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https://www.youtube.com/watch?v=QvCUrbyXijI
https://www.youtube.com/watch?v=SMGu8P193CY
Consiste en la repetición de una
palabra o de un grupo de palabras a
lo largo de un texto.
Recurre Ejemplo 1
de
cuando los vencidos andaban huyendo y ocultando
gente y llevando gente y salvando gente. ...
Demostrarle al mundo entero que el golpe sólo
“Rebeca se levantó a media noche y comió puñados de tierra en el jardín, con una avidez suicida,
llorando de dolor y de furia, masticando lombrices tiernas y astillándose las muelas con huesos de
caracoles. Vomitó hasta el amanecer. Se hundió en un estado de postración febril, perdió la conciencia,
y su corazón se abrió en un delirio sin pudor.”
Ejemplo 3
“Llenósele de fantasía de todo aquello que leía en los libros, así como de encantamientos como de
pendencias, batallas, desafíos, heridas, requiebros, amores, tormentas y disparates imposibles; y
asentósele de tal modo en la imaginación que era verdad toda aquella máquina de aquellas soñadas
invenciones que leía, que para él no había otra historia más cierta en el mundo.”
Ejemplo 4
“Los vaqueros y los peones del interior lo escuchaban en silencio, intrigados, atemorizados, conmovidos,
y así lo escuchaban los esclavos y los libertos de los ingenios del litoral y las mujeres y los padres y los
hijos de unos y de otras.” (Mario Vargas Llosa. La guerra del fin del mundo)
Consiste en la repetición de un
Recurre determinado patrón gramatical.
ncia Ejemplo 1
de
“Viéndolo montar picaportes y desconectar relojes,
Fernanda se preguntó si no estaría incurriendo también en
el vicio de hacer y deshacer, como el coronel Aureliano
sintáctic
El coronel Aureliano Buendía + con los pescaditos de oro
Frase sustantiva Complemento
(prep. + determinante + sust.)
a
Ejemplo 2
“Era una tortura inútil porque ya para esa época él tenía terror de todo lo que lo rodeaba, y estaba
preparado para asustarse de todo lo que encontrara en la vida: las mujeres de la calle, que echaban a
perder la sangre; las mujeres de la casa, que parían hijos con cola de puerco; los gallos de pelea, que
provocaban muertes de hombres y remordimientos de conciencia para el resto de la vida; las armas de
fuego, que con sólo tocarlas condenaban a veinte años de guerra; las empresas desacertadas, que sólo
conducían al desencanto y la locura, y todo, en fin, todo cuanto Dios había creado con su infinita
bondad, y que el diablo había pervertido.”
(Gabriel García Márquez. Cien años de soledad)
mos y
se le pasaban las noches leyendo de claro en claro, y
los días de turbio en turbio; y así, del poco dormir y
del mucho leer se le secó el cerebro de manera que
de Mancha)
palabras
Ejemplo 2
Mes a mes, año a año, se fueron poblando de consejos las noches de Campos, Jacobina,
Itabaina. A todos parecían buenos consejos y por eso, al principio en uno y luego en otro y al
final en todos los pueblos del Norte, al hombre que los daba, aunque su nombre era Antonio
Vicente y su apellido Mendes Maciel, comenzaron a llamarlo el Consejero.”
extensió
regresaré mañana por la noche. Pedí dos días de licencia a mi patrón y no
pudo negármelos ante una excusa semejante. Pero no parecía satisfecho.
Llegué a decirle: «No es culpa mía». No me respondió. Pensé entonces que no
debía haberle dicho esto. Al fin y al cabo, no tenía por qué excusarme. Más
n de
bien le correspondía a él presentarme las condolencias. Pero lo hará sin duda
pasado mañana, cuando me vea de luto. Por ahora, es un poco como si mamá
no estuviera muerta. Después del entierro, por el contrario, será un asunto
las
archivado y todo habrá adquirido aspecto más oficial.
oracione
dijo: «Madre hay una sola.» Cuando partí, me acompañaron hasta la puerta. Me
sentía un poco aturdido pues fue necesario que subiera hasta la habitación de
Manuel para pedirle prestados una corbata negra y un brazal. El perdió a su tío
hace unos meses.
por
que Pereira se hallaba en la redacción, sin saber qué hacer, el
director estaba de vacaciones, él se encontraba en el aprieto de
organizar la página cultural, porque el Lisboa contaba ya con una
extensió
página cultural, y se le había encomendado a él. Y él. Pereira,
reflexionaba sobre la muerte. En aquel hermoso día de verano, con
aquella brisa atlántica que acariciaba las copas de los árboles y un
n de
sol resplandeciente, y con una ciudad que refulgía, que literalmente
refulgía bajo su ventana, y un azul, un azul nunca visto, sostiene
Pereira, de una nitidez que casi hería los ojos, él se puso a pensar
las
en la muerte. ¿Por qué? Eso, a Pereira, le resultaba imposible
decirlo. Sería porque su padre, cuando él era pequeño, tenía una
agencia de pompas fúnebres que se llamaba Pereira La Dolorosa,
sería porque su mujer había muerto de tisis unos años antes, sería
oracione porque él estaba gordo, sufría del corazón y tenía la presión alta”.
s
Nena Daconte era casi una niña, con unos ojos de pájaro feliz y una
Ritmo
piel de melaza que todavía irradiaba la resolana del Caribe en el
lúgubre anochecer de enero, y estaba arropada hasta el cuello con
un abrigo de nucas de visón que no podía comprarse con el sueldo
por
de un año de toda la guarnición fronteriza. Billy Sánchez de Avila, su
marido, que conducía el coche, era un año menor que ella y casi tan
bello y llevaba una chaqueta de cuadros escoceses y una gorra de
las
de maletas demasiado nuevas y muchas cajas de regalos todavía
sin abrir. Ahí estaba, además el saxofón tenor que había sido la
pasión dominante en la vida de Nena Daconte antes de que