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Reflexiones sobre periodismo

en
situaciones de conflicto
Nelson Peredo
Agresiones
• Según la FSTPC, 12 periodistas resultaron heridos y más de 25
recibieron agresiones físicas y verbales por parte de los grupos
movilizados. Según la ANP son 64 periodistas agredidos en el
país hasta el 15 de noviembre.
• En 2018  Bolivia, se registraron  65 casos de agresiones a la
prensa, según Organizaciones de la sociedad civil (OSC)
(Guardiana).
• Nicaragua, con 234 alertas registradas en 2018 y Venezuela, con
196. Mientras que también hay otros países con índices más
bajos  como Uruguay (12 alertas) y Perú (13 alertas). 
Crisis
• En la crisis de la democracia, o la crisis política, algunos medios
también entraron en crisis. (Andrés Gómez).
• Se dieron casos de “amotinamientos” en varios medios cuyos
periodistas hicieron un comunicado mostrando su diferencia con la
línea editorial del medio.
• Los medios de comunicación han sido rebasados en la construcción
de la opinión pública.
Carlos López
• La gente lee solo lo que le ayuda a reafirmar sus creencias, para
autoconvencerse de sus posiciones y lo que no sirve para este fin lo
ataca, no le da crédito o simplemente no lo lee.
• La profundidad se ha perdido. Los periodistas no profundizan y los
lectores no piden profundidad. Ojo esto sucede siempre pero se
amplifica en tiempos de polarización y violencia.
• El equilibrio fue la principal víctima de esta crisis. Los reportes
parciales fueron los más frecuentes. (María Isabel Mercado)
• Problemas con los términos que no usamos hace años. Golpe de
Estado, fraude electoral, terrorismo.
Crisis
• ¿Qué hemos hechos mal?

• Crisis de formato.
• Crisis de contenido.
• Crisis del modelo de negocios.
Oportunidades
• De repensar nuestro oficio en base a principios que siguen siendo
válidos.
I. Verdad y precisión
II. Independencia
III. La equidad y la imparcialidad
IV. Humanidad
V. Responsabilidad
• 2. De actualizar las herramientas y las técnicas del periodismo.
• 3. De acercarnos más a nuestras audiencias, de reencontrarnos con
ellos.
• Para Gabriela Polit, una de las secuelas más terribles de la violencia es
el silencio. “El del estado que calla, el de los periodistas que son
obligados a callar, el de los perpetradores de los crímenes (…) y el
definitivo, que es el de la muerte”, dijo la autora. “Ese es el
determinante. El absoluto. Pero creo que el más cruel, es el que
tienen que guardar los periodistas vivos que saben las respuestas a
muchas preguntas, pero no lo pueden decir, porque les costaría la
vida. Creo que ese silencio es el más cruel”.

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