Está en la página 1de 1

Por lo tanto, no nos desanimamos.

Y aunque por
fuera nos vamos desgastando, por dentro nos
vamos renovando de día en día. Porque estos
sufrimientos insignificantes y momentáneos
producen en nosotros una gloria cada vez más
excelsa y eterna. Por eso, no nos fijamos en las
cosas que se ven, sino en las que no se ven; porque
las cosas que se ven son temporales, pero las que
no se ven son eternas. – 2 Cor 4,16-18

Señor y Dios nuestro, te damos gracias porque vienes a ayudarnos con tu


fuerza y poder. Te agradecemos que vengas a nosotros en nuestros
sufrimientos y fortalecernos en todo lo que tenemos que soportar aquí en la
tierra. Tú nos ayudas para que lo bueno y lleno de luz llegue cada vez más
a nosotros y a todos los hombres. Te damos gracias y oramos para que tu
poder, que proviene del mundo invisible a uno visible, continúe trabajando
en silencio entre nosotros hasta el día que todo el mundo pueda ver a
Jesucristo, quien es el mismo ayer, hoy y para toda la eternidad. Amén.

También podría gustarte