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SEMANA 10

DERECHO CONSTITUCIONAL EN
ESTADOS UNIDOS
DESARROLLO DEL CONSTITUCIONALISMO EN
AMERICA DEL NORTE

Desarrollo del Constitucionalismo en los


Estados Unidos de Norte América desde el
arribo de los primeros anglosajones hasta
las últimas enmiendas a la Constitución, a
finales del siglo XX.
ESTABLECIMIENTO DE LAS COLONIAS INGLESAS
• Durante el siglo XVI, españoles y portugueses iniciaron la
colonización del continente americano, desde México hasta
Sud América.
• España se quedó en el post-feudalismo deteniendo su
crecimiento en el siglo XVI.
• Inglaterra, al mismo tiempo, se puso a la cabeza de la marcha
hacia la modernidad.
• Luego de explorar las costas del norte del continente
americano, etapa que comienza con el viaje de John Cabot en
1497 y que termina con las tres expediciones de John Davies
entre 1585 y 1588, se inicia la etapa de la colonización inglesa
de Norteamérica.
• Siglo XVII, ingleses, franceses y holandeses ocuparon el norte
del continente americano tanto por razones de índole comercial
como religiosas, UNA RAZON PARA LA COLONIZACION),
formando sus propias colonias, a través de concesiones reales
en algunos casos, autorizaciones en otros, colonias de
sociedades, o simplemente como representantes del imperio.
• Inglaterra, característica esencial es que la empresa de
colonizar el litoral Atlántico de Norteamérica fue llevada
adelante por particulares dentro del sistema social, económico
y político que caracterizaba a la Inglaterra emergente del siglo
XVII.
• La colonización fue una empresa de la coalición dirigente y en
consecuencia expresaba la voluntad nacional que dirigía la
política del reino.
• OTRA RAZON PARA LA COLONIZACION:
• La tierra fértil para conseguir materias primas para la industria, fue el objetivo
que llevó a los británicos a conquistar los territorios norteamericanos.
• El centro de interés de la empresa británica en el Este de lo que es hoy EE.UU.
estaba en la explotación de la tierra y, consecuentemente, la finalidad era
poseerla.
• Los colonos eran traídos para poblar la pradera y cultivarla, o utilizarla para el
pastoreo de ovejas. Esta producción era regulada por la demanda fija o
exclusiva, esto es, la venta sólo estaba asegurada para los frutos requeridos
por la industria de la metrópoli.
• De esta manera, las colonias británicas en América del Norte se insertaron,
desde su origen, en el proceso económico del capitalismo industrial. Se
desarrolló un amplio sector de pequeños y medianos propietarios, granjeros o
dueños de plantaciones, con capacidad para acumular capital, que fueron
conformando una burguesía con voluntad de autonomía económica.
• Un ejemplo de colonia formada por “sociedades” es Virginia
• En 1606 dos sociedades de capital obtuvieron del rey Jacobo I la concesión
para colonizar las costas orientales del Norte de América.
• Una fue la Compañía de Londres y la Compañía de Plymouth, que se
repartían el territorio en dos porciones, haciéndose cargo la primera de la
meridional y la segunda de la septentrional.
• Ante la inexistencia de riquezas en oro y plata, las colonias comenzaron a
explotar plantaciones de tabaco, producto adoptado de los indígenas. El
nuevo tabaco tuvo gran aceptación en Inglaterra y a partir de 1614 se inició
la producción en gran escala en Virginia, que encontró con ello su razón de
ser como colonia.
• La expansión de las plantaciones de tabaco exigía mayor cantidad de gente
para el cultivo y la recolección. Los europeos no llegaban en cantidad
suficiente y tampoco querían hacer de peones. La plantación atrajo entonces
el comercio de esclavos.
• En 1619 llegó el primer contingente de africanos secuestrados a Virginia. De
ahí la esclavitud formó parte esencial en la estructura económica de toda la
región sobre la que se constituyeron los estados sureños de Norteamérica.
• OTRA RAZON fue la importante influencia que tuvieron las persecuciones religiosas
en la venida de colonos al Nuevo Mundo.
• La religión oficial en Inglaterra era el anglicanismo, impuesta por Enrique VIII y
consolidada por su hija Isabel I. Sin alejarse mucho del dogma católico, la “reforma”
de los Tudor se basó en no reconocer la supremacía del Papa, asignando al rey la
jefatura de la iglesia británica.
• El protestantismo también avanzó entre los ingleses, profundizando la reforma
fuera de la iglesia oficial.
• Surgieron así distintos grupos, como los puritanos, los cuáqueros y los
presbiterianos, que intentaron purificar la religión (separándose de la Iglesia del
rey), enfrentándose con la monarquía cuando los Estuardo llegaron al trono.
Grandes contingentes de estas comunidades religiosas, especialmente puritanos,
llegaron a América huyendo de la persecución y colonizando extensas zonas.
• La primera población permanente en América, de origen británico, fue Virginia,
donde el 24 de mayo de 1607 ciento veinte hombres fundaron Jamestown.
Arribados a América, los puritanos decidieron no instalarse en Virginia por estar
ocupada por gentes que no compartía sus creencias religiosas, por lo que
decidieron marchar más al norte, fundando en 1620 el poblado de Plymouth en la
bahía de Massachussets.
• Las creencias religiosas de estos grupos fueron un factor determinante de
su organización, que además perduró en el tiempo, como podemos
observar en el preámbulo de la Constitución de Massachusetts de 1780:
• “Nos, por lo tanto, el pueblo de Massachusetts, reconociendo con
corazones generosos la bondad del gran Legislador del universo, al
otorgarnos según los designios de Su providencia, una oportunidad,
deliberada y pacíficamente, sin fraude, violencia o sorpresa, de entrar en
un original, explícito y solemne acuerdo entre nosotros; y formar una
nueva constitución de gobierno civil para nosotros y nuestra posteridad;
e implorando devotamente Su guía en tan interesante designio,
acordamos, ordenamos y establecemos la siguiente Declaración de
Derechos y Estructura de Gobierno como la Constitución de la
Comunidad de Massachusetts”.
• Los protestantes, inspirados en una mayor tolerancia religiosa, fundaron
en 1632 una colonia al norte del río Potomac, bautizada como Maryland
(para Rodríguez Varela Maryland fue fundada en 1634 por colonos
católicos. Lo cierto es que en Maryland convivían católicos, protestantes y
presbiterianos). En 1634 fue fundada Saint Mary’ City, un siglo más tarde
llamada Baltimore.
• Por último, otra característica fundamental de las colonias
británicas fue que pronto adoptaron el sistema
parlamentario. La compañía ordenó a su representante en
Virginia, quien ejercía la gobernación, que estableciera una
cámara de representantes para colaborar en el gobierno del
territorio concesionado.
• Cada uno de los distritos (11 en total) en que se dividía
entonces la colonia, debía elegir dos representantes o
burgueses (hombres libres en el léxico político inglés), que
formarían la Cámara.
• Esa práctica se extendió a todas las colonias inglesas en
Norteamérica, beneficiando la formación de una clase
dirigente propia, más allá de las limitaciones con que
funcionaron.
NOMBRE AÑO DE FUNDACIÓN
Virginia 1607
Massachusetts 1620
Maryland 1634
Connecticut 1635
Rhode Island 1636
Delaware 1638
New Hampshire 1638
Carolina del Norte 1653
Carolina del Sur 1663
New Jersey 1664
Nueva York 1664
Pennsylvania 1682
Georgia 1732
• A mediados del siglo XVII, además de las colonias inglesas
referidas, en la costa oriental norteamericana habían
instalado las suyas otros países europeos: los franceses
ocupaban el litoral del río San Lorenzo; los holandeses el del
río Hudson y los suecos el del Delaware. La Florida era
española.
• Las colonias de Nueva Inglaterra y Nueva Holanda vivieron en
conflicto permanente, como consecuencia inevitable de la
expansión de ambas.
• Desde su llegada al trono en 1660, Carlos II había tenido
problemas con los cuáqueros, secta religiosa, cuyos miembros
fueron duramente perseguidos que habían emigrado a las
colonias de Nueva Inglaterra, donde no fueron bien recibidos.
• En marzo de 1674 compraron parte de la concesión de Nueva
Jersey, que la corona reconoció como Jersey Occidental.
• En 1681 Carlos II otorgó a William Penn, integrante de la secta, el
derecho a colonizar la tierra no ocupada al oeste del río Delaware.
Penn propuso que la colonia se denominara Silvana (“región
boscosa”, en latín), pero el rey hizo una composición y la llamó
Pennsylvania.
• Penn bautizó a la ciudad que fundó con el nombre de Filadelfia
(“amor fraterno”, en griego). A esta colonia emigraron muchos
alemanes pertenecientes a sectas similares a la cuáquera.
• Las colonias, a pesar de sus diversos orígenes, tenían
características comunes. Precisamente porque en América del
Norte los británicos no encontraron el terreno propicio para
fundar un gran imperio, no hubo una administración colonial
férrea, ni una fiscalización metropolitana demasiado rígida.
Prevaleció el espíritu independiente de los colonos y su tendencia
a administrarse y arreglarse por sí solos.
LA REVOLUCIÓN AMERICANA

•  
• La primera manifestación de la autoridad parlamentaria sobre las colonias fue la Ley de
Navegación de 1651 que obligaba a que las importaciones y exportaciones de las colonias
debían embarcarse en buques de bandera inglesa; leyes posteriores prohibieron las
relaciones comerciales entre las colonias y terceros países. Aunque los comerciantes de las
colonias solían hacer caso omiso de estas disposiciones cuando afectaban a sus intereses,
esta legislación creó un ambiente comercial que por lo general beneficiaba a las colonias y a
la metrópoli por igual. En 1660 con el nuevo reinado de Carlos II de Inglaterra se ampliaron
las leyes de navegación y New Hampshire y Massachusetts pasaron a ser provincias reales.
En 1684 Jacobo II decretó la unificación de las colonias de Nueva York, Nueva Jersey y
Nueva Inglaterra en una única provincia real, el dominio de Nueva Inglaterra.
• A fines del siglo XVII, las colonias estaban reguladas con cierta autonomía internamente,
no así hacia el exterior, dependiendo del parlamento inglés. En 1696, la metrópoli dispuso
la instalación de una Oficina de Comercio y Plantaciones para intervenir en todos los
asuntos comerciales y políticos de las colonias, lo que significó una mayor regulación de la
economía colonial.
• De todas maneras, a mediados del siglo XVIII, las 13 colonias británicas que ocupaban la costa atlántica de
Norteamérica gozaban de gran independencia respecto de su metrópoli. Los habitantes de cada una de ellas
votaban sus propios impuestos y resolvían sus asuntos internos.
• “Desde el principio del coloniaje estuvieron regidas por gobernadores que designaba el rey o las compañías
concesionarias; pero más tarde, siguiendo el ejemplo de Virginia, sus habitantes libres obtuvieron
representación en consejos o asambleas, creados para fiscalizar los impuestos y gastos. Nace así en América
el primer atisbo parlamentario. Dueñas las asambleas populares del derecho de fijar los presupuestos de las
colonias y los sueldos de los gobernadores, paulatinamente fueron imponiéndose hasta conquistar la potestad
legislativa. Casi siempre se mantuvieron en actitud de conflicto con los gobernadores, y hasta de rebelión
contra la metrópoli. Como dijera John Adams, la Revolución se efectuó antes de que comenzara la guerra, al
conquistar la Colonias –con anterioridad a su independencia–, un régimen de gobierno propio”[15].
• En 1750 Inglaterra prohibió, mediante la Ley del Acero, la producción de manufacturas de acero en América
del Norte. El volumen del mercado americano desaconsejaba una medida restrictiva como la adoptada por la
corona británica y pensadores locales como Benjamín Franklin no creyeron en su aplicación.
• “Franklin previno: «Una madre sabia y buena no lo hará». En 1751 escribió un libelo para probar que, en un
futuro no muy lejano, vivirían más súbditos ingleses en el Nuevo Mundo que en el Viejo Continente. Este
aumento de población, decía, creará un mercado que la capacidad inglesa no alcanzará a abastecer. La
limitación de las manufacturas coloniales sólo aumentará los precios e incitará a la competición extranjera y a
costosas guerras en las que las colonias, «mantenidas en un plano excesivamente inferior» serían «incapaces
de ayudarla y de aumentar su fuerza». Dad a los americanos espacio e incentivo para crecer, aconsejó el
estadista-filósofo de América. Luego exclamó: «¡Qué aumento de poder para el imperio británico, tanto por
mar como por tierra! ¡Qué desenvolvimiento para el comercio y la navegación»”[16].
• Lamentablemente, Franklin no fue escuchado en Londres, donde no se prestó atención al crecimiento económico producido en las colonias durante la conquista de
Nueva Francia.
• Franklin tampoco fue escuchado en América, cuando las colonias rechazaron en 1754 el plan de Albany –redactado por Franklin–, que confiaba el Gobierno a un
Presidente nombrado por el rey, unido a un Gran Consejo de representantes de las asambleas populares, con amplios poderes legislativos[17].
• Por lo tanto, los antecedentes a la Guerra de la Independencia de los Estados Unidos se remontan a la confrontación franco-británica en Norteamérica y a las
consecuencias de la Guerra de los Siete Años.
• El 10 de febrero de 1763, el Tratado de París ponía fin al imperio colonial francés en América del Norte y consolidaba a Inglaterra como la potencia hegemónica.
Respecto a los colonos estadounidenses –quienes habían colaborado económica y militarmente en la expulsión de los franceses del Canadá­– la guerra modificó
radicalmente el panorama anterior. Los francófonos católicos de Québec, tradicionales enemigos de los colonos estadounidenses de las Trece colonias, recibieron un
trato respetuoso por parte de las autoridades británicas. Trato que se confirmara en 1774 cuando se dotó a Canadá de un estatuto particular dentro de las colonias
británicas en América, llevándose sus fronteras hasta la confluencia de los ríos Ohio y Misisipi. Asimismo su población conserva un derecho civil propio y la Iglesia
Católica es reconocida. Todos estos movimientos fueron mal aceptados por la población de las Trece colonias[18].
• Durante la guerra, el maltrato y descalificación que sufrieron los colonos norteamericanos enlistados en el ejército de Su Majestad, sembraron el germen de la
independencia.
• “Para ser efectivo, un ascenso en la posición debe ser tanto aceptado como afirmado. Sin embargo, aun durante la guerra, la desilusión colonial había comenzado.
Orgullosos oficiales del ejército inglés, en su mayoría anglicanos, miraban por encima del hombro a ‘todos’ los colonos como disidentes descalificados: hasta el joven
coronel Washington debió discutir agriamente con ellos respecto del reconocimiento de su rango superior. Aún peores eran los rudos escoceses que aprovechaban sus
momentos libres para estudiar la especulación en tierras norteamericanas con sus compatriotas funcionarios y comerciantes”[19].
• La causa inmediata de este conflicto fue el injusto trato que Gran Bretaña infligía a los colonos, pues éstos aportaban riquezas e impuestos a la metrópoli pero no tenían
los medios para decidir sobre dichos impuestos, por lo que se sentían marginados y no representados. La decisión del rey Jorge III (1764) de gravar con impuestos
algunos productos como azúcar, plomo, vidrio, té, etc., y la obligación de usar papel sellado en todos los documentos legales (Ley del Timbre, 1765), provocó incidentes
y revueltas. Estas medidas fueron mal recibidas en las colonias por cuanto sus habitantes sostenían que dichos impuestos habían sido votados por un Parlamento al cual
no habían enviado representantes, concluyendo que “fijar impuestos sin conceder representación es tiranía”[20]. Los colonos resistieron bajo el fundamento de que los
nuevos impuestos violaban la Carta Magna al obligarlos a pagar contribuciones sin su consentimiento. Así sostuvieron la autonomía como base previa a la
independencia. Esta concepción fue la dominante en la asamblea de Virginia y en el Congreso de la Ley del Timbre de 1765. A ello se sumó una declaración de 14
artículos ratificando los derechos naturales a la libertad y a la propiedad, y sosteniendo que nadie puede imponer impuestos ni contribuciones sin el consentimiento del
contribuyente.
• “En sus resoluciones, el Congreso declaró que «ningún impuesto… puede ser constitucionalmente establecido (en las colonias) excepto por sus respectivas
legislaturas»”[21].
• El rechazo de los nuevos impuestos por parte de las colonias desembocó en el envío de tropas desde la metrópoli. Estos conflictos culminaron en 1770 en la ciudad de
Boston, a consecuencia del gravamen sobre el té.
• Un grupo de colonos disfrazados de pieles rojas arrojó al mar un cargamento de té, mientras la multitud agredía a los cobradores de impuestos. Las tropas inglesas, en
acción de represalia, abrieron fuego sobre los revoltosos, dejando un saldo de tres muertos y ocho heridos. Este grave incidente, conocido como “la matanza de Boston”,
sirvió para acentuar el hondo rencor hacia la metrópoli.
LA DECLARACION DE DERECHOS DE VIRGINIA
• En las colonias norteamericanas surge la idea de que “el hombre tiene derechos naturales, inherentes a su condición de tal, que son anteriores y
superiores al Estado, y los cuales son reconocidos y asegurados pero no otorgados por la Constitución”[24].
• El origen de estos derechos es más religioso que político, ya que tiene como base las ideas del puritanismo inglés: fue éste una fuerza desmembrante
que disgregó la solidaridad tradicional de la Iglesia y el Estado creando una filosofía revolucionaria de los derechos individuales que se proponía
libertar al individuo, en su calidad tanto de cristiano como de súbdito, de un sistema de sujeción colectiva que no reconocía tales derechos. El siglo XVI
había proclamado la doctrina del sacerdocio de todos los creyentes, y el siglo XVII procuraba adaptar la forma de las instituciones sociales y políticas a
ese principio revolucionario, tratando de descubrir un nuevo sistema de organización social que amoldase equitativamente los derechos del individuo a
las necesidades del Estado político y del cuerpo social. A tal fin, era necesario reexaminar toda la teoría del origen y las funciones del Estado, y
establecer un nuevo concepto de los derechos individuales del ciudadano[25].
• “Con ellos (los puritanos) vinieron a la Nueva Inglaterra dos principios capitales, que en el fondo no eran sino uno: el principio de la iglesia
democrática y el del Estado democrático”[26].
• Jellinek resalta el origen religioso de estos derechos al afirmar que
• “el principio de la libertad religiosa alcanzó pues, en América, una consagración jurídico-constitucional, con límites más o menos amplios. Dichos
principio, que está íntimamente vinculado con el gran movimiento político-religioso de donde ha surgido la democracia americana, emana de la
convicción que es un derecho natural del hombre, y no un derecho otorgado al ciudadano, el de tener libertad de conciencia y libertad de pensamiento
en materia religiosa, siendo fuente de tales libertades un derecho que está por encima del Estado, y que éste no puede violar”[27].
• El Estado de Virginia tendrá el honor de ser el primero en sancionar, el 12 de junio de 1776, una declaración de derechos de carácter humanista y
general, al adoptar una Constitución precedida por un solemne bill of rights, que se transformará en la piedra angular del constitucionalismo moderno.
• La Declaración de Derechos de Virginia servirá como modelo para que otros Estados de la Unión –con anterioridad a la “Declaración de los derechos
del hombre y del ciudadano” francesa de 1789–, insertaran otros tantos bills of rights en sus constituciones: Pennsylvania (28 de septiembre de 1776),
Maryland (11 de noviembre de 1776), Carolina del Norte (18 de diciembre de 1776), Vermont (8 de julio de 1777), Massachusetts (2 de marzo de
1780), New Hampshire (31 de octubre de 1873, puesta en vigencia el 2 de junio de 1784)[28].
• La Declaración influyó decisivamente los documentos de derechos humanos posteriores. Thomas Jefferson se inspiró en ella cuando exigió la
incorporación de una Carta de Derechos de los Estados Unidos a la Constitución de Estados Unidos. Lafayette, quien había peleado por la
Independencia de Estados Unidos, tomó la Declaración de Virginia y sobre ella compuso la Declaración de los Derechos del Hombre y del Ciudadano
de 1789 durante la Revolución francesa.
•  
LA DECLARACION DE INDEPENDENCIA
• Mientras proseguía la guerra contra la metrópoli, la rebelión de las colonias había evolucionado hacia la formación de gobiernos totalmente
independientes, que desconocían la autoridad del rey. La oportunidad era propicia para legalizar esa situación.
• Así, mientras la declaración de las causas y necesidades para levantarse en armas del 6 de julio de 1775 expresaba el deseo de ver la unión
entre Gran Bretaña y las colonias restaurada, el sentimiento de independencia iba en aumento. En consecuencia, el 15 de mayo de 1776
Virginia instruyó a sus delegados en el Congreso de Filadelfia –que seguía reunido– para que este cuerpo “declare a las colonias unidas
Estados libres e independientes”[29].
• El 7 de junio, Richard Lee, delegado de Virginia, sometió al Congreso un proyecto a favor de la Declaración de la Independencia, declarando
disuelta la unión con Gran Bretaña, proponiendo la formación de alianzas extranjeras y sugiriendo la preparación de un plan de confederación
para ser sometido a las respectivas colonias. Algunos delegados argumentaron por la confederación primero y por la declaración después, pero
esta opinión no prevaleció. Tomas Jefferson presidió la comisión redactora, y el 4 de julio de 1776 el Congreso aprobó la Declaración,
verdadero alegato a favor de los derechos humanos, fundado en el orden, el respeto mutuo y la voluntad de Dios.
• La declaración presentó una defensa pública de la Guerra de Independencia, incluida una larga lista de quejas contra el soberano inglés
Jorge III. Pero sobre todo, explicó la filosofía que sustentaba la independencia, proclamando que todos los hombres nacen iguales, y poseen
ciertos derechos inalienables, entre ellos la vida, la libertad y la búsqueda de la felicidad; que los gobiernos pueden gobernar sólo con el
consentimiento de los gobernados; que cualquier gobierno puede ser disuelto cuando deja de proteger los derechos del pueblo. Esta teoría
política tuvo su origen en el filósofo inglés John Locke, y ocupa un lugar prominente en la tradición política anglosajona.
• “Sostenemos esta verdades evidentes por sí mismas, de que todos los hombres son creados iguales, que todos están dotados por su Creador de
ciertos Derechos inalienables; que entre éstos están la Vida, la Libertad y la persecución de la Felicidad –Que para asegurar esos derechos, los
Gobiernos están instituidos entre los hombres derivando sus justos poderes del consentimiento de los gobernados; Que cuando cualquier
Forma de Gobierno­– se convierta en destructiva de estos fines, es Derecho del Pueblo altéralo o abolirlo, e instituir un nuevo
Gobierno…”[30].
• “[…] que estas colonias son, y por derecho deben ser, Estados libres e independientes; que ellas están absueltas de toda obligación de fidelidad
a la Corona Británica, y que toda conexión política entre ellas y el Estado de la Gran Bretaña es y debe ser totalmente disuelta; y como
Estados libres e independientes, tiene un pleno poder para hacer la guerra, concluir la paz, contratar alianzas, establecer comercio y hacer
todos los otros actos y cosas que los Estados independientes pueden por derecho hacer”[31].
LAS CONSTITUCIONES INICIALES
•  Al momento de la Declaración de la Independencia, la preparación de un plan de confederación fue aplazada. Hasta el 17 de noviembre de 1777, el Congreso no pudo ponerse de acuerdo sobre una forma
de gobierno que ofreciera alguna probabilidad de ser aprobada por los Estados separados.
• Por lo tanto, en los primeros tiempos de la independencia falta el nexo de una verdadera organizacional nacional, y los diversos Estados norteamericanos redactan separadamente sus Constituciones
particulares entre 1776 y 1778.
• Las colonias una vez independizadas redactaron y pusieron en vigor sus constituciones particulares. Excepto Connecticut y Rhode Island, que decidieron conservar su carta originaria, todos los Estados se
proveyeron de una constitución en el plazo de cuatro años.
• Aunque Rousseau influye en Maryland y Paine en Virginia, son Locke y Montesquieu los que inspiran fundamentalmente este constitucionalismo inicial, que contempla las mismas libertades y derechos
impuestos en Inglaterra por el Bill of rights de 1688. Lo propio ocurre con la división tripartita de poderes representativos; no obstante, hay variaciones de forma entre los diversos Estados: mientras Nueva
York y Nueva Jersey optan por el régimen de un Ejecutivo unipersonal, confiado a un Gobernador al modo de la Colonia, Nueva Hampshire establece el Ejecutivo plural, a cargo exclusivo de un Consejo,
y los demás Estados estructuran un sistema mixto, instituyendo un Gobernador asistido de un Consejo de Estado.
• El bicameralismo se establece en casi todos los Estados, con su clásica división en Senado y Cámara de Representantes; pero Georgia y Pensylvania crean una Cámara única, y Virginia y Maryland
integran además con ambas Cámaras una Asamblea General.
• “En 1776 sancionan su estatuto político Nueva Hampshire, Carolina del Sur, Virginia, Pensylvania, Delaware, Gerogia, Maryland; en 1777 lo hacen Nueva Jersey y Nueva York; en 1778,
Massachusetts”[32].
• Si bien las declaraciones de derechos norteamericanas reconocen su fuente en Inglaterra, existe entre ellas una profunda diferencia en cuanto al fondo y la forma. La Magna Charta de 1215, la Petition of
rights de 1627, el Habeas corpus act de 1679 y el Bill of rights de 1689, fueron adoptados en oportunidad de acontecimientos precisos y no son sino la confirmación o la interpretación de un derecho
preexistente. Presuponen el poder absoluto del gobernante, el cual, por una liberalidad, concede algunas franquicias o derechos a los súbditos; pero de ninguna manera reconocen los derechos del hombre
ni limitan la autoridad estatal. En cambio, los bills of rights de América del Norte reconocen de una manera integral y genérica los derechos que corresponden al hombre en su calidad de tal, los cuales son
anteriores y superiores al Estado, el cual no los otorga, sino que simplemente los reconoce y garantiza, traduciéndose en limitaciones al poder público; todo ellos sobre la base de la soberanía popular y en
un plano superior al del legislador ordinario.
• “Las leyes inglesas están muy lejos de reconocer los derechos generales del hombre; no tiene ni la fuerza ni la intención de limitar los factores legislativos, ni tampoco se intentó en ellas formular
principios para una legislación del futuro. Conforme al derecho inglés, el Parlamento es omnipotente: tienen el mismo valor todas las leyes aceptadas o elaboradas por él. Por el contrario, las declaraciones
americanas contienen disposiciones que están por encima del legislador ordinario […] los «bill of rights» americanos no solamente pretenden formular ciertas bases de organización política, sino que, ante
todo, quieren determinar las fronteras de separación entre el Estado y el individuo. Este último, según ellos, no debe al Estado, sino a su propia naturaleza de sujeto de derecho, los derechos subjetivos
inalienables e inviolables de que disfruta. Nada de esto saben las leyes inglesas. No quieren éstas reconocer un derecho natural eterno; sólo reconocen un derecho que viene de los antepasados: los
«derechos del pueblo inglés antiguos e indiscutibles» […] cuando se estudia con cuidado el «Bill of rights» (inglés) se advierte que en él se trata muy poco de los derechos individuales. Tratan de que no se
suspenda la ley, que no se dispense de ella a nadie, ni se establezca ningún tribunal excepcional, ni se dicten castigos crueles, que los jurados se nombren convenientemente, que no se cobre impuesto sino
por disposición de la ley, que no se arme ejército permanente sin el consentimiento del Parlamento, que se garantice la libertad de las elecciones del mismo, que se convoque al Parlamento con regularidad;
todas estas cosas no son derechos del individuo sino obligaciones del gobierno. De los trece puntos de que habla el «Bill of rights», dos solamente contiene disposiciones que están expresadas en forma de
derechos de los súbditos, en tanto que uno se refiere a la libertad de opiniones de los miembros del Parlamento”[33].
• El 15 de noviembre de 1777 –mientras completaban los Estados sus respectivas organizaciones–, se reunían de nuevo sus representantes para acordar posibles fórmulas de gobierno común. El 9 de julio de
1778 sancionan finalmente los Artículos de Confederación y Perpetua Unión, que entran en vigencia en 1781 con la ratificación final del Estado de Maryland.
• Queda desde entonces constituida una nueva “sociedad de sociedades”, en base a la “convención mediante la cual diversas entidades políticas se prestan a formar parte de un Estado más grande
conservando cada uno su personalidad”, conforme a la definición de Montesquieu[34].
CONSTITUCION DE FILADELFIA
LAS ENMIENDAS

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