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SESION XI
PROF. JUANSEBASTIÁN VELÁSQUEZ PELÁEZ
EL CONTRATO DE COMPRA-VENTA
CONTRATO DE COMPRA-VENTA
Los romanos designan la compraventa con los términos emptio
venditio, de emere (comprar) y vendere (vender); asimismo
utilizan las palabras emptor y venditor para indicar
respectivamente al comprador y vendedor. La compraventa es un
contrato consensual, de buena fe, por el que una de las partes
llamada vendedor se obliga a proporcionar a la otra la posesión
pacífica y duradera de una cosa (merx) a cambio de una cantidad
de dinero (pretium).
- CARACTERÍSTICAS DEL CONTRATO DE COMPRAVENTA
ROMANO
+ Pueden ser objeto del contrato de compraventa todas las cosas que están en el
comercio de los hombres y cuya venta sea lícita
No es necesario que las diversas aportaciones sean de la misma naturaleza ni del mismo valor:
uno de los socios puede aportar dinero, otro un inmueble, otro mercancías o ganado, otro,
incluso, su trabajo.
+ Un interés común
Esto quiere decir que cada uno de los socios debe obtener alguna utilidad, y si se acuerda que
alguno de los socios queda excluido de todo beneficio, no surge el contrato.
+ Sentado que la sociedad como tal no tiene personalidad jurídica, si todos los socios
contrataran conjuntamente con un tercero, todos serán acreedores o deudores de éste.
+ A todos y cada uno de los socios compete la actio pro socio (acción para el socio)
para exigirse recíprocamente el cumplimiento de sus obligaciones, y para pedir la
disolución de la sociedad. conseguir que se les adjudique la propiedad exclusiva de
una parte de lo que antes correspondía a todos.
DISOLUCIÓN DE LA SOCIEDAD EN DERECHO ROMANO
+ Es esencialmente gratuito.
- OBJETO DEL MANDATO
El objeto del mandato es la gestión, actividad o encargo que el
mandatario debe realizar. Era de muy diversa naturaleza y podía
consistir en llevar a cabo un negocio jurídico, como una compra o
una venta, o realizar cualquier otra actividad, como cuidar una
finca.
- OBLIGACIONES DEL MANDATARIO
+ Debe ejecutar el encargo diligentemente y, según las instrucciones
recibidas, sin apartarse de ellas.
Conocido entre los romanos como defuntus, mortus. Es esta la persona que transmite los
derechos sucesorios al heredero.
Para el pueblo romano, el fallecimiento ocasionaba no solamente la transmisión de bienes
patrimoniales, sino que llevaba consigo un interés social y religioso, por lo que fue regulado
tanto por el derecho civil como por el derecho pretoriano.
El causante debía tener derecho a dejar una sucesión testamentaria, esto es que no era suficiente
el tener el commercium, sino que debía poseer el derecho a testar y el poder de ejercerlo.
1. La muerte de un sujeto.
2. La capacidad de un difunto para tener heredero.
3. La capacidad de suceder.
4. Que se diera la delación o llamamiento a la herencia.
5. La aceptación del heredero.