Nuestras manos. Son nuestra herramienta de trabajo, por ende necesitamos cuidarlas mas que a nada. Si nos lesionamos, no podremos trabajar. Las lesiones pueden ir de leves a muy graves (que nos puede llegar a inhabilitar). Para cuidar de nuestras manos y brazos, podemos realizar diversos ejercicios y tener en cuenta algunas consideraciones. Calienta los dedos: Es una parte importante de cualquier rutina de ejercicios, ya que sino podemos lesionarnos. Masajea la parte superior y la palma de tu mano. Usando el pulgar, haz movimientos circulares y lentos con una presión media. No hagas presión hasta sentir dolor. Masajea por 1 a 2 minutos para aflojar y calentar los músculos de las manos. Dobla cada dedo: Hacia atrás hasta que sientas un ligero estiramiento. Luego, dobla cada dedo hacia adelante. No lo hagas hasta sentir dolor. Mantén el puño cerrado: Mantén el pulgar a lo largo de los dedos y no lo escondas. Mantén esta posición entre treinta segundos y un minuto. Deja esa posición y separa los dedos ampliamente. Haz lo que puedas sin forzar demasiado tus músculos. Notarás que poco a poco podrás hacer más repeticiones. Aplana cada mano contra una superficie plana: Coloca la palma de tu mano sobre una tabla, aplana la mano contra la superficie todo lo que puedas. Mantén esa posición entre treinta segundos a un minuto. Luego deja esa posición. Si es posible, empieza con cuatro repeticiones. Aprieta una pelota blanda: Como un ejercicio de fortalecimiento del agarre, sostén una pelota en la palma y apriétala fuertemente por cinco segundos antes de soltarla. Es importante que tengas un descanso de dos días entre las sesiones de fortalecimiento del agarre. No hagas este ejercicios si tienes un pulgar lesionado. Estiramientos de garra: En este ejercicio, mantén las manos frente de ti, de manera que puedas visualizar tus palmas. Luego, dobla los dedos, de manera que las puntas descansen contra la base de las articulaciones de tus dedos. Tu mano parecerá la pata de un gato. Mantén esta posición por treinta segundos a un minuto antes de dejarla. Toca tu pulgar con cada uno de tus dedos. Uno a la vez, toca la yema del dedo pulgar con la punta de cada dedo. Asegúrate de hacer cada toque formando una “O”. Si es posible, haz cuatro repeticiones de este ejercicio. También puedes hacer este ejercicio tocando tu dedo pulgar con la almohadilla de cada dedo. La forma hecha por los dedos será más como una forma ovalada o de huevo. Haz fortalecedores de pellizco. Para realizar este ejercicio, pellizca un poco de plastilina o una pelota suave con las puntas de los dedos y el pulgar. Mantén el pellizco por treinta segundos a un minuto. No hagas este ejercicio si tienes una lesión en el pulgar. Haz elevaciones de dedos: Coloca las manos sobre una mesa con las palmas hacia abajo. Levanta un dedo a la vez, luego bájalo. Al final, levanta los cuatro dedos, el pulgar y luego bájalos. Incorpora una banda elástica: Envuelve una banda elástica alrededor de tu mano, en la base de los dedos. Extiende el pulgar y mantenlo así antes de hacer que vuelva a su posición original, dale a tus manos un descanso de dos días entre las sesiones. Haz toques de pulgar y meñique. Pon tu mano enfrente de ti. Extiende el pulgar hasta donde sea cómodo. Dobla el pulgar a lo largo de la parte inferior de tu mano para tocar la base de tu dedo meñique. Mantén esta posición por treinta segundos a un minuto. Haz ejercicios de abducción y de aducción de dedos. Esto implica apretar los dedos para juntarlos y tirar de ellos para separarlos. Entrelaza los dedos y trata de halar una mano mientras los dedos de la otra mano se aprietan entre sí para tratar de mantenerse entrelazados. Para fortalecer el pulgar a la yema de tus dedos, puedes poner un trozo de papel entre el pulgar y la yema, aprieta, y con la mano opuesta trata de tirar del papel entre el pulgar y el dedo. Flexibilización de muñeca.