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Este documento habla sobre la fe inquebrantable en Dios. Argumenta que cuando nos convenemos que las cosas no pueden cambiar estamos yendo en contra de la fe que Dios puso en nuestras vidas. Afirma que la fe precede el cambio en la vida y que somos llamados a cambiar nuestro destino a través de la sustancia de Dios en nosotros. Finalmente, señala que la fe se nutre y crece a través de la palabra de Dios.
Este documento habla sobre la fe inquebrantable en Dios. Argumenta que cuando nos convenemos que las cosas no pueden cambiar estamos yendo en contra de la fe que Dios puso en nuestras vidas. Afirma que la fe precede el cambio en la vida y que somos llamados a cambiar nuestro destino a través de la sustancia de Dios en nosotros. Finalmente, señala que la fe se nutre y crece a través de la palabra de Dios.
Este documento habla sobre la fe inquebrantable en Dios. Argumenta que cuando nos convenemos que las cosas no pueden cambiar estamos yendo en contra de la fe que Dios puso en nuestras vidas. Afirma que la fe precede el cambio en la vida y que somos llamados a cambiar nuestro destino a través de la sustancia de Dios en nosotros. Finalmente, señala que la fe se nutre y crece a través de la palabra de Dios.
las cosas no pueden cambiar estamos marcando un destino que es contrario a la fe puesta por Dios en nuestra vida, es verdad que el sufrimiento hace parte de la vida, pero no es el común denominador o por lo menos la palabra de Dios no lo habla de esa manera. La Fe es la precursora de un cambio de vida • Todo hombre de Dios se ajusto a los cambios de su fe. • Somos llamados a cambiar nuestro destino. • La sustancia de Dios puesta en nuestra vida. • La fe se afianza en una verdad y lucha antes que rendirse. • La vida de Dios puesta en sus hijos, es la herencia de reclamar sus promesas. La Fe se nutre y crece por medio de la palabra de Dios • La palabra de Dios nutre y hace crecer la Fe. • La fe me enseña a hacer las cosas a la manera de Dios. • La permanencia de la fe en la palabra. • La imaginación es la acción de una fe engendrada que nos dice: Sí, podemos hacerlo.