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QUIRURGICA EN EL
T R ATA M I E N T O A L A
O N C O L O G I A
V I C T O R J AV I E R E S P I R I T U S A N T O 2 0 1 6 - 1 4 0 6
RECONSTRUCCIÓN: FUNCIONAL Y
ESTÉTICA
• Los progresos alcanzados en el conocimiento y comprensión del riego sanguíneo tisular han
permitido mejorar la cobertura de los defectos quirúrgicos tras las resecciones oncológicas. Casi
nunca los cierres primarios o injertos cutáneos desfigurantes constituyen la única opción. Dos han
sido los progresos que han producido cambios importantes en la reconstrucción plástica de las
resecciones oncológicas. El primero fue la comprensión anatómica del aporte sanguíneo
muscular, que permitió desplazar tejido asociado a una red vascular definida hasta un defecto en
el que extender su pedículo.
M O D A L I D A D E S A B L AT I VA S .
• En algunos pacientes con tumores hepáticos que no son candidatos para una resección quirúrgica,
puede realizarse un tratamiento ablativo. Los pacientes pueden no ser capaces de tolerar la
resección quirúrgica debido a su estado de salud general o si la extensión de la resección
quirúrgica requerida dejara un resto de tejido hepático funcional inadecuado. Esto es algo que se
tiene especialmente en cuenta cuando existe cirrosis o lesión hepática inducida por la
quimioterapia. Se han estudiado procedimientos ablativos para el carcinoma hepatocelular
primario y para las metástasis hepáticas del cáncer colorrectal.
• Sin embargo, se cuenta con escasos datos sobre la ablación de otros tumores malignos que causan
metástasis hepáticas, entre ellos el cáncer de mama, las neoplasias malignas ginecológicas y
tumores neuroendocrinos. La ablación se ha estudiado también en el tratamiento del cáncer de
pulmón y el cáncer renal primarios. En general, la evidencia sugiere que la ablación confiere un
beneficio de supervivencia sobre la enfermedad no tratada o la quimioterapia sola en pacientes
que no pueden optar a la resección.
• A. Crioterapia.
• La crioablación intraoperatoria se contempla como una forma eficaz de tratamiento paliativo y
puede curar a algunos pacientes con tumores pequeños. La ecografía intraoperatoria se usa para
monitorizar la criocirugía hepática en la afección irresecable. La crioterapia hepática consiste en
congelar y descongelar tumores hepáticos mediante una criosonda (sonda criogénica) que se
inserta en los tumores.
• B. Ablación mediante radiofrecuencia.
• La técnica de ablación por radiofrecuencia (RFA, radiofrequency ablation) consiste en la
inserción percutánea o intraoperatoria de una sonda de radiofrecuencia en el centro de un tumor
hepático con la ayuda de la guía ecográfica o de TC. Desde el electrodo se emite energía de
radiofrecuencia que es absorbida por el tejido circundante. Este proceso genera calor, que causa
necrosis por coagulación del tejido tratado.
• La limitación inicial de este tratamiento era el pequeño diámetro (1,5 cm) de necrosis que se
podía conseguir con una sola sonda de radiofrecuencia. Las nuevas sondas permiten tratar
volúmenes mayores. La principal ventaja de la ablación por radiofrecuencia sobre la criocirugía
es la escasa incidencia de complicaciones y la facilidad de realizarla bajo guía ecográfica o de
TC.
• C. Ablación con microondas.
• La ablación con microondas es similar a la RFA en cuanto que genera un campo
electromagnético, que provoca la producción de calor al tejido diana. Se coloca una sonda de
antena en el tumor para proporcionar la energía, que puede calentar el tejido hasta una distancia
de 2 cm de la antena. También pueden usarse múltiples antenas simultáneamente, lo que permite
tratar lesiones grandes y multifocales. A diferencia de la RFA, la ablación con microondas no está
tan influida por la capacidad del tejido para conducir electricidad, lo que la convierte en una
mejor opción para los tejidos con mayor impedancia. También es menos vulnerable al efecto de
«disipación térmica»
• D. Electroporación irreversible.
• La técnica de electroporación irreversible (IRE, irreversible electroporation) difiere de las otras
técnicas en que no induce una lesión térmica en los tejidos tratados. La IRE usa una corriente
directa pulsada que causa daño celular irreversible que conduce a la apoptosis. Se cree que el
mecanismo por el que actúa es la rotura de la membrana celular y la inducción de la formación de
poros en la bicapa lipídica. Por ello, no sufre el efecto de «disipación térmica» y no presenta una
diseminación térmica a los tejidos vecinos.
I N T E R V E N C I Ó N Q U I R Ú R G I C A PA R A
EMERGENCIAS ONCOLÓGICAS.
• A. Perforación intestinal.
• La perforación del tracto gastrointestinal en pacientes con cáncer conlleva una morbilidad y una
mortalidad elevadas. Aunque la mayor parte de las perforaciones se deben a causas benignas
(diverticulitis, apendicitis y úlcera gastroduodenal), también pueden producirse provocadas por la
quimioterapia o la radioterapia, o como manifestación primaria de un tumor maligno. Algunos
casos de cáncer colorrectal no diagnosticados pueden manifestarse con perforación a causa de la
afectación de todo el grosor del colon o como perforación proximal debido a una masa distal que
causa obstrucción.
• Obstrucción intestinal.
• La obstrucción intestinal suele observarse en pacientes oncológicos que acuden con náusea,
vómito, distensión abdominal y estreñimiento. Las causas benignas de obstrucción, como las
adherencias por cirugías previas o la enteritis por radiación, explican aproximadamente un tercio
de los casos en estos pacientes. Los tumores malignos primarios (ovario, colon y estómago) o la
enfermedad metastásica (pulmón, mama y melanoma) son la causa de obstrucción intestinal en
dos tercios de los casos.
C. ENTEROCOLITIS NEUTROPÉNICA
(TIFLITIS).