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Patrones de ritmo 1

https://www.youtube.com/watch?v=QvCUrbyXijI

https://www.youtube.com/watch?v=SMGu8P193CY
Consiste en la repetición de una
palabra o de un grupo de palabras a
lo largo de un texto.
Recurre Ejemplo 1

ncia Nadie lo vio desembarcar en la unánime noche,


nadie vio la canoa de bambú sumiéndose en el

de fango sagrado, pero a los pocos días nadie


ignoraba que el hombre taciturno venía del Sur y
que su patria era una de las infinitas aldeas que

palabra están aguas arriba, en el flanco violento de la


montaña, donde el idioma zend no está

o frase contaminado de griego y donde es infrecuente la


lepra.

(Borges: Las ruinas circulares)


Ejemplo 2
Piensa en esto: cuando te regalan un reloj te regalan un pequeño infierno florido, una
cadena de rosas, un calabozo de aire. No te dan solamente el reloj, que los cumplas muy
felices y esperamos que te dure porque es de buena marca, suizo con áncora de rubíes; no
te regalan solamente ese menudo picapedrero que te atarás a la muñeca y pasearás
contigo. Te regalan -no lo saben, lo terrible es que no lo saben-, te regalan un nuevo
pedazo frágil y precario de ti mismo, algo que es tuyo pero no es tu cuerpo, que hay que
atar a tu cuerpo con su correa como un bracito desesperado colgándose de tu muñeca. Te
regalan la necesidad de darle cuerda todos los días, la obligación de darle cuerda para que
siga siendo un reloj; te regalan la obsesión de atender a la hora exacta en las vitrinas de
las joyerías, en el anuncio por la radio, en el servicio telefónico. Te regalan el miedo de
perderlo, de que te lo roben, de que se te caiga al suelo y se rompa. Te regalan su marca, y
la seguridad de que es una marca mejor que las otras, te regalan la tendencia de comparar
tu reloj con los demás relojes. No te regalan un reloj, tú eres el regalado, a ti te ofrecen
para el cumpleaños del reloj.
Consiste en la repetición de
palabras de la misma categoría

Recurre gramatical (sustantivos, adjetivos,


verbos y verboides).
ncia Ejemplo 1

de tipo Sucedió los primeros meses después del once, en


los jolgorios victoriosos del aletazo golpista,

de
cuando los vencidos andaban huyendo y ocultando
gente y llevando gente y salvando gente. ...
Demostrarle al mundo entero que el golpe sólo

palabra había sido una palmada eléctrica en la nalga de un


niño mañoso.

(Pedro Lemebel, “Las joyas del golpe”)


Ejemplo 2

“Rebeca se levantó a media noche y comió puñados de tierra en el jardín, con una avidez suicida,
llorando de dolor y de furia, masticando lombrices tiernas y astillándose las muelas con huesos de
caracoles. Vomitó hasta el amanecer. Se hundió en un estado de postración febril, perdió la conciencia,
y su corazón se abrió en un delirio sin pudor.”

(Gabriel García Márquez. Cien años de soledad)

Ejemplo 3

“Llenósele de fantasía de todo aquello que leía en los libros, así como de encantamientos como de
pendencias, batallas, desafíos, heridas, requiebros, amores, tormentas y disparates imposibles; y
asentósele de tal modo en la imaginación que era verdad toda aquella máquina de aquellas soñadas
invenciones que leía, que para él no había otra historia más cierta en el mundo.”

(Miguel de Cervantes. El ingenioso hidalgo Don Quijote de La Mancha)

Ejemplo 4

“Los vaqueros y los peones del interior lo escuchaban en silencio, intrigados, atemorizados, conmovidos,
y así lo escuchaban los esclavos y los libertos de los ingenios del litoral y las mujeres y los padres y los
hijos de unos y de otras.” (Mario Vargas Llosa. La guerra del fin del mundo)
Consiste en la repetición de un
Recurre determinado patrón gramatical.

ncia Ejemplo 1

de
“Viéndolo montar picaportes y desconectar relojes,
Fernanda se preguntó si no estaría incurriendo también en
el vicio de hacer y deshacer, como el coronel Aureliano

estructu Buendía con los pescaditos de oro, Amaranta con los


botones y la mortaja, José Arcadio Segundo con los
pergaminos y Úrsula con los recuerdos.”

ra (Gabriel García Márquez. Cien años de soledad)

sintáctic
El coronel Aureliano Buendía + con los pescaditos de oro
Frase sustantiva Complemento
(prep. + determinante + sust.)

a
Ejemplo 2

“Era una tortura inútil porque ya para esa época él tenía terror de todo lo que lo rodeaba, y estaba
preparado para asustarse de todo lo que encontrara en la vida: las mujeres de la calle, que echaban a
perder la sangre; las mujeres de la casa, que parían hijos con cola de puerco; los gallos de pelea, que
provocaban muertes de hombres y remordimientos de conciencia para el resto de la vida; las armas de
fuego, que con sólo tocarlas condenaban a veinte años de guerra; las empresas desacertadas, que sólo
conducían al desencanto y la locura, y todo, en fin, todo cuanto Dios había creado con su infinita
bondad, y que el diablo había pervertido.”
(Gabriel García Márquez. Cien años de soledad)

las mujeres de la calle, que echaban a perder la sangre


las armas de fuego, que con sólo tocarlas condenaban a veinte años
de guerra
determinante + sustantivo + sintagma preposicional + relativo + complemento explicativo
Patrones de ritmo 2
Combina paralelismos de
Ritmo estructuras sintácticas con las

por relaciones semánticas de palabras


Ejemplo 1
paralelis “En resolución, él se enfrascó tanto en su lectura, que

mos y
se le pasaban las noches leyendo de claro en claro, y
los días de turbio en turbio; y así, del poco dormir y
del mucho leer se le secó el cerebro de manera que

juegos vino a perder el juicio.”


(Miguel de Cervantes. El ingenioso hidalgo Don Quijote de la

de Mancha)

palabras
Ejemplo 2

Mes a mes, año a año, se fueron poblando de consejos las noches de Campos, Jacobina,
Itabaina. A todos parecían buenos consejos y por eso, al principio en uno y luego en otro y al
final en todos los pueblos del Norte, al hombre que los daba, aunque su nombre era Antonio
Vicente y su apellido Mendes Maciel, comenzaron a llamarlo el Consejero.”

(Mario Vargas Llosa. La guerra del fin del mundo)


Ritmo Hoy ha muerto mamá. O quizá ayer. No lo sé. Recibí un telegrama del asilo:
«Falleció su madre. Entierro mañana. Sentidas condolencias.» Pero no quiere
decir nada. Quizá haya sido ayer.

por El asilo de ancianos está en Marengo, a ochenta kilómetros de Argel. Tomaré el


autobús a las dos y llegaré por la tarde. De esa manera podré velarla, y

extensió
regresaré mañana por la noche. Pedí dos días de licencia a mi patrón y no
pudo negármelos ante una excusa semejante. Pero no parecía satisfecho.
Llegué a decirle: «No es culpa mía». No me respondió. Pensé entonces que no
debía haberle dicho esto. Al fin y al cabo, no tenía por qué excusarme. Más

n de
bien le correspondía a él presentarme las condolencias. Pero lo hará sin duda
pasado mañana, cuando me vea de luto. Por ahora, es un poco como si mamá
no estuviera muerta. Después del entierro, por el contrario, será un asunto

las
archivado y todo habrá adquirido aspecto más oficial.

Tomé el autobús a las dos. Hacía mucho calor. Comí en el restaurante de


Celeste como de costumbre. Todos se condolieron mucho de mí, y Celeste me

oracione
dijo: «Madre hay una sola.» Cuando partí, me acompañaron hasta la puerta. Me
sentía un poco aturdido pues fue necesario que subiera hasta la habitación de
Manuel para pedirle prestados una corbata negra y un brazal. El perdió a su tío
hace unos meses.

s Albert Camus: El extranjero


Ritmo “Sostiene Pereira que le conoció un día de verano. Una magnífica
jornada veraniega, soleada y aireada, y Lisboa resplandecía. Parece

por
que Pereira se hallaba en la redacción, sin saber qué hacer, el
director estaba de vacaciones, él se encontraba en el aprieto de
organizar la página cultural, porque el Lisboa contaba ya con una

extensió
página cultural, y se le había encomendado a él. Y él. Pereira,
reflexionaba sobre la muerte. En aquel hermoso día de verano, con
aquella brisa atlántica que acariciaba las copas de los árboles y un

n de
sol resplandeciente, y con una ciudad que refulgía, que literalmente
refulgía bajo su ventana, y un azul, un azul nunca visto, sostiene
Pereira, de una nitidez que casi hería los ojos, él se puso a pensar

las
en la muerte. ¿Por qué? Eso, a Pereira, le resultaba imposible
decirlo. Sería porque su padre, cuando él era pequeño, tenía una
agencia de pompas fúnebres que se llamaba Pereira La Dolorosa,
sería porque su mujer había muerto de tisis unos años antes, sería

oracione porque él estaba gordo, sufría del corazón y tenía la presión alta”.

(Sostiene Pereira. Antonio Tabucchi)

s
Nena Daconte era casi una niña, con unos ojos de pájaro feliz y una

Ritmo
piel de melaza que todavía irradiaba la resolana del Caribe en el
lúgubre anochecer de enero, y estaba arropada hasta el cuello con
un abrigo de nucas de visón que no podía comprarse con el sueldo

por
de un año de toda la guarnición fronteriza. Billy Sánchez de Avila, su
marido, que conducía el coche, era un año menor que ella y casi tan
bello y llevaba una chaqueta de cuadros escoceses y una gorra de

extensió pelotero. Al contrario de su esposa, era alto y atlético y tenía las


mandíbulas de hierro de los matones tímidos. Pero lo que revelaba
mejor la condición de ambos era el automóvil platinado, cuyo interior

n de exhalaba un aliento de bestia viva, como no se había visto otro por


aquella frontera de pobres. Los asientos posteriores iban atiborrados

las
de maletas demasiado nuevas y muchas cajas de regalos todavía
sin abrir. Ahí estaba, además el saxofón tenor que había sido la
pasión dominante en la vida de Nena Daconte antes de que

oracione sucumbiera al amor contrariado de su tierno pandillero de balneario.


Gabriel García Márquez: La huella de tu sangre en la nieve

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