se añaden a él, mientras Musetta encarga a un camarero que la cuenta de todos se sume
a la de Alcindoro. Finalmente aparece éste, con el tiempo justo para pagar ambas facturas.
Argumento
• Acto III
La escena reproduce uno de los antiguos puntos de entrada a Paris, donde se cobra un impuesto a quienes traen víveres. Es
una madrugada de febrero y está nevando. Cercana a una de las puertas de la ciudad hay una taberna, en su interior se
oyen risas y voces entre las que se puede distinguir la de Musetta. Unos barrenderos gritan y golpean con sus escobas la
verja desde el exterior para que el oficial de aduanas les abra. Éste les deja paso franco y poco después entran también
unas lecheras. Entra Mimí vacilante, con aspecto de enferma, y pregunta a un sargento por la taberna en la que trabaja un
pintor.
Logra que una mujer entre en la taberna y avise al pintor. Éste no es otro que Marcello, que no tarda en aparecer. Mimí lo
ha venido a ver porque, según ella, Rodolfo no la deja vivir porque, a causa de sus celos, cualquier cosa le infunde
sospechas. Marcello le explica que, en cambio, la relación que él mantiene con Musetta es mucho más libre. Mimí le pide
ayuda (O buen marcello auto!) / "¡Oh, buen Marcello, ayuda!") y Marcello acepta, diciendo que hablará con Rodolfo, que
en ese momento duerme en un banco de la taberna.
Precisamente ahora Rodolfo ha despertado y sale del local. Ella se esconde para que Rodolfo no la vea. Marcello habla con
él y no tarda en descubrir la realidad: Rodolfo confiesa que debe dejar a Mimí porque está muy enferma (Mimí e tanto
malata!) / "¡Mimí está tan enferma!") y necesitaría cuidados que él no puede pagar y siente remordimientos por retenerla
en su sórdida vivienda. Mimí, que ha oído la conversación, no puede evitar las lágrimas y tose; Rodolfo al oírla, se precipita
hacia ella tratando de convencerla de que se pondrá bien. Mimí a pesar de todo, decide separarse de él.
Marcello, al oír unas risas de Musetta en el interior, entra precipitadamente en la taberna. Rodolfo y Mimí, aunque
reconocen la necesidad de separarse (Mimí: Donde lieta usci / "Donde feliz salí") deciden seguir juntos hasta la primavera,
para hacer la separación menos dolorosa. Mientras, Marcello y Musetta han salido, estableciéndose entre ellos una pelea
que contrasta con el éxtasis amoroso de Rodolfo y Mimí, que se abrazan mientras empieza a nevar pausadamente
(cuarteto: Addio dolce svengliare allá mattina! / "Adiós, dulces despertares por la mañana!").
Argumento
• Acto IV
Ya ha llegado la primavera. Marcello está trabajando, tal como es habitual en él, ante un caballete, mientras Rodolfo permanece sentado a una mesa,
escribiendo. Ambos parecen sumidos en un intenso trabajo, pero en realidad no hacen otra cosa que hablar. Rodolfo comenta a Marcello que ha visto a
Musetta en un lujoso coche de caballos, provocando de esta forma los celos del pintor, que responde que él también ha visto a Mimi en una carroza,
vestida como un reina. Los dos fingen indiferencia ante tales noticias, pero en el fondo se sienten heridos por verse abandonados por sus respectivas
amantes. Tanto Rodolfo como Marcello acaban por confesar que siguen enamorados de ellas (dúo: ¡O Mimí!, ¡Tu piú non torni ! / "¡Oh Mimí, no
regresarás!").
Llega la hora de comer y Rodolfo comenta que Schaunard todavía no ha vuelto y esta vez apenas tienen nada. Finalmente aparece Schaunard y Colline
con una sardina salada incomible y algo de pan, que es todo lo que han encontrado. A pesar de ello bromean sobre el tema, imaginando, que celebran
un gran banquete en el que beben champán y pueden elegir entre truchas y salmón. Schaunard amenaza con interpretar una canción, oferta que
rechazan violentamente sus amigos, que prefieren ejercitarse en la danza. Marcello se disfraza de mujer y baila junto a Rodolfo, mientras Schaunard y
Colline discuten sobre el tiempo de la danza. Se inicia entre estos últimos un simulacro de combate, con el que continúa la broma. De pronto
interrumpe la escena la llegada de Musetta, jadeante, anunciando que Mimí está en la escalera gravemente enferma y que no puede subir. Rodolfo y
Marcello se precipitan hacia la puerta, y Colline y Schaunard le preparan el camastro que hay en la habitación. Entran Marcello y Rodolfo con Mimí y la
meten en la cama. Musetta comenta que había oído decir que Mimí se había ido de la casa de un vizconde, que estaba terriblemente enferma y que
ahora la había encontrado por la calle casi arrastrándose y diciendo que se moría. Ante la falta de todo lo que hay en la casa, Musetta decide vender sus
pendientes y envía a Marcello a por un poco de cordial y un médico.
Mimí parece recuperarse un poco, pero tiene frío en las manos y Musetta cree oportuno irse con Marcello para comprar un manguito. Colline, que se
da cuenta de la grave situación, decide empeñar su abrigo, del que se despide con gran afecto (Vecchia zimarra, senti / "Viejo abrigo, escucha"). Antes
de irse aconseja a Schaunard que deje solos a los enamorados y ambos se van juntos. Cuando todos han salido ya, Mimí, que parecía dormida, abre sus
ojos y confiesa que había aguardado hasta quedarse a solas con Rodolfo. Ambos recuerdan su pasado (dúo: Sono andati? / "¿Se han ido?") y Rodolfo le
enseña a Mimí el gorrito que le regaló aquel primer día en el Café Momus.
Poco después van regresando todos excepto Colline. Musetta le entrega el manguito a Mimí, fingiendo que es un regalo de Rodolfo, y se pone a rezar,
preparando el cordial que ha traído Marcello. Mientras, Mimí parece adormilarse confortada por el calor de la cómoda prenda. Rodolfo cierra las
cortinas, pero Schaunard observa que Mimí no se mueve; viéndola muerta se lo comunica a Marcello. Aparece Colline con el dinero del empeño en la
mano y pregunta por la enferma. Rodolfo la mira y, dándose cuenta de la situación, se acerca al cadáver de Mimí. Sin poder evitar un grito de
desesperación, estalla en sollozos. El telón cae cubriendo la triste escena del dolor de los bohemios.
Contexto histórico Siglo XIX

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